Los beneficiarios, un pequeño grupo de gasolineros/JENARO VILLAMIL
Revista Proceso # 2096, 1 de enero de 2017
El aumento en el precio de las gasolinas a partir de este enero, así como las tarifas diferenciadas del combustible en 90 regiones del país, no beneficiará al consumidor ni al mercado libre de las gasolinas, sino a “un grupo muy pequeño de gasolineros y sus relaciones con los grupos de poder”, a quienes la Secretaría de Hacienda les “adelantó su regalo” de Año Nuevo.
Así lo destaca el economista Ramiro Tovar Landa, profesor del Instituto Tecnológico Autónomo de México y especialista en temas de competencia económica, quien advierte también que el incremento de los precios de las gasolinas “hará más rentable la ordeña ilegal de los ductos petroleros y esta mafia (que los saquea) se volverá un problema mayor”.
Consultado por Proceso, el economista señala que el principal error de la medida anunciada el pasado 27 de diciembre por la Secretaría de Hacienda fue combinar la liberación del mercado de las gasolinas –anunciada desde abril de 2016 por el presidente Enrique Peña Nieto– con un incremento tan grande en el precio del combustible.
“Lo que más le duele y molesta a la población es que se les prometió que no iba a haber más gasolinazos. Eso nunca se debió haber dicho. La población en México no está acostumbrada a que se muevan los precios de las gasolinas, como en Estados Unidos, pero menos estará acostumbrada si no se les explica bien y se justifica un incremento tan alto”, dice el especialista al abordar los duros efectos políticos y el descontento generalizado ante la medida.
“Para liberar el mercado de las gasolinas, medida que considero adecuada, no era importante aumentar los precios. Lo correcto hubiera sido dejar los precios, sin incrementarlos, y a partir del precio máximo y de los precios internacionales de referencia, como los de la costa del Golfo de Estados Unidos, ir aumentándolos”, reflexiona Tovar Landa.
“La liberación de las gasolinas tiene por objetivo que converjan los precios con diferencias sólo por costos de transporte e infraestructura por regiones, con las variaciones del tipo de cambio y las diferencias de impuestos, pero la ineficiencia logística del transporte y distribución existentes en el país serán trasladadas con un alto costo al consumidor.
“Incluso, se podrán agudizar las prácticas monopólicas de los grupos gasolineros que distribuirán por regiones, mientras dure esta etapa de transición. En otras palabras, si el objetivo era dejar de subsidiar a los consumidores mexicanos de gasolinas con precios bajos, ahora vamos a subsidiar y transferirle recursos a ciertos grupos gasolineros”, explica.
Los grupos privilegiados
Según un estudio de la Secretaría de Energía –“Diagnóstico de la industria de petrolíferos en México”–, en nuestro país hay 11 mil 431 gasolineras administradas bajo el esquema de franquicias privadas. De estas franquicias, 22% se concentra en los estados de México, Jalisco y Veracruz.
La Comisión Reguladora de Energía estimó que la liberación del mercado de las gasolinas permitirá aumentar a 12 mil estaciones más en todo el país.
Según la información oficial, los principales grupos que ya participan con estaciones propias de gasolina son Oxxo Gas, del regiomontano Grupo FEMSA, que tiene 348 en 14 entidades del país, es decir 3% de este mercado, y pretende llegar a 500 a finales del próximo año; Petro-7, de la cadena Seven-Eleven, que tiene 215 en nueve entidades y espera contar con 35 más en 2017; Full Gas, que traerá la marca Texaco a México a partir del segundo semestre de 2017 y actualmente tiene 50 gasolineras en el país; Gulf, que pretende invertir en los próximos tres años en cerca de 2 mil estaciones; e Hidrosina, que posee sólo siete y pretende triplicar el número el próximo año.
Tan sólo para el tercer trimestre de 2016 Oxxo Gas registró ingresos por 7 mil 548 millones de pesos, 35% más que en 2015. Pertenece a la red más grande y rentable de tiendas de América Latina, la más importante comercializadora de productos Coca-Cola y de cervezas en el país. Sólo en México tiene más de 10 mil tiendas.
Con Oxxo Gas, el Grupo FEMSA ofrece a sus clientes: “además de que cargues combustible, ganes con nuestras constantes promociones que tenemos para ti”, destaca su información oficial en la página www.oxogas.com.
Los ingresos de la división de combustibles de FEMSA aumentaron casi 35% en el tercer trimestre de 2016.
En marzo de 2016 la agencia Notimex reportó que Gulf dio a conocer que buscará abarcar 25% del mercado de gasolineras en México y operar hasta 2 mil estaciones.
Más barata en EU
Para sustentar su argumentación, Tovar Landa ejemplifica con los precios de referencia de la costa del Golfo en Estados Unidos, donde el litro de gasolina cuesta el equivalente a 0.55 dólares, mientras en México estaba en 0.67 dólares. Con el incremento, en México oscilará entre 0.72 y hasta 0.79 dólares en la Ciudad de México, según el tipo de cambio actual.
“De golpe, están incrementando de 22% a más de 40% el diferencial entre los precios de las gasolinas en Estados Unidos y en México. ¿Por qué? Quizá para beneficiar a estos nuevos grupos gasolineros durante la transición de enero a marzo del próximo año”, indica.
