8 may 2016

El SAT quiere tapar Panamá con un dedo

Revista Proceso # 2062, 7 de mayo de 2016...
El SAT quiere tapar Panamá con un dedo/JORGE CARRASCO A. Y JUAN CARLOS CRUZ
La Secretaría de Hacienda ha hecho lo posible por minimizar los #PanamaPapers –incluso proteger a los empresarios mencionados en esa documentación–. Ufana, dio a conocer que investiga a 30 de ellos. Sin embargo el tamaño de la podredumbre es muchísimo mayor y no podrá ocultarlo: están a punto de hacerse públicas las bases de datos de Mossack Fonseca, donde aparecen los nombres de centenas y centenas de mexicanos que adquirieron empresas offshore gracias a ese despacho panameño.
 El Servicio de Administración Tributaria (SAT) quiso curarse en salud ante el escándalo de los #PanamaPapers. Pero el responsable de recaudar los impuestos en México, Aristóteles Núñez, se quedó corto en su respuesta. Y más pequeña aún será cuando tenga la lista completa de los cientos de mexicanos que forman parte de la base de datos en la que se identifica a las personas vincu­ladas con las más de 200 mil entidades creadas por el despacho panameño Mossack Fonseca.
 Después de un mes, apenas la semana pasada el SAT se refirió, en un “primer informe preliminar”, a 30 contribuyentes bajo observación por su actividad en paraísos fiscales. Sin embargo, dijo que 29 de ellos sí pagaron impuestos en los cinco ejercicios fiscales que fueron de 2010 a 2014.

 Nada dijo acerca de la declaración 2015 para personas físicas, que venció el 30 de abril pasado. En ese caso entrarían los 100 millones de dólares que en julio del año pasado movilizó –mediante fideicomisos y fundaciones creadas por Mossack Fonseca– Juan Armando Hinojosa, el contratista y constructor de la llamada Casa Blanca del presidente Enrique Peña Nieto.

En el deslinde, el SAT dijo que esos 30 mexicanos, en total, pagaron 3 mil 980 millones de pesos, una cifra que palidece con el dinero movilizado por Hinojosa a través del despacho panameño en distintos paraísos fiscales y que según sus asesores fiscales es apenas “una pequeña parte” de su riqueza.

El SAT no sólo advirtió que los investigados están protegidos por “el debido proceso”, sino que redujo aún más el número de los mexicanos mencionados en la investigación periodística global, al asegurar que a 16 de esos 30 contribuyentes ya los tenía bajo auditoría antes de que se conociera la filtración de los archivos de casi 40 años de Mossack Fonseca, una de las cinco firmas más importantes del mundo dedicadas a la creación de empresas offshore.

Núñez tendrá que ampliar su pequeña lista luego de que el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés: www.icij.org) difunda, a pesar de las presiones de Mossack Fonseca, la base de datos de más de 214 mil entidades que vinculan personas con más de 200 países y territorios.

Los nombres de mexicanos y empresas vinculadas a México se cuentan por cientos. Entre ellos están beneficiarios de fideicomisos y fundaciones o de fondos incorporados en 21 paraísos fiscales en los que opera la firma de abogados de Panamá, que van desde Hong Kong hasta Nevada.

También figuran los nombres a los que Mossack Fonseca considera clientes, que no son otra cosa que los intermediarios entre la firma panameña y los interesados en ocultar su identidad y su dinero. Se trata de expertos financieros de México y el extranjero, sobre todo en Miami, pero también en Nueva York.

A disposición del SAT también estarán los nombres de los mexicanos que son accionistas de empresas offshore, no sólo quienes aparecen como beneficiarios; así como los nombres de las empresas registradas en Mossack Fonseca con domicilios en México.

La gran mayoría de los nombres de beneficiarios o accionistas de las compañías offshore son hombres de negocios que pertenecen tanto a grandes consorcios como hasta medianos y dueños de empresas familiares. La lista incluye gente de los sectores industriales, de servicios o el entretenimiento. Profesionistas en distintos campos también compraron compañías offshore asentadas en paraísos fiscales.

La voz de “John Doe”

Además de que la información será pública, el gobierno de México podrá pedir el apoyo del autor de la filtración, identificado a sí mismo con el pseudónimo de John­ Doe –Juan Pérez, en español–, quien el pasado viernes 6 salió a la luz pública para anunciar que está dispuesto a colaborar con los gobiernos que quieran para investigar los delitos que se cometieron en la creación de complejas estructuras fiscales a través de Mossack Fonseca.

El responsable de haber filtrado 11 millones y medio de documentos de la firma hizo el anuncio en un texto que entregó al periódico alemán Süddeutsche Zeitung (http://www.sueddeutsche.de/) y al ICIJ, a los que también les dio los 2.6 terabytes de información de las operaciones de la firma panameña, lo que constituye la filtración periodística más grande de la historia.

El diario con sede en Múnich y la organización periodística de Washington compartieron los archivos con más de 100 organizaciones periodísticas internacionales, entre ellas la revista Proceso y Aristegui Noticias, los únicos dos medios mexicanos participantes en la investigación.

En su escrito, titulado La revolución será digital, John Doe sostiene que, a diferencia de otros casos de filtración, no trabaja “para ningún gobierno ni agencia gubernamental, ni directamente ni como contratista. Nunca lo he hecho”.

