6 mar 2017

Operativo Nochixtlán: Cronología del fracaso

Según la CEA hasta el 24 de agosto pasado un total de 96 personas han sido inscritas en el Registro Nacional de Víctimas; siete de ellas civiles que perdieron la vida...
Revista Proceso #2105, 5 de marzo de 2017..
Operativo Nochixtlán: Cronología del fracaso/PATRICIA DÁVILA
Los testimonios de oficiales y policías que forman parte de la investigación sobre la matanza del 19 de junio del año pasado en Nochixtlán, Oaxaca, desmienten a los funcionarios de los dos niveles que en un principio negaron haber enviado efectivos armados a “liberar” la autopista de manifestantes. Las declaraciones confirman que un grupo de uniformados portaba armas cortas y largas, y las dispararon al sentirse en riesgo, cuando falló el operativo planeado por mandos superiores del Cisen, Gobernación y la Policía Federal.
El Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), la Secretaría de Gobernación (Segob) y la Policía Federal (PF) encabezaron la Mesa de Mando que ordenó el operativo en Nochixtlán el domingo 19 de junio de 2016. Al frente iban 174 elementos de la División de Gendarmería Nacional, 32 de ellos con armas largas y cortas. Éstos fueron quienes dispararon contra los civiles, de los cuales ocho murieron y casi un centenar quedaron heridos.
El comisionado de la Policía Estatal de Oaxaca, Froylán Carlos Cruz (cuya declaración está en el concentrado de las carpetas de investigación 1694/A.N./2016, 1695/A.N./2016, 1696/A.N./2016, 1697/A.N. /2016, 1698/A.N./2016, 1701/A.N./2016 y 17 03/A.N./2016 a las que este semanario tuvo acceso) es contundente al describir la participación de las instancias federales:

“Hubo varias reuniones previas, entre ellas el día sábado 18 de junio de 2016, como a las 10 de la mañana, en las oficinas de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado de Oaxaca, a la que asistí en atención a la instrucción que me dio el secretario de Seguridad Pública del Estado, Jorge Alberto Ruiz Martínez. Llegando a la junta el secretario general de Gobierno, Carlos Santiago Carrasco, el delegado de Gobernación (Segob) Germán Garciamoreno Ávila, el delegado del Cisen Ernesto Salcedo, el inspector jefe de la Policía Federal Jorge Isaac Trujillo Morales, Jaciel Vázquez Castro, coordinador de la Agencia Estatal de Investigaciones.
“El delegado del Cisen expuso a todos los asistentes el tema de Nochixtlán, de los bloqueos, de la gente enfadada por el bloqueo a esta carretera tan importante, porque ya había muchas filas de vehículos parados. El delegado del Cisen y el secretario de Gobierno comentaron que tenían la preocupación de solicitar el apoyo del gobierno federal y le preguntaron al inspector jefe Trujillo si tenía alguna instrucción, pero respondió que no.”
Una vez que concluyó la exposición del delegado del Cisen, Trujillo Morales informó que ya se encontraba en Oaxaca el comisario jefe Luis Enrique Cobián López y Cobián, quien proponía que todos los que estaban en la junta se trasladaran al puesto de mando de la PF, ubicado en el hotel Misión Oaxaca. Llegaron ahí aproximadamente a las 15:30 horas.
Salcedo, el delegado del Cisen, expuso la problemática y el secretario de Gobierno, Santiago Carrasco, dijo que se requería el apoyo de la federación porque las instituciones locales “no podían con el problema”.
“Observé que el comandante Cobián se levantaba y hablaba por teléfono, supuse que pedía instrucciones a sus superiores… Me retiré del centro de mando como a las 20:30 horas. Antes de irme, Cobián preguntó al secretario con cuántos elementos podía apoyar la Policía Estatal, le dijo que con 400. Aclaró que sólo era para liberar de acuerdo a los protocolos el bloqueo de Nochixtlán, localizado en la supercarretera y carretera federal 190”, declaró Carlos Cruz, el comisionado de la policía oaxaqueña, ante la Agencia Primera Investigadora Oaxaca de la Procuraduría General de la República (PGR) FED/OAX/OAX/0000820/2016.
“Entre las 11:00 y 11:30 de la noche me habló el secretario de Seguridad Pública de Oaxaca, diciéndome que el operativo Nochixtlán se aplicaría y que el mando lo llevaría la Policía Federal. Por radio avisé al comandante Peralta (Juan Peralta Alavez, encargado de las Fuerzas Estatales) y le pedí que se coordinara con el comandante Guerrero, de la Policía Federal, quien llevaría el mando del operativo”, puntualiza.
Al día siguiente, domingo 19, Froylán Carlos Cruz llegó a las 7:30 horas al Centro de Mando, donde estaba el comandante Campos, de la División de Gendarmería. “Le dije que habíamos madrugado, porque a las 4:20 de la mañana el comandante Peralta me informó que estaban en movimiento hacia las instalaciones de Capufe que están en el entronque a la supercarretera, en  donde se concentraron los efectivos.