De acuerdo con el mapa elaborado por la US Energy Information Administration, los precios de referencia de la gasolina en la costa del Golfo de Estados Unidos son de 2.08 dólares por galón. Un galón equivale a 3.78 litros. Al convertirlo a pesos mexicanos, resulta que el litro de gasolina en Estados Unidos es 22% más barato que en México.
En la costa oeste el precio del galón es de 2.59 dólares, y en la este, de 2.24, mientras en el medio oeste es de 2.28 dólares. En Estados Unidos el precio al mayoreo es 61% del precio que finalmente determinarán para las gasolinas importadas por México.
–La Secretaría de Hacienda argumenta que el subsidio a las gasolinas beneficiaba a los sectores de más altos ingresos. ¿Qué opina de esta posición oficial? –se le pregunta a Tovar Landa.
–El subsidio a las gasolinas era insostenible, pero igual de insostenible será ahora que los consumidores paguen por la ineficiencia de Pemex tanto en transporte y distribución como en sus estados financieros, y en las rentas anticompetitivas de los grupos gasolineros. Ahora habrá un subsidio del consumidor hacia Pemex y hacia los grupos gasolineros. Ahora será igual o más perverso el subsidio, pero en sentido inverso.
–También argumenta la Secretaría de Hacienda que los precios tenderán a disminuir.
–Aunque posteriormente, con los años, tienda a disminuirse el diferencial con Estados Unidos de entre 10 a 15%, ahora es una transferencia neta del público consumidor a empresas gasolineras, entre ellas a Pemex.
–Pemex está argumentando que también acabarán con la ordeña de ductos que ejerce el crimen organizado.
–Este incremento tendrá efectos en dos grupos que tenderán a cometer ilegalidades: en el crimen organizado que realiza la ordeña, porque aumentará la rentabilidad del ilícito, y en los grupos monopólicos del mercado regional, pues se dará una colusión entre grupos gasolineros. Esto significará un desafío para las autoridades de la Comisión Federal de Competencia Económica, que deberán redoblar su vigilancia frente a las conductas monopólicas, y Pemex tendrá que sofisticar la seguridad de sus ductos ante el crimen organizado.
Los efectos inflacionarios
Aunque las versiones oficiales insisten en que el impacto inflacionario será “mínimo” y no superará 4%, Tovar Landa prevé que “vamos a tener una inflación arriba de 5 y debajo de 7% a finales de 2017”.
“Esto es algo que no habíamos vivido en los últimos 20 años. Este repunte inflacionario no lo habíamos vivido desde la crisis del 95”, abunda.
Por su parte, en un análisis publicado el pasado 28 de diciembre, el centro de estudios de BBVA-Bancomer pronosticó que la inflación de 2017 “rebasará el 4%” y “no regresará al rango-objetivo hasta 2018”; indicó que alcanzará un rango máximo entre julio y diciembre del próximo año con 5%, y para el cuarto trimestre de 2017 podría ubicarse en 4.67%.
“Estas previsiones ya suponían además un mayor rito de traspaso del tipo de cambio a los precios (pass-through) que, no obstante, seguimos anticipando que no supondrá efectos de segundo orden”, explica el reporte.
“La mayor inflación se traducirá en una peor evolución de los salarios, con un posible impacto adicional sobre el dinamismo del consumo privado”, sentencia BBVA-Bancomer.
Otras instituciones financieras también revisaron al alza sus previsiones del impacto inflacionario de la medida: CitiBanamex pronosticó una inflación de 4.80% para 2017; Finamex Casa de Bolsa la modificó a 4.4%, es decir, todas por arriba del 3.3% que había previsto el Banco de México.
A su vez, los senadores Dolores Padierna, del PRD, y Mario Delgado, de Morena, coincidieron en criticar el incremento a las gasolinas por considerar que es una estrategia para “hacer atractivo el negocio” a las gasolineras privadas, y porque el nuevo esquema de “trato diferenciado” por regiones beneficiará a las zonas más ricas y urbanas, frente a las más pobres.
En un comunicado de prensa, Padierna advirtió que el nuevo esquema de fijación de precios se compone de una carga fiscal fija (Impuesto Especial sobre Productos y Servicios e IVA), que es de 6.52, 6.06 y 7.30 pesos por litro para Magna, Premium y diésel, respectivamente, y el resto será determinado por “el costo del combustible, ya sea abastecido por Pemex o importado, más los costos de logística (almacenamiento y transporte) y la utilidad de los expendedores”.
“Los costos de logística dependerán de diversos factores, como la cercanía de distribución o importación y el medio de transporte que se utilice. Este esquema de fijación de precios propiciará un trato diferenciado, ya que las regiones que cuenten con infraestructura adecuada de almacenamiento, transporte por ductos y estaciones de servicio, como es el caso de las grandes ciudades, tendrán precios menores a los que no lo tengan, que es el caso de las zonas menos desarrolladas”, explicó Padierna.
“Es decir, las zonas más ricas pagarán menores precios que las más pobres”, sostuvo la senadora del PRD.
Mario Delgado también reprochó la metodología utilizada para determinar los precios máximos trasladando los costos del transporte, ya que provocará que las zonas más pobres paguen más.
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