1 ene 2012

El desafío del IFE: afrontar tiempos de guerra

El desafío del IFE: afrontar tiempos de guerra
Álvaro Delgado
Revista Proceso # 1835, 1 de enero de 2012
Tras 14 meses de trabajar con un equipo incompleto, por fin el Consejo General del IFE llenó los huecos al incorporar a tres nuevos consejeros, todos ellos con carreras ampliamente conocidas en el sector público y que cubren todo el espectro de las tendencias políticas. Junto al resto de sus colegas, María Marván Laborde, Sergio García Ramírez y Lorenzo Córdova Vianello enfrentan el desafío de 2012, envuelto en la guerra contra el narco –que cumple ya cinco años y que sólo este diciembre ocasionó más de 500 muertos–, y con un proceso electoral al que amenazan de igual manera el crimen organizado y las tentaciones autoritarias.
La socióloga María Marván Laborde, expresidenta del IFAI; el abogado Sergio García Ramírez, con 50 años de militancia priista, y Lorenzo Córdova Vianello, experto en derecho electoral, se incorporan al Consejo General del IFE. En entrevistas por separado los tres hablan de sus filias, fobias, compromisos y retos. Entre ellos: la aplicación de la ley que repudian los medios electrónicos, las acechanzas del crimen organizado, las “tentaciones de politizar” este tema, las “pulsiones autoritarias”, el activismo de Felipe Calderón y la necesidad de recobrar la credibilidad del órgano que funcionó “mocho” 14 meses.
García Ramírez: Hay tentaciones autoritarias
El año en que cumple medio siglo de militancia en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), por el que estuvo cerca de ser candidato presidencial en 1988, Sergio García Ramírez fue electo consejero del Instituto Federal Electoral (IFE).
“Soy lo que soy, soy quien soy y soy lo que he sido, no lo niego”, enfatiza el doctor en derecho quien entre 2000 y 2001 fue secretario general del PRI, aunque aclara:
“En este momento soy consejero electoral y estoy perfectamente consciente de que aquí uno no tiene que militar en favor de ningún partido sino aplicar la ley con objetividad, con firmeza, con independencia.”
Último procurador general de la República que duró todo un sexenio –el de Miguel de la Madrid–, identificado a menudo como quien incubó el auge del narcotráfico –lo que él rechaza–, García Ramírez insiste en que será imparcial: “He tenido una trayectoria dentro de un partido político en función de mis convicciones políticas y sin embargo puedo ser perfectamente independiente y objetivo”.
En entrevista con el reportero la mañana del 22 de diciembre, García Ramírez revela que cuando los miembros de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados le ofrecieron ser consejero les hizo una pregunta: “¿Ya reflexionaron sobre mi trayectoria vital? No está oculta, no es misteriosa, es pública y notoria”.
Detalla: “Todos los que participaron en la invitación, que fueron todos los partidos políticos que finalmente determinaron el rumbo de la elección, dijeron: ‘Sí, ya lo meditamos y estamos de acuerdo en que sea usted. Confiamos en que usted va a ser objetivo, imparcial e independiente’. ‘¿Están seguros? ¿Conceden esa confianza?’. Dijeron: ‘Sí’. Y yo dije: ‘Muy bien, lo tomo y honraré ese compromiso’”.
–¿Aunque siga usted siendo militante del PRI?
–Aunque siga teniendo las convicciones que tengo.
–Como militante del PRI.
–Sigo teniendo las afinidades políticas que tengo. No quisiera yo generar en torno a mi persona una sombra de sospecha. Si quienes me eligieron me depositaron su confianza, debe usted dar la oportunidad de acreditar que merecí la confianza.
–Es un dato.
–Sí, es un dato, ahí está mi vida a la vista. No estoy negando toda la vida que he llevado. Estoy tratando de ser cuidadoso en mis expresiones para no fomentar debates innecesarios.
A punto de cumplir 74 años, García Ramírez tiene una trayectoria impresionante en la administración pública desde que, en 1961, comenzó a trabajar en la penitenciaría del Distrito Federal –el legendario Palacio de Lecumberri–, hasta cargos de talla continental, como juez y presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos entre 2004 y 2007.
Experto en las materias penal, procesal y constitucional, miembro del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, García Ramírez dice ignorar si su nombramiento obedeció a que domina también el tema del crimen organizado, que gravita en los procesos electorales.
