Reforma, 31-Ago-201
Sr. Director:
El comentario de la vocera del gobierno federal, Alejandra Sota Mirafuentes, a mi columna sobre "Las tardes de Felipe Calderón" empieza con claridad y desemboca en la ambigüedad.
Es claro el tono mesurado -que agradezco- y es lógica la explicación sobre eventos presidenciales no registrados en la agenda pública. Es una lástima que no abundara en los criterios empleados por Los Pinos para decidir qué entra en esa agenda y por qué hay 1,197 tardes sin información sobre las actividades del Presidente. Vi reflejados los claroscuros presidenciales en materia de transparencia.
Alejandra Sota dedica un generoso párrafo a pregonar el respeto que el gobierno de Calderón tiene a la crítica independiente. Hay algo de razón en eso pero también un lado oscuro. ¿Por qué tuvieron Los Pinos una reacción tan airada y desproporcionada a la pregunta planteada por Carmen Aristegui en febrero del 2011 sobre el presunto alcoholismo del Presidente?, ¿el enojo fue un pretexto para justificar el favoritismo presidencial hacia Televisa en detrimento de empresas como MVS?, ¿por qué ha sido el gobierno federal tan indolente e incapaz cuando se trata de proteger a medios y periodistas amenazados y agredidos por informar críticamente sobre los poderosos?
Sergio Aguayo
*
Réplica / Precisa la Presidencia
Reforma, 30-Ago-2012).-
Sr. Director:
Con respecto a lo publicado el día de hoy (agosto 29) sobre el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Felipe Calderón Hinojosa, en la columna "Las tardes de FCH" firmada por Sergio Aguayo en el diario que usted dirige me permito hacer las siguientes precisiones:
1) La agenda que se difunde en la página de internet de la Presidencia de la República corresponde exclusivamente a las actividades públicas del Presidente; es decir, aquellas a las que se invita a los medios de comunicación. Sobra decir que no todas las actividades del Presidente se realizan frente a medios de comunicación. En consecuencia, la base de datos utilizada para sustentar el artículo excluye un número importante de horas que dedica a actividades de trabajo; es decir, aquellas que ejerce en su carácter de Jefe del Ejecutivo y a las cuales no se convoca a medios de comunicación.
2) Un número adicional de actividades dentro de la agenda de trabajo del Presidente se informan a través de comunicados. Por ejemplo, el día de ayer el Presidente, entre otras actividades, sostuvo reuniones con el Presidente del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, Rajendra Pachauri, y una cena con Senadores electos del Partido Acción Nacional. Ninguno de ellos aparecía en la agenda pública, pero se informó de ambos eventos a través de comunicados. Esta es información que sería importante incluir en el estudio al que refiere el artículo.
3) No es el papel de la Presidencia de la República explicar los criterios que utiliza la Casa Blanca para seleccionar los eventos que publica como parte de la agenda del Presidente Obama, pero son claramente distintos a los que se emplean en la página de la Presidencia de la República.
4) Quisiera precisar, también, con toda claridad que estos señalamientos no se deben a la renuencia a la crítica por parte del Gobierno Federal. Este gobierno entiende que nada enriquece más el diálogo democrático que la pluralidad de ideas y la manifestación de las diferencias. Por ello, hoy tenemos más libertad de expresión que en cualquier otro momento en la historia del país. Cualquier comunicador que ha externado una opinión crítica al gobierno actual puede corroborarlo. Cualquier escritor que ha publicado ensayos con críticas a las políticas públicas de esta administración puede dar cuenta de ello. Cualquier cineasta que haya recibido financiamiento de este gobierno para filmar una película o un documental críticos de la situación actual puede confirmarlo. De hecho, un vistazo a la prensa escrita, a la radio o a la televisión permite constatarlo.
Con el propósito de que sus lectores cuenten con información precisa, agradeceré publique esta carta -o la información aquí contenida- en la columna en cuestión.
Atentamente,
Alejandra Sota Mirafuentes,
Coordinadora de Comunicación Social de la Presidencia de la República y Vocera del Gobierno Federal
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Las tardes de FCH/Sergio Aguayo
Reforma, (29-Ago-2012).-
La agenda de Felipe Calderón confirma la pertinencia y la legitimidad de interesarse sobre el presunto alcoholismo que se le imputa.
