3 ago 2010

Diálogo por la seguridad 2

Segunda Intervención del Presidente Calderón en el Diálogo por la Seguridad, Evaluación y Fortalecimiento  2010-08-02 |
Bien, amigos.
Reitero mi gratitud por su presencia.
La verdad es que he escuchado con mucha atención y hemos tomado debida nota de las reflexiones que han hecho, de sus planteamientos, de sus propuestas que, por supuesto, independientemente de que algunas de ellas o muchas se hayan planteado con anterioridad, siempre es importante volverlas a revisar, volverlas a escuchar, volverlas a plantear, verlas en otro contexto, que es, ciertamente, un contexto muy distinto el que estamos viviendo ahora. Es un contexto, en muchos aspectos, nuevo.
Yo coincido con lo que muchos de ustedes han dicho. Independientemente de las cosas que se hayan hecho o las que estén en curso, la verdad es que la ciudadanía exige resultados y esos resultados todavía son un saldo pendiente. Eso me queda perfectamente claro.
Y mi mayor empeño como Presidente de la República es, precisamente, para lograr esos resultados, que deriven, como muy probablemente ocurra, no a corto plazo, pero que deben derivar necesariamente en la tranquilidad y en el bienestar de los ciudadanos.
También me ha quedado muy claro que es indispensable la participación de los liderazgos sociales del país para impulsar, precisamente, que las cosas sucedan.
A mí me parece que sólo la presión ciudadana puede hacernos a nosotros, los gobernantes, la exigencia ciudadana, el cumplir detalladamente con nuestros compromisos y con nuestras obligaciones legales.
Y bien se ha dicho aquí que probablemente los mecanismos institucionales de seguimiento de la tarea, nuestra, pueden tener muchas deficiencias. Pero más que contralorías y más que unidades internas, el hecho de que los ciudadanos nos sigan, nos señalen, nos pidan, nos planteen públicamente, valientemente, como lo han hecho ustedes, me parece que eso es mucho más valioso que el entramado que a lo largo de años y décadas ha tenido el Gobierno, los gobiernos, para darle seguimiento a sus propios comportamientos.
Creo que no hay nada como la vigilancia ciudadana para ello.
Así que estoy, no sólo muy consciente, sino muy convencido, totalmente convencido y partícipe, además, de que la participación ciudadana en la política de seguridad pública es el factor que hoy, en un momento tan crítico como el que vive el país, puede y debe hacer la diferencia.
Como alguno de ustedes mencionó, son decenas de propuestas, muchas muy valiosas. Tengan la seguridad de que haremos lo que decía don Valentín Díez Morodo hace un momento, una labor de revisión, de jerarquización, de implementación importante.
Yo, por lo pronto, veo, como decía al principio, tres grandes campos de lo que está haciendo falta, o de lo que es, cuatro grandes campos en realidad de lo que está haciendo falta y de lo que es fundamental.
Uno. Que yo lo considero una verdadera prioridad nacional. Es el fortalecimiento institucional, que se expresó en varias propuestas.
Fortalecimiento institucional de policías, de Ministerios Públicos, como ha dicho aquí don Luis de la Barreda, que decía, efectivamente, de las cosas que se pueden hacer en el lapso de un Gobierno y en los dos años y medio que restan de éste es proponernos, y permítanme que lo haga en plural, porque en singular yo me lo he propuesto, pero les pido que nos propongamos, hacer las policías y los Ministerios Públicos que México necesita.
De la parte del Gobierno Federal, tengan la plena seguridad que esa es la meta y ese es el objetivo; es decir, lo que necesitamos es un entramado institucional que tenga la fortaleza y la eficacia suficiente para poder hacer frente al fenómeno criminal con eficacia. Eso puede ser, si bien, no el resultado final que queremos todos y que el ciudadano exige, que es la tranquilidad y la paz en sus calles y en sus casas, eso sí puede ser un resultado muy valioso para el país en términos institucionales, y requerimos del impulso de ustedes para hacerlo.
Fortalecimiento institucional también en varios temas. En el tema de lavado de dinero, por ejemplo, con todas las variantes de propuesta que se han hecho, desde la regulación misma del efectivo en pesos mexicanos, hasta el ejercicio efectivo de las atribuciones legales en materia de extinción de dominio.
