El secuestro contradicciones y falsedades
Verónica Espinosa
Revista Proceso, # 1751, 23 de mayo de 2010;
Tan compleja como el personaje mismo, la naturaleza del plagio contra el exsenador Diego Fernández de Cevallos revela los vicios del sistema panista: mentiras, contradicciones, torpezas... Del tamaño del poder adquirido por el Jefe Diego a base de relaciones inconfesables y tráfico de influencias es la incapacidad del gobierno de Felipe Calderón para conducirse con transparencia, con eficacia. Cerrazón informativa gubernamental, autocensura en medios electrónicos, son la norma... Y entretanto las especulaciones toman por asalto la credibilidad de los mexicanos.
SAN JUAN DEL RÍO, QRO.- “Es él. Es Diego”.
Eran las cinco de la tarde del viernes 21 cuando las procuradurías general de la República y la de Querétaro tuvieron que admitir la realidad que ocultaron durante seis días: el exsenador panista no estaba “desaparecido”, sino secuestrado.
El jueves 20 por la noche comenzó a circular en las redes sociales una fotografía de Diego Fernández de Cevallos enviada desde el correo electrónico misteriosos.desaparecedores@yahoo.com.mx. La imagen fue publicada el viernes 21 en los periódicos El Universal y Reforma y en ella aparece el exsenador con los ojos vendados.
Está de pie y tiene frente a él un letrero con la fecha del domingo 16 de mayo. Desnudo su torso y casi blancos el bigote y la barba, piel apiñonada, frente amplia y algunas manchas en el rostro. Sus hombros están encogidos.
Junto a la fotografía, el siguiente mensaje: “El Jefe Diego goza de cabal salud, y manda enternecido saludo a quienes lo quieren y hasta rezan por él”. Asimismo, ordena a su hijo exigir a las autoridades desbloquear la comunicación y mantenerse al margen de la negociación que su familia ofrece de manera pública por su liberación.
Y remata: “Seguiremos informando.
“Los misteriosos desaparecedores.
“20-05-10”.
“Es él”, comentan sus hermanos a Proceso el mismo viernes 21 por la tarde. “Si lo tuviera enfrente y le pusiera una venda en los ojos, lo reconocería de inmediato”, dice uno de ellos.
Poco antes los peritos que apoyan a la familia del panista les confirmaron la autenticidad de la imagen. Los especialistas les explicaron que Diego fue puesto de pie ante un muro por sus secuestradores. El plástico negro que se observa al fondo es para ocultar los detalles del sitio donde lo tienen secuestrado e impedir su localización.
Sobre el torso desnudo y con los brazos a los costados, le amarraron con una cinta el papel que muestra la fecha del domingo 16. Sus hombros se ven tensos, incluso tiene un golpe en el lado izquierdo, encima del labio superior. Esa parte del rostro y la nariz están hinchadas.
Lo que sorprendió a la familia Fernández de Cevallos es que en el mensaje atribuido a Diego el exsenador utiliza el término “enternecido saludo”, una expresión que, dicen, emplea con frecuencia.
Con esas pruebas, los familiares de Fernández de Cevallos pidieron al exprocurador Antonio Lozano Gracia, amigo y colaborador de Diego, que difundiera un mensaje en el que pedían a los gobiernos federal y estatal dejar de investigar.
“Agradecemos a las autoridades su diligente y comprometido actuar desde que se confirmó la desaparición del Lic. Diego Fernández de Cevallos, pero solicitamos encarecidamente que se mantengan al margen de este proceso, para así favorecer la negociación, anteponiendo la vida e integridad de nuestro padre”, decía el mensaje entregado a los medios de comunicación de la Ciudad de México.
El lunes 17 Lozano Gracia entregó un primer comunicado firmado por Diego Fernández de Cevallos Gutiérrez, hijo del plagiado, a través de medios electrónicos, para pedir “a quienes tuvieran cautivo a Diego Fernández establecer contacto para entablar una negociación que permitiera su liberación”.
