Critican a
presidenciables por “arrodillarse” ante el clero
GUADALUPE CRUZ JAIMES
20 DE ABRIL DE 2012
MÉXICO, D.F. (apro-cimac).- En plena campaña electoral, Josefina Vázquez
Mota, Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador, los tres principales
aspirantes a la Presidencia, se “arrodillaron” ante la jerarquía católica para
“rendir cuentas” a los obispos sobre sus posturas en temas polémicos, como el
derecho al aborto, las uniones de parejas del mismo sexo y la libertad
religiosa.
En busca de la aprobación
del alto clero y para captar el “voto católico”, los candidatos colocaron como
moneda de cambio los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, y los
derechos de las personas homosexuales, denunciaron organizaciones civiles.
Ante la “fragilidad del
Estado laico” alarma que quienes pretenden gobernar el país “se arrodillen”
frente a la cúpula clerical, que insiste en mirar a las mujeres como incapaces
de decidir sobre sus cuerpos y vidas para mantenerlas en “cautiverio”, acusó
María de la Luz Estrada, coordinadora del Programa de Violencia de Género y
Derechos Humanos de la organización Católicas por el Derecho a Decidir (CDD).
La activista añadió
que con sus pronunciamientos en la CEM, Vázquez Mota, Peña Nieto y López
Obrador olvidaron que “gobernar va más allá de sus creencias”.
A puerta cerrada, ante
más de un centenar de obispos y arzobispos, Josefina Vázquez Mota, candidata
del Partido Acción Nacional (PAN), sin tapujos, rechazó el aborto legal, las
uniones entre personas del mismo sexo, y se pronunció a favor de la libertad
religiosa, en plena coincidencia con la agenda moral que pretende imponer la
Iglesia como política pública en el país.
En el pleno de la CEM,
la panista enunció categórica: “Estoy en contra del aborto”; “yo vengo de un matrimonio conformado por
un padre y una madre, por un hombre y una mujer. Es el único matrimonio que
conozco y el único que defenderé”.
La imposición de una
“moral única” (la católica) en un Estado plural y diverso, como México,
representa un acto violatorio a los Derechos Humanos (DH) de la ciudadanía que
no comparte tales dogmas religiosos, a pesar de profesar esa religión, advirtió
en conferencia de prensa Julián Cruzalta, teólogo asesor de CDD.
De acuerdo con la
Encuesta de Opinión Católica realizada en 2010, el 64% de la feligresía rechaza
la intervención de la Iglesia en políticas públicas, particularmente las
relacionadas con los derechos de las mujeres.
Sin embargo, la
abanderada panista parece ignorar la opinión de las mayorías y el respeto a los
derechos humanos. Su posición se asemeja a la que ayer adoptó Enrique Peña
Nieto, candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI),
al pronunciarse sobre estos temas en la CEM.
El representante del
PRI, alineado, se pronunció en contra del aborto legal y a favor de la libertad
religiosa, aunque omitió su posición acerca del matrimonio entre personas del
mismo sexo.
Contradicciones
Sin reparo, los dos
aspirantes cayeron en contradicciones en su intento por ganar el aval de la
CEM. Aunque rechazaron categóricamente que las mujeres accedan al aborto legal,
Vázquez Mota y Peña Nieto dijeron que se oponían a que fueran criminalizadas.
Su oposición sobre el
aborto no sorprende: Entre 2008 y 2010, la mancuerna PRI-PAN posibilitó la
penalización de la interrupción del embarazo en 17 entidades federativas.
Argumentaron que la vida debe de protegerse “desde la concepción-fecundación”.
Lo inquietante es que
simultáneamente rechacen la criminalización de las mujeres, cuando las reformas
a las constituciones locales que aprobaron mantienen presas a ciudadanas por
interrumpir un embarazo en al menos 11 estados del país, según datos de la
organización guanajuatense Las Libres.
“Yo estoy a favor de
la vida. Pero eso sí, también estoy en contra de que se criminalice a las
mujeres sólo por el hecho de que decidieron interrumpir sus embarazos”, refirió
el candidato del tricolor.
Pese a sus
divergencias, PRI y PAN nuevamente coincidieron en su apoyo a la libertad
religiosa, la cual implicaría cambios constitucionales que permitirían la
instrucción religiosa en las escuelas públicas, que la cúpula clerical adquiera
medios masivos de comunicación, y que sus representantes ocupen cargos
públicos.
Contrario al respaldo
expresado por Vázquez Mota y Peña Nieto a esta iniciativa, 70% de las y los
feligreses no están de acuerdo en que ministros de culto ocupen cargos de
elección popular; 67% se rechazan que opinen sobre asuntos políticos, y 66% se
oponen a tengan medios de comunicación.
Izquierda a modo
En tanto, el candidato
de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador, mantuvo una cómoda posición y
guardó silencio ante un escenario de violación a los derechos de las mujeres y
de las parejas del mismo sexo, así como de la transgresión de la laicidad del
Estado mediante la “creciente” injerencia de la jerarquía católica en política.
“De convertirme en
jefe de Estado yo no voy a ser autoritario, no voy a imponer nada. Estos temas
delicados los someteré a consulta popular”, dijo el representante del
Movimiento Progresista el miércoles pasado durante su intervención ante la CEM.
Abundó: “Yo seré muy
respetuoso del Poder Legislativo y del marco legal. Para llevar a cabo esas
reformas en materia de libertad religiosa es necesario realizar antes las
consultas pertinentes.”
Con ello, López
Obrador “olvidó” que los derechos humanos se reconocen y se respetan, no se
ponen a consulta ciudadana, señaló el exlegislador Alfonso Suárez del Real,
integrante de la organización República Laica.
Criticó que la
comparecencia de los candidatos ante el Episcopado Mexicano se haya efectuado
luego de que Felipe Calderón y los aspirantes se postraron ante el Cristo Rey
del Cubilete, en Guanajuato, durante la visita del Papa Benedicto XVI, a quien
también rindieron pleitesía.
Edgar Cortez,
investigador del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia, llamó a
quienes aspiran a gobernar el país a tener presente la reforma constitucional
que garantiza en la constitución la progresividad de los derechos humanos.
El compromiso de los
aspirantes presidenciales debe estar encaminado a garantizar plenamente los
derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y de las parejas del mismo
sexo. En este sentido, deben responder “¿Qué van a hacer para cerrar la
desventaja que afrontan estos grupos?”, cuestionó el activista.
En principio, abundó,
están obligados a respetar la laicidad del Estado, ya que “sólo en un Estado
laico son posibles los Derechos Humanos”.
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