De hecho, además de su paso por la PGR, entre los numerosos libros que ha escrito uno se titula precisamente El crimen organizado y uno de los más recientes es sobre la reforma penal constitucional, aunque lo electoral no le es ajeno: En 1970, cuando fue subdirector general de Gobierno de la Secretaría de Gobernación y luego subsecretario, en el sexenio de Luis Echeverría, era el responsable del área electoral.
García Ramírez advierte del propósito de la delincuencia de infiltrar el Estado: “Esa es una posibilidad real. No se puede negar porque esa es la pretensión natural de la delincuencia organizada. Y entonces el cuidado natural del Estado mexicano tiene que ser evitar que semejante cosa ocurra”.
El crimen organizado “como toda gran fuerza oscura, como le suelen llamar, puede tener esa pretensión”, pero debe evitarse. “Este es ya un gran tema político. No tiene que ver sólo con el tema electoral, sino con el manejo general del Estado mexicano”.
–Si Felipe Calderón reconoce que el crimen organizado definió la elección de Michoacán, ¿puede colegirse que tratará de hacerlo en la elección federal?
–Mire, esto de que definió la elección en Michoacán es un punto de vista. Lo dejo en los labios de quien lo dijo, pendiente de mayor explicación para que yo pueda entender la expresión de quien lo dijo. Yo no lo suscribo, no lo tomo necesariamente como una verdad a propósito de lo que ocurrió en Michoacán.
“Me gustaría saber por qué se dijo, me gustaría conocer la explicación, en qué forma intervino, puntual y detalladamente. ¿Será porque mi experiencia de analista y de juez me obliga a pedir generalmente pruebas de lo que se dice? No lo tomo tal cual se dice.”
–Qué más pruebas quieren, dijo Calderón, que el desplegado público en el diario AM de La Piedad…
–Esa es una pretensión, claro, pero no quiere decir que (el crimen organizado) haya intervenido y motivado y movido a la ciudadanía; pero, en fin, no entro en debate con nadie, no me interesa. Simplemente digo: ¿Lo dijo? Muy bien, lo dijo, yo también lo leí. ¿Lo comparto? No necesariamente lo comparto. Pero lo que sí es que debemos evitar que esto pueda convertirse en una realidad en otros lugares del país.
Con el antecedente de que en 2006 Vicente Fox puso en riesgo el proceso electoral, como señaló el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, García Ramírez llama a la prudencia: “Tenemos que ser todos en este momento, y me incluyo, muy prudentes en nuestras expresiones”.
–¿Fue una imprudencia esa acusación de Calderón?
–No. Tampoco he dicho eso. Debemos ser todos muy prudentes. No estoy en la función judicial, no quiero calificar las expresiones de un alto funcionario. Lo dejo en sus labios, las reflexiono, las medito.
El proceso electoral en marcha es muy complejo y, en lugar de echarle leña al fuego, prefiere apagarlo. “Así entiendo yo mi misión: aplicar la ley y tratar de evitar que haya fuegos. Mi invitación sería que seamos todos muy prudentes, que nos ayudemos unos a otros sin ocultar nada, sin soslayar nada, sin negar la realidad, porque la realidad sí existe –valga la perogrullada–, pero al mismo tiempo tratar entre todos de crear una nueva realidad”.
–En su etapa como procurador general de la República se señala que fue cuando se incubó en México el narcotráfico.
–No es así. No es así. La procuraduría que yo entregué la entregué en los términos en que lo hice. La situación de aquel entonces era totalmente distinta de la actual, pero en fin, la historia de esa etapa, de lo que pasó entonces, de lo que ocurrió antes y de lo que ocurrió después, está por escribirse. Ya la escribiré.
Pero hoy el panorama de México, ubica, es muy serio: “No niego la existencia de problemas, son públicos y notorios, pero justamente para eso el IFE ha trabajado con todas las instancias federales y locales a fin de asegurar las condiciones de la elección. Hasta ahí podemos llegar y haremos todo lo que esté en nuestras manos para conseguirlo”.
El jurista advierte que en un contexto como el de México hay tentaciones autoritarias y usa la metáfora de un camino en la selva: “Usted trabaja abriendo la selva, ampliando y transitando el camino, pero un descuido, una noche de sueño, un olvido, puede ser riesgoso porque la selva tiende a volver al camino, tiende a reconocer lo que fueron sus territorios”.
Por eso la protección de la democracia y los derechos humanos es algo cotidiano: “Hay que estar en guardia, invariable y constantemente. En el ser humano existen tentaciones violentas y apacibles, en la sociedad también existen tentaciones autoritarias y democráticas. Tenemos que proteger unas y saber que existen las otras para mantenerlas siempre atrás”.
