24 jul 2009

Ceremonia de Botadura del buque Independencia

La fuerza que despliega el Estado en contra del crimen organizado es legal, legítima, constitucional y democrática, planteó ayer el Presidente Felipe Calderón en Salina Cruz, Oaxaca
Testigo de la ceremonia de Botadura del buque AR Independencia - que tuvo un costo de casi 800 millones de pesos-, el Mandatario consideró que esa fuerza es la única capaz de aplicar la ley sin distingos en el propósito de salvaguardar la población.
Lo acompañaron los secretarios de Marina, Defensa Nacional y Seguridad Pública, Mariano Francisco Saynez, Guillermo Galván Galván y Genaro García Luna, respectivamente, junto con el Gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz. Y sus esposas.
El Presidente Calderón en el evento de la Botadura del Buque ARM Independencia
Discurso
"Las mujeres y los hombres que integran la Armada de México trabajan con honor y con lealtad por el bienestar de los mexicanos; por eso, no puede ser más que motivo de orgullo y de gran satisfacción el estar con ustedes este día en Salina Cruz, para la Ceremonia de Botadura del Buque Independencia.
En su nombre evoca esta Patrulla Oceánica, la gesta más grande de la Nación en nuestra historia y también, es una buena manera de celebrar el Bicentenario de la propia Independencia, que ya se avecina.
Como Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, me llena de orgullo el constatar el esfuerzo y arduo trabajo de los marinos de México, quienes en tierra han construido este Buque, y quienes en la mar lo tripularán en cumplimiento del deber con la Patria.
Su labor es fundamental para defender la soberanía, la democracia y las instituciones de nuestro país. Por eso, México entero les agradece su lealtad inquebrantable.
Hoy tenemos el gusto de presenciar este hecho inusual en el país, la Botadura del Buque Patrulla Oceánica Independencia, que ha sido orgullosamente construido por trabajadores y especialistas mexicanos, en su mayoría originarios de este estado, cumpliendo con las más altas especificaciones de calidad y tecnología naval.
Este es un buque orgullosamente mexicano. Y se trata de un buque que se suma a una larga lista de navíos que han sido construidos por la Marina Armada de México en este Astillero de Marina Número 20, cuyos trabajadores han prestado grandes servicios a la Nación.
El Independencia cuenta con modernos sistemas de armamento y detección de objetivos que se componen, entre otros instrumentos, de un cañón de 76 milímetros, radares de exploración de superficie y radares aéreos para vigilar y proteger más eficazmente las aguas nacionales.
Cuenta también con un helicóptero, contará con un helicóptero integrado en su operación y una lancha rápida interceptora a bordo, que le permitirá ampliar su radio de operación a través del llamado trinomio marino, integrado por el Buque mismo y la Patrulla Oceánica y el helicóptero, así como incrementar su velocidad de respuesta ante cualquier contingencia.
Todo este equipo de vanguardia será de gran importancia para que nuestros marinos cumplan cabalmente con las funciones que le encomienda a la Armada de México nuestra Constitución.
El Independencia permitirá realizar con mayor eficacia las funciones de vigilancia del mar territorial, así como de la zona exclusiva del país.
Y será clave, como ya se ha dicho aquí, en funciones de salvamento, de auxilio a la población civil, de atención de personas y de apoyo a embarcaciones en caso de emergencia; así como en las tareas de protección a las instalaciones estratégicas de Petróleos Mexicanos y de la Comisión Federal de Electricidad, como las que se encuentran precisamente asentadas aquí, en Salina Cruz, Oaxaca; entre otras funciones.
Es muy positivo que la Botadura del Independencia le dé continuidad al Programa de Sustitución de Unidades de la Armada de México del Gobierno Federal.
Actualmente, están en construcción otros dos buques Patrulla Oceánica, como el Independencia. Además, se han construido en esta Administración diversas patrullas interceptoras de la clase Polaris II; y tenemos otras dos que están siendo construidas en astilleros nacionales.