Había molestia entre hijos y hermanos de Diego puesto que, a pesar de que las líneas de investigación y todas las señales apuntaban al secuestro, la PGR y la procuraduría estatal insistían en desplegar operativos de búsqueda, realizar peritajes en la finca y sus alrededores, rastreos con agentes de la Dirección de Investigación del Delito, así como en manejar la versión de que el político queretano estaba desparecido.
El domingo 16, en Santander, España, durante su visita oficial en ese país, Calderón declaró que, “si pudiera”, transmitiría un mensaje a Diego para decirle que sus hijos “están orando” por él, “pero también siguiendo su ejemplo de valor, entereza y gallardía, y están firmes en la esperanza de recuperar a su padre”. Y el propio anfitrión, el jefe de Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, condenó el “secuestro” del exsenador panista.
Despliegues ostentosos
Desde el sábado 15, los aparatosos operativos de los agentes federales y estatales se concentraron en las inmediaciones de la finca del rancho La Cabaña, una de las tantas propiedades que Fernández de Cevallos tiene entre San Juan del Río y Querétaro, en el municipio de Pedro Escobedo, a unos pocos kilómetros de la autopista federal 57.
Para el domingo 16, un avión con radar y peritos del Ejército llegaron al lugar con sus equipos para rastrear armas. El despliegue se prolongó durante varios días, pero no se instaló ningún retén carretero. Los vehículos circulaban por la carretera federal sin ningún problema.
Los familiares del secuestrado aseguran que ese inusual despliegue policiaco era pura simulación. Las autoridades estatales y federales querían demostrar que Lse estaba haciendo todo lo posible por localizar a Fernández de Cevallos”, pero en realidad sólo dificultaron el contacto con los plagiarios, quienes desde el principio exigieron el retiro de las fuerzas de seguridad de las inmediaciones del rancho La Cabaña.
También comentan que les extrañó que desde el principio la Procuraduría General de la República (PGR) no atrajera la investigación del caso, aun cuando el procurador Arturo Chávez Chávez trabajó en el despacho de Fernández de Cevallos.
Durante seis días fue la procuraduría estatal, encabezada por Arsenio Durán, la que inició la averiguación previa SC/31/2010. Durante ese lapso hubo jaloneos. Y aunque el gobierno del priista José Calzada Rovirosa esperaba que la PGR atrajera el asunto, asegura a Proceso una fuente cercana a las investigaciones, la dependencia federal no actuó.
Los tres comunicados oficiales sobre la “desaparición” del excandidato panista a la Presidencia en 1994 fueron emitidos por la procuraduría estatal. El primero se difundió el sábado 15 a las 20:30 horas.
A Calzada Rovirosa le preocupaban las consecuencias que traería el secuestro de Diego a la entidad, así como la vulnerabilidad de los sistemas de seguridad locales; incluso modificó su agenda para dedicarse ciento por ciento al caso.
El mandatario organizó encuestas a lo largo del país para saber con detalle lo que se opinaba sobre el secuestro de Fernández de Cevallos. La PGR fue la dependencia “más golpeada” mediáticamente por el plagio del exsenador.
El Comité Estatal del PAN optó por organizar a sus correligionarios para que oraran por la aparición de Diego. El miércoles 19, el presidente estatal del partido, el diputado Ricardo Anaya Cortés, decidió colocar anuncios espectaculares en distintos puntos de la capital queretana con el mensaje: “Diego, estamos contigo”; otros tenían la leyenda: “Por un Querétaro seguro y en paz”.
Sin embargo, desde el martes 18 el gobierno federal y el propio Calzada Rovirosa sabían que Diego había sido secuestrado. Aun así prefirieron seguirlo ocultando a los medios de comunicación. En la víspera, la intervención de Lozano Gracia, así como de los hijos mayores de Fernández de Cevallos y algunos de sus hermanos tensaron el ambiente, sobre todo por el rechazo de las autoridades federales y estatales.
Los hijos Diego se quejan porque, dicen, aun cuando asistieron a las reuniones de Gabinete de Seguridad desde el principio, nunca vieron ninguna pista concreta en las investigaciones.
El cerrojazo
El secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, optó por decir a los medios que guardaran silencio sobre el plagio, luego de que Lozano Gracia, a nombre de la familia Fernández de Cevallos, pidió a las autoridades ser discretas en el manejo de las investigaciones.