 Marván: Que no se repita 2006
 María Marván Laborde rechaza “tajantemente” que su llegada al IFE obedezca al impulso del Partido Acción Nacional (PAN) y asegura que la condición que puso para aceptar ser consejera fue el aval de todas las fuerzas políticas.
“Esa fue la única razón por la que acepté entrar a este proceso”, afirma Marván, fundadora y primera presidenta del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública (IFAI) y quien será la segunda consejera en el IFE, junto con Macarita Elizondo Gasperín.
Luego de recibir la invitación del perredista Armando Ríos Piter, presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, Marván habló con Francisco Rojas y Francisco Ramírez Acuña, coordinadores parlamentarios priista y panista, respectivamente.
“Abiertamente les dije: La única posibilidad que tengo de aceptar es que desde ahorita sepan, cada uno por separado y todos en conjunto, incluidas las demás fuerzas políticas, que si voy como árbitro, voy como árbitro, sin ningún compromiso con ninguno de ustedes, pero con mi absoluto compromiso con todos juntos.”
Socióloga y politóloga, Marván había aspirado a ser consejera del IFE en 2007, igual que Lorenzo Córdova –con cuyo padre trabajó en la UNAM–, pero se retiró cuando no gozó del respaldo de todas las fuerzas políticas, como públicamente lo solicitó.
“El árbitro tiene que estar apoyado por todas las fuerzas políticas. Lo dije cuando participé en 2007, en aquella aciaga semana, el día que me inscribí y el día que renuncié. Quien llega a este honorabilísimo Consejo General, cualquiera de los nueve, tiene que llegar apoyado por las fuerzas políticas, y los partidos políticos tienen que asumir esa responsabilidad.”
Sin embargo, la designación de Marván, Córdova y García Ramírez no satisfizo lo que establece el artículo 41 constitucional, porque previamente no se realizó “una amplia consulta con la sociedad”.
Al respecto acota: “No todo proceso para ser democrático necesita de consultas amplias, ¿eh? Creo que un proceso democrático tiene que ser, en primer lugar, eficiente, y además tiene que llevar a resultados distintos”.
El mecanismo de designación de consejeros, dice, debe replantearse: “Lo que debemos generar es un proceso que evite las cuotas, que genere consensos y que genere la certeza de que quien llega, llega como árbitro, no como balón”.
Avecindada en Jalisco como investigadora de la Universidad de Guadalajara, donde realizó estudios sobre partidos políticos, se aproximó al PAN por invitación de Gildardo Gómez Verónica, coordinador del grupo parlamentario en el Congreso local, donde ella fue secretaria técnica de marzo de 1998 a diciembre de 1999.
Enseguida fue electa consejera local del IFE en Jalisco, hasta 2002 cuando Vicente Fox la propuso como comisionada del IFAI, el que presidió hasta 2006; luego Felipe Calderón, ya con Alonso Lujambio como presidente de ese órgano, la reeligió para otro periodo.
Al respecto afirma: “Creo haber demostrado, como miembro del cuerpo colegiado y como presidenta, independencia y autonomía, y créame que el IFAI ha tomado muchísimas decisiones que la administración pública federal hubiera preferido que no se tomaran así”.
Y puntualiza: “En descargo y en reconocimiento tanto del presidente Calderón como del presidente Fox, puedo asegurar que jamás recibí una llamada de ellos ni de reclamo ni de advertencia. Jamás”.
Marván no ignora la gravedad del peso del crimen organizado en el contexto del proceso electoral, pero se muestra optimista: “Ignorar que es un riesgo sería una irresponsabilidad, pensar que no se va a remontar sería otra irresponsabilidad”.
Minimiza la afirmación de Calderón del carácter definitorio del crimen organizado en las elecciones de Michoacán y dice no tener elementos para pensar que pueda repetirse en el federal. “Yo creo que se está trabajando para lograr la certeza y la certidumbre indispensables”.
–Calderón sugiere que hay nexos del narcotráfico con el PRI y que actúan contra el PAN. ¿Cree necesario llamarlo a que cese su intervención para que no ponga en riesgo el proceso electoral, como Fox en 2006?
–Evidentemente, todos los actores tienen que ir a la mesura. Será importante el pacto de civilidad que haya entre los actores.
Sobre los contendientes en el proceso electoral, expone: “Los partidos tendrán que darse cuenta que necesitan invitar a los ciudadanos a una fiesta. El discurso estridente no es a favor de nadie”.
