8 may 2016

...Y la culpa es de ese gobierno al que apoyan/JENARO VILLAMIL

Revista Proceso # 2062, 7 de mayo de 2016...
...Y la culpa es de ese gobierno al que apoyan/JENARO VILLAMIL
Televisa está inmersa en su peor crisis de los últimos 10 años: la disminución de casi 60% de sus utilidades en el primer trimestre de 2016, una baja de 15% ciento de sus audiencias entre 2013 y 2015, un severo recorte de personal en todas sus áreas y la abrupta caída de sus ingresos.
Sin embargo, los ejecutivos del conglomerado responsabilizan de su fracaso a las reformas del gobierno de Enrique Peña Nieto, las mismas que promueven en sus infomerciales y sus espacios noticiosos, según se desprende del informe 20-F que Grupo Televisa presentó a finales de abril pasado ante la Securities and Exchange Commission (SEC).
En ese documento, Televisa expone a la autoridad bursátil de Estados Unidos los “factores de riesgo” para los inversionistas y compradores de acciones de la principal compañía de contenidos mediáticos de México. Y explica que la empresa tuvo una disminución de audiencias a causa del “apagón analógico” que se concretó en diciembre de 2015.


Los directivos del consorcio lo admiten: una parte de sus anunciantes y audiencias se movieron a “otras estaciones de televisión” o a “otras plataformas tecnológicas”. En ningún momento hablan de la calidad de los contenidos o la crítica constante a sus coberturas informativas.

El reporte enviado a la SEC ignora el Tercer informe estadístico trimestral 2015 elaborado por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), según el cual el rating de Televisa disminuyó 15.25% entre septiembre de 2013 y el mismo mes de 2015. La mayor baja se registró entre los sectores menores de 29 años y los segmentos de menores ingresos.

Con base en los datos de la firma Nielsen IBOPE, la misma que mide el rating a Grupo Televisa, el IFT señaló que la población de menor ingreso disminuyó en 6% su consumo de televisión abierta, mientras que las audiencias infantiles de cuatro a ocho años bajaron 11%, 8% menos de los adolescentes de entre 13 y 18 años ven la televisión y 10% menos de los jóvenes de entre 19 y 29 años.

De omisiones y sesgos

En su voluminoso informe ante la SEC –más de 400 páginas–, Televisa advierte que su reciente crisis de ingresos es resultado de la “depreciación” del peso frente al dólar, del bajo crecimiento de la economía nacional durante los tres años de Peña Nieto, así como de las reformas derivadas del Pacto por México.

“Tales cambios han tenido un efecto adverso en la economía mexicana, y en la situación política y económica y en nuestros negocios, condiciones financieras y resultados operativos”, afirma el documento en la página 12.

En contraste con la línea discursiva del gobierno peñista, al que tanto ha apoyado en las pantallas, Televisa afirma que “durante los años recientes, México ha vivido un periodo de incremento de la violencia, principalmente del crimen organizado. Estas actividades, su aumento y la violencia asociada con este fenómeno han tenido un impacto negativo en el desarrollo de nuestros negocios”.

Las reformas laboral, fiscal, financiera, pero sobre todo la de telecomunicaciones, también han tenido impactos negativos en las finanzas de Televisa, creando un incremento de gastos en sus subsidiarias por pago de impuestos y han tenido “efectos adversos” en su política laboral –aunque no menciona su intensión de recortar más de 20% de su plantilla laboral– y obliga a la empresa a aplicar políticas derivadas de su condición de agente económico preponderante.­

Televisa se presenta como afectada de manera múltiple por la reforma fiscal, e incluso hasta por la regulación de la publicidad infantil y por las restricciones a los anuncios de la comida chatarra:

“Es importante destacar que los cambios más relevantes de la reforma fiscal aprobada por el Congreso de la Unión son: a) la eliminación del régimen de consolidación fiscal; b) el incremento de la tasa de IVA en la región fronteriza, de 11% a la tasa general de 16%; c) la imposición y el incremento del IEPS aplicable a ciertas actividades e industrias, como lo son la enajenación de alimentos con alta densidad calórica y la venta de bebidas azucaradas; d) la eliminación de varias deducciones autorizadas para efectos del ISR, tal y como es la no deducibilidad del 47% de las prestaciones exentas otorgadas a los trabajadores; e) la imposición de un ISR adicional al 10% al pago de dividendos tanto a personas físicas como residentes en México como a residentes en el extranjero; d) el incremento al 35% de la tasa máxima de ISR a personas físicas”.

Esas reformas, detalla el informe de Televisa, la han afectado; incluso presume que interpuso un amparo de inconstitucionalidad contra la reforma fiscal de 2014. Y remata: “La demanda de amparo aún se encuentra pendiente de resolución”.

Una reforma de telecomunicaciones que ampliamente benefició a Televisa es presentada en el informe ante la SEC como uno de los cambios que más la han afectado, porque la obliga a compartir infraestructura pasiva de radiodifusión en forma “no discriminatoria y no exclusiva”; también la obliga a hacer públicas sus tarifas comerciales y paquetes, planes de bonificación y descuentos publicitarios que “podrían dar una ventaja competitiva, entre otros, al competidor TV Azteca”, y le prohíbe participar en “clubes de compras” o sindicatos para adquirir contenidos audiovisuales sin la previa autorización del IFT.

