Televisa también anunció una “investigación interna” a cargo del bufete de abogados de Nueva York, Wachtell, Lipton, Rosen & Katz, y advirtió a la Bolsa Mexicana de Valores que “ejercerá todas las acciones legales a que haya lugar contra los responsables de la carta”.
Revista
Proceso # 2062, 7 de mayo de 2016...
EU: Investigan
las cuentas oscuras del consorcio/JENARO VILLAMIL
Por
enésima vez el consorcio de Emilio Azcárraga Jean es investigado por ocultar
información, pero esta vez lo hacen la Securities and Exchange Commission –la
máxima autoridad de regulación bursátil de Estados Unidos– y el Departamento de
Justicia estadunidense a partir de un documento anónimo que recibieron la
semana pasada. La información también llegó a The Wall Street Journal, que
soltó la bomba informativa el jueves 5. Televisa respondió de inmediato y se
dijo víctima de “un intento orquestado para infligir un daño a la reputación de
la compañía y sus empleados”. Sin embargo, los datos sobre los escamoteos
financieros de Televisa están documentados.
Televisa
siempre negó públicamente la autenticidad de los documentos que sustentaban
este acuerdo con Peña Nieto y que todos los días se confirmaba en la pantalla
televisiva. En 2012 incluso amenazó con emprender acciones legales contra el
periódico británico The Guardian si no se “disculpaba” por la publicación de
información sobre la estrategia a favor del exgobernador mexiquense.
Lo
novedoso de la carta anónima de 15 cuartillas y otros documentos de respaldo
–consultados por Proceso– es que sirven de base a la SEC y al Departamento de
Justicia estadunidense para una investigación sobre Televisa ante posibles
violaciones a la Ley Sarbanex-Oxley, que penaliza la doble contabilidad de las
ganancias y tipifica como fraude a accionistas minoritarios por ocultar
millones de pesos provenientes de pagos “en efectivo” de los gobernadores y
partidos políticos.
En
el documento –que también fue entregado a The Wall Street Journal y está
fechado el 20 de abril pasado– se describen las estrategias de ocultamiento y
presunto lavado de dinero de esos ingresos y se responsabiliza de ello al
vicepresidente ejecutivo de la empresa, Alfonso de Angoitia, y al jefe de finanzas
de la compañía, Salvi Folch Viadero.
“Grupo
Televisa recibe dinero en efectivo de partidos políticos y gobiernos estatales
para cobertura noticiosa tanto a nivel local como nacional, con apariciones en
noticiarios de la pantalla, revistas y promociones especiales –advierte el
documento–. Esta es una operación continua y esta es la razón por la que es
difícil rastrear las pistas y calcular el costo del product placements (término
publicitario que significa “desplazamiento del producto”, propio de los infomerciales
políticos) de las producciones especiales en cada segmento de tiempo aire”.
Y
añade: “Si el total de la aparición en tiempo-aire de los gobiernos y partidos
políticos se contabiliza, en Grupo Televisa no están reportando hasta 10% de
los ingresos, tanto en los canales de televisión abierta como en publicaciones
y en ventas de televisión por cable y estaciones regionales.
“Esta
operación ha tenido un elevado costo para la imagen de Grupo Televisa y de su
presidente Emilio Azcárraga Jean. Partidos políticos y prominentes miembros de
la sociedad mexicana han acusado a Grupo Televisa de tener una información
tendenciosa y esto ha afectado la credibilidad de la compañía con sus
anunciantes.”
La
mayoría de esos pagos provenientes de partidos políticos y de gobiernos
estatales se realiza en grandes cantidades de efectivo (bulk cash, en el texto
original) y son guardados en una bóveda ubicada en el basamento de las oficinas
del corporativo en Santa Fe y transferidas al Estadio Azteca para simular la venta
de tickets de eventos especiales que nunca se realizan. El documento calcula
que en un año el consorcio lavó alrededor de 40 millones de dólares.
Otros
pagos en efectivo son directamente dirigidos a empleados de Alfonso de
Angoitia, como Hugo Ríos y Osvaldo Orozco, quienes reciben los montos en
dólares en el edificio corporativo de Televisa.
El
documento refiere que ese dinero es enviado al asistente personal Rodrigo
Guerrero Arteaga. Entre 50 y 75% de ese monto se envía a una empresa offshore
registrada en Florida, Estados Unidos, denominada Emilio Incorporated, a nombre
de Efrén Yaber, un empleado de la televisora que aparece como “socio” de
Azcárraga Jean en esta compañía.
Proceso
posee copias de documentos del Departamento de Estado de Florida, con fecha del
2 de diciembre de 2004, en los cuales se acredita la documentación recibida
para crear la empresa Emilio Incorporated. Azcárraga Jean es el director y
presidente de la compañía y su dirección personal está en Colorado, California;
Yaber tiene la misma dirección de Colorado.
Existe
documentación sobre otra corporación, con fecha 8 de diciembre de 2005,
denominada EMFER Inc., que tiene como único director al propio Azcárraga Jean.