Opuesta a la “sobrerregulación” en torno a lo que pueden y no pueden decir los partidos y convencida de que debe haber más libertad, Marván apuesta a un debate de altura “para realmente invitar a los ciudadanos y convencerlos de que sus opciones valen la pena”.
Respecto de los servidores públicos dice que la ley es clara sobre lo que pueden y no pueden hacer. “Y no le diría al presidente de la República nada distinto de lo que le diría a todos y cada uno de los servidores públicos. La responsabilidad que tenemos de que la elección de 2012 salga bien creo que debe llevarnos a actuar con prudencia, mesura e inteligencia”.
–Pero no es lo mismo la expresión pública de un alcalde de quien es jefe de gobierno.
–No. Desde luego que no. La plataforma desde la que se habla, la investidura desde la que se habla. A mayor responsabilidad del cargo, mayor responsabilidad de lo que se dice.
–Calderón ya violó la Constitución. ¿Eso es antecedente de lo que viene?
–Seguramente tendrá que actuar con toda responsabilidad en esto, no cabe duda. Nadie quiere repetir 2006 de ninguna manera.
–¿Está segura?
–Por eso y para eso estoy aquí, sin pensar que yo solita tengo la responsabilidad.
Contenta por el recibimiento que tuvo en el IFE –“estamos en la luna de miel”–, sabe que enfrentará tensiones entre sus compañeros en la interpretación y aplicación de la ley, en especial cuando afecten a los medios electrónicos que encabeza Televisa.
“No ignoro esa realidad. (Los medios) también tienen que demostrar responsabilidad y a ellos también todo México les tiene que exigir ser éticos”, puntualiza.
Cree sano, además, estimular la crítica y el debate. “Son la sangre y el oxígeno de la democracia. Los mexicanos, en términos generales, tenemos una grandísima debilidad a debatir. El conflicto lo asimilamos a ruptura y por eso no sabemos procesar nuestras diferencias”.
Enfatiza: “Tenemos que aprender a debatir y asumir nuestras responsabilidades. Y las televisoras y los medios tienen una gran responsabilidad en la construcción de la democracia en este país”.
 Córdova: Afán de politizar el narco
 “Como ciudadano por supuesto tengo mis filias y mis fobias”, confiesa el consejero electoral Lorenzo Córdova Vianello, cuya identificación ideológica no oculta: “Sí, soy gente de izquierda”.
Hijo del intelectual Arnaldo Córdova, doctor en derecho y ciencias políticas, fundador del Partido de la Revolución Democrática, crítico de Cuauhtémoc Cárdenas y asesor de Andrés Manuel López Obrador, Córdova Vianello afirma que los grandes problemas de México tienen que ver con la desigualdad y la pobreza.
“Este es uno de los grandes problemas de nuestro tiempo como sociedad. Soy un liberal socialista en ese sentido”, puntualiza el jurista integrante, como García Ramírez, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.
Sin embargo aclara: “Llego sin ningún tipo de ataduras, eso es clarísimo. En lo personal y en términos institucionales yo lo agradezco. No le debo el cargo a nadie más que, digámoslo así, a la representación del pueblo de México encarnada en la Cámara de Diputados”.
Igual que Marván Laborde, Córdova no logró en 2007 ser electo consejero del IFE, de cuyo expresidente José Woldenberg fue asesor; ahora le corresponderá aplicar la ley derivada de la controvertida reforma de 2007-2008, de la que ha sido defensor.
“Habrá que esperar que termine este ciclo electoral para hacer una reforma de ajuste, no una contrarreforma, como muchos han clamado”, aclara Córdova, quien asegura que, pese a la campaña de denuestos en su contra, la reforma ha funcionado.
“Hubo quienes apostaron –por los intereses que se tocaron– a la impracticabilidad de la reforma y a su fracaso. Pero ha mostrado su viabilidad. Lleva más de 50 procesos electorales, entre locales y el federal de 2009, en que esta reforma se ha instrumentado y se ha ido mejorando la calidad de su instrumentación.”
Aunque “la prueba del ácido” será la elección de 2012, las adecuaciones deberán ser menores, sobre todo en el modelo de comunicación política que prohíbe la compra de tiempos en radio y televisión.
“El área que grita por una mejora y que se traducirá, sin duda, de lograrse, en un incremento de la calidad democrática en nuestros procesos electorales, es la que tiene que ver con espotizaciones”, dice y plantea trascender las frases hechas y las imágenes.
