2 dic 2007

Manifiesto a la Nación

Manifiesto a la Nación No. 6
Grupo: Tendencia Democrática Revolucionaria-Ejército del Pueblo
(Textual)
"Entonces, meterse al pueblo, ser pueblo, es la primera tarea. Luego de allá sacar la enseñanza del pueblo, sacar la línea, sacar la orientación, ésa es la segunda tarea, pero, luego con eso, crear una organización es el tercer paso y es la tercera tarea (…) El cuarto paso es la teoría (…) Estudiar la teoría no para imponerla, sino para compararla con lo que uno va aprendiendo del pueblo (…) El quinto punto es la colaboración mutua entre todas las organizaciones, entre los grupos o sea ayuda de aquí para allá y ayuda de allá para acá."
(Lucio Cabañas Barrientos)
A los pueblos de México.
A los pueblos del mundo.
A la Asamblea Popular de los Pueblos de México.
A las mujeres y hombres libres de la Convención Nacional Democrática.
Al EZLN y organizaciones adherentes de La Otra Campaña antineoliberal y anticapitalista.
A las organizaciones revolucionarias armadas del país.
Hace 33 años, perseguido y cercado por el ejército federal, cayó en combate Lucio Cabañas Barrientos, sencillo e inquebrantable dirigente y luchador social contra la injusticia en México.
Lucio Cabañas abrazó la causa de los pobres, desde su natal Guerrero, y luchó sin descanso por la transformación social profunda del país a lo largo de su trayectoria como líder estudiantil, maestro rural, militante comunista, fundador y dirigente del Partido de los Pobres (PDLP) y respetado jefe guerrillero de la Brigada Campesina de Ajusticiamiento (BCA).
Tras enarbolar las armas de la Ley y la Justicia en defensa de los pobres, Lucio se vio obligado a empuñar la Ley y la Justicia de las Armas, luego de la masacre del 18 de mayo de 1967; al constatar en carne propia que en nuestro país la aplicación de la Ley nunca ha sido pareja para todos.
Lucio llegó a entender que ni la independencia, ni la reforma ni la revolución habían traído verdadera Justicia a todos los mexicanos. Y que la igualdad ante la Ley, plasmada en nuestra constitución, era mera apariencia porque, desde su origen, el mando de la República y el uso concentrado de su fuerza, permanecían bajo control de los poderosos; pero, sobre todo, porque las normas jurídicas establecidas –en medio del conflicto y del acuerdo- para mantener la unidad del país y garantizar la convivencia ciudadana, seguían teniendo como principal propósito la reproducción de las relaciones de dominación que los grandes millonarios y los gobernantes corruptos necesitan e imponen para acrecentar su poder y su riqueza.
Lucio entendió también que, bajo la supuesta igualdad de todos los ciudadanos, seguía existiendo la opresión y el desprecio de unos cuantos sobre la inmensa mayoría del pueblo pobre y explotado. Asimismo, entendió que los ricos, ávidos de poseer y acumular más dinero y poderío, eran invariablemente los primeros en quebrantar la Ley, y los primeros en recurrir a la violencia contra el pueblo, al ver o sentir amenazados sus intereses.
Por eso Lucio tomó las armas y, junto a un puñado de hombres y mujeres valientes, levantó en alto la bandera de los Pobres y se echó al hombro el problema de la Justicia. Luego llamó al pueblo, a todos los pueblos de la tierra, a combatir con las armas y en todas las formas posibles el autoritarismo, la injusticia y la discriminación, a fin de llevar a cabo la "Revolución pobrista".
Reivindicando como prioritaria la organización política de todo el pueblo, Lucio se proponía formar pequeños grupos guerrilleros, fogueados en el combate, que permitieran ir dominando poco a poco territorios más amplios. También se proponía impulsar la formación de muchos frentes en el país que, en coordinación, pero con relativa independencia, fueran creando un ejército del pueblo capaz de enfrentarse con éxito en una lucha frontal con el enemigo.
"Miren -decía Lucio- no venimos a la guerra por tres meses, venimos a la guerra por diez años, por quince, por veinte, por treinta, por los que sean"…
Desde entonces han transcurrido treinta y tres años, en el transcurso de los cuales el pueblo y sus organizaciones han seguido combatiendo la injusticia, la pobreza, la explotación, el despojo, la discriminación, la represión, el fraude, la imposición, la corrupción política, la guerra sucia y la impunidad de los poderosos. En este tiempo muchas cosas han cambiado y se han reestructurado, lo cual ha hecho a la lucha social y política más compleja.