Del
erario a Televisa
Entre
las cifras más reveladoras en el escrito destaca:
–En
2012, el año de la campaña presidencial, el gobierno del Estado de México pagó
870 millones de pesos a Televisa. Al año siguiente la cifra descendió a 560
millones, en 2013 fue de 600 millones y en 2015, año de comicios federales, se
volvió a elevar a 800 millones.
–El
monto de pagos del gobierno del Estado de México es superior en esos años a los
del propio gobierno federal. En 2012, el último año de la administración de
Felipe Calderón, Televisa cobró 450 millones de pesos; en 2013 se embolsó 650
millones; en 2014, 700 millones, en 2015, 800 millones.
–En
2015, los gobiernos de Rafael Moreno Valle (Puebla), Rodrigo Medina (Nuevo
León), Javier Duarte (Veracruz), Manuel Velasco (Chiapas) y César Duarte
(Chihuahua) pagaron entre 300 y 450 millones de pesos.
–El
PAN pagó 240 millones a Televisa en 2012 y otros 200 millones en 2015. El PRI
tuvo un pago récord de 550 millones en 2012, mientras que en 2015 descendió a
400 millones.
El
documento aclara que los montos se realizaron en pagos bulk cash cada mes o
bimensualmente; por tanto no hay registro de facturas o comprobantes de este
dinero que proviene, en su mayoría, de recursos públicos.
El
productor de los contenidos de los infomerciales para partidos y gobernadores
es identificado como Guillermo de la Mora, quien trabaja en Televisa desde
2010. Él reporta a Folch Viadero y recibe instrucciones directas de Bernardo
Gómez y Alfonso de Angoitia, los dos principales vicepresidentes.
“Personal
del staff de Guillermo de la Mora ha sido directamente amenazado por clientes
que piensan que Grupo Televisa ha tomado ventaja”, sostiene el documento.
Proceso
reveló desde octubre de 2005 una trama diferente de venta de promoción y de
espacios informativos al entonces gobernador del Estado de México, Enrique Peña
Nieto, a través de empresas bróker, como TV Promo o Radar, ambas creadas por
Alejandro Quintero Íñiguez, responsable de la comercialización de Televisa.
El
total de la inversión en un año se fijó en 691 millones 734 mil pesos. El plan de
trabajo fue publicitar a Peña Nieto en las pantallas del consorcio y
convertirlo en el candidato priista a la Presidencia de la República (Proceso
1512).
La
discusión sobre estos papeles del contrato de Peña Nieto con Televisa revivió
el 7 de junio de 2012 cuando el periódico The Guardian publicó una versión
similar a la de este semanario, pero con un monto menor.
En
plena campaña presidencial, Proceso publicó en su edición 1858 el reportaje
“Televisa y sus candidatos atrapados” en el que aludió al “Proyecto Jorge”,
elaborado por Televisa para la promoción especial de Peña Nieto, ya como
candidato del PRI a Los Pinos. Todos los pagos eran en efectivo y se realizaron
a través de la empresa El Mall, de Pedro Torres, productor de Televisa.
En
el documento anónimo que está circulando en Estados Unidos ya no aparecen la
empresa TV Promo ni el nombre de Alejandro Quintero. En marzo de 2015 Quintero
fue sustituido por Ricardo Pérez Teuffer como vicepresidente corporativo de
Comercialización de Televisa. Su salida coincide con la crisis actual de
disminución de ingresos publicitarios del consorcio, según informó Proceso en
su reportaje “Televisa en declive”, publicado en su edición 2048.
Empresas
en Centroamérica
Entre
esas empresas se encuentra TAMPEI, creada en 2009, que sirvió para encubrir la
compra de un jet ejecutivo. Y después se creó otra denominada TABAE S.A. de
C.V., también para la adquisición de una aeronave registrada en la Secretaría
de Comunicaciones y Transportes como XA-SKY.
En
2010, De Angoitia comisionó a Guadalupe Phillips Margáin, entonces
vicepresidenta de Riesgos Corporativos y Finanzas en Televisa, para crear una
nueva compañía llamada VERAX Wealth Management, para manejar los activos de la
oficina de De Angoitia y de Folch Viadero. Contrataron los servicios de José
Luis Llamas, quien trabaja para el Deutsche Bank en Nueva York y es miembro del
Comité Ejecutivo para las Américas de esa institución.
Phillips
Margáin ahora trabaja en la empresa constructora ICA. El documento indica que
De Angoitia y Folch Viadero trabajan una propuesta junto con David Martínez, el
enigmático financiero de origen regiomontano creador del fondo de inversiones
Fintech, S.A., para tomar el control de la compañía constructora y refinanciar
la deuda de ICA a través de la empresa VERAX, una offshore creada en las Islas
Caimán.
En
2010 De Angoitia, Pablo Legorreta Creel, Bernardo Gómez y Folch Viadero
adquirieron 50% de la compañía de publicidad en exteriores Grupo Pol Impactos,
Frecuencia y Cobertura en Medios, S.A. de C.V. para operar en México y América
Central.
