4 sept 2024

Osiel y el arte de la manipulación/Jorge Fernández Menéndez

 Columna Razones/

Osiel y el arte de la manipulación/Jorge Fernández Menéndez

Excelsior,  4 de septiembre

El lunes fue detenido El Bola Treviño, uno de los principales líderes del Cártel del Noreste y sobrino de Miguel Ángel Treviño, el Z-40, y de Alejandro Omar Treviño Morales, el Z-42. Es uno de los criminales más violentos del país, como lo eran sus tíos, y como lo fue Osiel Cárdenas, quien fue el jefe de todos ellos y el creador de Los Zetas, los que, luego de su captura, se independizaron e iniciaron su propia organización, la más violenta que hemos sufrido.

Osiel Cárdenas acaba de ser dejado en libertad después de una condena de 14 años, increíblemente indulgente para un hombre que cometió miles de crímenes terribles en México. Se supone que está protegido por haber colaborado con las autoridades estadunidenses. Puede ser que haya colaborado, pero a quienes lo detuvieron los persiguió con saña.

El hombre que fue clave para la persecución y la detención de Osiel, y que participó directamente en su extradición en enero del 2007 a Estados Unidos, fue José Luis Santiago Vasconcelos, un notable zar antidrogas de México, que logró detener, con el apoyo del Ejército mexicano, a Osiel. José Luis fue perseguido de todas formas por Los Zetas, sufrió atentados él, su familia, sus hijos, sus principales colaboradores, vivió con una durísima custodia militar hasta que dejó la Subprocuraduría de Delincuencia Organizada, buscando llegar a la Suprema Corte, porque entendía que en el máximo tribunal se necesitaba tener una visión realista de lo que era y significaba el crimen organizado en nuestro país.

No lo logró. Después de ordenar la extradición de Osiel Cárdenas y otros poderosos narcotraficantes a EU, Santiago Vasconcelos, que en ese momento era asesor para la reforma del Poder Judicial de Juan Camilo Mouriño, entonces secretario de Gobernación, moría junto con Juan Camilo y otros funcionarios de Gobernación en ese siempre extraño accidente de aviación que les sesgó la vida el 4 de noviembre de 2008. Muchos han pensado, quizá con razón, que aquello no fue un accidente.

Más allá de eso, durante su detención en México, Osiel supo manipular muy bien el sistema penal y de justicia para seguir manejando su organización criminal desde Almoloya, donde estaba recluido. Hace muchos años, en 2005, publicamos aquí los mensajes para sus subordinados encontrados en una casa de Metepec, escritos por el propio Osiel, quien especificaba las instrucciones a seguir en el caso del penal de La Palma.

Allí el jefe del Cártel del Golfo ordenaba: “1) construir una guardería tipo Jungla Gym afuera de Almoloya; 2) médico para todos los internos de la misma empresa según sus necesidades del interno, como ejem: ceralim, pharmaton u otro tipo de medicamento que urge los que están mal; 3) buscar un exmilitar abogado y contratarlo para el buffet como licenciado pero no tener contacto con los internos, únicamente jurídicos y escritos; 4) conseguir todos los libros, manuales, leyes, derechos humanos, servicios militares y sacarles copias como prueba documentar que obren en altos no se pierde nada, al contrario, sirve para atraer con sus mismas leyes ‘P30’ legislación militar, etcétera. La mayoría fuimos detenidos por militares; 5) solicitar los folletos de derechos humanos internacional; 6) solicitar los trípticos de derechos humanos en México; 7) reglamento nuevo del Cereso, diario oficial de la federación 15 de enero del 2004”. El texto concluye con una reflexión: “La gente inteligente habla de ideas, la gente común habla de cosas, la gente mediocre habla de la gente”.

La idea era controlar a través de la coacción y el apoyo: de la utilización de las propias leyes en su beneficio y de la extensión de la corrupción a todos los niveles. Osiel logró politizar, con desplegados y entrevistas, como no lo había hecho nunca antes un narcotraficante preso, su detención porque asumió que, de esa forma, fortalecía sus posiciones y sus posibilidades de control dentro y fuera del propio penal.

Decíamos entonces que quizá la única forma de romper estas redes de protección y operación era la extradición a EU de los principales narcotraficantes detenidos que tuvieran causas abiertas en ese país, porque desde las cárceles en México se podía controlar prácticamente todo. Hoy me desconcierta que todo narcotraficante que llegue a un acuerdo con la justicia estadunidense se convierte en testigo protegido y purga condenas ridículas.

El propio Osiel Cárdenas, en otro de los escritos decomisados en aquella casa de Metepec, ordenaba a su gente fuera del penal (se respeta el texto original): “recados pendientes: 1.- que le digas a 14 —se supone que se trata del jefe de Los Zetas— que la gente que hande en Laredo si es gente del Chapo o Arturo Beltrán que les den piso —o sea, que los maten—. 2.- que le digas a 14 que le cobre a papa lo de TXArturo (se trata del jefe de la banda de Los Texas, con fuerte presencia en Nuevo Laredo) porque ya es mucho tiempo. 3.- que le digas al conta que mande 100 mil dólar para el vecino 1 Benja (se supone que se trata de su nuevo aliado, Benjamín Arellano Félix). 4.- Pablo habla con el sr de la casa de Mcallen para que se apure con los papeles. 5.- hablar con la sr Celia que los quiere mucho y que le hechen muchas ganas. 6.- hablar con el cuñado para ver qué pasó con eso que no llegó lo que yo les entregué”.

No sé qué, en qué colaboró Osiel Cárdenas con las autoridades estadunidenses, pero ya está en libertad. Espero que a ellos no los haya manipulado también y, por lo pronto, hay que estar muy atentos para saber si no persiste su comunicación con sus antiguos socios en México.

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