Emplaza AMLO a Sergio Aguayo: no soy Díaz Ordaz
Nota de Rolando Herrera
Reforma, Cd. de México (14 diciembre 2021).- Andrés Manuel López Obrador pid
ió al investigador del Colegio de México (Colmex), Sergio Aguayo, que muestre las pruebas que tiene para equipararlo con el ex Presidente Gustavo Díaz Ordaz, quien autorizó la represión del movimiento estudiantil de 1968.
Por segundo día consecutivo, el tabasqueño se quejó de las críticas que ha recibido a raíz del conflicto estudiantil surgido en el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) por la imposición de José Antonio Romero Tellaeche como director.
"Sergio Aguayo, que dice que tiene pruebas. Pues ¿por qué no las presenta?, de que somos como Díaz Ordaz; llegó a decir eso. A ver, ¿cuáles son las pruebas que tiene?", requirió.
En conferencia de prensa, el Jefe del Ejecutivo afirmó que sin los cambios que trajo su Gobierno, intelectuales continuarían engañando a muchos y afectando con su pensamiento "retrógrada" e irracional a los jóvenes.
"Los entiendo, se obnubilan por el coraje de que se puso de manifiesto que no tienen convicciones, no tienen principios, no tienen ideales, son muy acomodaticios y ahora que hay un cambio verdadero, y que son momentos de definición, ellos optaron por el conservadurismo, demostraron lo que son: conservadores", subrayó.
La polémico se suscitó luego de que el articulista de Grupo REFORMA publicara un texto titulado "Ecos del 68" en el que consideró como absurdo y preocupante ver replicados en el conflicto del CIDE los enconos y las negativas al diálogo que caracterizaron al Movimiento del 68. (Abajo el texto completo)
Posteriormente, en su cuenta de Twitter, indicó que tenía elementos para llegar a esa consideración.
"El presidente me acusa de deshonestidad intelectual por haber asegurado que en el manejo del conflicto en el CIDE su gobierno replica los modos autoritarios y la negativa al diálogo practicados por Gustavo Díaz Ordaz. Tengo la evidencia para demostrarlo", escribió en su cuenta @sergioaguayo
López Obrador también se quejó de la académica del ITAM y también articulista de Grupo REFORMA, Denise Dresser, quien criticó el decreto mediante el cual se da el carácter de seguridad nacional a todas las obras prioritarias del Gobierno ya que con ello se obstaculiza la transparencia y la rendición de cuentas.
"La señora Dresser, es Denise Dresser ¿no?, un acuerdo que emito, que es como un memorándum para que se avance en los trámites y empujar al elefante, lo confunde y dice: 'Se ha dado un golpe de Estado'", refirió.
Textual;
Hay un conflicto en un centro de estudios, el CIDE, y hay diálogo o no diálogo, están en eso y dicen: ‘Es como el 68’. Una desproporción.
Pero, además, otro intelectual famoso, Sergio Aguayo, que dice que tiene pruebas. Pues ¿por qué no las presenta?, de que somos como Díaz Ordaz; llegó a decir eso. A ver, ¿cuáles son las pruebas que tiene?
Y ayer ya de plano (Javier) Sicilia dice que soy Hitler.
Pero los entiendo, se obnubilan por el coraje, que pues se puso de manifiesto de que no tienen convicciones, no tienen principios, no tienen ideales, son muy acomodaticios y ahora que hay un cambio verdadero y que son momentos de definición ellos optaron por el conservadurismo, demostraron lo que son: conservadores.
Pero esto es muy interesante porque si no se estuviese llevando este cambio, pues ellos seguirían, no sólo simulando, sino engañando a muchos y, yo diría, afectando con ese pensamiento retrógrada irracional a los jóvenes, que son los que nos deben de importar, que los jóvenes conozcan otras realidades; que sepan, como decía antes, como decía el presidente Allende, que ser joven y no se revolucionario es una contradicción hasta biológica y que no se dejen manipular por conservadores.
Pero si no se da el debate, aun siendo a veces rudo o franco, entonces todo seguiría igual y no, no. El neoliberalismo causó mucho daño, porque no fue sólo lo económico, es que se introdujo en la mente de muchos, o ese fue el propósito.
Ayer hablaba yo de cómo en lo político se blindaron, por el caso del Perú, para que no llegara un dirigente popular y que si llegaba un dirigente popular a gobernar un país lo tuviesen atado de pies y manos. A nosotros nos ayudó mucho que el pueblo nos dio la confianza. Y no sólo se ganó la Presidencia, se ganó la mayoría en el Congreso.
