Andrea Tornielli entrevista al historiador de la Iglesia sucesor de Giuseppe Alberigo
Las cartas robadas al papa
http://vaticaninsider.lastampa.it/, 23 de mayo de 2012
'L'Osservatore Romano' entrevista al sustituto de la Secretaría de Estado, monseñor Angelo Becciu
Benedicto XVI comentó en la Audiencia General del miércoles 30 de mayo los últimos sucesos de difusión ilícita de documentos vaticanos
En un gesto de cercanía, confianza y transparencia, Benedicto XVI se refirió este miércoles 30 de mayo durante la Audiencia General, en lengua italiana, a los sucesos de difusión ilícita de documentos vaticanos que han llevado a la detención de su ayuda de cámara.
'L'Osservatore Romano' entrevista al sustituto de la Secretaría de Estado, monseñor Angelo Becciu
Benedicto XVI comentó en la Audiencia General del miércoles 30 de mayo los últimos sucesos de difusión ilícita de documentos vaticanos
En un gesto de cercanía, confianza y transparencia, Benedicto XVI se refirió este miércoles 30 de mayo durante la Audiencia General, en lengua italiana, a los sucesos de difusión ilícita de documentos vaticanos que han llevado a la detención de su ayuda de cámara.
"Los acontecimientos sucedidos en estos días --dijo el papa--, respecto a la Curia y mis colaboradores, han producido tristeza en mi corazón, pero no se ha ofuscado nunca la firme certeza de que, a pesar de la debilidad del hombre, las dificultades y las pruebas, la Iglesia es guiada por el Espíritu Santo y el Señor nunca le hará faltar su ayuda para sostenerla en su camino".
Benedicto XVI ha comentado luego la actuación de algunos medios de comunicación: "Se han multiplicado, sin embargo, ilaciones, amplificadas por algunos medios de comunicación, totalmente gratuitas y que han ido mucho más allá de los hechos, ofreciendo una imagen de la Santa Sede que no responde a la realidad".
Por último, el papa ha expresado, por ello, su deseo de "renovar mi confianza y mi ánimo a mis más estrechos colaboradores y a todos aquellos que, cotidianamente, con fidelidad, espíritu de sacrificio y en el silencio, me ayudan en el cumplimiento de mi ministerio".
Andrea Tornielli entrevista al historiador de la Iglesia sucesor de Giuseppe Alberigo
http://vaticaninsider.lastampa.it/, 23 de mayo de 2012
.¿Qué opina sobre el caso de los “vatileaks”?
-Me parece un ataque contra el Papa por parte de los que quieren decirle: “te has equivocado al elegir al Secretario de Estado y te has equivocado al no cambiarlo”...
¿Existen antecedentes que se puedan comparar con lo que está sucediendo?
-No, no creo. Hay que decir que el libro no revela grandes novedades; no se trata de “papeles secretos”, es solo correspondencia privada interna: la intención es la de mostrar que no hay ningún control, que puede salir de todo, que los archivos no están bien vigilados.
-¿Qué hay que esperar ahora?
-Yo creo que nada. Este libro representa, según mi opinión, el fin de los “vatileaks”. Creo que todo el “dossier” se encuentra allí: salió un paquete de documentos, conformado por papeles muy diferentes entre ellos y sin ninguna particular relevancia...
- Pero, ¿ se puede decir que las cartas de Boffo al secretario del Papa no tienen relevancia?
-Bien miradas, se trata de noticias que ya habían salido. El telón de fondo vaticano del caso Boffo ha salido durante semanas en la prensa. Las tensiones alrededor de la figura del arzobispo Carlo Maria Viaganò en el Gobernatorado y su “promoveatur ut amoveatur” a Washington también. La oposición del cardenal Angelo Scola a la operación para salvar el San Raffaele por parte del IOR tambiién era conocida. Se pueden dar otros ejemplos. La noticia verdadera es el mensaje que quería enviar el que ha filtrado los documentos. Que es: “no sois capaces de proteger al Papa”.
- ¿Cuáles podrían ser las consecuencias?
-Quien haya robado los documentos será excomulgado “latae sententiae”, la pena más grave, porque con su acción ha amenazado a la persona del Papa.
-Se habla de derecho de crónica y de derecho al carácter reservado de la correspondencia. Según usted, ¿la Santa Sede tiene instrumentos legales para proceder como anunciaron en el comunicado de hace algunos días?
-Quisiera recordar que la correspondencia del Papa es materia concordataria, y desde el concordato de 1929 se pretende la garantía de la confidencialidad. Desde este punto de vista, creo que hay instrumentos legales para proceder e incluso para pedir la colaboración de las autoridades italianas.
-Perdone, pero ¿dónde queda el derecho de crónica?
-No creo que se pueda hablar de derecho de crónica; no ha habido ninguna investigación periodística, sino que alguien recibió un paquete de documentos que fueron publicados. Se trata de material relacionado con las actividades internas de la Santa Sede: que alguien robe estos papeles es una cosa, usarlos es muy otra
El arzobispo Becciu afirma en entrevista que ha visto al santo padre “dolido, porque, por lo que ha podido verse hasta ahora, alguien cercano a él parece responsable de comportamientos injustificables desde cualquier punto de vista. Cierto, en el papa prevalece la piedad por la persona implicada. Pero queda el hecho de que ha sufrido una acción brutal: Benedicto XVI ha visto publicadas cartas robadas de su casa, cartas que no son simple correspondencia privada, sino informaciones, reflexiones, manifestaciones de conciencia, incluso desahogos que ha recibido únicamente en razón de su ministerio. También por eso el pontífice está particularmente dolido, por la violencia que han sufrido los autores de las cartas o los escritos dirigidos a él”.
