Hoy es viernes 22 de junio de 2012, faltan exactamente ocho días y horas para el inicio de la jornada electoral; cinco días de campaña; considero que la elección está definida si creemos en las encuestas publicadas hasta hoy pero bueno...
Son de llamar la atención dos reportajes uno en México en La Crónica de hoy, y el
El fantasma del fraude electoral resucita en México, reportaje del corresponsal en México Salvador Camarena.
López Obrador, segundo en las encuestas (en algunos en terce lugar), agita el fantasma. Sus rivales le acusan de preparar otro escenario de conflicto poselectoral.
Reportaje de Salvador Camarena México
El País, 21 JUN 2012
En su recta final, la campaña presidencial mexicana se ha topado con un viejo conocido. Conforme se acerca la fecha de los comicios, el 1 de julio, el fraude electoral, o mejor dicho su fantasma, entra en escena. Esto no ha ocurrido de forma espontánea. Ha sido el candidato de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador, quien revivió el asunto. Segundo en las encuestas, el ex jefe de gobierno del Distrito Federal y líder de la coalición Movimiento Progresista, ha declarado que se prepara un fraude para impedirle el triunfo. Como ocurre con todos los fantasmas, unos creen que el fraude es hoy imposible en México, pero otros aseguran que no tanto.
“Pueden producirse irregularidades en una casilla [mesa] o en un conjunto de casillas. Pero un fraude maquinado centralmente es imposible”, escribió José Woldenberg en Reforma el 14 de junio. Cabeza del Instituto Federal Electoral (IFE) durante la elección de 2000, en la que el Partido Acción Nacional (PAN) se hizo de la presidencia por primera vez en la historia, Woldenberg hizo ese día en su artículo Por qué es imposible un fraude una defensa científica de la solvencia del sistema electoral mexicano.
El IFE ha organizado elecciones durante 21 años. Es un órgano autónomo, gobernado por nueve consejeros. Hay además en ese Consejo General representantes de los partidos, con derecho a voz, pero solo los consejeros tienen voz y voto en las decisiones. En forma permanente, trabajan ahí 14.000 personas. Para esta elección presidencial, en la que también se renueva el Congreso -500 diputados y 128 senadores- se han contratado de manera temporal a otras 50.000. Sin embargo, desde el chasco por la suciedad de las presidenciales de 1988, las elecciones en México las llevan a cabo ciudadanos comunes y corrientes, que tras ser elegidos al azar, son capacitados para instalar más de 143.000 mesas de votación, a las que están convocadas más de 79 millones de personas que cuentan con credencial de elector, un sofisticado documento con 19 elementos de seguridad que se ha convertido de facto en el documento nacional de identidad.
Este año, un total de 1,1 millones de mexicanos instalarán las mesas a las ocho de la mañana, recibirán a los votantes, cotejarán que la credencial de elector aparezca en la lista nominal y entregarán la papeleta correspondiente para cada puesto en disputa (además de presidencia y Congreso, hay elecciones en 15 Estados, siete de ellas con renovación de gobernador, incluyendo la jefatura de gobierno del Distrito Federal). Cerrada la mesa, a las seis de la tarde, los ciudadanos capacitados por el IFE contarán los votos y reportarán los resultados a un sistema electrónico que a partir de las ocho de la noche informará vía Internet, en tiempo real y de forma abierta, el avance del cómputo de cada una de las mesas del país. Los partidos, por su parte, pueden tener representantes en las mesas, para verificar que todo ocurra de manera ordinaria.
El Consejo General del IFE, al sur de la capital mexicana,
estará sesionando de manera permanente ese domingo y después de las once de la
noche, dará a conocer el conteo rápido. Con todo eso, a esa hora México tendrá
claro quién lo gobernará a partir del 1 de diciembre. El lunes a las ocho de la
noche, en su sitio de Internet, el IFE exhibirá copia electrónica de las actas
de resultados recibidas de cada mesa. Las papeletas están hechas de papel
infalsificable y numeradas, y se encuentran bajo resguardo militar hasta que
son entregadas a los ciudadanos que se encargarán de las mesas.
“La complejidad abona a la suspicacia. Para salvarla del
fraude, hicimos muy compleja la elección. Entonces, cualquier cosa que se diga
se cree”, explica Mauricio Merino, académico del Centro de Investigación y
Docencia Económicas (CIDE) y él mismo exmiembro del Consejo General del IFE.
Como Woldenberg, Merino está convencido de que es imposible
el fraude en la mesa o después de emitido el voto. “Antes de llegar a la
casilla, pueden suceder mil cosas, luego ya no, la casilla es la frontera
electoral”.
