21 enero
Este lunes, realicé mi primera visita como Presidente de la República al estado de Chiapas, tierra de naturaleza extraordinaria y de expresiones culturales que enaltecen a todo México.
Resulta lastimoso, lamentable y doloroso, que aún sigan existiendo mexicanos que padecen hambre aquí en Chiapas y en todas las entidades del país.
Por eso, una de mis primeras decisiones presidenciales, fue instruir la puesta en marcha de la Cruzada Nacional Contra el Hambre, para sumar esfuerzos a favor de quienes viven en esta condición.
La Cruzada Nacional Contra El Hambre atenderá, en primer orden, a los 7.4 millones de mexicanos que padecen la doble condición de pobreza extrema y carencia alimentaria severa.
Esta cruzada no es una medida asistencialista. No se trata sólo de repartir alimentos. Es una estrategia integral de inclusión y bienestar social. Es un cambio estructural en materia de combate a la pobreza.
Todo México gana, si hay menos pobreza. Todo México gana, si más mexicanos se incorporan al desarrollo productivo de la nación.
Sólo en unidad lograremos avanzar hacia un México Incluyente. Vamos por un México unido y en movimiento por la prosperidad de todos.
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El discurso completo de este lunes 21 de enero en Las Margaritas, Chiapas.
Muy buenas tardes a todas y a todos ustedes.
Agradezco la presencia en este acto de los señores Gobernadores de prácticamente todas las entidades del país.
Del señor Jefe de Gobierno del Distrito Federal.
Del señor Gobernador electo del Estado de Jalisco.
De los señores integrantes del Gabinete del Gobierno de la República.
De manera muy particular, quiero agradecer la hospitalidad del Gobernador del Estado de Chiapas, Manuel Velasco, de su distinguida madre.
Y que en este encuentro tenga, también, la oportunidad de saludar a Senadores de la República, integrantes de la Cámara de Diputados Federal, de la Cámara de Diputados local, a Presidentes Municipales de distintas entidades, de distintos municipios de Chiapas.
Pero de manera muy particular, quiero saludar con mi mayor afecto, con todo respeto y con agradecimiento por su presencia, a miles de mujeres, niños y hombres que de distintas regiones del Estado de Chiapas, hoy se dan cita en este evento y atestiguan el inicio de esta Cruzada Nacional Contra el Hambre.
Muchas gracias por su presencia.
En nombre de mi esposa Angélica y del mío propio, quiero agradecer todas las muestras de calidez y hospitalidad que Chiapas siempre nos ha dispensado, que, sin duda, contribuye a sensibilizarnos aún más a las grandes necesidades de este estado y de muchas otras regiones del país y que, justamente, en atención a una de esas grandes necesidades de un fenómeno y de un problema que debemos reconocer entre los mexicanos, es que estamos hoy aquí.
Señoras y señores:
Señores representantes de los medios de comunicación:
Ésta es la primera visita que realizo como Presidente de la República al Estado de Chiapas, tierra de naturaleza extraordinaria y de expresiones culturales que enaltecen a todo México.
Sin embargo, a pesar de su enorme riqueza, el hambre y la pobreza persisten en amplios sectores de su población y, en especial, en sus comunidades indígenas.
Es injusto y contrastante que aquí se genere el 50 por ciento de la energía hidroeléctrica del país, pero, al mismo tiempo, el 78 por ciento, tres de cuatro habitantes de su población, viven en pobreza.
Es inaceptable que teniendo selvas, agua en abundancia, climas y productos variados, uno de cada tres chiapanecos padezca de pobreza extrema.
Tan sólo en esta entidad, como ya se dijo anteriormente entre quienes me antecedieron en el uso de la palabra, un millón 460 mil personas experimentan carencia alimentaria, eso significa que no tienen un acceso constante a los alimentos necesarios para su sano desarrollo.
Y resulta lastimoso, lamentable y doloroso que aún sigan existiendo mexicanos que padecen hambre aquí, en Chiapas, y hay que decirlo, en todas las entidades de la República Mexicana.
Es una condición lacerante que nos cuesta reconocer como país en pleno Siglo XXI, uno de cada cuatro mexicanos enfrenta algún grado de carencia alimentaria.
Hay que decirlo con toda verdad y con todas sus letras. El hambre, para muchos es, quizá, una verdad ignorada. Hay quienes no la conocen, otros, quizá, no la aceptan y algunos ni siquiera se atreven a mencionarla.
Pero hay que reconocer que México, en pleno Siglo XXI, insisto, lamentablemente, tiene entre su población a millones de mexicanos que atraviesan por la falta de alimentos necesarios y que, en consecuencia, viven en pobreza y bajo condiciones de hambre.
Esa es la realidad lacerante y lastimosa del México del Siglo XXI, por lo cual hoy estamos convocados, todos, a ser parte de un esfuerzo compartido para revertir este escenario y esta condición.
Por eso fue que una de mis primeras decisiones presidenciales fue instruir la puesta en marcha de la Cruzada Nacional contra el Hambre, para sumar esfuerzos a favor de quienes viven en esta condición.
Para comenzar a hacer frente a este reto histórico, es necesario establecer prioridades. Por ello, la Cruzada Nacional Contra el Hambre atenderá, en primer orden, a los 7.4 millones de mexicanos que padecen una doble condición: de pobreza extrema y de carencia alimentaria severa.