Joaquín López Dóriga, conductor de El Noticiero, fue el primero en plegarse a la estrategia del silencio. El gobernador Calzada Rovirosa también lo hizo a su manera y retomó su agenda pública, mientras que los panistas queretanos tuvieron que retirar el miércoles 19 los anuncios panorámicos por instrucciones del presidente del CEN de su partido, César Nava.
Con todo, el gobierno federal no aguantaba la presión. El viernes 21, conocida ya la foto en la que Diego Fernández de Cevallos aparece vendado y ante la presión de la familia del secuestrado, el presidente nacional del PAN, César Nava, todavía intentó ocultar el secuestro.
Gómez Mont también quiso atenuar la situación: “Ustedes deben entender que nosotros estamos obligados a ser respetuosos, cautelosos y discretos”, dijo Gómez Mont a reporteros en un evento del Club de Industriales. Incluso rezó, dijo, con la esperanza de “encontrar a Diego con vida”.
El jueves 13 y el viernes 14, los dos días previos al secuestro, Fernández de Cevallos estuvo en el municipio de Jerécuaro, Guanajuato, en la hacienda La Barranca, que adquirió hace cinco años.
Llegó el jueves para supervisar la construcción de viviendas que pretendía regalar a los habitantes del rancho en un terreno que donó para ese fin, informaron el sábado 15 al diario local Correo varios trabajadores del exsenador.
Durmió en La Barranca y el viernes 14 por la tarde salió en su camioneta rumbo a Querétaro, señalaron al diario Correo dos hombres y dos mujeres que trabajan en el rancho La Barranca. También comentaron que lo vieron por última vez poco antes de las seis de la tarde.
El sábado 15, cuatro empleados del rancho La Barranca, ubicado en el municipio de Yerécuaro, Guanajuato, comprado por Diego Fernández de Cevallos, declararon a Correo que vieron a su patrón por última vez el viernes 14 alrededor de las seis de la tarde.
Ese mismo día el velador del rancho La Cabaña declaró ante el Ministerio Público que alrededor de las 23 horas oyó llegar la camioneta de su patrón. Sin embargo, aclaró que no lo vio. Fue hasta el sábado 15, a las 7 de la mañana, cuando se dio cuenta de que Diego no estaba.
Al día siguiente, el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, el procurador general de la República, Arturo Chávez Chávez, y el gobernador de Querétaro, José Calzada, anunciaron, al término de una reunión de cinco horas en las instalaciones de la XVII Zona Militar, la constitución de un grupo interinstitucional en el que participarían las corporaciones de los estados vecinos.
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El secuestro contradicciones y falsedades
La muerte lo rondó por internet
Jenaro Villamil
Desde el sábado 15, en los medios de comunicación, sobre todo en las redes sociales de internet, se barajaron tres posibilidades en torno al caso Fernández de Cevallos: homicidio, desaparición y secuestro. En ese marasmo, el gobierno federal reaccionó de manera contradictoria y el lunes 17 Televisa anunció que no difundiría más información al respecto, si bien dos días antes le había dedicado una emisión especial en el Canal 2.
Protagonista del escándalo que estalló por un comentario en Twitter el sábado 15, el expresidente nacional del PAN Manuel Espino dice a Proceso, entrevistado el jueves 20: el mensaje “fue distorsionado desde Los Pinos” para responsabilizarlo de los rumores que especulaban acerca de la muerte del político panista.
Agrega que desde las 10 de la mañana de ese día, reporteros de Ciudad Juárez y militantes del PAN le preguntaron si estaba enterado del rumor de que Fernández de Cevallos había desaparecido. Señala que al investigar se percató de que el diputado federal panista Javier Corral direccionó su cuenta de Facebook hacia un portal informativo de Querétaro donde se informaba del posible secuestro de Diego. A las 12 del día se comunicó con Corral, quien le dijo: “Al parecer está muerto y su cuerpo fue encontrado en un campo militar de Querétaro”.
