ROMA, miércoles 28 marzo (ZENIT.org) - “Una invitación a la esperanza para un pueblo que tiene sus dificultades y sus sufrimientos”. Con estas palabras, el director de la Sala de Prensa vaticana, padre Federico Lombardi SJ, describió el domingo 25 de marzo, en una entrevista con la Radio Vaticana, el viaje del papa Benedicto XVI a México.
El padre Lombardi subrayó en especial el carácter del encuentro con el pueblo mexicano. “Este encuentro se ha logrado en profundidad y en gran alegría y serenidad”, dijo, describiendo la misa celebrada el domingo por el santo padre en León como “extremadamente festiva, bella, en un ambiente absolutamente maravilloso”.
“En torno a la Eucaristía –prosiguió el portavoz- se consumó el encuentro entre un papa que venía para responder a una expectativa, que sabía muy viva, de un pueblo que ama al papa y que en su tradición tiene fuertemente este vínculo espiritual también con la Sede de Pedro; un pueblo que lo había invitado y que sentía mucho el deseo de verlo”.
“El papa sabía que existía esta expectativa y
salió a su encuentro llevando un mensaje suyo claro, sencillo, esencial, pero
central de esperanza y de consuelo: por tanto fe y esperanza que puedan renovar
el corazón y renovar la vida de la persona y de la sociedad”, añadió el
jesuita.
Según el padre Lombardi, los mexicanos han podido
conocer y encontrar al pontífice. “Este es un resultado sumamente importante
que, de algún modo, completa lo que es recibir su mensaje, los contenidos de su
mensaje, y el espíritu con el que lo ha llevado. Ahora este mensaje lo pueden
conectar también a la figura concreta de quien lo ha anunciado”, observó.
Ante los graves problemas que vive el país –del
narcotráfico a la violencia, hasta la secularización y la propagación de las
sectas- las profundas raíces de la fe de la población mexicana deben ser
“continuamente” vivificadas, afirmó Lombardi, subrayando también el
“significado continental” del viaje del papa.
“El mensaje desde México quería mirar a todo el
continente, apelando también al bicentenario de la independencia que estos
países festejan y que es un momento histórico importante para reavivar las
propias raíces, la propia vocación, el propio sentido de dignidad como pueblos,
y tener a la Iglesia consigo en este momento como elemento positivo y
constructivo”, dijo el portavoz de la Santa Sede.
También el viaje a Cuba, añadió Lombardi, se
presenta en este contexto: un país que tiene “una especificidad” y donde la
Iglesia se encuentra en “una situación de renacimiento si queremos, de nuevo
desarrollo y nueva aportación positiva a una sociedad que también se siente en
una fase de transición”.
Al término de la entrevista, el padre Lombardi
calificó la Eucaristía celebrada el domingo por la mañana en el Parque
Bicentenario de León, a los pies del cerro del Cubilete con el Santuario de
Cristo Rey, como la imagen en su opinión “más bella, también como ambiente y
como contexto” del pontificado de Benedicto XVI. “Creo que permanecerá
verdaderamente un poco el centro, el corazón, el culmen de este viaje a
México”, concluyó.
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