Columna Razones/Jorge Fernández Menéndez
Mariguana en la reunión de alto nivel
Excélsior, 25 de marzo de 2010;
En la reunión del grupo de alto nivel México-Estados Unidos hubo, evidentemente, muchos temas que no se abordaron en forma pública. Así debe ser. Uno de ellos sigue planeando sobre la relación bilateral y las tareas de cooperación, en espera de definiciones: el comercio de la mariguana.
Públicamente es sabido que el gobierno de Estados Unidos condena la utilización de la mariguana, pero en los hechos esa droga cada día se usa más en forma legal en cuando menos 15 estados de la Unión Americana, mientras que en la mayoría de los otros se le tolera. Según diversas encuestas del gobierno estadunidense, por primera vez son más quienes están a favor de legalizar la mariguana que aquellos que pugnan por su penalización: poco más de 52% de los estadunidenses aprueban esa legalización.
Es un tema que está en el corazón de la lucha contra el narcotráfico y a partir del cual todo podría modificarse. ¿Por qué? Porque, si bien la parte medular en términos económicos de esa lucha contra el narcotráfico pasa por la cocaína y las drogas sintéticas, la mariguana sigue siendo la droga que, en México y en Estados Unidos, permite aceitar y hace funcionar ese negocio. Además de que, con mucho, sigue siendo la droga de consumo más popular.
De acuerdo con cifras oficiales, aunque muy conservadoras, el narcotráfico, según acaba de asegurar el gobierno de EU, genera en ese país unos 61 mil millones de dólaresal año, de los cuales dos tercios provienen del comercio de mariguana. Y no olvidemos que Estados Unidos produce más de 50% de la que consume. Es una producción tan importante que en realidad en algunos estados sus utilidades son mayores que las de tabaco, maíz o trigo. Incluso, el año pasado, en plena crisis económica, un grupo de legisladores presentó una propuesta en el Capitolio para legalizar la mariguana sólo por razones fiscales: estimaron que la recaudación fiscal por la venta legal de mariguana alcanzaría los 14 mil millones de dólares al año. No fue aprobada, pero tampoco la rechazaron. Y Obama sólo dijo que ese no era uno de los cambios que él preferiría hacer. El tema sigue y el gobernador de California, uno de los estados que se vería más beneficiado por esa legalización abierta y con fines fiscales (actualmente se comercializa la mariguana como planta “medicinal” en todo el estado y no se pagan impuestos por ella), Arnold Schwarzenegger, no se mostró reticente al tema.
El hecho es que, en 15 de los más importantes estados de la Unión Americana, la venta de mariguana ya es legal y los dispensarios y los cultivos lícitos crecen por doquier. Y, si bien el presidente Obama ha dicho públicamente que no apoyará la legalización total de la mariguana, realizó un cambio fundamental. Hasta el inicio de la actual administración, el gobierno federal mantenía la prohibición en sus leyes y se daba la paradoja de que, mientras en un estado en el que la mariguana era legal, allí no era perseguida por la policía local, pero sí podía ser perseguida por la federal.
Ahora, a través de distintas órdenes ejecutivas, el gobierno de Obama mandó a sus agencias federales que sólo persiguieran en esos estados a personas que tuvieran cargamentos ilegales mayores de los 500 kilos. En los hechos, se acabó con ello la persecución de cualquier consumidor o productor pequeño. Y el nuevo zar antidrogas de la Casa Blanca ha insistido en que su tarea principal consiste en reducir con medidas preventivas el consumo.
México, mientras tanto, sigue produciendo enormes cantidades de mariguana cuya erradicación ha disminuido 40% porque las fuerzas militares están ocupadas en el combate al narcotráfico en las ciudades. Desde México se siguen aprovisionado muchos sectores en esos 15 estados que la legalizaron y los que todavía no lo han hecho. Y ese consumo de mariguana es el que alimenta a los cárteles mexicanos. Hay algunos que viven de ella. Uno de los más poderosos, el del ChapoGuzmán, lo mismo que La Familia y la mayoría de los grupos que operan a lo largo de la costa del Pacífico. La capacidad de control territorial y del dinero cotidiano proviene de la mariguana, y si EU decide no combatir la mariguana, entonces quizás habría que adoptar otras estrategias.
México no puede aisladamente legalizar esa u otra droga, porque el costo interno y el internacional serían altísimos. Pero si esa acción se concertara con Estados Unidos y Canadá, las cosas podrían ser diferentes.
El año pasado, en plena crisis económica, un grupo de legisladores presentó una propuesta en el Capitolio para legalizarla sólo por razones fiscales.
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