Según monseñor Becciu, la publicación de estos documentos es “un acto inmoral de inaudita gravedad. Sobre todo porque no se trata únicamente de una violación, ya en sí misma gravísima, de la reserva a la que cualquiera tiene derecho, sino también de un vil ultraje a la relación de confianza entre Benedicto XVI y quien se dirige a él, también para expresar en conciencia una protesta. No se han robado simplemente algunas cartas al Papa, se ha violentado la conciencia de quien se ha dirigido a él como al Vicario de Cristo, y se ha atentado al ministerio del Sucesor del Apóstol Pedro”.
Afirma que no se puede tratar de justificar la publicación de las cartas con una pretensión de transparencia y reforma de la Iglesia: no es lícito robar ni aceptar lo que otros han robado. “Son principios simples, quizá demasiado simples para algunos, pero lo cierto es que cuando alguien los abandona, se pierde fácilmente y lleva también a los demás a la ruina. No puede haber renovación que pisotee la ley moral, quizá basándose en que el fin justifica los medios, un principio que además no es cristiano”.
Algunos de los artículos publicados por la prensa en estos días insisten en que las cartas robadas revelan un mundo turbio dentro de los muros del Vaticano. Monseñor Angelo Becciu señala al respecto que “por una parte, acusan a la Iglesia de gobernar de modo absolutista; por otra, se escandalizan de que algunos, escribiendo al papa, expresen ideas o quejas sobre la organización del gobierno mismo. Los documentos publicados no revelan luchas o venganzas, sino esa libertad de pensamiento que, en cambio, se dice que la Iglesia no permite. (…) Los diversos puntos de vista, incluso las valoraciones contrastantes, son más bien normales. Si alguien se siente incomprendido, tiene todo el derecho de dirigirse al Pontífice. ¿Dónde está el escándalo? Obediencia no significa renunciar a tener un juicio propio, sino manifestar con sinceridad y hasta el fondo el propio parecer, para luego aceptar la decisión del superior. Y no por cálculo, sino por adhesión a la Iglesia querida por Cristo”.
En cuanto a la imagen del Vaticano que se está transmitiendo estos días, el arzobispo afirma que siente mucho que esté tan deformada, pero que “ello nos debe hacer reflexionar y estimularnos a todos nosotros a esforzarnos a fondo para hacer que se vea una vida más conforme con el Evangelio”.
Por último, el arzobispo desea decir a los católicos que “en el Papa no ha disminuido la serenidad que lo lleva a gobernar la Iglesia con determinación y clarividencia. (…) Hagamos nuestra la parábola evangélica que el papa Benedicto ha recordado hace poco: el viento se abate sobre la casa, pero ésta no se derrumbará. El Señor la sostiene y no habrá tempestades que puedan abatirla”.
Según monseñor Becciu, la publicación de estos documentos es “un acto inmoral de inaudita gravedad. Sobre todo porque no se trata únicamente de una violación, ya en sí misma gravísima, de la reserva a la que cualquiera tiene derecho, sino también de un vil ultraje a la relación de confianza entre Benedicto XVI y quien se dirige a él, también para expresar en conciencia una protesta. No se han robado simplemente algunas cartas al Papa, se ha violentado la conciencia de quien se ha dirigido a él como al Vicario de Cristo, y se ha atentado al ministerio del Sucesor del Apóstol Pedro”.
Afirma que no se puede tratar de justificar la publicación de las cartas con una pretensión de transparencia y reforma de la Iglesia: no es lícito robar ni aceptar lo que otros han robado. “Son principios simples, quizá demasiado simples para algunos, pero lo cierto es que cuando alguien los abandona, se pierde fácilmente y lleva también a los demás a la ruina. No puede haber renovación que pisotee la ley moral, quizá basándose en que el fin justifica los medios, un principio que además no es cristiano”.
Algunos de los artículos publicados por la prensa en estos días insisten en que las cartas robadas revelan un mundo turbio dentro de los muros del Vaticano. Monseñor Angelo Becciu señala al respecto que “por una parte, acusan a la Iglesia de gobernar de modo absolutista; por otra, se escandalizan de que algunos, escribiendo al papa, expresen ideas o quejas sobre la organización del gobierno mismo. Los documentos publicados no revelan luchas o venganzas, sino esa libertad de pensamiento que, en cambio, se dice que la Iglesia no permite. (…) Los diversos puntos de vista, incluso las valoraciones contrastantes, son más bien normales. Si alguien se siente incomprendido, tiene todo el derecho de dirigirse al Pontífice. ¿Dónde está el escándalo? Obediencia no significa renunciar a tener un juicio propio, sino manifestar con sinceridad y hasta el fondo el propio parecer, para luego aceptar la decisión del superior. Y no por cálculo, sino por adhesión a la Iglesia querida por Cristo”.
En cuanto a la imagen del Vaticano que se está transmitiendo estos días, el arzobispo afirma que siente mucho que esté tan deformada, pero que “ello nos debe hacer reflexionar y estimularnos a todos nosotros a esforzarnos a fondo para hacer que se vea una vida más conforme con el Evangelio”.
Por último, el arzobispo desea decir a los católicos que “en el Papa no ha disminuido la serenidad que lo lleva a gobernar la Iglesia con determinación y clarividencia. (…) Hagamos nuestra la parábola evangélica que el papa Benedicto ha recordado hace poco: el viento se abate sobre la casa, pero ésta no se derrumbará. El Señor la sostiene y no habrá tempestades que puedan abatirla”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario