El Sol de Sinaloa, 12 de agosto de 2019;
Gerardo, en la ruta de las dos sucesiones/ FRANCISCO ROCHA GARCÍA
Al materializarse el acto que invistió a Gerardo Vargas Landeros como Delegado General en la Zona Noroeste del país del futuro partido Redes Sociales Progresistas, se alcanza a observar que al ex Secretario General del Gobierno de Sinaloa, no lo parará nadie en el proyecto que todos los grupos e institutos políticos echaron a andar hacia el 2021.
Se metió más al medio de la ruta por la gubernatura y trascendió como un engrane humano hacia la contienda que renovará la Presidencia de la República, den la que los principales actores ya tejen alianzas.
Los hábiles estrategas cercanos al Presidente Andrés Manuel López Obrador, lo dotaron de un arco, un cacaj lleno de flechas y un escudo para la lucha que se librará en medio del cruce de proyectiles que se lanzan y se lanzarán multiplicándose por todos lados.
O sea, el ex funcionario a quien no pueden excluir de la jugada sus adversarios a pesar de las embestidas, porque se encuentra en los primeros lugares de las preferencias ciudadanas, recibió un broquel de hierro, que se quiera o no, debe dimensionarse en el marco de su realidad.
El fundador y líder del grupo Trébol, adquirió una fuerza inusitada que sumó a la que traía encima, gracias a su movilización y gestión de las demandas ciudadanas en los 18 municipios.
A leguas se ve, que ante la incapacidad de Morena para fortalecerse como opción partidaria, desde los más altos círculos políticos, se ordenó la aplicación de un plan que podría llamarse “B” para suplir los grandes vacíos estructurales que se ocuparán dentro de un año y medio ante los procesos comiciales que se vivirán en 13 entidades de la República.
Gerardo Vargas Landeros, se convirtió ya en una pieza importante de la sucesión presidencial. Por eso le confiaron la custodia y administración política de cinco estados del noroeste: Sinaloa, Baja California Sur, Sonora, Chihuahua, Durango y Baja California. Curiosamente en los primeros cuatro, habrá renovación de gobiernos estatales y ello anticipa el rejuego de la ebullición política.
Un dato que no deja de llamar la atención, es que se trata de los territorios que con excepción de Nayarit y Jalisco, en su tiempo de candidato a la primera magistratura de la Nación, Andrés Manuel López Obrador, le entregó para su coordinación electoral a Marcelo Ebrad Casaubón.
Este elemento político electoral consolida la idea que además de la táctica que desenvuelve el actual Secretario de Relaciones Exteriores, Gerardo Vargas Landeros trae consigo el respaldo paralelo de la poderosa maestra Elba Esther Gordillo Morales, que conoce cada centímetro de las entrañas del poder político, y a la que sus enemigos también “le hacen lo que el viento a Juárez”.
Hay que reconocer, que nada tiene de casual, la construcción escrupulosa y acelerada de Redes Sociales Progresistas, de un sector magisterial, que ayudó al triunfo morenista en 2018, por lo que seguramente seguirán juntos en el entendido de apoderarse de los mayores espacios que aún no controlan.
Y en ese armado estratégico del proyecto, no escapa Sinaloa. Está en el centro de la mira.
Ayudar a Moreno y aplastar a Ivonne: la orden.
Todo quedó listo: las cúpulas –más no la militancia- realizaron el proceso más simulador de todos los tiempos para imponer a quien dirigirá hacia su última morada al Partido Revolucionario Institucional en el país. Con el repudio de las bases, porque las autoridades estatales les ordenaron maniobrar todo para apoyar a Alejandro Moreno Cárdenas. Y aplastar a Ivonne Ortega.
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