Aseguran que el ‘Chapo’ tiene buena salud y está aprendiendo inglés
El Debate, 23 marzo, 2017/Redacción
La Fiscalía Federal de Brooklyn aseguró que Joaquín el Chapo Guzmán Loera se encuentra bien de salud y hasta está aprendiendo inglés.
Lo anterior luego que los abogados de oficio, Michael K. Schneider, Michelle A. Gelernt y Edward S. Zas, aseguraron que el capo sinaloense sufre de dolores de cabeza, alucinaciones auditivas y que su salud empeora debido a su casi total aislamiento.
El Semanario Zeta informó que en un documento de 40 páginas presentado a la Corte el martes, la Fiscalía insiste en la necesidad de mantener las estrictas condiciones de detención del narcotraficante, de 59 años de edad, cuyo juicio no tiene aún una fecha de inicio, según lo informó hoy la agencia francesa AFP.
“Aunque el acusado se queja de sus condiciones de detención, una de sus abogadas mexicanas, Silvia Delgado, dijo a la prensa que el tratamiento del acusado, quien enfrenta 17 cargos criminales en Estados Unidos, ha sido mucho mejor que en México, al punto que la salud del acusado está mejorando”, afirmó la Fiscalía estadounidense.
Sobre sus quejas de alucinaciones auditivas, una visita del psicólogo de la cárcel reveló que “el acusado había estado oyendo simplemente sonidos de una radio” de un miembro del personal carcelario.
Además, la Fiscalía negó que el Chapo esté en casi total aislamiento, porque 30 personas han sido autorizadas a visitarlo y tiene en promedio 21 horas de reuniones semanales con sus abogados y asistentes legales.
Entre el 19 de enero y el 17 de marzo, el delincuente tuvo visitas de “varias horas” todos los días, salvo cinco.
Asistentes legales de sus abogados lo visitan generalmente entre las cinco de la tarde y las ocho de la noche y “durante esas reuniones, los asistentes parecen estar enseñando inglés al acusado, así como leyéndole en español” los diarios, según el documento de la Fiscalía, citado por AFP.
Un guardia carcelario sacó esta conclusión cuando vio a un asistente levantando una hoja de papel y pronunciar una palabra, que luego Guzmán pareció repetir.
Según reportes de la prensa mexicana, el Chapo no terminó la primaria y sería casi analfabeto. La Fiscalía negó también que el capo sinaloense no pueda distinguir entre el día y la noche como dicen sus abogados, ya que posee en su celda -“a mayor de la unidad”- una pequeña ventana con vidrio esmerilado que permite la entrada de luz.
El Chapo se quejó además, de que el agua de la canilla “estaba irritando su garganta”, y pidió a la Oficina de Prisiones que se le permita comprar agua embotellada. También pidió que se traduzca al español la lista de ítems en venta en la cárcel. Y ambos pedidos fueron atendidos, aseguró la Fiscalía estadounidense.
Guzmán Loera exige reunirse o hablar por teléfono con su esposa, Emma Coronel Aispuro, de 27 años, madre de sus hijas mellizas, sobre todo para conversar con ella sobre la elección de abogados privados y ver si posee o cómo consigue los fondos para pagarlos. Pero la Fiscalía insiste en que ni Coronel ni nadie de su familia -con excepción de sus hijos menores de edad- debe hablar con él, porque esto puede provocar la “muerte o heridas corporales serias” de terceras personas.
Dichas comunicaciones con su esposa u otros familiares pueden hacerse por escrito y deben ser vigiladas por las autoridades, afirmó el gobierno.
La Fiscalía recordó que ya en el pasado el Chapo usó a abogados y familiares para seguir controlando el Cártel de Sinaloa desde la cárcel, y luego, para escapar.
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El Chapo tiene alucinaciones en prisión: oye música en una radio apagada
Según sus abogados, el narcotraficante ha perdido la noción del día y la noche. Tenía un reloj pero se lo quitaron y no le dejan ver televisión
AMANDA MARS
El Pais, Nueva York 15 MAR 2017 - 13:33 CST
Hace tiempo que El Chapo perdió la noción del tiempo, del día y de la noche, recluido 23 horas diarias en una celda sin ventanas en la que tirita de frío y está empezando a perder la cabeza. Se queja de que oye música, pese a que la radio está apagada. Los abogados que defienden a Joaquín Guzmán Loera en Estados Unidos describen como una pesadilla el día a día del considerado mayor narcotraficante del mundo. Los letrados advierten de que su estado ha empeorado en las últimas semanas y reclaman que se suavicen sus condiciones de reclusión.
Desde que fue extraditado por México, el 19 de enero, El Chapo está recluido en el Metropolitan Correctional Center (MCC), en Nueva York, en un recinto de máxima seguridad famoso por sus condiciones extremas. En una moción presentada esta semana, su defensa relata que la climatización de su celda funciona mal y que a menudo le falta ropa de abrigo y pasa frío. La luz eléctrica siempre está encendida, incluso cuando es de noche, de modo que le cuesta distinguir en qué momento del día está. “Compró un pequeño reloj -dentro de un economato que hay en el centro-, pero se lo quitaron de la celda sin explicación. Sin ventana ni acceso a la luz natural, el reloj era su única manera de distinguir el día de la noche”, explica el documento.
El Chapo debería poder ver una hora de televisión diaria de lunes a viernes, pero el televisor al que tiene acceso está siempre apagado porque, según los responsables de su vigilancia, “están buscando programas adecuados, como documentales de National Geographic”. Además, su tiempo catódico coincide con la única hora de ejercicio a la que tiene derecho, en una sala sin ventanas al exterior.
Hasta ahora, las únicas visitas que recibido Guzmán Loera son de sus abogados, que además no pueden trasladarle ningún tipo de mensaje de su mujer, Emma Coronel. El capo no puede hablar con ningún interno y ningún guardia tiene permitido establecer conversación con él. En Estados Unidos tiene que responder por 17 delitos, que podrían implicar una condena a cadena perpetua. Los fiscales consideran además que es responsable de miles de muertes, secuestros y torturas en todo el mundo, sobre todo en México, además de dueño del mayor imperio de la droga, formado a lo largo de cuatro décadas.
Las dos fugas que protagonizó en México –la última, en 2015, fue una humillación nacional– han llevado a la justicia americana a extremar las precauciones. Sus abogados consideran sin embargo que el trato a Guzmán viola la primera, la quinta y la sexta enmienda de la Constitución. El recinto de máxima seguridad del MCC, la llamada Unidad 10, ha sido denunciada también por Amnistía Internacional.
Pese a que sus abogados alertan que la situación es insostenible, El Chapo empezó a sufrir achaques físicos y psíquicos ya en México, aunque su aislamiento era menor del que sufre ahora y podía recibir las visitas de su esposa. Sus condiciones actuales, según explican los abogados, se han deteriorado gravemente.
Guzmán pidió ver a un sacerdote y recibió la visita de dos que habían sido previamente autorizados, pero el encuentro con el primer religioso no duró más que unos pocos minutos porque este no hablaba español, mientras que el segundo usó a un guardia como traductor.
En la moción, la defensa también teme los efectos de toda la expectación mediática que genera la historia del narcotraficante y los libros y películas que se están produciendo sobre su vida (como la nueva serie de Netflix o un filme de Ridley Scott), ya que, a su juicio, predispone a considerarle culpable. Los abogados critican que su cliente no pueda hablar con la prensa y ofrecer su versión de los hechos cuando se difunde un relato que da por hecha la culpabilidad. El Chapo ha caído en la trampa de su propia leyenda.
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