La
oración del Papa Francisco en Cracovia por el fin del terrorismo en el mundo
“Mueve los corazones de los terroristas para que reconozcan la maldad de sus acciones y vuelvan a la senda de la paz y el bien…“
Francisco rezó por el fin de la violencia y el terrorismo en el mundo. Y lo hizo la tarde de este sábado 30 de julio , ante las reliquias de
los beatos polacos Michele Tomaszek y Zbigneo Strzalkowski que fueron asesinados en
1991 por el grupo Sendero Luminoso en Perú.
Estos mártires fueron recordados en la ceremonia de acogida de la Jornada
Mundial de la Juventud (JMJ) Cracovia 2016, realizada el jueves 28 de julio en
el Parque Jordan en la localidad de Blonia.
Antes
de dirigirse al Campo de la Misericordia para presidir la Vigilia de oración
con miles de jóvenes reunidos por la JMJ, el papa se detuvo en la
Iglesia San Francisco para rezar unos minutos.
En el templo rezó acompañado de
algunos familiares de los mártires. En ese templo de Cracovia se veneran las reliquias de los dos mártires, los beatos Michele Tomaszek y Zbigneo Strzalkowski quines pertenecían a la Orden de los
Hermanos Menores Conventuales. Fueron asesinados por odio a la fe el 9 de
agosto de 1991 por el grupo maoísta Sendero Luminoso.
Fueron beatificados el 5 de diciembre de 2015 en Perú
junto al sacerdote italiano Alessandro Dordi.
Esta
es el texto completo de la oración que hizo el papa en la iglesia San
Francisco:
Oración
por la paz y el fin de la violencia y el terrorismo
Dios
omnipotente y misericordioso, Señor del Universo y de la historia humana.
Todo
lo que has creado es bueno, y tu compasión por el hombre, que te abandona una y
otra vez, es inagotable.
Venimos
hoy a implorarte que ampares al mundo y a sus habitantes con la paz, alejando
de él el destructivo oleaje del terrorismo, restaurando la amistad y derramando
en los corazones de tus criaturas el don de la confianza y la prontitud para
perdonar.
Dador
de la vida, te pedimos también por todos los que han muerto, víctimas de los
brutales ataques terroristas. Concédeles la recompensa y la alegría eternas.
Que intercedan por el mundo, sacudido por la angustia y desgracias.
Jesús,
Príncipe de la Paz, te rogamos por los heridos en los ataques terroristas: los
niños y los jóvenes, las mujeres y los hombres, los ancianos, las personas
inocentes y los que han sido agredidos por casualidad. Sana su cuerpo y el
corazón, que se sientan fortalecidos por tu consuelo, aleja de ellos el odio y
el deseo de la venganza.
Santo
Espíritu Consolador, visita a las familias que lloran la pérdida de sus
familiares, víctimas inocentes de la violencia y el terrorismo. Cúbreles con el
manto de tu divina misericordia.
Que
encuentren en Ti la fuerza y el valor para continuar siendo hermanos y hermanas
de los demás, especialmente de los extranjeros y los inmigrantes, testimoniando
con su vida tu amor.
Mueve
los corazones de los terroristas para que reconozcan la maldad de sus acciones
y vuelvan a la senda de la paz y el bien, el respeto por la vida y la dignidad
de cada ser humano, independientemente de su religión, origen o status social.
Dios,
Eterno Padre, escucha compasivo esta oración que se eleva hacia Ti entre el
estruendo y la desesperación del mundo.
Llenos
de confianza en tu infinita Misericordia, confiando en la intercesión de tu
Santísima Madre, fortalecidos con el ejemplo de los beatos mártires de Perú,
Zbigneo y Michele, que has convertido en valientes testigos del Evangelio hasta
derramar su sangre, nos dirigimos a Ti con gran esperanza, suplicando el don de
la paz y pidiendo que alejes de nosotros el látigo del terrorismo.
Por
Jesucristo, nuestro Señor
Amén.
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