Aunque este dato le preocupó, admite, no lo dio como un hecho; en el ambiente ya podía sentirse la rumorología. “A las 14:25 una twittera me preguntó qué sabía de lo de Fernández de Cevallos. Y le respondí: ‘Hay mucho rumor sobre la desaparición del Jefe Diego, me dicen que está muerto y el cuerpo en el campo militar de Querétaro. ¡Muy lamentable!’”.
Unos minutos después, afirma Espino, el periodista José Cárdenas le hizo la misma pregunta y él respondió con palabras casi idénticas. Cárdenas y otros reporteros le comentaron que el PAN era un búnker donde no se confirmaba ni rechazaba ninguna versión.
A las 13:44 horas, Reforma on line divulgó la “desaparición” de Fernández de Cevallos y ubicó sus fuentes en la delegación de la PGR en Querétaro.
Al comparar ambas versiones, la mayor parte de los twitteros coincidió en que Espino había confirmado la muerte del Jefe Diego. “¿Cuál fue mi error?”, se pregunta el expresidente del PAN. “Creo que compartir en una red tan abierta una serie de versiones que luego se distorsionaron”, admite.
Entonces intentó deslindarse y argumentó que sólo el Ministerio Público podía confirmar los sucesos ocurridos en el rancho de Fernández de Cevallos.
En cinco entrevistas telefónicas precisó su versión. Habló con Carmen Aristegui; con MilenioTV; con Alejandro Cacho, de Televisa; con Radio Trece y con el noticiero radiofónico de José Cárdenas.
Aunque en MilenioTV el expresidente del PAN pidió una disculpa pública por el malentendido, le siguieron atribuyendo la versión del homicidio.
–Me doy cuenta de que se usó mi mensaje para distorsionar la información.
–¿Quién la distorsionó?
–Me dicen que la orden vino desde Los Pinos. En varias ocasiones he acusado a Los Pinos de manipular mis mensajes.
El jueves 20, a casi una semana de la desaparición de Fernández de Cevallos, Espino mandó otro mensaje en Twitter:
“Innecesario descartar narco en caso DFC (Diego Fernández de Cevallos), si gobierno federal ha dicho tener información. Espero no manipulen tema ni haya línea a medios”.
De esta manera, Espino cuestiona las afirmaciones del presidente Felipe Calderón a la cadena estadunidense CNN en el sentido de que no había evidencia de que se tratara del crimen organizado ni de un secuestro.
“¡Son líneas de investigación! ¿Por qué las descarta el presidente?”, reclama airado el polémico exdirigente nacional del PAN.
La censura y Televisa
El mismo sábado 15, a las 22 horas, en el canal 2 de Televisa, el de mayor audiencia en toda la televisión abierta, se transmitió un segmento de “últimas noticias”. El reporte sólo tuvo un tema: el caso Fernández de Cevallos. A cuadro, Joaquín López Dóriga mostró imágenes del rancho La Cabaña, de Querétaro, y leyó los tres boletines de la PGR. Sin citar la fuente, desmintió las “versiones” que habían proliferado sobre la posible ejecución del político.
El martes 18, en su columna publicada en Milenio Diario, el conductor del principal noticiario de Televisa apuntó:
“La del sábado fue una jornada frenética en la casa presidencial, histérica en algunos medios y entre ciertos actores políticos y mediáticos y angustiosa para la familia Fernández de Cevallos.
“Los primeros informes sobre la desaparición de Diego llegaron a Los Pinos horas antes de la salida del presidente Calderón a Santander, como parte de la gira que lo llevará a Washington, donde mañana inicia una visita de Estado. El presidente recibía la escasa información con la que se contaba. Diego estaba desaparecido, sin saberse nada más, si estaba vivo o muerto”.
Unas horas antes, en el noticiero del lunes 17, el mismo López Dóriga leyó en la pantalla un comunicado de Noticieros Televisa en el que anunciaba que “por respeto a la vida” de Fernández de Cevallos se había tomado la decisión de “no volver a informar de este caso hasta su desenlace”.
En el insólito documento se indica que anteponer la vida de Fernández de Cevallos al ejercicio periodístico “no ha sido una decisión fácil, pero sí una decisión firme”.