Un mínimo de antecedentes sobre una historia harto conocida. El 3 de febrero de 2011 el diputado Gerardo Fernández Noroña mostró una manta en la Cámara de Diputados diciendo que Calderón era un borracho. El diputado declaró el 23 de agosto a www.adnpolítico.com que "cuando sacamos esa lona, yo lo que iba a hacer -soy un tipo con muchos recursos, dentro de ellos tengo el del sentido del humor- [era] torear a los diputados del PAN". Tocó un nervio sensible porque además de zafarrancho entre legisladores la Presidencia reaccionó con furia cuando el noticiero de MVS informó del hecho y Carmen lanzó una pregunta a la Presidencia "¿tiene o no problemas de alcoholismo el Presidente de la República?".
Es curioso que Los Pinos jamás hayan confirmado o negado la versión. La vocera Alejandra Sota sólo rechazó haber influido en el despido temporal de Carmen de MVS. El entonces secretario particular del Presidente, Roberto Gil Zuarth, difundió un comunicado importante el 9 febrero de 2011. Para demostrar su "buen estado de salud" habló de la agenda de Calderón: el año previo había tenido 1,779 eventos, en "promedio 7 por día hábil". La afirmación de Gil Zuarth difiere en mucho de la agenda de Calderón puesta en la página de la Presidencia.
Para elaborar este texto se revisaron 1,438 días de la agenda presidencial (salvo un mes, el análisis se hizo del 2 de septiembre de 2008 al 26 de agosto de 2012). De acuerdo con esa fuente Calderón no tuvo actividad alguna en 1,197 tardes (83%), y 93% de las noches de los casi cuatro años revisados. Cuando está en gira internacional sí se mencionan eventos vespertino-nocturnos, cuando vienen mandatarios extranjeros lo común es que se ofrezcan comidas (la base de datos, la síntesis y el método empleado aparece en www.sergioaguayo.org). Como comparativo se revisaron 147 días de la agenda de Barack Obama. La distribución del tiempo es más equilibrada y como reflejo de su cultura política jamás despacha en fines de semana (Calderón lo hace en algunas ocasiones).
Así pues, de acuerdo con información oficial desconocemos lo que hace Felipe Calderón entre las 4 y las 10 de la noche. Hay tres explicaciones: a) la página es opaca; b) dedica esas horas a reuniones con sus colaboradores; c) es posible que, como me han comentado desde hace varios años personas bien informadas, aparezca el presunto descontrol presidencial. Es imposible ir más allá porque el Instituto Federal de Acceso a la Información lo considera un asunto privado.
Vicente Fox confirma la importancia de conocer las aptitudes físicas y emocionales de quienes gobiernan. Para obtener la anulación de su matrimonio católico con Lilian de la Concha se sometió al escrutinio de dos psiquiatras en el Vaticano. El Tribunal de la Sacra Rota les dio el gusto (incluyo a la señora Marta) en mayo de 2007 porque "presenta síntomas narcisísticos, grave inmadurez afectiva y profundo desorden de la emotividad" y lo declaran incapaz de "entrar en contacto con su yo sincero y profundo" y le impide el "acceso a la comunicación con el otro(a)". Hubiera servido conocer el diagnóstico antes; ahora sólo queda especular sobre los efectos de esa personalidad en sus decisiones como Presidente.
En Estados Unidos ni los candidatos ni los presidentes están obligados a divulgar información o historiales médicos sobre su estado físico y mental. Aun así George W. Bush y Barack Obama lo han hecho cada año. De este modo sabemos que Bush "no bebe" y que Obama lo hace ocasionalmente con "moderación". Útil saberlo porque The Journal of Nervous and Mental Disease asegura que al menos 10 de los presidentes estadounidenses padecieron algún tipo de enfermedad mental.
La indignación de Los Pinos con la pregunta de Carmen es hipócrita porque ni lo niegan, ni dan la información y callan cuando algunos de los suyos lanzan acusaciones sin respaldo. ¿Cuál era la base fáctica que le permitió a Vicente Fox calificar en 2000 a su opositor el priista Francisco Labastida Ochoa de "chaparro de ideas", "sanguijuela", "mariqueta" y "mandilón"?
Los panistas nos prometieron renovación pero terminaron adoptando los rasgos más atrasados de nuestra cultura política. Alejandro Moreno estudia los valores de los mexicanos y concluye que "no estamos acostumbrados a la crítica y por eso la vemos con desdén, con incomodidad" (Este País, núm. 241, mayo de 2011). Si a eso sumamos ese nocivo impulso de venerar al Presidente, se entiende su irritación ante preguntas incómodas. A propósito, ¿a qué dedicó el Presidente esas 1,197 tardes?
LA MISCELÁNEA
La idea original de revisar la agenda de Felipe Calderón fue de Andrés Aguayo Mazzucato, quien sistematizó 899 días. Paulina Arriaga Carrasco se encargó de las otras 539 jornadas y de recopilar información en diversos medios. Dolia Estévez compartió sus conocimientos desde Washington.
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