“Mientras los partidos jueguen con deslealtad contras las
instituciones, no hay manera de darle confianza a un sistema electoral", dice un experto
El tema del fraude surgió después de que el 31 de mayo se
confirmara la buena marcha de la campaña de López Obrador, que compite de nueva
cuenta después de perder en 2006 por un 0,56% de la votación. Ese día, una
encuesta de Reforma le puso a solo 4 puntos del candidato priísta Enrique Peña
Nieto. El discurso menos pendenciero por parte del candidato, que promueve una
“república amorosa”, su buena actuación en el primer debate presidencial, el
desplome de Josefina Vázquez Mota, la candidata del gubernamental PAN y el
temor de algunos sectores al regreso del PRI a la presidencia de la República
auparon al segundo lugar al abanderado de la izquierda, que una vez en esa
posición advirtió a sus seguidores que tratarían de descalificarlo con anuncios
negativos e incluso con un fraude cuya mecánica no ha explicado.
“Quieren de nuevo asustar con la guerra sucia [en 2006 una
campaña lo calificó de "peligro para México"], pero ya no les va a
funcionar. Al pueblo lo pueden engañar una vez, pero no lo van a engañar siempre.
Porque miren, ya los conozco bien, cuando vean que tampoco les funcionó la
guerra sucia, ¿a qué se van a ir? Al fraude", dijo el 5 de junio en un
mitin en Michoacán.
El IFE contestó negando cualquier maquinación y la
posibilidad de un fraude. Renuente a desmontarse de su teoría, el martes pasado
López Obrador pidió a la autoridad electoral que impida que los votantes
ingresen a las cabinas de votación con teléfono móvil. El candidato de la
izquierda cree que los votantes “comprados” serán obligados a tomar una foto a
su papeleta para demostrar que emitieron el voto tal y como les fue indicado.
El candidato acusó además que a cargo de esa movilización de votantes
“acarreados” estarán los gobernadores del Partido Revolucionario Institucional,
que mandan en dos terceras partes de los Estados del país. El PRI rechazó la
imputación y advirtió que lo que pretende López Obrador es construir el
escenario de un conflicto poselectoral. "Solamente si él ganara la
elección resultó limpia, si gana cualquier otro candidato la elección resultó
sucia. Este mensaje de López Obrador implica muy malas noticias para México.
Quiere decir que el señor candidato de las izquierdas está pensando en
reventarnos otro conflicto electoral como el de hace seis años", dijo el
miércoles Pedro Joaquín Coldwell, presidente del PRI.
“Esa coacción del voto es difícil de detectar y de probar,
pero se sabe que se da, es evidente”, apunta Eduardo Huchim, exconsejero
electoral en el Distrito Federal. “Si te inducen, si te compran, si te
coaccionan… entonces es el fraude que calla su nombre”, agrega Huchim, quien
destaca que las prácticas de clientelismo se han multiplicado desde 2007,
principalmente en los Estados. “En el plano federal sí hay un avance
importante, pero lo que pasa en los Estados es un pozo negro. Al ser los
gobernadores quienes en los hechos concentran los tres poderes, es cuestionable
la autonomía de los poderes legislativos y judiciales locales, el gobernador
también tiene injerencia indebida en la organización de las elecciones, y opera
la compra y coacción del voto en distintos grados, esta es una realidad”.
El discurso del fraude de López Obrador no cae en el
vacío. Un 43% de la población mexicana cree que las elecciones serán “poco o
nada limpias”, según reveló el lunes el encuestador Jorge Buendía. En ese mismo
sondeo, que da a Peña Nieto una ventaja de 16 puntos porcentuales sobre el
candidato de la izquierda, también son un 43% de los encuestados los que dicen
que tienen poca o nada de confianza en el IFE.Para Buendía, la desconfianza se alimenta mucho de las denuncias de los propios partidos en los procesos electorales locales, de la herencia de décadas de elecciones durante el priismo y del conflicto poselectoral tras el resultado en la presidencial de 2006, cuando Felipe Calderón superó a López Obrador por apenas 250.000 votos.
En cambio, para Mauricio Merino el retorno del fantasma del fraude es más sencillo de explicar: “No hay sistema electoral que resista la deslealtad de los partidos que compiten en una elección. Mientras los partidos jueguen con deslealtad contra las instituciones que ellos mismo hicieron no hay manera de darle confianza a un sistema electoral. Por eso me preocupa tanto que López Obrador insista en desconocer la calidad de las instituciones mexicanas. Es la desconfianza construida como estrategia política”.
*
#YoSoy132 discute un plantón postelectoral
José Contreras | La Crónica de hoy 2012-06-22;
Extracto de la minuta del Yo Soy 132 cuya
paternidad no queda clara.
Los dirigentes del movimiento Yo Soy 132 discuten en estos
días un plan de acción para antes y después de la jornada electoral del 1 de
julio, que incluye un plantón de 132 horas en el Zócalo de la ciudad de México,
en las sedes estatales del IFE y en las principales plazas públicas de los
estados a partir del 1 o 2 de julio.
El plan de acción —del cual algunas medidas ya fueron
aprobadas— incluye también la realización de una megamarcha hacia el Zócalo el
30 de junio por la tarde, exigir al IFE abrir el software del PREP y la
realización de un encuentro nacional estudiantil entre el 6 y el 13 de julio.