Las propuestas que se hicieron también de fortalecimiento institucional, así las considero, en materia registral, registro de personas y su verdadera identidad. Hay, desde luego, resistencias políticas y de desconfianza y de diversa índole, para avanzar, por ejemplo, con el registro, o con la Cédula de Identidad Nacional, pero que es importante avanzar rápidamente, porque tiene una repercusión también en la fortaleza institucional del país.
El registro de bienes, el registro de empresas, el registro de personas.
Otro segundo gran rubro, yo lo veo en la prevención social.
Todos los aspectos sociales que contribuyen, efectivamente, a abatir el fenómeno de la delincuencia, señaladamente la educación, con todos los obstáculos reales que enfrenta elevar la calidad educativa en México. Qué duda cabe que mejor sociedad genera mejores ciudadanos, y que mejores ciudadanos generan menos delincuencia; aunque es el camino largo, es un camino que debemos recorrer como sociedad. Educación, cultura de denuncia, cultura de legalidad, práctica de la legalidad y la generación de empleos, por supuesto, coincido totalmente que es un factor fundamental. Es más, efectivamente, la correlación que hay en toda sociedad, entre, por ejemplo, recesiones económicas e incrementos de delincuencia, quizá también tenga que ver con el fenómeno que vivimos, fundamentalmente el año pasado y parte de éste.
Pero, evidentemente, son temas correlacionados. Podemos generar más empleos y más empleos nos pueden reducir el problema de delincuencia, sí, pero a la vez, para generar más empleos necesitamos reducir el problema de la delincuencia y la percepción que sobre el país se ha creado al respecto, porque es la inversión, como decía también Valentín, lo que genera empleo y lo que genera crecimiento: inversión nacional, inversión internacional, inversión pública, inversión privada, y una parte importante para detonarla tiene que ser, precisamente, avanzar en este tema.
El fomento de actividades recreativas, de opciones para los jóvenes, opciones educativas, opciones de trabajo, está en esa segunda línea.
La tercera es. El seguimiento y el control. E insisto, más allá de los mecanismos que el propio Gobierno tiene, el seguimiento y el control, tiene un especial énfasis en la participación ciudadana. Y aquí, sí considero que hay una responsabilidad muy importante de quienes están en esta mesa.
El poder establecer mecanismos de seguimiento y control que nos hagan a todos hacer nuestra tarea. En eso, tengan la plena certeza de que van a contar con el apoyo del Gobierno Federal para lo que necesiten, siempre y cuando haya ese compromiso de dar ese seguimiento social.
El seguimiento de la sociedad civil, que además se puede expresar en formas novedosas que ustedes han mencionado.
Por ejemplo, lo que se mencionaba, la participación de la sociedad civil en el control de confianza, en la integración de policías y Ministerios Públicos, yo no tengo realmente objeción, digo, habrá que revisar los aspectos legales y convenientes, inconvenientes, pero comparto precisamente eso, el control de confianza debe ser de la sociedad.
Qué mejor que sea una comunidad la que decida cuáles son sus policías confiables, y creo que en esa labor nos auxiliaría enormemente.
Se mencionó, por ejemplo, propuestas como un auditor independiente de policías. También, por supuesto, que ayudaría enormemente a contar ello. Se mencionó este tema de la selección de delegados, por ejemplo, de PGR.
Caramba, es fundamental. Muchas veces es incluso difícil encontrar, como un problema de lámpara de Diógenes, encontrar los servidores públicos que efectivamente acepten la responsabilidad, el riesgo y la paga, que muchas veces no necesariamente corresponde ni a la responsabilidad ni al riesgo.
Creo que también, por cierto, en ese tema habrá mucho que revisar.
La información en tiempo real. Tomo debida nota de eso, y les pediría incluso que si me pueden señalar exactamente qué información necesitan. Con mucho gusto la proporcionamos. Se creó para ello un Centro de Información, que probablemente habría que revisar qué tanto ha funcionado. El solo comentario genera una duda razonable al respecto.
Y cuarto. Un tema que ha sido muy reiterado y muy insistente, que me queda claro, que es la corresponsabilidad en los distintos niveles de Gobierno y en los distintos poderes públicos.
En eso, el Gobierno Federal asumimos, desde luego, el compromiso de facilitar la interlocución, los espacios de diálogo con otras autoridades, que también están seguramente interesadas en enfrentar este problema de seguridad.
Un contacto que a través de ustedes permita una evaluación transparente, una evaluación profunda de los compromisos que tenemos, este es otro tema que se mencionó, también. Independientemente de lo señalado por el ingeniero Tello, yo si los quiero invitar sinceramente a que ahora que están por cumplirse ya dos años del Acuerdo por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad, revisemos juntos los compromisos, desde luego, los Federales.