El
otro 50% es propiedad de Consorcio Regional, una subsidiaria de Multimedios
Estrella de Oro, la compañía creada en Monterrey por el empresario Francisco
González, quien era socio de Televisa en la empresa cablera TVI, adquirida
totalmente por Azcárraga Jean.
Yate,
aeronaves, departamentos
El
mismo documento hace una descripción de las propiedades inmobiliarias de
Alfonso de Angoitia, que incluyen tres casas en las Lomas de Chapultepec, un
rancho en Acultzingo, Estado de México, y un departamento en el número 1030 de
la Quinta Avenida, por el cual el vicepresidente ejecutivo de Televisa pagó
16.5 millones de dólares en efectivo.
En
su respuesta al texto publicado en The Wall Street Journal, Televisa negó la
existencia de un departamento de lujo en Nueva York, propiedad de De Angoitia.
Sin embargo, desde 2013 la revista Observer divulgó en su sección “Estilo y
diseño” un texto de Kim Velsey en el cual resalta que De Angoitia y su esposa,
María de la Concepción Legorreta, “pagaron en efectivo” 16.5 millones de
dólares por esta propiedad en el mejor lugar de la Gran Manzana, que los hace
vecinos de celebridades del espectáculo, como Madonna.
Entre
otros lujos, el documento consigna la adquisición del yate de Emilio Azcárraga
Jean, llamado TV –de 257 pies que se encuentra estacionado en Filipinas– en 120
millones de dólares Se trata del mismo yate al que aludió Proceso en 2012, en
su edición 1857.
Desde
2013, añade el documento, “el mantenimiento mensual y los gastos de la
tripulación son cargados al show Por el Planeta que transmite Canal 2 en el
espacio del Noticiero de Joaquín López Dóriga.
Según
el mismo documento, De Angoitia y Folch Viadero preparan la venta del yate en
130 millones de dólares. Desde enero pasado, el TV aparece en venta en las
revistas especializadas de yates de lujo.
Describe
también la propiedad de al menos cuatro aeronaves privadas que son utilizadas
por los altos ejecutivos de Televisa, en sociedad con otras compañías, como el
caso de Aero Personal, donde son socios en una tercera parte dos fideicomisos
de Banamex (números 11776-3 y 13037-9) y Transportes Aéreos Mexiquenses; otro
es XA-EAJ, utilizado personalmente por Azcárraga Jean, cuyo valor es de 100
millones de dólares, y XA-SKY, con Grupo Mexicano de Seguros, con valor de 250
millones de dólares. Esta aeronave es “para uso exclusivo de Alfonso de
Angoitia y de su familia”.
Televisa
se “autoinvestiga”
En
su edición del jueves 5, The Wall Street Journal informó que la carta anónima
llegó como correo electrónico a miembros del consejo de Univision y
presuntamente del Departamento de Estado estadunidense. Proceso confirmó que
existe una investigación en curso.
El
Journal mencionó que para verificar la validez de la carta envió correos a la
cuenta de la que se originó la propia carta. “Hasta la fecha, la identidad del
remitente del correo electrónico no se ha determinado”, afirmó el rotativo en
la nota firmada por José de Córdoba y Santiago Pérez.
Cuando
se divulgó parte del contenido del documento, Azcárraga Jean manifestó su
“apoyo inquebrantable” a De Angoitia y a su equipo y calificó las acusaciones
como “ficticias y sin fundamento”. Dijo a The Wall Street Journal que la carta
anónima es un “intento orquestado para infligir un daño a la reputación de la
compañía y de sus empleados”.
Asimismo,
informó que contrató a un bufete de abogados de Nueva York, Wachtell, Lipton,
Rosen & Katz, autorizados por De Angoitia y sus familiares, para investigar
a la propia empresa y a los altos ejecutivos mencionados en estos documentos.
Según
Azcárraga Jean, el bufete contactó a bancos relacionados con el vicepresidente
de Televisa para confirmar o descartar la existencia de las cuentas bancarias
que menciona la misiva privada.
En
sintonía con la respuesta de Azcárraga Jean, el comentarista Joaquín López
Dóriga publicó en su columna de Milenio Diario que las acusaciones contra De
Angoitia “rebasan la ficción” y que el mismo The Wall Street Journal las
“desecha”.
“El
anónimo incluye datos personales de Alfonso, datos que dan una línea para
descubrir al patrocinador o patrocinadora y a los operadores de esta ofensiva
que tienen como común denominador el rumor a esta casa y sus antecedentes en la
misma”, afirmó López Dóriga.
El
viernes 6 al mediodía, Televisa envió un comunicado a la Bolsa Mexicana de
Valores para afirmar que la compañía ejercerá todas las acciones legales a que
haya lugar contra los responsables de la carta:
“Grupo
Televisa confirmó que una carta anónima enviada por correo electrónico, y que
contiene información imprecisa, falsa y engañosa sobre la compañía y personas
asociadas a la misma, fue distribuida como parte de lo que parece ser un
esfuerzo coordinado para causar daño a la reputación de la compañía y sus
ejecutivos.”
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