En efecto, la modernidad capitalista nos alcanzó, pero sólo para dejar tras de sí una mayor catástrofe. El neoliberalismo sustituyó al modelo desarrollista, desmanteló al Estado, saqueó a la Nación y terminó de liquidar nuestra soberanía. El régimen de partido-de-Estado se derrumbó y fue sustituido por un sistema de partidos. La alternancia en el poder cobró realidad, permitiendo a las grandes empresas gobernar y, al mismo tiempo, privatizar los derechos constitucionales. La libertad de expresión ganó terreno, la antigua izquierda socialista se incorporó al poder (aunque muchos dejaron atrás metas y principios), se produjo un mayor equilibrio de poderes, se abrieron nuevos espacios de participación política…, pero nunca pudimos arribar a la Justicia, ni caminar por sus rectas calles, ni pasear por sus anchas alamedas.
No logramos acceder a la Justicia, porque las vías legales y democráticas que podrían conducir a ella, han sido sistemáticamente obstruidas, desde el poder del Estado. Incluso, antes de que nuestras viejas heridas hayan podido restañarse, mediante el castigo a los responsables de la guerra sucia, de las masacres y de la desaparición forzada, los poderosos han seguido asestando nuevos golpes e infligiendo nuevas heridas, por medio del fraude y de la más violenta represión. Prueba de ello son las masacres de Aguas Blancas, Acteal, El Charco, El Bosque y, más recientemente, la brutal represión en Sicartsa, Atenco, Oaxaca, La Parota y actualmente en Ayotzinapa.
Prueba de ello es también la guerra sucia y la desaparición forzada de luchadores sociales como el ciudadano y luchador social Francisco Paredes Ruíz, ex militante del Movimiento de Acción Revolucionaria (MAR), el pasado 26 de septiembre, sin que a la fecha se tenga noticia de él. Este ominoso hecho devela los mecanismos y prácticas anticonstitucionales a los que sistemáticamente recurre el gran capital para reproducir y afianzar su dominación. Y es sin duda otro mensaje siniestro, transmitido en clave contrainsurgente, que la ultraderecha en el poder ha decidido enviar al pueblo en lucha y a sus organizaciones de izquierda.
Lamentablemente, la Legalidad y la Justicia en México son sólo máscaras que cubren el rostro de la descomposición, la violencia y la impunidad de los poderosos, como lo dejó ver el fraude electoral del 2006 y como lo ha dejado ver la sesgada y venal actuación de la Suprema Corte de justicia de la Nación (aunque no de todos sus ministros), en los casos en que ha tenido que emitir su fallo. Muestra de ello es la exoneración de Mario Marín de las graves violaciones de que fue objeto la periodista Lydia Cacho Riveiro, poniendo de manifiesto que, además de los intereses de clase, existe una red de complicidades vinculadas al narcotráfico, la prostitución y la pederastia que impide en nuestro país la efectividad de la Justicia.
Todo esto forma parte de la renovada ofensiva antipopular, y guerra sucia, lanzada por el gobierno federal espurio a instancias del imperialismo yanqui, y sus grandes corporaciones, llámese 'Plan México' o 'Iniciativa Mérida'. Y forma parte también de la guerra mundial contra los pobres y contra los recursos vitales de la naturaleza, para imponer las reformas estructurales y terminar de privatizar nuestras fuentes energéticas. Dentro de esta ofensiva se inscribe un renovado esfuerzo de los aparatos de inteligencia en nuestro país y, en consecuencia, la activación de soplones, "entregadores" y organismos de fachada, a fin de golpear al movimiento revolucionario, social o armado.
Por todo lo anterior, las organizaciones que nos hemos identificado en torno al pensamiento y la acción del Profesor Lucio Cabañas Barrientos y, por tanto, de la acción revolucionaria armada del Partido de los Pobres y de su Brigada Campesina de Ajusticiamiento, consideramos necesario seguir impulsando la construcción de rutas de escape al cautiverio de la injusticia y la opresión mediante la construcción de una democracia incluyente, representativa y participativa, la construcción de relaciones solidarias y fraternas, y el ejercicio efectivo del poder obediencial; impulsando, al mismo tiempo, el desarrollo de la organización y la conciencia política de todo el pueblo, así como la combinación y generalización de todas las formas de lucha en todo el país.
Lucio emitió su último comunicado el 27 de noviembre 1974, en el que concluyó con una exhortación a los trabajadores; exhortación que hoy retomamos, en sencillo homenaje, a fin de "seguir luchando en todas las formas que sea posible" y "a seguir combatiendo con las armas, para que la lucha libertadora llegue a todo el País. ¡Están matando al pueblo! Contestemos con la guerra."
¡POR LA COORDINACIÓN REVOLUCIONARIA Y LA UNIDAD DE TODO EL PUEBLO!
Movimiento Revolucionario Lucio Cabañas Barrientos
MR-LCB
Tendencia Democrática Revolucionaria-Ejército del Pueblo
TDR-EP
Organización Insurgente-1º de Mayo
OI-1º M
Brigada de Ajusticiamiento-2 de Diciembre
BA-2D
República Mexicana, 2 de diciembre de 2007.
Fuente: Cedema.org

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