“Posteriormente, el mismo comandante me dijo que ya iban a iniciar el movimiento hacia el lugar, no recuerdo la hora, sólo que el comandante Peralta me informó que el comandante Guerrero, de la federal, le mandó ir al frente del operativo. Quería saber si era correcto porque la Policía Estatal sólo iba de apoyo a la federal. Le indiqué que acatara la orden del comandante Guerrero, puesto que era quien llevaba el mando del operativo.”
Los 400 policías estatales llevaban escudo, casco, tolete y gas lacrimógeno. No todos tienen equipo antimotines completo; sólo algunos llevaban rodilleras y coderas. Por protocolo de seguridad, se envió una patrulla con seis elementos y únicamente ellos portaban armas de fuego, de los cuales cinco llevaban armas cortas y largas, mientras que el conductor nada más un arma corta. Estos policías brindarían seguridad al convoy compuesto por 22 patrullas, tres camiones Kodiak y un autobús.
Al llegar cerca de Nochixtlán, dicha patrulla retornó hacia la caseta de Huitzo, donde permaneció durante toda la operación, de acuerdo con el parte informativo del comandante Peralta. En la acción también participaron 400 policías federales.
Fracaso y repliegue
El declarante, comisionado de la Policía Estatal Carlos Cruz, menciona que el Protocolo de Actuación Policial para uso Legítimo de la Fuerza señala que cuando se trata de un desalojo sólo se lleva equipo antimotines. También indica que el primer paso es llegar al lugar y convencer a las personas de que desistan de su actuación; en caso de una actitud negativa o agresiva que ponga en riesgo la integridad física se aplicará el segundo caso: el uso racional de la fuerza.
Resalta que en Nochixtlán se agotaron los dos puntos, pues la reacción de los pobladores fue extremadamente agresiva: les lanzaron piedras, bombas molotov y cohetones, por lo que los uniformados emplearon los gases lacrimógenos.
En la confrontación, 25 policías estatales resultaron lesionados con quemaduras de cohetones, golpes y pedradas. Dos estaban graves: un herido en el ojo izquierdo y el otro con un balazo en la pierna izquierda.
“Todo lo que sucedía el 19 de junio me era reportado vía radio por el comandante Peralta –relata el entonces comisionado Carlos Cruz– y como a las 9:00 o 9:30 de la mañana me dice que les estaban disparando, que inicialmente eran como 300 personas, más tarde, como a las 12:35 horas, calculaba como 1200 las que estaban tanto al frente como a los alrededores de los gendarmes; 10 minutos después que tuve conocimiento de la situación crítica, ordené al oficial del Cuartel de la Policía Estatal que juntara los elementos que pudiera para que fueran en apoyo a Nochixtlán, pero no pudieron pasar por los bloqueos en Viguera y Hacienda Blanca. Se había logrado reunir a160 policías en apoyo.”
El secretario de Seguridad Pública le indicó a Carlos Cruz que se trasladara a Nochixtlán para organizar el repliegue de la Policía Estatal y agregó que el comandante Campos, de la Gendarmería, iría para hacer lo mismo con las Fuerzas Federales. A las 13:30 horas los dos oficiales volaron juntos en un helicóptero de la PF.
“Desde las alturas –prosigue el mando estatal– se visualizaba un panorama extremadamente crítico, debido a la cantidad de humo, detonaciones y gente que tenía rodeadas a las fuerzas de seguridad. Bajamos, ya estaban (ahí) el comisario jefe de la PF Luis Enrique Cobián López y Cobián, el comandante Trujillo, el comandante Guerrero y el comandante Peralta. Me dijeron que era imposible contener a los manifestantes. Como a eso de las 14:30 horas le ordené que iniciara el repliegue.”
En las instalaciones de Capufe ya no pudieron avanzar, pues desde ahí hasta el entronque a Viguera había barricadas de vehículos quemados, llantas, palos y rocas. Los refuerzos se desviaron por las riberas del río Atoyac y llegaron al cuartel de Santa María Coyotepec como a las nueve de la noche.
Miedo y disparos
La Comisión de Seguimiento a los hechos ocurridos en Nochixtlán, instalada por la Comisión Permanente del Congreso, asentó en su informe otros datos que confirman los disparos por parte de la Gendarmería Nacional:
“9:00 horas, el Comisario Encargado del Sexto Agrupamiento y Representante de la División de Gendarmería en la Mesa de Coordinación Oaxaca se comunica con el encargado del Segundo Agrupamiento para instruirle auxiliar y rescatar a los integrantes de la División de Fuerzas Federales de la Policía Federal, Estatal y Ministerial del Estado que llevaban a cabo un operativo en la carretera 135-D y la 190 a la altura del kilómetro 178+200, aproximadamente a la altura del poblado de Asunción Nochixtlán. Ello, derivado de la solicitud de auxilio y apoyo que realizaba el inspector en jefe de la División de Fuerzas Federales.”
