Revista
Proceso 2087, 30 de octubre de
2016...
Paz, Garro y José Bosch en
Barcelona/JORGE VOLPI
(En 1996, Jorge Volpi tuvo “la fantástica
oportunidad” de que un ensayo suyo sobre Octavio Paz en el Congreso de Escritores
Antifascistas durante la Guerra Civil Española fuese revisado por el Nobel de
Literatura 1990, antes de su publicación. El siguiente fragmento fue tomado de
aquel escrito intitulado “Octavio Paz en Valencia” que sacó la Revista de la
Universidad de México a diez años de la muerte del poeta. Selección de Roberto
Ponce)
Otro
episodio importante es el reencuentro de Paz con José Bosch –a quien Elena
Garro confunde con Juan– en Barcelona. Bosch era un español a quien Paz debía
mucha de su formación política (…)
En
1937, Paz reencuentra a su antiguo maestro… La situación es descrita tanto por
Paz como por Garro. Paz dice que Bosch “vivía en la clandestinidad, perseguido
por los sucesos de mayo de ese año. Su suerte era la de cientos, tal vez miles
de antifascistas”. Por su parte, Elena Garro recuerda, siempre con
imprecisiones:
“A
Paz lo invitaron a leer su poema ‘¡No pasarán!’. Estábamos en un teatro de
Barcelona, en el escenario, y Paz leía; de pronto, cambió de color y se detuvo
como si hubiera visto un fantasma. En primera fila un hombre joven, de piel
rojiza, expresión angustiada y tricot muy viejo, lo miraba con una fijeza
extraña. Paz recuperó el aliento y leyó el poema sin pronunciar el nombre de
Juan Bosch, ‘el camarada muerto en el ardiente amanecer del mundo’. Paz había
escrito ese poema para Juan Bosch, el organizador de la huelga estudiantil más
larga de México y a quien Paz le debía su iniciación en el marxismo y en la
rebeldía. Escribió ese poema cuando se publicó en México que Juan Bosch, el
agitador español había muerto en España. Salimos de prisa del teatro.
‘Es
él… es él…’ tartamudeaba Paz. El ‘muertito’ nos siguió hasta el hotel Majestic,
lo vi esconderse tras unas cortinas gruesas que cubrían la ventana del
vestíbulo… ‘¿Eres su compañera?, me preguntó Juan Bosch en voz muy baja. Ante
mi afirmación agregó: ‘Dile que me consiga un pasaporte en la embajada
mexicana… Me andan cazando, cazando… no lo digas a nadie…’ Estaba tan
angustiado que me contagió su congoja. Lo miré con pena, sabía que Paz no podía
conseguir nada.”
Paz
ha desmentido este pasaje. En realidad el poema que Paz escribió pensando en la
experiencia de su amigo es la “Elegía a un compañero muerto en el frente de
Aragón” (1937), incluido posteriormente en el apartado “Calamidades y milagros”
de Libertad bajo palabra. Ahí están los versos:
Has
muerto camarada,
En
el ardiente amanecer del mundo.
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