Así, estamos fortaleciendo la experiencia y la capacidad tecnológica de la industria naval nacional y generamos más empleos en beneficio de especialistas y de trabajadores mexicanos. En esta Administración hemos dado un apoyo decidido a las Fuerzas Armadas, y desde luego, entre ellas, a la Marina Armada de México.
Desde que inició este Gobierno a la fecha, el presupuesto para la Marina pasó de nueve mil 100 a más de 16 mil millones de pesos; lo cual significa un aumento sin precedente de alrededor del 75 por ciento en materia presupuestal.
Es una muestra clara del compromiso del Gobierno Federal con la defensa de la soberanía y de las instituciones encomendadas a esta tarea, como son las Fuerzas Armadas.
De esta manera, también podemos ver cristalizados anhelos de la propia Marina, como sustituir y fortalecer, mediante la innovación y la modernización, su propia flota. Con una flota naval en constante renovación el Gobierno reafirma su compromiso de equipar a las Fuerzas Armadas, para que sigan cumpliendo con su misión de garantizar sin reservas la soberanía nacional y la seguridad interior de la Federación.
Este Buque, cuyo costo es cercano a los 800 millones de pesos, representa, precisamente, el anhelo y el esfuerzo de los mexicanos de preservar nuestro territorio, nuestro mar territorial, nuestra zona económica exclusiva, como nuestro. De nadie más.
Hoy México encara nuevos enemigos, criminales que desafían al Estado, desafían a sus instituciones y que asedian y lastiman a la sociedad; que amenazan a la Nación.
En la lucha por enfrentar este flagelo, la Armada de México ha estado en la primera línea de combate y se trata, no sólo de las acciones que se encaran frente a la acción destructiva y nociva del narcotráfico; se trata de destruir la estructura financiera y operativa de la criminalidad organizada en México que termina por extorsionar, secuestrar, robar y dominar las distintas formas de vida comunitaria en nuestro México.
En lo que va de esta Administración, y refiriéndonos a la que es, quizá, su actividad más lucrativa del crimen organizado, nuestros marinos han dado fuertes golpes a la delincuencia, al asegurar cientos de armas y vehículos marítimos, dinero ilícito y, hasta la semana pasada, 25 toneladas de cocaína y casi 65 de marihuana, que equivalen a más de 108 millones de dosis.
Y digo hasta la semana pasada, porque a esto hay que sumarle que la Armada logró en días recientes, en esta Región Naval, el aseguramiento de más de siete toneladas de cocaína, justo frente a las costas del Estado de Oaxaca, cuyo valor al mayoreo en el mercado de la criminalidad es quizá equivalente al valor de este navío.
Todo ello, muestra de los resultados positivos de la lucha que libran a diario las mujeres y hombres de la Marina, por construir un México libre de la acción impune de la delincuencia.
Esta lucha, desde luego, no ha estado exenta, como lo sabíamos y lo advertimos desde el principio, de grandes sacrificios. Muchos marinos, soldados, policías y servidores públicos honestos y comprometidos con la Patria, han dado la vida para defender la tranquilidad y la seguridad de las familias mexicanas.
Pero esto no es ni ha sido en vano. La acción decidida de las Fuerzas Federales está debilitando las estructuras de la delincuencia. Los grandes capos, que llegaron a acostumbrarse a operar con absoluta impunidad, y en algunos casos complicidad sin preocupación alguna de ser detenidos, viven ahora bajo la presión permanente y el acoso de ser llevados a la justicia.
Los operativos del Gobierno Federal merman sus fuentes de recursos; los arrestos, todos los días, de sus cabecillas generan desesperación y desconcierto entre sus filas.
Las detenciones de funcionarios corruptos los despojan del manto de impunidad que los protegía. Es justo señalar que el objetivo del Gobierno Federal es mucho más amplio y mucho más profundo que el mero combate al narcotráfico en sí mismo.
