18 nov 2024

Ataque a la libertad religiosa en Nicaragua

La pareja presidencial de Nicaragua- Daniel Ortega y  Rosario Murillo-, sigan abusando del poder, ahora expulsaron del país al obispo Carlos Enrique Herrera Gutiérrez, presidente de la conferencia episcopal de Nicaragüa (CEN).

El obispo de Jinotega y presidente de la CEN, Mons. Carlos Enrique Herrera Gutiérrez, cometió el pecado el domingo 10 de noviembre, de denunciar al alcalde orteguista de esa ciudad, Leónidas Centeno, por interrumpir la Misa con música a alto volumen.

"Antes de iniciar esta Eucaristía le pedimos al Señor perdón por nuestras faltas y también por aquellos que no respetan el culto. Esto es un sacrilegio lo que está haciendo el alcalde y todas las autoridades municipales, y voy a decírselo porque saben la hora de la Misa”, indicó ese día el prelado.

Ese fue su delito.

La Misa fue transmitida en directo en la página de Facebook de la diócesis, que fue desactivada poco antes de la expulsión del país del presidente de la CEN.

El miércoles 13 , Mons. Herrera fue secuestrado y desterrado a Guatemala  y permanece en una residencia de la Orden de Frailes Menores a la que pertenece.

La expulsión de Herrera abre un nuevo capítulo en la guerra que la dictadura de Ortega mantiene contra la iglesia católica de Nicaragua, a quien culpa de apoyar las protestas ciudadanas que se realizaron en 2018.

El régimen ha desterrado a 261 religiosos, según el conteo que lleva la abogada Martha Patricia Molina, autora de las investigaciones periódicas “Nicaragua: Una iglesia perseguida”.

Entre los religiosos desterrados se encuentran cuatro obispos, un nuncio ,141 sacerdotes y 99 monjas. Antes del obispo Herrera, obispo de la Diócesis de Jinotega, fueron desterrados monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa; Silvio Báez, obispo auxiliar de Managua; e Isidoro Mora, obispo de Siuna.

REACCIONES

El Consejo del Episcopado  Latinoamericano (CELAM), -y la nueva dirigencia de la CEM de México-  expresaron  su cercanía y “disponibilidad fraterna” tras la expulsión de Herrera, en una carta publicada en el sitio web de la institución y dirigida al Cardenal Leopoldo Brenes, Arzobispo de Managua y vicepresidente de la CEN.

Los obispos  expresaron su solidaridad y dijeron que rezan “para que esta situación se solucione pronto y pueda regresar a su Patria”.

También expresaron su dolor por “los acontecimientos que afligen al a Iglesia que peregrina en Nicaragua” y animaron a los obispos y a los fieles del país a que sigan siendo “testimonio de fidelidad al Señor que resplandece hacia todo el continente”.

Brian A. Nichols, Subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos, expresó su preocupación por lo ocurrido. “Preocupado por el exilio forzado del Obispo Herrera, Presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, por parte de la autoridades nicaragüenses”, escribió Nichols en su cuenta de X, haciéndose eco de la Oficina Internacional de Libertad Religiosa.

“Monseñor Herrera ha sido históricamente uno de los obispos más comprometidos con la justicia y la solidaridad cristiana hacia aquellos que no tienen voz, un verdadero ejemplo de firmeza e integridad”, señaló en su cuenta de X Félix Maradiaga, ex candidato presidencial y presidente de la Fundación Libertad para Nicaragua.

Maradiaga consideró que la expulsión de Herrera y la desactivación de las redes sociales de la diócesis de Jinotega constituyen “otro ataque contra la libertad religiosa y la dignidad humana en Nicaragua, y exige la atención y condena internacional”.

En declaraciones a EWTN Noticias, Maradiaga señaló que “la Iglesia en Nicaragua está sometida a una persecución que prácticamente la ha convertido en una iglesia de catacumbas; los pocos sacerdotes que aún pueden ejercer su ministerio con alguna libertad son aquellos que han aceptado las condiciones impuestas por la dictadura, que exige un silencio total sobre cualquier tema de la realidad nacional”.

Arturo McFields, exembajador de Nicaragua ante la OEA, denunció en X que el “delito” del presidente de la CEN fue “exigir respeto al servicio religioso y detener el sacrilegio. La libertad religiosa es un derecho humano. El destierro de decenas de religiosos es un crimen de lesa humanidad”.

La organización Colectivo Nicaragua Nunca Más condenó la expulsión del prelado.

En un comunicado, la ONG denunció que el destierro de Herrera “no solo afecta a un líder religioso, sino que simboliza la creciente e imparable persecución y represión que enfrenta la Iglesia Católica en nuestro país”. Este exilio forzado se suma a la expulsión de otros líderes eclesiásticos.

La ONG recordó que, este mismo año, los obispos Rolando Álvarez, de la diócesis de Matagalpa, e Isidoro Mora, de la diócesis de Siuna, también fueron “desterrados y desnacionalizados” por el régimen de Ortega.

La ONG, conformada mayoritariamente por exiliados nicaragüenses y con sede en San José, Costa Rica, destacó que “el destierro del obispo Herrera es un acto criminal contra la libertad religiosa que cada nicaragüense tiene el derecho inalienable de disfrutar”.

Más de 200 religiosos fueron expulsados

La persecución no se limita a líderes específicos, sino que representa una acción sistemática de hostigamiento, afirmó Nicaragua Nunca Más. Desde 2018, el régimen expulsó a más de 200 religiosos, incluyendo a 35 sacerdotes que fueron desnacionalizados.

También se suspendió la actividad de al menos 1,262 organizaciones religiosas, destacó el colectivo. Esta represión, remarcó la ONG, “se ha manifestado con 65 religiosos acusados judicialmente por cargos infundados”, todos con el objetivo de silenciar voces críticas que defienden “la paz, la justicia, la democracia y los derechos humanos en Nicaragua”.

Mons. Herrera es el tercer obispo nicaragüense expulsado por la dictadura de Ortega este año. En enero fueron desterrados al Vaticano Mons. Rolando Álvarez Lagos, Obispo de Matagalpa y Administrador Apostólico de Estelí; y Mons. Isidoro Mora, Obispo de Siuna, junto a otros sacerdotes.

Hace algunos años, en 2019, Mons. Silvio Báez, Obispo Auxiliar de Managua y crítico de la dictadura de Ortega, se vio obligado a exiliarse ante las amenazas de muerte que recibía.

¿Cuántos obispos católicos quedan en Nicaragua?

Con la expulsión de Mons. Herrera, de los nueve obispos que tiene Nicaragua quedan ahora en el país sólo cinco: el Cardenal Leopoldo Brenes, Arzobispo de Managua; Mons. Jorge Solórzano, Obispo de Granada; Mons. Francisco José Tigerino, Obispo de Bluefields; Mons. Sócrates René Sándigo, Obispo de León; y Mons. Marcial Humberto Guzmán, Obispo de Juigalpa.

ACI..

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