9 may 2011

LA CAÍDA DE LOS CAPOS NO MULTIPLICA LA VIOLENCIA

LA CAÍDA DE LOS CAPOS NO MULTIPLICA LA VIOLENCIA EL CASO DE NACHO CORONEL
por Alejandro Poiré y María Teresa Martíne, z
 Nexos Mayo de 2011;
Ignacio Coronel Villarreal, alias Nacho Coronel, inició sus actividades delictivas bajo las órdenes del extinto narcotraficante Amado Carrillo Fuentes El Señor de los Cielos. Después del fallecimiento de Amado Carrillo, Nacho Coronel se unió a la organización de Joaquín Guzmán Loera El Chapo, y al poco tiempo se convirtió en uno de los principales líderes del cártel del Pacífico (Sinaloa) junto con el mismo Chapo Guzmán e Ismael Zambada García El Mayo. En esa organización dirigía las actividades delictivas en el occidente de la República, especialmente en Jalisco, donde controlaba el tráfico de cocaína, así como la producción y venta de
anfetaminas y metanfetaminas a Estados Unidos a través de la denominada ruta del Pacífico. El FBI lo consideraba el “rey del cristal” debido a la gran cantidad de drogas sintéticas que colocaba en Estados Unidos. El 27 de octubre de 2004 la justicia estadunidense ordenó su arresto por los cargos de conspiración para importar y distribuir sustancias prohibidas. En México fue incluido en la lista de los 37 delincuentes más buscados por la Procuraduría General de la República, en la que se ofrecían hasta 30 millones de pesos por información que condujera a su captura.1
El 29 de julio de 2010, durante un operativo en Zapopan, Jalisco, Nacho Coronel se enfrentó al ejército y fue abatido. Sin duda fue un golpe estratégico contra la organización criminal del Pacífico, pues se trataba de un integrante clave de la misma. Sin embargo, algunos consideran que fue un detonante de la violencia en la región y especialmente en Jalisco porque tras su muerte grupos rivales pelearon por ganar el control de las actividades que dejaba o porque sus propios aliados hubiesen tomado represalias contra las autoridades.2
¿Qué dice la evidencia?
Analizamos aquí, con algún detalle, el registro de fallecimientos ocurridos después de la muerte de Nacho Coronel. Se examinan los homicidios ocurridos en Jalisco, Colima y Nayarit, su zona de influencia. Además, se señala la tendencia semejante hallada para los homicidios ocurridos sólo en Jalisco, donde fue abatido.
El gráfico 1 muestra la trayectoria de los homicidios registrados en los últimos dos años en el área de operaciones de Coronel, señalando el momento en el que fue abatido.