Algunos de los dirigentes del movimiento sostuvieron
durante una asamblea realizada el pasado 12 de junio que se prepara un “fraude”
electoral e hicieron propuestas para enfrentarlo.La realización de la megamarcha un día antes de la jornada electoral, la cual partirá de Tlatelolco, pasará por Televisa y culminará “de manera silenciosa” en el Zócalo, ya es una propuesta aprobada.
El plantón de 132 horas en el Zócalo, las sedes del IFE y las plazas públicas de los estados será discutida en asambleas locales (estatales) de Yo Soy 132, mientras que otras propuestas relacionadas con el proceso electoral serán discutidas durante una asamblea nacional que tendrá lugar este viernes en el Claustro de Sor Juana.
Esta información se desprende de la minuta de la asamblea de dirigentes de Yo Soy 132 realizada el pasado 12 de junio en el Casco de Santo Tomás.
De acuerdo con esa minuta, en poder de este reportero, la asamblea tuvo una duración de 10 horas y a ella acudieron 83 dirigentes que representaban en conjunto a 90 escuelas públicas y privadas.
Los representantes de una escuela —identificada en la minuta sólo como CCC— pidieron en esa asamblea discutir si el 1 de julio “es o no un tema esencial” y delinear, en todo caso, una “línea de acción”.
El o los representantes de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México —institución creada durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador en el DF— hablaron de realizar una “defensa de la decisión popular ante el fraude” y propusieron la conformación de cinco frentes: oriente, norte, sur, poniente y centro, como parte del “plan de acción”.
Los representantes del Colegio de Ciencias y Humanidades Naucalpan propusieron realizar “volanteo sobre un posible fraude electoral”, especialmente en el Estado de México.
Los de la Preparatoria 6 hablaron de “un posible fraude y cómo combatirlo”, y pidieron que todos los integrantes de Yo Soy 132 se involucren en el proceso electoral.
La asamblea del 12 de junio aprobó realizar un brigadeo en tres etapas: el 16 y 17 de junio, un brigadeo de tipo “artístico-histórico”; el 23 y 24 uno de tipo “turístico-político”, y el 30 de junio y 1 de julio uno de tipo “familiar-democrático”.
Es indispensable —dice la minuta— que el brigadeo físico sea monitoreado por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y que se trabaje conjuntamente con el Comité Cerezo.
El brigadeo “deberá tener un carácter de horizontalidad de disciplinas. Por ejemplo, la información con referencia a las propuestas temáticas de Enrique Peña deberá ser desarticulada a partir de las diferentes dimensiones del conocimiento aprendidos en la universidad”.
Para realizar el brigadeo se acordó “ocupar líneas del Metro, Tren Suburbano, afuera de los hospitales, terminales autobuses, fábricas, mercados” y otros sitios, y grabar todo lo sucedido.
También se aprobó, de cara al proceso electoral, exigir “a las instancias correspondientes” la liberación de los datos de conteo de cada casilla en tiempo real de la elección presidencial.
Además, “el esclarecimiento del proceso estadístico del PREP, y publicación de algoritmo, y transparentar la información sobre el conteo rápido (qué empresa participa y cómo hacen el procesamiento de datos)”.
Se acordó también que Yo Soy 132 se sume al “conteo ciudadano”, el cual consistirá en subir fotografías de las sábanas de cada casilla y agrupar los datos obtenidos.
La parte técnica de esta tarea será coordinada por alumnos de Ciencias y de posgrado del Instituto Politécnico Nacional y del Cinvestav.
En la minuta no queda claro qué escuela hizo la propuesta de instalar un plantón de 132 horas en el Zócalo y en las plazas públicas de los estados a partir del 1 o 2 de julio, aunque al parecer provino de la Facultad de Filosofía de la UNAM.
Al no haber consenso, se acordó que dicha propuesta sea discutida y votada en las asambleas locales (estatales) de Yo Soy 132.
Tampoco hubo consenso respecto a la propuesta de realizar un encuentro nacional estudiantil entre el 6 y el 13 de julio, por lo que se tomó la decisión de volver a discutir la propuesta en asambleas posteriores.
Durante esa asamblea del 12 de este mes, también hubo propuestas de acciones dirigidas al candidato del PRI a la Presidencia, Enrique Peña Nieto, que al no lograr el consenso se dejaron para su discusión posterior.
Una de ellas se refería a instalar un plantón permanente en la sede nacional del PRI y la otra a realizar una caravana de protesta en el Estado de México y responsabilizar de antemano a las autoridades de esa entidad “de la represión”.
A diferencia de las asambleas realizadas en las Islas de Ciudad Universitaria y en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, la que tuvo lugar el 12 en el Casco de Santo Tomás fue cerrada.
En esa asamblea y en la realizada un día antes no participaron las masas de estudiantes, sino exclusivamente uno o dos representantes de cada escuela, lo que incluso generó algunos conflictos con grupos de estudiantes que se quedaron afuera de las instalaciones.
La asamblea de este viernes, que tendrá lugar en el Claustro de Sor Juana, en la que se discutirán algunos de los puntos que se quedaron pendientes, también será cerrada.
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