De lo que se trata, señoras y señores, es de poner un alto al crimen organizado en su totalidad; es decir, un enemigo que mata, que secuestra y que tortura gente inocente; un enemigo que extorsiona amenazando la vida y la integridad de hombres y mujeres honestos; un enemigo que cancela posibilidades de desarrollo de comunidades enteras y que, en su ambición sin escrúpulos, corrompe, amenaza e, incluso, pretende suplantar a la autoridad.
Ante esta amenaza, el Estado tiene
la obligación, el deber y el derecho de utilizar todos los recursos a su alcance para restablecer condiciones de orden, de seguridad y de legalidad. Ese es nuestro objetivo medular: la seguridad de los ciudadanos y la garantía plena de su derecho a una convivencia tranquila y en el orden.
Y es por eso que el Estado despliega su fuerza, que es superior a la de los criminales: una fuerza legítima y Constitucional, una fuerza legal, una fuerza democrática, una fuerza pública, la única que puede y debe haber para aplicar la ley sin distingos y sin excepciones en todo el territorio nacional, a fin de fortalecer y preservar la seguridad de los ciudadanos, hoy amenazada fundamentalmente por esos criminales.
Por eso, marinos de México, debemos y vamos a seguir adelante, porque la causa que defienden ustedes, la causa de la Federación, la causa de todos los mexicanos, es la causa de la Nación: la de la seguridad, la legalidad y la justicia.
Ello, sin menoscabo de otras tareas del Estado atingentes, precisamente, al desarrollo humano sustentable del país, al progreso con justicia, a la educación, a la salud, a otras tareas que no hemos descuidado y que nos han motivado a visitar, en ocasión reciente, esta propia ciudad de Salina Cruz, en ocasión de la inauguración del hospital aquí construido.
Habremos de preservar esta lucha, sin escatimar esfuerzos y sin dar un paso atrás. Porque México y su Gobierno, seguirán honrando todos los días la obligación de hacer cumplir la ley, aprobada por el pueblo representado en el Congreso de la Unión.
Marinos de México, señoras y señores:
En 1825, las fuerzas navales de nuestra naciente República combatieron el último reducto del dominio español en territorio nacional, que se había acantonado en el Castillo de San Juan de Ulúa.
Esos primeros marinos mexicanos lucharon con entrega y valor, hasta lograr expulsar a los españoles y consolidar así la Independencia de nuestra Patria.
Ustedes, marinos de México, son los herederos de nuestros próceres, de quienes pelearon por construir una Nación libre e independiente.
Hoy el Buque Independencia se hace a la mar, simbolizando la fuerza que tiene la Marina Armada de México, como pilar fundamental de la defensa de la soberanía nacional y baluarte de la seguridad de los mexicanos.
Pienso que el nombre que se ha dado, precisamente, a este Buque, Independencia, simboliza la lucha de aquellos próceres, de quienes lucharon por conquistar la Independencia Nacional.
Pero hoy, a los marinos de México, a los mexicanos que sirven en las Fuerzas Armadas y en el Gobierno, y que lo hacemos con orgullo, nos toca, precisamente, preservar la Independencia en memoria de quienes la han conquistado, pero también, como legado que debemos dejar a los que nos suceden.
Como Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, instruyo a la tripulación del Buque Independencia, no sólo a evocar tan singular epopeya de la historia nacional, sino a defender con este Buque la Independencia misma de cualquier amenaza a la soberanía nacional.
Y a todos los marinos de México, a que sigan honrando su uniforme, cada día y cada hora, con dedicación, valor y perseverancia; a que cumplan cada uno de sus actos con el arrojo, la responsabilidad, la disciplina y la lealtad que siempre han distinguido a la Armada de México.
El país los necesita, la Patria estará orgullosa de ustedes, y las mexicanas y los mexicanos se los sabrán reconocer.
Que haya buen viento y buena mar para la Patrulla Oceánica Independencia.
Muchas gracias

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