Yo incluso me cuestiono los 31 que se señalan como cumplidos. Vamos viendo con detalle qué, efectivamente, ha pasado con esos compromisos y qué es lo que no ha funcionado, en la medida en que no se generan los resultados esperables o deseables.
También el cumplimiento de compromisos en otras instancias de Gobierno, porque en ese Acuerdo firmamos Presidente, Diputados, Senadores, Gobernadores, Alcaldes, medios de comunicación, sociedad civil, en fin. Iglesias. Yo creo que todos tenemos una rendición de cuentas que dar, esa es la verdad.
Y yo lo que invito es a que lo hagamos juntos.
Me parece que para reafianzar este asunto de la corresponsabilidad, sobre todo, a niveles de gobiernos estatales y municipales. Algunas de las propuestas de las que tomé nota y me parecen interesantes. No sé si fue el fraseo adecuado, pero es esta idea de trasladar a este ejercicio de revisión de las organizaciones de la sociedad civil, también a las entidades federativas y a los municipios.
Es decir, que este foro ciudadano o una audiencia ciudadana, no sé cómo fue la expresión que manejaron, pueda realizarse localmente, que a nivel local. Yo invito que ustedes y otros líderes, con los que estamos participando en este Diálogo por la Seguridad, nos ayuden a revisar nuestro cumplimiento, el cumplimiento de los compromisos del Acuerdo por la Seguridad.
Pero que también sería muy útil que esos líderes sociales que están en sus estados, que están sufriendo el embate de la inseguridad, que están siendo robados, extorsionados, chantajeados, secuestrados, ellos también participen a nivel local para que entre todos tengamos una idea clara de dónde vamos y cómo vamos en los compromisos que hemos asumido.
O sea, que las organizaciones de la sociedad civil conduzcan estas audiencias públicas o estos foros ciudadanos en cada entidad federativa, que ahí recaben las opiniones de la sociedad, que ahí recaben también las opiniones de los gobernantes, que ahí veamos, también, cuál ha sido el avance en el nuevo entramado institucional que México necesita. Y, desde luego, que ese diálogo sea plural, incluyente, democrático.
También tomo nota de los factores internacionales y de legislación que habrá que discutir. Evidentemente, lo que se decide en otros países sobre materias tan delicadas tiene una incidencia enorme en México, particularmente en las materias que ustedes han mencionado.
Yo les puedo decir que de mi parte, como Presidente de la República, estamos absolutamente abiertos a analizar, a discutir, a escuchar todas las propuestas; todas las propuestas, todas las reflexiones son bienvenidas, porque este es un problema serio, es un problema que no ha sido solucionado adecuadamente. Es un problema, en algunos lugares del país, creciente, y no me refiero únicamente al tema más visible y más violento del crimen organizado, en el cual el Gobierno Federal tiene una tarea, una responsabilidad y está actuando en consecuencia, con errores y aciertos, pero al límite de sus posibilidades, sino al delito común, que está afectando a los ciudadanos.
Hay datos que reflejan un preocupante incremento del robo, por ejemplo, que es el delito que se comete en más del 80 por ciento de los casos en el país. Hay incrementos preocupantes en otros delitos, como extorsión. Hay incrementos preocupantes en otros delitos, de los cuales tiene que haber, precisamente, una revisión profunda en el ámbito de competencia de estos delitos. En fin.
Sé, amigas y amigos, que no hay soluciones que se den por decreto, ni por buenas intenciones. Ni se puede, como decía Luis de la Barreda, dormir hoy, pensando que mañana seremos un país desarrollado y perfecto. No es así. Tenemos que trabajar en esta realidad mexicana tal y como está, y tenemos que hacerlo para transformarla a sabiendas de que muchas veces el resultado sólo se podrá dar en el largo plazo.
Es fundamental también vencer la apatía; vencer la indolencia, la desidia, la irresponsabilidad, incluso el sentido de derrota misma, de desamparo o de desánimo, que muchas veces campea en algunas partes o algunas regiones del país, quizá por entendibles razones. Pero es importante que los liderazgos sociales y políticos, y quienes tenemos alguna responsabilidad con el país, no permitamos que una sociedad como la nuestra, con las enormes riquezas que tiene la Nación mexicana, se sienta ni remotamente ni derrotada ni frustrada.