De esa manera respondió a las interpretaciones de que la filtración de los #PanamaPapers fue dirigida por el gobierno de Estados Unidos, como lo señaló incluso WikiLeaks, organización que según John­ Doe evitó responder a sus llamados antes de la filtración.

Asegura que, a diferencia de las organizaciones de periodistas que coordinaron la investigación internacional y decidieron no entregar la información a ningún gobierno, él sí “estaría dispuesto a cooperar con las agencias en donde pueda hacerlo”.

El cerebro de la filtración más grande hasta ahora, dice que más que un simple operario en la maquinaria de la “gestión de fortunas”, Mossack Fonseca utilizó su influencia para redactar y doblar leyes en el mundo con el propósito favorecer “intereses de criminales durante décadas”.

Niega haber tenido alguna motivación política para filtrar los archivos: “Simplemente entendí lo suficiente sobre sus contenidos para dimensionar la escala de las injusticias que describían”.

Abunda: “Decidí exponer a Mossack Fonseca porque pensé que sus fundadores, empleados y clientes deberían responder por sus roles en estos crímenes, de los que sólo una parte han salido a la luz hasta ahora. Tomará años, posiblemente décadas, para que se conozca la dimensión entera de los actos sórdidos de la firma.

Para Doe, los #PanamaPapers muestran que, aun sin ser ilegales, las empresas de papel son usadas para llevar a cabo un amplio rango de delitos que rebasan la evasión de impuestos: “Son un síntoma deslumbrador de que la fábrica moral de nuestra sociedad se enferma progresivamente y decae”.

John Doe salió a la luz pública en vísperas de la fecha fijada por el ICIJ, lunes 9, para dar a conocer la base de datos de las más de 214 mil entidades creadas por Mossack Fonseca. Esa información se complementará con la de otras 100 mil compañías que fueron parte de la investigación Offshore Leaks, realizada en 2013 y encabezada también por la organización periodística de Washington.

El jueves 5, un día antes de la aparición pública de Doe, el despacho Mossack Fonseca anunció haber tomado acciones “contundentes” para impedir la divulgación por parte del ICIJ. En un comunicado, informó haber enviado una carta de “cese y desistimiento” a la organización periodística con sede en Washington.

Dijo que se trata de “un robo de información y una violación al tratado de confidencialidad entre cliente y abogado, el cual nos debemos esforzar en proteger”. Sin embargo, las autoridades panameñas mantienen abierta una investigación contra el despacho por su posible participación en “encubrir o promover actividades ilícitas”.

Microinvestigación

También el jueves 5 el SAT difundió a través de su cuenta de Twitter lo que definió como un “informe preliminar de acciones” sobre los #PanamaPapers, que se dieron a conocer simultáneamente en todo el mundo el 3 de abril pasado.

En el caso de México, Proceso difundió entonces los nombres de 25 personas con compañías offshore, además de la empresa Altos Hornos de México. También informó sobre el intento frustrado del empresario Carlos Hank Rhon, propietario del Grupo Financiero Interacciones, de abrir una compañía offshore para mover 10.7 millones de dólares.

Además, dio a conocer la interrupción del proceso para crear una empresa por parte del primer director de Pemex del gobierno de Peña Nieto, Emilio Lozoya Austin. Hasta el pasado domingo 1, este semanario había dado a conocer los nombres de más de 60 mexicanos con firmas offshore creadas por Mossack Fonseca.

En su inusual “informe”, el SAT dijo haber identificado, “a partir de la información publicada”, sólo a 30 personas inscritas en el Registro Federal de Contribuyentes (RFC). De ese número, 26 son personas físicas y cuatro, morales.

Pero los mexicanos señalados, dijo, gozan de secrecía otorgada por “el debido proceso” y las leyes en materia fiscal.

El encargado de la recaudación de impuestos continuó con sus pequeños números. Dijo que en el caso de dos personas físicas aún analiza la información “para identificar si cuentan o no con el RFC, dada la múltiple existencia de homónimos del sujeto”. Además, en el caso de una persona no se cuenta con información en el RFC.

Dijo que entre el 19 y el 22 de abril envió “cartas-invitación” a 10 sujetos para que presentaran “información, aclaraciones o manifiesten lo que a su derecho convenga”. El plazo se vence el martes 10, cuando en el mundo ya estará circulando la lista con los nombres de los mexicanos relacionados con Mossack Fonseca.

A la limitada acción del SAT siguió una respuesta aún menor. Sólo se presentaron tres de los mencionados en los #PanamaPapers. “Aún se encuentra en proceso de análisis la información, escritos o manifestaciones realizadas por ellos”. El ente encargado del cobro de impuestos siguió con sus cifras mínimas: “Dos sujetos solicitaron cita para el pasado 3 de mayo”.

Según el SAT, 29 de los mencionados en la investigación global cumplieron con sus obligaciones fiscales entre 2010 y 2014. Tuvieron ingresos por más de 227 mil 700 millones de pesos, la mayoría por parte de empresas, pues los ingresos declarados por las personas físicas (25 casos) ascendieron a poco más de 20 mil millones de pesos.

El SAT fue fiel a lo que expresó en un comunicado el 3 de abril, a las pocas horas del escándalo internacional por los #PanamaPapers: sólo abriría revisión “en los casos que sean procedentes”. l



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