"Creo que se la hubiese tratado mejor si hubiese sido una asesina en serie", dice el ministro principal norirlandés sobre su mujer
AGENCIAS - Dublín - 15/01/2010
El ministro principal norirlandés, Peter Robinson, ha admitido este viernes que cuando conoció el pasado mayo la infidelidad de su esposa Iris supo que la carrera política de la primera dama y parlamentaria en Belfast y Londres estaba acabada. "Le dejé claro que podía acabar esta legislatura, pero que no podría presentarse otra vez (a unas elecciones). Le dije que es imposible estar en política con esqueletos en el armario", declara Robinson al rotativo Belfast Telegraph en la primera entrevista concedida desde que estallase el escándalo sexual y financiero de Iris.
Sobre su propia carrera política no comenta nada en la charla, dejando la incógnita de si volverá al cargo o dimitirá finalmente. Robinson, de 61 años y padre de tres hijos, abandonó el pasado lunes su cargo de ministro principal durante seis semanas para que una investigación gubernamental dilucide si estaba al corriente del dinero que su esposa Iris recibió de dos constructores para dárselo a su joven amante. El líder unionista confiesa que desde que este asunto acaparó las portadas de los medios de comunicación de todo el mundo ha perdido más de 12 kilos, que en ocasiones se siente desolado e incapaz de enfrentarse a la vida cotidiana. "Hay días en los que, si no fuese porque hay que levantarse y lidiar con asuntos por el bien de la familia, tu instinto es quedarse en la cama, apagar las luces, adoptar la posición fetal y no volver a salir más".
"Que me enseñen las pruebas"
Con ese dinero (unos 55.000 euros en total), Iris ayudó a Kirk McCambley, un joven 39 años menor que ella, a abrir una cafetería en la capital norirlandesa, aunque cuando la relación entre ambos terminó le pidió que le devolviera parte de esa suma. El mes pasado, Iris Robinson informó de que abandonaba la política por razones de salud y, tras destaparse el escándalo sexual y el supuesto caso de tráfico de influencias, renunció a sus escaños en el Parlamento de Londres y en la Asamblea norirlandesa. Sus idilios persiguen ahora al dirigente protestante, quien está dispuesto a limpiar su nombre y ayudar a su esposa en el plano personal, después de que ésta intentara suicidarse el pasado mayo, por lo que recibe ahora tratamiento psiquiátrico en un centro de Belfast.
"No creo que haya habido un periodo de mi vida tan difícil como éste. Aunque tampoco ha habido un periodo de mi vida en el que haya recibido tanto apoyo y ánimos y nunca lo he necesitado tanto como ahora", reconoce Robinson. El líder del mayoritario Partido Democrático Unionista aprovecha la entrevista para rechazar varias informaciones aparecidas recientemente que revelan otras infidelidades de su esposa, como la mantenida con el padre de Kirk antes de su fallecimiento e, incluso, con un compañero de la formación política. "Por pura humanidad, pido a estos periodistas que me enseñen las pruebas", demanda Robinson, al tiempo que reconoce que la conducta de su mujer le ha "herido profundamente".
Pero la defiende: "Si alguien tiene un motivo para estar enfadado con Iris por lo que ha hecho, ese soy yo (...). Creo de verdad que se la hubiese tratado mejor si hubiese sido una asesina en serie". Robinson ha pedido al público que no juzgue a "una persona que no está en un estado en el que pueda ser juzgada", en referencia a su estado psiquiátrico. Robinson no entra a valorar algunas de las razones por las que este asunto ha causado tal revuelo, tanto local como internacionalmente, ni a las afirmaciones de quienes destacan la hipocresía de una pareja que hace gala de su puritanismo.
Iris Robinson rechaza, por ejemplo, la igualdad de derechos para los gays, cuyas relaciones ha llegado a calificar, citando a la Biblia, de "abominables". Robinson también rechaza las críticas recibidas por su actuación tras el intento de suicidio de su esposa el pasado mayo, cuando al día siguiente de ocurrir, según la prensa, acudió a la Asamblea norirlandesa mientras alguien cuidaba de ella en el hospital. A este respecto, la hija de la pareja, Rebekah, declara al Belfast Telegraph en la misma entrevista que toda la familia y, por su puesto, su padre, han hecho todo lo posible para ayudarla. "La prensa nunca sabrá cuán dolorosas son estas acusaciones (...) Le salvamos la vida. Ver a papá pasar por todo esto y seguir todavía al lado de mamá, sólo para que le sometan a críticas, ha sido devastador", lamenta Rebekah.
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