RAMOS
NO SE CALLA… DESDE ALLÁ/Jorge Fernández Menéndez
Excelsior, 24 de abril de 2015
Le
interesa más convertirse en una figura pública...
Hace
15 años, era el 2000, un comunicador conocido entonces en el mercado latino de
Estados Unidos, fue contratado para hacer un programa de radio en México.
Comenzó mal, en la campaña que se hizo para promocionarlo decía, en primera
persona, que regresaba a México porque “ahora sí había libertad”, dando a
entender que la falta de libertad era la razón por la que había dejado el país.
En realidad, se había ido buscando, como muchos, un nuevo país y un nuevo
destino. Ese comunicador, un hombre respetado, por cierto, luego de una carrera
de unos pocos años en México, en otros ámbitos, regresó a Estados Unidos, donde
hoy sigue trabajando.
Ramos
dijo también que lleva “en el corazón al puñado de periodistas” que hicieron la
investigación sobre la casa de la esposa del presidente Peña y que por eso
“fueron despedidos de su trabajo”.
Ramos
nunca ha trabajado profesionalmente en México, pero lo menos que se le podría
pedir es que refrendara con su propia investigación los hechos que dice
denunciar. Pero no trabaja sobre México. Lo he escuchado informar en sus
espacios, muchas veces, sobre la violencia en nuestro país, pero no recuerdo un
solo reportaje de fondo de Ramos en su espacio, en la televisión de Estados
Unidos, sobre, por ejemplo, cómo funciona el narcotráfico en Estados Unidos,
quiénes son los capos, dónde queda el dinero, cómo se infiltra en las propias
esferas del gobierno de ese país. Quizá porque como dijo Bob Woodward, cuando
le preguntaron por qué no hacía un libro sobre el narcotráfico en Estados Unidos,
investigar ese tema “es muy peligroso”.
Eso
se hace cotidianamente en México. Perdón, pero con todo respeto a Ramos y a
Carmen Aristegui, hay muchos periodistas que hacen seria y profesionalmente su
labor y que desde hace años no se callan ni hablan desde la comodidad que da la
distancia y el cobijo. Tiene todo el derecho Ramos de pedir la renuncia de
Peña, o de quien sea, por la Casa Blanca, aunque hasta ahora no se haya probado
delito alguno. Yo no recuerdo, tan cercano que es Ramos a los demócratas, que
haya realizado alguna investigación sobre el caso de las propiedades
inmobiliarias de los Clinton, el caso Whitewater. Mucho menos pedido la
renuncia del entonces presidente. Después de varios años de escándalo mediático
y judicial, incluyendo el caso Lewinsky, el matrimonio Clinton fue absuelto.
¿No merece Peña, por lo menos, el mismo tratamiento de parte de Ramos?
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