Entre el martes 18 y el miércoles 19, el aviso de la autocensura de Televisa produjo un escándalo en los medios informativos. La agencia española EFE reportó que “la decisión de Televisa generó una ola de críticas en la prensa de Estados Unidos”, donde Calderón iniciaba el miércoles una visita oficial.
La autocensura más bien se convirtió en un expediente de censura. Desde Los Pinos se ordenó a todos los voceros de la PGR y de la Secretaría de Gobernación que no se volviera a hablar del caso. A los “columnistas amigos” también se les solicitó que ya no se especulara sobre la posible muerte o secuestro del excandidato presidencial.
Para bloquear la información sólo se requería un pretexto y éste fue el comunicado leído por el exprocurador general y socio de Fernández de Cevallos Antonio Lozano Gracia, quien a nombre de la familia agradecía “todas las manifestaciones de apoyo y solidaridad recibidas”, además de hacer “un llamado a las personas que retienen al licenciado Diego Fernández de Cevallos a que entablen comunicación en aras de negociar su liberación”.
Un día después de anunciar su silencio, Televisa dedicó el programa Tercer Grado a explicar la decisión de “autocensura”. El director de Noticieros Televisa, Leopoldo Gómez, afirmó que en su empresa “nunca cubrimos secuestros en curso, salvo cuando la familia lo anuncia”, como en el caso Paulette.
Además, el funcionario explicó que la cobertura especial del sábado 15 se debió a que “los medios cibernéticos” difundieron muchas versiones que “no eran ciertas”. “Habiendo hecho ese programa especial, tomamos la decisión de no cubrir el caso. ¿Por qué lo explicamos? Porque 24 horas antes hicimos un programa especial… No todos estuvimos de acuerdo con la posición”, afirmó Gómez.
La actitud de Televisa generó inconformidad y críticas en las redes sociales, así como en las columnas periodísticas. El diputado federal panista Javier Corral, crítico del monopolio televisivo, escribió en Twitter: “Ahora resulta que Televisa sí tiene código de ética informativa con el caso Diego y por qué no fue igual con el caso Paulette”.
El único que no ha dejado de mencionar el caso ha sido el propio presidente Felipe Calderón. Sus intervenciones han sido contradictorias. En España habló de “secuestro” y “desaparición”, casi al mismo tiempo, mientras que su homólogo español, José Luis Rodríguez Zapatero, siguió la línea de argumentación de su colega mexicano y afirmó:
“Sé que es un amigo y un hombre de gran importancia, de gran relevancia política en México. Deseamos su pronta liberación. Condenamos la criminalidad, condenamos los secuestros y estamos muy cerca de México y de su presidente en esa lucha ejemplar que está llevando a cabo”.
Calderón volvió a referirse al caso durante su entrevista con la cadena estadunidense CNN, el miércoles 19, el mismo día que se dieron órdenes en la PGR, en la procuraduría de Querétaro y en la Secretaría de Gobernación de no mencionar más el tema:
–Se dice que lo secuestraron para enviarle a usted un mensaje –le plantearon a Calderón.
–Los criminales me envían mensajes muy claros por otras vías. Creo que es un caso sumamente delicado. Par mí es muy triste porque Diego es un buen amigo mío, es un buen amigo de mi partido.
“Pero no hay evidencia de que esta situación esté vinculada con el crimen organizado. No hay evidencia de que se trate de un secuestro porque, de acuerdo con la investigación, no tenemos evidencia”.
Por su parte, el expresidente Carlos Salinas de Gortari, amigo de Fernández de Cevallos desde su gobierno, definió lo ocurrido como “una desaparición forzada”.
Entrevistado al final de su participación en una conferencia con la Sociedad de Alumnos de la Universidad Panamericana, afirmó: “Esta desaparición forzada resulta preocupante; lo más importante es que Diego Fernández de Cevallos se encuentre bien. Sus amigos estamos cerca de su familia.
“Al mismo tiempo me parece que es importante decir que nadie debe celebrar un delito; me parece que el país no debe estar secuestrado por el discurso de la polarización y todos, creo, debemos tener una expresión por el regreso de Diego Fernández de Cevallos”. l
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