"Déjame irme en paz(...) He roto los barrotes de esta jaula vieja; déjame volar y no me detengas (...) El cielo está claro y el mar está en calma, y mi velero está a punto de zarpar; no demores su viaje. Deja que mi cuerpo repose con los que ya están gozando el reposo eterno; deja que mi sueño termine, y que mi alma despierte con la aurora; que tu alma bese a la mía con el beso de la esperanza; que no caigan gotas de tristeza o amargura en mi cuerpo, pues las flores y el césped rechazarían su alimento. No derrames lágrimas de dolor en mi mano, pues crecerían espinas en mi tumba. No ahondes arrugas de agonía en mi frente, pues el viento, al pasar, podría leer el dolor de mi frente, y se negaría a llevar el polvo de mis huesos a las verdes praderas...
No llaméis al médico pues podría prolongar mi sentencia en esta cárcel, con su medicina. Han terminado los días de la esclavitud, y mi alma busca la libertad de los cielos. Y tampoco llaméis al sacerdote, porque sus conjuros no podrían salvarme, si soy un pecador, ni podría apresurar mi llegada al Cielo, si soy inocente. La voluntad de la humanidad no puede cambiar la voluntad de Dios, así como un astrólogo no puede cambiar el curso de los astros. Pero después de mi muerte, que los médicos y los sacerdotes hagan lo que les plazca, pues mi barco seguirá con las velas desplegadas hasta el lugar de mi destino final....GIBRÁN KHALIL GIBRÁN
No hay comentarios.:
Publicar un comentario