11 sept 2011

y protegido de los militares

y protegido de los militares
Jorge Carrasco Araizaga
Proceso # 1919,  11 -09-/2011
El general brigadier retirado Mario Arturo Acosta Chaparro Escapite llegó la madrugada del miércoles 7 a Guadalajara para asistir al funeral de Javier García Morales. Como en una de sus tantas operaciones encubiertas, el militar en retiro quiso pasar inadvertido en la ceremonia luctuosa.
Ayudante del general Marcelino García Barragán cuando éste encabezó la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y colaborador de su hijo Javier García Paniagua en la desaparecida Dirección Federal de Seguridad (DFS), Acosta Chaparro fue a despedir a quien, igual que él, estuvo señalado como protector del jefe del cártel de Juárez, el extinto Amado Carrillo Fuentes.
Javier García Morales, de 53 años, murió el martes 6 asesinado por desconocidos, como muchos otros integrantes de la DFS, el organismo de seguridad del PRI al que perteneció y que fue disuelto en 1985 por el entonces presidente Miguel de la Madrid, cuando ese aparato había pasado de la persecución y represión política a la colaboración plena con el narcotráfico.
El propio Acosta Chaparro sufrió un atentado en mayo del año pasado, cuando fue baleado por desconocidos en la Ciudad de México en momentos en que investigaba el secuestro del exsenador panista Diego Fernández de Cevallos. Ya había participado en varias operaciones encubiertas para el gobierno de Felipe Calderón en temas relacionados con el narcotráfico (Proceso 1768 y 1779).
Acosta Chaparro conoció a García Morales desde que éste era niño. De 1964 a 1970, en el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz, fue ayudante del general Marcelino García Barragán en la Sedena, donde atestiguó la matanza de estudiantes el 2 de octubre de 1968.
A principios de los setenta, en la presidencia de Luis Echeverría, Acosta Chaparro se integró a la Brigada Blanca, grupo integrado por militares, miembros de la DFS y policías judiciales del Distrito Federal y del Estado de México. Esa agrupación paramilitar se dedicó al aniquilamiento de la guerrilla en México. Uno de sus principales lugares de operación fue Guerrero, donde Acosta Chaparro participó, en 1974, en la liberación del candidato a gobernador Rubén Figueroa, secuestrado por Lucio Cabañas.
Red de relaciones
La llegada de Javier García Paniagua a la DFS es recordada por el coronel retirado y fundador del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen, sucesor de la DFS), Jorge Carrillo Olea, como resultado de la “frivolidad de la época” y de la influencia que cultivó gracias a su padre: “Era un prepotente que avaló cuanto hacían los agentes y comandantes de la DFS. La usó a plenitud”.
Carrillo Olea dice sobre García Paniagua: “Llegó a la DFS por una recomendación de Margarita López Portillo, la hermana del entonces presidente, a raíz de un secuestro fallido contra ella unos meses atrás. Además de su carácter prepotente y arbitrario, García Paniagua llegó a un medio propicio”.
Su paso por la DFS “fue para reforzar todo lo podrido en lugar de resolver mínimamente alguna conducta. Llegó a servirse de todo”, asegura.
Recuerda que cuando García Barragán era titular de la Sedena, la frase dentro del Ejército era: “¿Ya fuiste a ver a Javier?”, en referencia a los ascensos y favores que se solicitaban entonces en esa secretaría.
“García Paniagua se dedicó a sacarle jugo al puesto del papá. Había que pasar por la mediación del hijo del general secretario a pesar de que él no era militar”, precisa Carrillo Olea, autor del libro México en riesgo.
Javier García Morales heredó toda esa red de relaciones y líneas de conducta, dice el coronel retirado y exgobernador de Morelos, quien en 1998 renunció en medio de una crisis de seguridad en la entidad.
En una de sus declaraciones ministeriales dentro de la causa penal 2080/2002 que se le abrió por narcotráfico, Acosta Chaparro se refirió a su relación con García Morales, pero no mencionó su paso por la DFS ni su colaboración con García Paniagua:
“Conozco a Javier García Morales porque es hijo de Javier García Paniagua, con quien tuve estrecha relación de amistad desde los tiempos de mi desempeño al lado del general Marcelino García Barragán. Pero con Javier García Morales sólo había el contacto normal que se tiene con el hijo de un amigo”, expresó.
Mucho más explícito, en esa misma causa penal, fue el exmilitar Rubén Gardea Vara, exsecretario del general Francisco Quirós Hermosillo, fallecido en 2006 y acusado junto con Acosta Chaparro de brindar protección a Amado Carrillo Fuentes, El Señor de los Cielos.
“Quirós Hermosillo y García Paniagua eran compadres porque éste era padrino de uno de los hijos del militar”, aseveró Gardea en su declaración ministerial de julio de 1998. En ese proceso a Gardea se le acusó de entregarle a Quirós los autos que le regalaba Amado Carrillo.
Gardea precisó que Quirós estuvo comisionado en la DFS con García Paniagua y Miguel Nazar Haro, quien pasó a la dirección de la policía política cuando García Paniagua fue designado por José López Portillo subsecretario de Gobernación, donde hasta 1980 estuvo a cargo de las funciones de seguridad e inteligencia.
Poco después, en 1981, Nazar fue acusado en una corte de San Diego, California, de robo y tráfico de autos mientras fue director de la DFS, a la que llegó en 1979. En esa misma acusación fue incluido Javier García Morales, quien de acuerdo con la prensa de la época también fue comandante de ese organismo de seguridad.
“Cosas muy negativas”
En lo que respecta a la relación de Acosta Chaparro y Quirós Hermosillo con García Morales, está el testimonio del expresidente Luis Echeverría, quien en el libro Conversaciones en San Jerónimo, del periodista Salvador del Río, cuestiona los antecedentes del hijo de García Paniagua por estar “en cosas muy negativas”.
De esa manera Echeverría desacreditó la versión de su compañero de gabinete, García Barragán, sobre la matanza del 2 de octubre de 1968, entregada por García Morales al fundador de Proceso, Julio Scherer García, y que se publicó en el libro Parte de guerra, escrito en colaboración con Carlos Monsiváis.
“Es un documento en el que el abuelo… había hecho un legado a la posteridad por conducto de la familia, diciendo que gente del Estado Mayor Presidencial, vestida de civil, había comenzado a disparar para provocar al Ejército. Eso es absolutamente increíble”, dijo Echeverría en 2009 (Proceso 1770).
El expresidente arremete entonces contra García Morales: “Cuando los reporteros quisieron entrevistar al nieto, resulta que el muchacho había desaparecido pues se complicó en cosas muy negativas”, dice en alusión a los señalamientos de narcotráfico.
Y prosigue: “Curioso: detuvieron a unos señores generales (Acosta Chaparro y Quirós Hermosillo). Están sujetos a proceso por la justicia militar y él, que había estado en contacto con ellos, involucrado en cosas que a estos señores generales se les imputan, se aparta de la escena… Así es que hay que ver la naturaleza de ese documento del que se ha hablado y de la personalidad del joven”.
Quirós murió en 2006 cuando estaba bajo proceso penal, mientras Acosta Chaparro fue exonerado en 2007 y al siguiente año pasó a retiro. En cuanto fue liberado empezó a colaborar con el gobierno de Felipe Calderón en la Sedena con su compañero de generación del Colegio Militar, el general secretario Guillermo Galván. El miércoles 7 se despidió del tercero de los García con los que pasó varios años de su vida.

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