“Es decir: un mejor uso de los tiempos del Estado que supondría la compactación, puede traducirse en espacios para que la contienda democrática, más que de candidatos, sea de programas políticos.”
En entrevista, Córdova Vianello coincide con García Ramírez en que el crimen organizado busca incidir en los procesos electorales, pero aclara que “hasta hoy” éstos no se han visto alterados por la acción criminal, ni en Michoacán.
Pese a que se llegó a plantear la suspensión de las elecciones o la postulación de un candidato único, hubo una votación que, con 20% de desactualización del padrón, llegó a un porcentaje de entre 65% y 70%.
“Es decir: la sociedad salió a votar a pesar de que todos auguraban lo contrario. Sí, hay municipios en los que se ha denunciado que hay una irrupción del narco en la celebración de las elecciones, cierto… pero son tres o cuatro de 113 municipios”, contrasta.
Interrogado sobre la afirmación de Felipe Calderón en el sentido de que el crimen organizado definió la elección de Michoacán, Córdova coincide también con Marván y García Ramírez: Debe haber responsabilidad de todos los actores políticos para evitar que se repita 2006.
“La tubería electoral corrió el riesgo de reventarse en 2006. Hoy tenemos, y hay que asumirlo con toda responsabilidad, nuevos elementos, algunos de ellos muy disruptivos, como el de la criminalidad, que complican el contexto”, puntualiza y llama a no politizar el tema del crimen organizado.
“Politizar el tema del crimen organizado es asumir una actitud de irresponsabilidad frente a esta responsabilidad colectiva de construcción de la democracia. No es un tema de partido, es un tema de Estado y hay que asumirlo así.”
–Que el jefe de Estado diga que el crimen organizado definió el proceso, que apoyó a un partido y atacó a otro, ¿implica una politización?
–Creo que hay una responsabilidad de todos los actores de no generar estridencia en el discurso.
Con la aclaración de no pretender “hacer una polémica sobre un dicho en particular”, Córdova insiste en apelar a la responsabilidad de los actores políticos. “Hay una tentación clara de politizar el tema. No estoy hablando de un actor en particular, no del presidente solamente, estoy hablando de todos los actores políticos”.
–Pero no es lo mismo un alcalde que un jefe de Estado.
–Digamos que hay una responsabilidad diferenciada entre todos los actores públicos, pero yo por eso quería contextualizarlo en la responsabilidad colectiva que supone construir los procesos democráticos. Yo creo que todos tenemos una responsabilidad. Déjame volver a 2006: El presidente de la República puso en riesgo la elección.
–¿Se debe llamar a Calderón a que no intervenga en el proceso electoral?
–Te contesto así: Entiendo que como periodista quieras particularizarlo, como funcionario público lo contextualizo y lo generalizo. Es mi responsabilidad. Creo que sí, en efecto en 2006 Fox, como lo dijo el Tribunal, contribuyó entre muchos otros elementos a poner en riesgo la elección… la imprudencia del jefe de Estado. Pero no fue el único elemento.
Para el éxito de 2012, dice, se requiere que todos los involucrados en mayor o menor medida, dependiendo del cargo público que tengan, actúen con responsabilidad “porque si no, podemos echar a perder el proceso electoral”.
En el caso del IFE el reto es recobrar el prestigio aplicando la ley sin estridencias: “Sin sobreactuaciones ni subactuaciones. Es decir, si dejamos de aplicar la ley por presiones, conveniencias y consideraciones políticas, estamos fallando en esa meta de reconstruir la confianza en el IFE; pero si sobreactuamos, si nos olvidamos que el mejor árbitro es discreto, como decía José Woldenberg, entonces también nos estamos equivocando. El reto es ese”.
–¿El riesgo de involución existe?
–Existe el riesgo de la involución: El boleto a la democracia supone no sólo un boleto de ida, sino que eventualmente puede suponer un boleto de regreso.
La inseguridad, la potencial inestabilidad económica, la profunda desigualdad y pobreza que existen en México, dice, constituyen un ambiente muy adverso para la adecuada recreación de la democracia.
“La lección de Hobbes de que en los contextos de inseguridad existe una propensión de los individuos a renunciar a sus derechos a cambio de seguridad es uno de los elementos de los que hay que estar bien conscientes. El clamor de pedir la pena de muerte y endurecimiento de las penas son ejemplos de pulsiones autoritarias frente a las que hay que ser impermeables.”

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