Y recuerden cómo en esta elección pasada lo que más les importaba a los conservadores era que no tuviésemos mayoría en la cámara. No apostaron todo a ganar gubernaturas, no, Claudio X. González y todos se agruparon para decir: ‘No podemos permitir que tengan la mayoría en el Congreso’. Y les falló.
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Ecos del 68/Sergio Aguayo
Reforma, 8 de diciembre de 2021
Absurdo y preocupante ver replicados en el conflicto del CIDE los enconos y las negativas al diálogo que caracterizaron al Movimiento del 68. Para evitarlo, se requiere el diálogo.
Antes del Movimiento del 68 el presidente Gustavo Díaz Ordaz ya desconfiaba de los estudiantes. Los veía como los "tontos útiles" del comunismo internacional que buscaría aprovecharse de las olimpiadas de aquel año para lastimar a su gobierno. La fijación del Presidente actual es con los neoliberales.
Durante su larga campaña por la Presidencia, Andrés Manuel López Obrador recibió el respaldo de un buen número de periodistas, activistas y académicos, muchos de los cuales esperábamos que, como Presidente, hiciera lo posible por erradicar las perversiones y corrupciones al interior de esos gremios. Nadie anticipaba la inquina que les tenía. En lugar de recurrir al bisturí para extirpar los tejidos enfermos, al poco tiempo de llegar a la Presidencia sacó un machete sin filo y los expulsó públicamente de sus afectos sin dar razones ni escuchar la versión de los satanizados.
El 14 de enero de 2019 lanzó el primer ataque contra la "prensa fifí" y el 14 de febrero envió la circular número uno que prohibía transferir recursos federales a organizaciones sociales, sindicales, civiles y ciudadanas. Terminó su peculiar celebración del Día del Amor y la Amistad lanzándose contra los académicos ("hay mafias en todo, hasta en la ciencia"). A partir de ese momento han sido tan incesantes los ataques que una pregunta común en el medio es "¿a quién le tocó hoy?".
En el tercer año de su gobierno puede decirse que la acometida fracasó. Los tres gremios han sobrevivido los embates porque la ofensiva no fue compartida por todas las corrientes de la 4T y porque el trío cuenta con bases de soporte independientes de la voluntad presidencial. Supongo que eso les provocó, al Presidente y a la directora del Conacyt, el encono profundo que han mostrado hacia el CIDE, una institución pequeña y vulnerable porque carece de autonomía y depende directamente de Conacyt y de la Presidencia.
Ha sido notable la pobreza intelectual y propositiva del ataque oficial. Es incomprensible que señalen al CIDE como neoliberal dado el gran número de cideítas ocupando cargos relevantes en el actual gobierno y que el Presidente nombrara la semana pasada a un egresado del CIDE, Juan Pablo De Botton, subsecretario de Egresos en Hacienda. Tampoco ayuda acusar a los estudiantes de estar manipulados y a los académicos de defensores de corruptelas. La comunidad del CIDE ha respondido con unidad, argumentos bien fundamentados y con la toma de las instalaciones.
Es profunda la ruptura de la comunidad del CIDE con el Conacyt y el nuevo director. El conflicto ha ido escalando porque los insumisos se sienten agraviados y empoderados por las simpatías que van cosechando de otros claustros, de editorialistas y del México más educado; y porque las autoridades se rehúsan a dialogar (tal y como lo hiciera el régimen en 1968).
La historia sirve para evitar la repetición de errores. En el 68 el Presidente se negó al diálogo con los líderes del movimiento invocando, como ahora, el principio de autoridad, la legalidad y la institucionalidad. El desenlace pospuso la transición varias décadas y costó miles de vidas. No repliquemos ese camino.
Es el momento de resolver el conflicto del CIDE. Es la hora de los buenos oficios de los moderados de la 4T. Al nuevo secretario de Gobernación, Augusto López, se le ha visto mano izquierda al igual que al subsecretario Alejandro Encinas. El entrañable Enrique Semo también puede ser clave porque, según me dicen fuentes altamente confiables, fue él quien promovió al interior de la 4T la candidatura de José Romero y no Lorenzo Meyer, como erróneamente se ha difundido. Algo podrían hacer los tres precandidatos de Morena para convencer a la directora de Conacyt de flexibilizar su postura. También serviría conocer qué piensan los partidos (solo el PRD lo ha dicho).
El actual gobierno está queriendo reducir la violencia con "abrazos, no balazos". Lo mínimo que podemos solicitarles es que escuchen los motivos y razones de la comunidad del CIDE. Negarse a dialogar es hacerle eco a las peores lecciones dejadas por el 68.
PD. Después de enviar la columna las partes dialogaron. No hubo acuerdo. El paro sigue. El jueves tendrán reunión presencial.
@sergioaguayo
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