Una primera lectura del gráfico diría que el número de homicidios en la entidad aumenta ligeramente en la semana posterior al abatimiento y aún más en la segunda semana,3 registrándose un pico en la trayectoria de los datos. Sin embargo, es notorio también que al aumento de homicidios registrados después de la muerte de Coronel le anteceden varias semanas de violencia similar o mayor, como la que ocurrió siete semanas antes. A fin de evaluar si a raíz del fallecimiento de Coronel se incrementó la violencia, debe analizarse con mayor detalle la tendencia de los homicidios antes y después de dicho evento. Sólo si la tendencia fue mayor después del abatimiento puede asegurarse que la intervención del gobierno detonó la violencia en la zona.
Los gráficos 2 y 3 ilustran la trayectoria de los homicidios registrados en las tres entidades a través de las 22 semanas previas y las 22 posteriores a la muerte de Nacho Coronel, respectivamente. Los gráficos, además, muestran la línea de tendencia y la pendiente de la misma.4 Dicho simplemente, si la violencia se hubiese agravado, la pendiente de la recta habría aumentado. Cabe aclarar que cada uno de estos gráficos considera 22 observaciones, debido a que entre el abatimiento de este líder criminal y la última semana de 2010 trascurrieron 22 semanas, de manera que se comparan periodos iguales.5
La comparación de los gráficos 2 y 3 es contundente. En Jalisco, Colima y Nayarit, previo a la caída de Nacho Coronel, la violencia aumentaba sistemáticamente a razón de más de un fallecimiento por semana, o seis fallecimientos más cada cinco semanas (como lo indica la pendiente asociada a la recta, 1.199). Después de su abatimiento, la violencia se mantuvo elevada, pero creció a un ritmo mucho menor, en apenas un fallecimiento por cada cinco semanas (como lo indica la pendiente de 0.233).
Más aún, desde un punto de vista estadístico puede decirse que después de la caída del capo el crecimiento de la violencia en Jalisco, Colima y Nayarit se detuvo. A partir de ello, se puede afirmar que es falsa la hipótesis de que la caída del líder de una organización criminal multiplica la violencia. Analizando los homicidios de Jalisco, Colima y Nayarit en 2009 y 2010, se observa claramente que la muerte de Coronel se da en el contexto de una tendencia a la alza de la violencia en la zona. (Gráfico 4. El punto rojo representa la semana de la muerte de Nacho Coronel, en una nube de alta violencia.)
Ahora bien, ¿qué explica el incremento de la violencia registrado previamente en esa región? Como ilustran los gráficos 1 y 4, el ritmo de crecimiento de los homicidios cambió alrededor de las semanas 13 y 14 de 2010, es decir, entre el 25 de marzo y el 7 de abril. ¿Qué sucedió en esas fechas? Claros episodios de conflicto entre las organizaciones criminales.
El 5 de abril un grupo armado irrumpió en un exclusivo club de golf en Nayarit. Durante el suceso se registró la muerte de un hombre y el secuestro de dos jóvenes, uno de ellos presumiblemente era Alejandro Coronel, hijo de Ignacio Nacho Coronel; el otro, su sobrino.6 Al secuestro se asocian públicamente al menos dos presunciones: que los Zetas “levantaron” y probablemente asesinaron al hijo de su enemigo de “plaza” y que los Zetas llevaron a cabo una orden de los Beltrán Leyva, en lo que se presume era una ruptura al interior de la organización criminal del Pacífico. Algunas versiones afirmaron que el propio Coronel dio por muerto a su hijo y comenzó una venganza.7
El aumento en la violencia se inserta en el contexto de la confrontación abierta entre la organización comandada por Coronel y una escisión del Pacífico aliada con La Familia que desde inicios de 2009 había incrementado su presencia en la región sur de Jalisco. Esta confrontación abrió a la organización de los Zetas una oportunidad para incursionar en la zona serrana de Jalisco y la frontera con Nayarit.8 El conflicto ocurrió a la par que otros sucesos violentos, como el asesinato del director general de Prevención y Readaptación Social del estado (DIGPRES)9 en Guadalajara, el asesinato del delegado de la Procuraduría General de Justicia del estado de Jalisco en la Región Sierra Madre Occidental,10 y el ataque de un grupo armado a las instalaciones de la Policía Municipal en Tizapán.11 Todos estos hechos violentos ocurrieron antes de la muerte de Nacho Coronel, y son atribuibles al conflicto de su organización criminal con otras bandas delincuenciales de la zona. Si algo generó la intervención del gobierno federal fue frenar la espiral de violencia que Nacho Coronel y sus antagonistas habían generado en dicha región.
Replicando el análisis con los datos de Jalisco, por ser la zona del abatimiento, e incluso con Zapopan, se corroboran los resultados descritos.
En suma, puede descartarse estadísticamente la relación entre la muerte de Nacho Coronel y el aumento de la violencia en la zona en que operaba, particularmente en Jalisco. En cambio, hay indicios de que el abatimiento de este narcotraficante afectó significativamente la operación del cártel del Pacífico y a otras células criminales de la región.
1 “Acuerdo específico del Procurador General de la República. Acuerdo A/123/09”, Diario Oficial de la Federación, 23 de marzo de 2009. Boletín Oficial de la SEDENA, 29/07/10.
2 “Jalisco andaba muy tranquilo. Hay dos detenciones el año pasado, una en mayo, otra en junio […] la detención de Juan Nava y la detención de Nacho Coronel empezaron a […] iniciaron una lógica, una espiral de violencia que ahorita tiene muy preocupados a los gobernadores, al gobernador de Jalisco y de Colima […]”. Palabras de Eduardo Guerrero en la entrevista concedida a Leo Zuckermann (Es la hora de opinar, 31 de marzo de 2011, Foro TV).
3 Semana 32: del 5 al 11 de agosto; semana 33: del 12 al 18 de agosto.
4 Regresión lineal que permite modelar la relación que hay entre una variable dependiente (Y) y una o más independientes (X). En este caso, la variable dependiente es el número de fallecimientos registrados en Jalisco, Colima y Nayarit mientras que la independiente es el tiempo. En este modelo, la pendiente de la recta, es decir, el coeficiente relacionado con la variable X, es el crecimiento o decrecimiento estimado en el número de fallecimientos por semana transcurrida.
5 La semana en la que murió Nacho Coronel se integró al análisis de la tendencia después de su muerte porque este líder criminal fue abatido en el inicio de la semana de acuerdo con los cortes del análisis, de manera que los fallecimientos registrados en dicha semana bien pueden impactar en la trayectoria del “después”.
6 “Abaten en Jalisco al capo Nacho Coronel”, La Jornada, 30 de julio de 2010.
7 “Atribuía Coronel a los Beltrán crimen de su hijo en Nayarit”, Reforma, 5 de noviembre de 2010.
8 “Impacta a Colima pelea de cárteles”, Reforma, 26 de noviembre de 2010. “Jalisco, entre pleitos de familias, cárteles y vendedores”, Milenio, 31 de mayo de 2010.
9 “El jefe de seguridad de todos los penales de Jalisco fue asesinado”, CNN México, 2 de julio de 2010.
10 “Matan a delegado de la Procuraduría de Jalisco”, Notimex, 8 de julio de 2010.
11 “Un muerto y seis heridos en enfrentamiento en Tizapán”, Milenio, 18 de julio de 2010.
Secretario técnico del Consejo de Seguridad Nacional, y directora de Estudios del Secretariado Técnico del Consejo de Seguridad Nacional, respectivamente.

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