14 ene 2009

THE USAID

Reportaje del periódico Granma (www.granma.cu)
La Habana, 14 de enero de 2009 
Como en América Latina, la USAID se dedica a la propaganda y al espionaje en Iraq POR JEAN-GUY ALLARD.
La USAID, esa misma agencia norteamericana que dedicó, solo en el año 2008, más de 45 millones de dólares para intentar desestabilizar a la Revolución Cubana, maneja en Iraq una amplia campaña propagandística destinada a presentar la ocupación del país como una exitosa operación humanitaria. Además de apoyar con su red de agentes las operaciones de inteligencia y encubrir los mecanismos de corrupción generados por la administración Bush. 
Los propios datos, aunque escasos, publicados por esta agencia norteamericana de desestabilización en su sitio web (www.usaid.gov), confirmados en las apariciones públicas de sus representantes, revelan la extensión de la actividad de este órgano del Departamento de Estado para crear la ilusión de un renacimiento de la nación árabe, víctima de la agresión estadounidense.
Varias investigaciones recientes establecen que hasta 80% de la llamada ayuda otorgada a la reconstrucción de Iraq ha sido desviada mediante un complejo sistema de corrupción del cual se benefician corporaciones norteamericanas con la complicidad de altos funcionarios del estado iraquí y empresas asociadas iraquíes. Sin embargo, las distintas variantes del sistema de recuperación de cientos de millones de dólares se convierten en la literatura propagandística de la USAID en milagros de la generosidad estadounidense que llevan al renacimiento de la sufrida nación. 
A fuerza de informes amañados de estadísticas distorsionadas y de falsa pretensiones, la USAID intenta convencer al publico norteamericano de los éxitos de los llamados "Equipos provinciales de Reconstrucción" (PRT por sus siglas en inglés) que intentan manifestarse fuera de la Zona Verde, donde sus ejecutivos residen, bajo la protección de escoltas paramilitares de la Blackwater. Según la leyenda difundida por sus oficiales de relaciones públicas, los PRT afiliados a la agencia alcanzan armoniosas relaciones con la población iraquí, distribuyendo en la ciudad y en el campo ayuda al desarrollo de proyectos humanitarios. La realidad es que los PRT son en su gran mayoría "incrustados" en el ejército mercenario iraquí, no funcionan fuera de las zonas más protegidas del país y se dedican a sobornar a funcionarios complacientes y subsidiar a pequeños empresarios y agricultores luego convertidos en informantes de la inteligencia norteamericana. 
Según Front Lines, publicación oficial de la USAID, todos los agentes de la USAID, etiquetados "asesores de desarrollo", mantienen estrechas comunicaciones con las tropas de ocupación de sus sectores de actividad y el sistema de inteligencia y contrainsurgencia. Entre las prioridades supuestamente humanitarias de la operación se encuentran la distribución de pequeños subsidios destinados a "reabrir pequeños restaurantes y otras tiendas", así como ofrecer "préstamos y entrenamiento comercial para empresas pequeñas y medianas”. 
 A este sistema de reclutamiento de colaboradores de las fuerzas de ocupación, se añaden —como en Cuba, Venezuela y Bolivia— "programas de base para la democracia que prepara a personas en organizar a la comunidad". Los representantes de la USAID viajan exclusivamente bajo protección militar, precisa Front Lines, al admitir la precariedad de la seguridad en zonas alejadas de instalaciones de la US Army. 
 Como evidencia del carácter particular de su obra llamada humanitaria, la presencia de la USAID en Iraq es manejada por Kent Larson, un funcionario conocido por sus actividades corrosivas en la antigua Unión Soviética. A principios de los años 2000, Larson se encontraba como jefe de la USAID nada menos que en Georgia. TAREA DE LA USAID: CAMUFLAJEAR EL COLAPSO
La imagen idílica de la presencia norteamericana en Iraq difundida por la USAID y su estrecha colaboración con el poder neocolonial para intentar ablandar la resistencia, contrasta con informes mucho más realistas difundidos en la propia prensa de Estados Unidos. Tan grande es la extensión de la corrupción en el país que, según un reporte del The New York Times publicado el 17 de noviembre pasado, dirigentes de máximo nivel del gobierno iraquí lograron desviar 13 mil millones de dólares de la ayuda norteamericana. 
Otras fuentes valoran en 17 mil millones de dólares el gigantesco desfalco en un país arruinado por la guerra. En otro reportaje propiamente alucinante, The Huffington Post del 8 de diciembre estima en cuatro mil millones de dólares el dinero derrochado en inútiles proyectos llamados de reconstrucción, cuya apología repiten los representantes de la USAID. Ejemplo de este esfuerzo reconstructivo celebrado por la agencia, la cárcel de Khna Bani Saad, una instalación para 1 800 presos cuyo proyecto de construcción fue otorgado a la firma US Parsons, nunca será terminada 
Sin embargo, desde que empezó a elevar los muros del edificio abandonado, la firma se embolsó 333 millones de dólares. Colmo de la desintegración de la llamada reconstrucción anunciada por la USAID, la confirmación del cierre de un proyecto de hospital pediátrico patrocinado por la primera dama Laura Bush (The Huffington Post). La actividad propagandística de la USAID, orientada por el Departamento de Estado y coordenada por la CIA y la inteligencia del Pentágono, ilustra la total falta de ética de una agencia creada hace cuatro décadas con el propósito de desmilitarizar la ayuda humanitaria internacional de Estados Unidos. En toda América Latina, decenas de agentes de la USAID también dirigen los intentos de desestabilización de Washington en los países que defienden su soberanía y se niegan a dejarse manipular por los representantes del Departamento de Estado. 
 En el 2008, agencias norteamericanas afiliadas a la USAID han financiado con cuatro millones de dólares más de 68 programas u organizaciones de las fuerzas opositoras de Venezuela mientras la gran mayoría de los norteamericanos, afectados por la peor crisis económica en 80 años, ignoran totalmente cómo millones de dólares de su dinero están siendo invertidos en campañas antidemocráticas en países como Nicaragua, Bolivia o Ecuador. En Cuba, la USAID ha llegado el último año a nuevos extremos. Mientras derrochaba 45 millones en la contratación de empresas mercenarias para difamar a la Isla, la agencia se ha visto implicada por el General Accountability Ofice, la auditoría del gobierno federal, en escándalos de desfalco involucrando a las empresas de conocidos agentes de la CIA que subsidia y a sus propios funcionarios afiliados a la red terrorista cubanoamericana de Miami.

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