En sus propios testimonios los pobladores relataron a los legisladores que a esa hora se percataron de la presencia de los agentes porque vieron el reflejo del sol en cascos y escudos de los policías en las laderas de un cerro, cuando bajaban hacia el entronque de la autopista 135-D y la carretera federal 190.
A las 9:15 horas, un helicóptero sobrevoló la zona. Unos 20 minutos después el enfrentamiento había alcanzado un punto álgido y se tuvo conocimiento de los primeros tres elementos lesionados (suboficial, policía tercero y el inspector general) por artefactos explosivos.
Según los federales, ante el ataque con arma de fuego y diferentes objetos y artefactos explosivos estaba “en riesgo real e inminente la vida e integridad tanto de los integrantes heridos como el personal que estaba replegando a los manifestantes”.
Por su parte, integrantes de organizaciones no gubernamentales informaron que a esa hora también escucharon detonaciones de arma de fuego desde los hoteles, sólo que tenían como propósito replegar a la gente que se estaba movilizando en la zona.
A las 09:30 horas el Segundo Agrupamiento de la División de Gendarmería salió de las instalaciones del cuartel móvil, ubicado en el Parque Industrial Maquilador Oaxaca 2000. Eran 175 uniformados: 143 dotados de equipo antimotines y sin armas de fuego, 32 con equipo táctico compuesto (31 con armas cortas y largas y uno con arma corta) a bordo de tres autobuses de apoyo y los 10 carros radio patrulla con números económicos 16068, 15823, 15840, 15822, 15818, 16177, 16267, 15811, 15800 y 16764.
A las 10:30 horas, el comisario jefe de la División de Fuerzas Estatales solicitó el “apoyo del personal policial que se encontraba a bordo de la unidad con número económico 1590, mismo que se localizaba en el entronque de la carretera federal 190 y 135, ya que esta unidad sólo brindó seguridad al personal que acudió al desbloqueo, apreciando que aproximadamente a las 10:30 horas arribó en apoyo un grupo de la Gendarmería de la Policía Federal, y minutos después nuestro personal de apoyo”.
Los 175 integrantes de la División de Gendarmería llegaron 10 minutos después y se colocaron en la primera línea de contención, en apoyo a sus compañeros agredidos. Los policías federales narraron que en ese momento escucharon disparos provenientes de los manifestantes. Los elementos equipados de la División de Gendarmería se desplegaron a los lados del contingente de la policía para protegerlo.
Los 32 efectivos de la Gendarmería Nacional que iban armados contaban con 22 fusiles automáticos marca DSA, modelo SA58, calibre 7.62×51 milímetros; nueve fusiles automáticos marca Ceska Zbrojovka, modelo 805 Bren A1, calibre 5.56×45 milímetros, y 32 pistolas marca Ceska Zbrojovka, modelo P-09, calibre 9 milímetros.
Por su parte, 24 elementos de la División Vial de la Policía Estatal de Oaxaca tenían a su cargo nueve armas largas y 15 cortas.
Cuando los efectivos de la Gendarmería arribaron al kilómetro 178+200, tramo Huitzo-Asunción-Nochixtlán, en donde los contingentes de la División de Fuerzas Federales, Policía Estatal y Policía Ministerial del Estado llevaban a cabo el operativo para liberar las vías de comunicación, observaron que en el camino para llegar a la localidad había muchos manifestantes, cuyo número se incrementaba a cada minuto. Calculan que llegaron a concentrarse dos millares de inconformes que protestaban violentamente.
Agregan que “también se escuchaban detonaciones de armas de fuego provenientes del lado de los manifestantes”, por lo que resultaron lesionados cuatro policías varones y una mujer, quienes fueron trasladados en el helicóptero PF-12 y por vía terrestre en una ambulancia. El documento de la Comisión de Seguimiento no ofrece más detalles al respecto.
Elementos de la Gendarmería señalaron que los disparos con arma de fuego provenían del panteón cercano y de un terreno plano con matorrales y maleza.
En una reunión efectuada el 18 de agosto de 2016 entre legisladores y elementos lesionados de la PF, un agente de la División de Gendarmería relató que después de recibir una solicitud de apoyo les ordenaron auxiliar a elementos de otras corporaciones policiacas:
“Después de que se empezaron a recibir heridos por armas de fuego, hubo la instrucción de que una pequeña parte del personal llevara su equipo táctico…”. Él llevaba una pistola 9 milímetros y, aseguró, “la tuvo que accionar”.
Según la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, hasta el 24 de agosto pasado un total de 96 personas han sido inscritas en el Registro Nacional de Víctimas; siete de ellas civiles que perdieron la vida.



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