10 may 2014

Son 848 los sacerdotes expulsados desde el 2004..y los que faltan


Una acción capilar contra los abusos, 848 sacerdotes expulsados desde el 2014
Entrevista a Mons. Silvano Tomasi, por el último informe de la Santa Sede al Comité ONU. 

Los datos OMS: en el mundo 40 mill. de abusos al año. 
La agencia de noticias católica Zenit.org, entrevistó al observador permanente de la Santa Sede en Ginebra monseñor Silvano Tomasi.
Tomasi, que ha precisado la finalidad de estas medidas: la protección de los niños para asegurarles un crecimiento sano y sereno, de manera que sean personas constructivas para la sociedad en la cual tienen que vivir. Y ante el dato de la Organización Mundial de la Salud, que estima en 40 millones los casos de abusos en el mundo, ha invitado interrogarse como la fuerza del Evangelio hoy, pueda actuar para transformar esta cultura, y a reforzar la normalidad de la vida y el desarrollo sano de la sociedad.
                                                                  ***
¿En el comité de la ONU quizás ha liado un poco al mezclar la tortura con los casos de abuso sexuales a menores?

-Monseñor Tomasi: Algunos miembros del comité de la ONU han cambiado un poco la situación, llamando en causa el artículo 16 de la convención contra la tortura, donde se habla de comportamiento humillante e inhumano. Y por lo tanto considerando que la violación sexual es una acción de este tipo, abriendo la puerta para discutir de estas cuestiones, que de otro lado son muy apetitosas para los medios de comunicación
 La Santa Sede no ha entrado en la discusión si los abusos son tortura o menos, sino que ha señalado las medidas tomadas contra la pedofilia...
La definición de tortura en la convención muy precisa y su extensión a los abusos no está en este momento aceptada por las autoridades de los derechos humanos. Naturalmente la Iglesia Católica rechaza cualquier acción que viole la dignidad humana. Entretanto quizás había otro objetivo en esta discusión. Por otra parte, muchas veces los medios de comunicación repiten que la Iglesia ha creado obstáculos y continúa crearlos a la acción contra los sacerdotes que han cometido crímenes con menores, o que ignora esta realidad, o que no ha tomado iniciativas coherentes.
 -¿O sea que usted respondió números en la mano?
- Monseñor Tomasi: Al dar estas estadísticas disponibles se documenta claramente que en los últimos 10 años la Iglesia ha hecho una importante acción casi capilar, diría de limpieza de la casa, buscando no solamente de castigar desde el punto de vista canónico, pero también con las sanciones de los Estados donde se cometieron. Y ha creado las condiciones para evitar que este tipo de crimen se repita, tomando medidas específicas: en la formación de futuros sacerdotes e instituyendo como ha querido el papa Francisco, una Comisión para la protección de menores.
 -¿Y por lo que se refiere a las víctimas?
 - Monseñor Tomasi: La iglesia ha buscado en la media de lo posible de compensar a las víctimas. Lo ha hecho con ayuda financiera, por ejemplo en Estados Unidos ha dado más de 2.500 millones de dólares. Ha ofrecido además ayuda moral, con consejos y apoyo espiritual para facilitar la integración en la sociedad de las víctimas y para que puedan retomar una vida normal.
-¿Es verdad que fueron expulsados 848 sacerdotes del iglesia en los últimos 10 años?
-- Monseñor Tomasi: Es un hecho, esta es la realidad. Es necesario tomar en cuenta que la mayoría los casos de abusos conocidos sucedían en los años 60, 70 y 80, y por lo tanto mismo que las denuncias hechas a la Congregación de la Doctrina de la Fe, sean más recientes, no quiere decir que dichos casos hayan sucedido cuando fueron referidas al tribunal civil o eclesiástico, sino que ocurrieron también mucho tiempo antes.
 -¿Y la tendencia de hoy, cuál es?
- Monseñor Tomasi: La tendencia de los últimos años es la disminución en el clero de los casos de abusos sexuales y me parece que esto significa que las medidas tomadas son eficaces, y que una nueva cultura ha entrado en la Iglesia y los ambientes cercanos a esta. O sea denunciar inmediatamente los casos que emergen, sea a la autoridad civil que a la autoridad eclesiástica. Claramente, el mejor camino es hacer todo lo posible para vivir nuestra vida sacerdotal y de servicio en la iglesia de la manera debida.
 -¿La Comisión contra la tortura de la ONU le pidió solamente al Vaticano sobre los abusos o también a otros países?
-Monseñor Tomasi: Sí, también a otros países la Comisión contra la torturan le preguntó sobre abusos sexuales cometidos con menores. Me parece que hay dos observaciones que se pueden hacer a este propósito: la primera es que la atención de los medios de comunicación se haconcentrado sobre ésta, porque se entiende que el personal de la Iglesia debe ser de extrema confianza y cuando se cometen crímenes contra menores no solamente se comete un crimen, pero se rompe una confianza que debería ser asegurada.
 ¿Y la segunda observación?
-Monseñor Tomasi: Éstos hechos que sucedieron en la Iglesia hay que ponerlos en el contexto mundial, porque la porque la Organización Mundial de la Salud habla de más de 40 millones de casos de pedofilia al año, y la gran mayoría de estos casos suceden en familia y en otras categorías de personas, como con profesores de la escuela pública, profesionales de vario tipo o instituciones; de los boy-scouts a los Cascos azules, pasando por el Parlamento inglés, como han indicado los diarios.
 -Los datos de la OMS, indican 40 millones de casos al año de pedofilia...
- Monseñor Tomasi: Por lo tanto cuando se habla de la Iglesia es necesario tener un sentido de perspectiva, para entender el problema va más allá, y que todos deben sentir la exigencia de proteger a los niños, y que el objetivo final es darle protección a ellos y garantizarles un crecimiento sano y sereno, de manera que puedan ser personas constructivas para la sociedad en la cual tiene que vivir.
 ¿Qué cultura está en la raíz de estos hechos?
-Monseñor Tomasi: En la raíz del fenómeno de la pedofilia existe una cultura basada sobre extremas formas de individualismo, que busca justificar cualquier tipo de comportamiento y hacer de cada deseo o veleidad, un derecho humano. En cambio la cultura que se funda sobre la tradición cristiana promueve la dignidad de la persona y su apertura hacia la trascendencia, y apoya un concepto de libertad que está relacionado con la responsabilidad de las acciones que se realizan. Tenemos dos culturas que se mueven en direcciones diversas. Para nosotros los cristianos se pone por lo tanto la pregunta sobre cómo la fuerza del Evangelio hoy, pueda operar para transformar la cultura del extremo individualismo y ser fermento de vida para el desarrollo sano de la sociedad.
 10 de mayo de 2014 © Innovative Media Inc.

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