Sí, efectivamente, hay una preocupación colectiva, que es nuestra también, pero tenemos, estoy convencido, enormes posibilidades de salir adelante, sobre todo, si nos unimos.
Creo que también los partidos políticos están reflexionando seriamente de esta responsabilidad, que no es de carácter partidista; es una cuestión, insisto, de política de Estado y así yo espero que sea vista, y será vista mejor en la medida en que los ciudadanos nuevamente nos hagan ver a todos que esto debe estar muy por encima de nuestras tradicionales disputas e intereses, por legítimos que fueran.
Es muy imperativo que todos levantemos, y ustedes nos hagan levantar la mirada por encima de nuestras diferencias, para que lleguemos a acuerdos indispensables en el ámbito político, a los cuales el Gobierno está absolutamente dispuesto y decidido a conseguirlo. En fin.
Termino comentándoles que yo creo fervientemente en el poder de los ciudadanos, que es el impulso que le hace falta al Estado en este momento, para que quienes tenemos responsabilidades al frente de sus órganos cumplamos y actuemos para construir el buen común nacional, particularmente en esta materia, tan dolorosa para el país, que es el tema de la inseguridad.
Yo les pido que sigan participando. Les pido ayuda para que se despierte la conciencia en los ciudadanos, la conciencia en la sociedad de resolver entre todos este problema. Les piso ayuda para que no haya ninguna autoridad que no se sienta compelida o exigida a cumplir su responsabilidad.
Se habló en un momento dado de sanciones o de dientes, que fue la expresión que se usó, para poder hacer cumplir ciertos compromisos. Ciertamente, en el marco legal que tenemos y en el equilibrio de poderes, y en los equilibrios políticos en los que México y su democracia, que es una democracia muy activa, cuenta; ciertamente, quizá no existan poderes sancionatorios que en el pasado quizá se tuvieron, en un pasado que creo yo que, afortunadamente, quedó atrás, de autoritarismo y de dominio pleno e irresponsable.
Pero sí hay una sociedad más libre y más exigente que es, precisamente, la que sí puede hacer que las cosas ocurran, señalando los incumplimientos y vigilando que se completen.
Así que, esa es la importancia de que la sociedad civil participe. Hay que identificar qué falta por hacer, ustedes lo tienen muy claro. Hay que actuar de inmediato. Nosotros seguiremos en nuestro actuar, porque no hemos parado esa tarea, y sé que otros, al sentir el llamado de la sociedad, también lo van a hacer.
Seguiremos abiertos a las aportaciones de todos los sectores de la sociedad. Yo me seguiré reuniendo con otros líderes, con expertos, con medios de comunicación, con Gobernadores, desde luego, con legisladores, para seguir trabajando juntos en este tema y convertir la seguridad pública en una política de Estado que sirva a los mexicanos.
Se dijo, y coincido, que tenemos que hacer de México un país de leyes. Esa es la clave: hacer un México fuerte cuya fortaleza, precisamente, derive de la legalidad.
Un México de leyes y de libertades, donde prevalezcan el orden, la paz y la tranquilidad.
No va a ser fácil, no lo ha sido, no lo está siendo, pero no dijimos en ningún momento que iba a ser fácil; es un desafío descomunal. Es un desafío grande; que va a implicar, ha implicado y seguirá implicando enormes sacrificios de la sociedad.
Pero yo les aseguro, amigas y amigos, que si estamos dispuestos y decididos a tener el México que queremos, bien vale la pena hacer ahora esos sacrificios. Bien vale la pena ahora correr esos riesgos. Bien vale la pena hacer este esfuerzo ahora que el país ha sido sacudido por eventos verdaderamente impactantes; que esos eventos sean los que a nosotros nos sacudan y nos hagan usar todos los talentos y toda la determinación que se necesita para sacar al país adelante.
Yo tengo plena certeza de que México saldrá adelante. Tengo plena certeza de que el país le dará la vuelta a esta página triste de violencia y de inseguridad que padecen los ciudadanos, pero que nos queda para ello un largo camino por recorrer; y qué bueno que sean ustedes, al frente de distintas organizaciones, las y los líderes a los que les ha tocado esta encomienda.
Sean leales a su propio liderazgo y a su propia responsabilidad.
Cuenten con el Gobierno Federal de manera incondicional en este tema. Y sigamos adelante, porque México lo necesita y porque México lo merece.
Muchas gracias.

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