Sobre la emergencia de fenómenos nuevos, como la televisión por internet, en su informe ante la SEC Televisa afirma que “la transmisión de la televisión abierta enfrenta un incremento en la competencia por parte de otras plataformas audiovisuales, incluyendo una gran variedad de canales de televisión de paga distribuidos en México, proveedores de servicios de transmisión libre a través de internet y contenido audiovisual distribuido por internet y sistemas de videojuegos”.

Asimismo indica que “enfrentará competencia adicional en transmisión de televisión de, por lo menos, Cadena Tres”, a la que IFT le otorgó en marzo de 2015 una concesión de radiodifusión abierta, aunque la señal abierta digital de Grupo Imagen aún no se ha desplegado.

Ejecutivos ricos, compañía en crisis

En el informe ante la SEC, así como en los reportes anual y trimestral ante la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), Televisa no menciona el recorte laboral generalizado, que se inició a finales de 2015 y se ha agudizado en el primer cuatrimestre de este año.

A finales de 2015 Televisa tenía 43 mil 964 empleados; de ellos 77 son ejecutivos –directores, vicepresidentes y jefes de área– muy bien pagados. Ellos recibieron una compensación de 43.6 millones de dólares (750 millones de pesos) el 31 de diciembre último. La compensación incluyó “cierta cantidad para el uso de activos y servicios de la compañía”, tales como el reembolso de viáticos.

En otro reporte, la SEC detectó que en septiembre de 2011 hubo un “pago discrecional e irregular” de 73.6 millones de dólares –“bonos extraordinarios”– a sus principales ejecutivos, especialmente a José Bastón, presidente de televisión y contenidos e integrante del Comité Ejecutivo del Grupo Televisa; Salvi Folch Viadero, jefe de la oficina financiera de la empresa y brazo derecho del vicepresidente Alfonso de Angoitia, otro de los beneficiarios, y Enrique Senior Hernández, integrante del Consejo de Administración de Univisión y director de Allen & Company, de acuerdo con la copia del documento consultado por Proceso.

Según el informe 20-F, los pagos de algunos servicios son catalogados por Televisa como “política de seguridad” para los altos ejecutivos, sus familias, así como para “empleados específicos y proveedores de servicios”.

Televisa considera “política de seguridad” el uso de aeronaves privadas, así como los sistemas de seguridad y equipamiento para “las residencias y/o automóviles” de sus altos ejecutivos.

El documento omite mencionar a los miles de empleados de Televisa que laboran en zonas de riesgo donde hay enfrentamientos con el crimen organizado, secuestros o intentos de extorsión a sus trabajadores.

Los más altos ejecutivos de Televisa forman parte de la llamada “Oficina Ejecutiva del Presidente”, integrada por Emilio Azcárraga Jean; Alfonso de Angoitia, Bernardo Gómez –éstos, vicepresidentes ejecutivos– y José Bastón, presidente de contenidos. Se les conoce como Los Cuatro Fantásticos.

A ellos se suma Folch, quien fue vicepresidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores en el sexenio de Ernesto Zedillo, y es el actual vicepresidente de planeación financiera del consorcio.

La Oficina Ejecutiva del Presidente de Televisa está en Reforma 730, Lomas de Chapultepec. Sus oficinas tienen cuatro esculturas de Damien Hirst conocidas como Los Tiburones, con un valor estimado en 10 millones de dólares. Por cierto, no están registradas ante la SEC como parte de los bienes y activos de la compañía.

Anuncia endeudamiento

En su reporte anual ante la SEC y ante la BMV, Grupo Televisa advierte que “el éxito de la compañía podría verse afectado por los cambios en la industria de cable, telecomunicaciones, venta de publicidad, entretenimiento, juegos y sorteos, y otras industrias en las cuales la compañía participa, los cuales no puede predecir, y la consolidación en dichas industrias podría intensificar las presiones competitivas”.

Ante estos cambios, Televisa prevé que hará inversiones en nuevas tecnologías, “generando altos costos en la adquisición de contenidos, o bien afectar su habilidad para renovar derechos de eventos especiales, incluyendo eventos deportivos y de entretenimiento”. Para los próximos Juegos Olímpicos de Brasil, Televisa perdió ante América Móvil, de Carlos Slim, los derechos de transmisión.

“El negocio de cable de la compañía es altamente competitivo e intenso en términos de capital. Su negocio pudiera requerir contribuciones sustanciales de capital para lograr adquisiciones e inversiones de capital adicionales, lo cual pudiera resultar en que la compañía incurra en endeudamiento adicional, emita capital adicional o una combinación de éstas”, afirma Televisa.

En su reporte trimestral ante la BMV, Televisa informó que al 31 de marzo último sus gastos financieros aumentaron de 1 mil 861 millones de pesos, en el primer trimestre de 2015, a 2 mil 8 millones. Una de las razones de este incremento fue el aumento en 505.6 millones de pesos en intereses pagados, debido al mayor endeudamiento, y más de 271 millones derivados del tipo de cambio desfavorable del peso frente al dólar. l



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