Esta es, sin duda, una de las iniciativas de mayor contenido social del Gobierno de la República. Es, también, la mayor obligación ética que tenemos con toda la sociedad. Se trata de dirigir hacia un mismo objetivo los esfuerzos de los sectores público, privado y social, y haremos un frente común contra el hambre.
Pocas cosas son tan angustiantes para un padre o una madre de familia, que carecer de lo indispensable para darle de comer a sus hijos. No hay nada peor para el desarrollo de una Nación, que no alimentar adecuadamente a sus menores durante los primeros años de su vida, de manera especial.
Por eso, la alimentación es un derecho humano, reconocido universalmente y establecido en nuestra Constitución en su Artículo 4. Sin embargo, es un derecho que no se ha materializado plenamente entre todos los mexicanos.
Justamente, eso es lo que queremos cambiar. De eso se trata la Cruzada Nacional Contra el Hambre: De mover a todo el Gobierno, a todos los órdenes de Gobierno: Federal, estatal y municipal. De mover todos los programas que los gobiernos tienen. De mover sus presupuestos para atender a los mexicanos con mayor necesidad.
Esta Cruzada, y hay que decirlo de manera subrayada, no es una medida asistencialista, no se trata sólo de repartir alimentos entre quienes carecen de él. Es una estrategia integral de inclusión y bienestar social. Es un cambio estructural en materia de combate a la pobreza.
Los programas sociales tienen que evolucionar, lograr que a mayor inversión se den mayores resultados.
En los últimos años en algo se ha avanzado, pero no lo suficiente. Es cierto, hoy se destina mayor inversión pública a distintos programas sociales. De hecho, prácticamente en los últimos años, se duplicó la inversión con respecto a la que se realiza del Producto Interno Bruto. Prácticamente es del doble y, sin embargo, no hemos tenido avances mayores en el combate a la condición de pobreza que viven millones de mexicanos.
Se trata, entonces, de asegurarnos que las inversiones, éstas y mayores, que se realizan para atender este problema, realmente tengan una mayor eficacia y permitan de manera sensible reducir las condiciones de pobreza entre los mexicanos.
Cuáles van a ser las principales características de esta Cruzada.
Yo diría que son cuatro, fundamentalmente:
Primera. Esta Cruzada tiene una orientación focalizada.
Segunda. Corresponsabilidad de todas las dependencias y gobiernos locales.
Tercera. Es una estrategia social, que fortalece las capacidades productivas de las zonas de mayor marginación y pobreza.
Y cuarta. Involucra la energía comunitaria y social de todos los mexicanos.
En cuanto a la orientación focalizada. Los esfuerzos se concentrarán en las localidades más críticas de 400 municipios de alta incidencia de pobreza extrema y carencia alimentaria.
Para esta orientación, o para esta definición, contamos con la información, como ya se dijo, que proporciona el CONEVAL, y que nos permite, a través de los datos que aporta el INEGI, tener una clara georreferenciación.
Qué significa esto.
Saber, con toda precisión y puntualidad en dónde están las colonias de esos 400 municipios del país que viven en condiciones de mayor pobreza y, sobre todo, de carencia alimentaria.
Con respecto a la corresponsabilidad, como segunda característica de esta Cruzada, se trata de que todas las dependencias del Gobierno de la República habrán de participar. Y, de igual forma, la convocatoria para que por igual participen y se involucren los otros órdenes de Gobierno: estatales y municipales.
Es un esquema para el Gobierno de la República intersectorial, que va más allá de los programas que hoy maneja la Secretaría de Desarrollo Social. Es una estrategia donde se conjuntan los esfuerzos de todos los sectores de la Administración Pública para asegurar salud, educación, vivienda, una mejor economía y servicios básicos, como agua, luz y drenaje, en esas comunidades y colonias de esos 400 municipios, que serán nuestra primera prioridad.
Por eso es tan importante la colaboración de los señores Gobernadores, del Jefe de Gobierno del Distrito Federal y de los Presidentes Municipales aquí presentes, porque combatir la pobreza nos demanda mayor coordinación de todos para evitar esfuerzos dispersos y que no logren revertir la condición de pobreza que se vive en varias partes del país.
En pocas palabras. Se trata de que los esfuerzos conjuntos y alineados de los órdenes de Gobierno y de las distintas dependencias del Gobierno de la República se focalicen, se orienten a esas regiones, municipios, colonias, donde hay pobreza extrema y carencia alimentaria.
Con este propósito, he firmado el Decreto por el que se establece el Sistema Nacional Contra el Hambre, Sin Hambre.
Habrá reuniones con cada gobierno estatal para convenir las acciones prioritarias, asumiendo compromisos puntuales y concretos y evitar, insisto, las duplicidades o esfuerzos dispersos.
Esto quiere decir que buscaremos que estén alineados y coordinados los diferentes Programas Federales, estatales y municipales, todos dirigidos a la población más necesitada de los 400 municipios identificados para esta gran Cruzada Nacional.
La Cruzada es una estrategia social de nueva generación, porque va a incrementar la inclusión productiva de sus beneficiarios. Es decir, que quienes hoy reciben un apoyo en el futuro tengan la capacidad para salir de la pobreza, a partir del fortalecimiento de sus ingresos, como individuos productivos.
Y, finalmente, en cuanto a incorporar la energía comunitaria y social, esta Cruzada involucrará a los propios beneficiarios en las soluciones que se requieren. Serán no sólo sujetos pasivos, que estén atentos a recibir estos apoyos o este trabajo que, a través de una sinergia, se esté proyectando, sino a ser sujetos activos en la transformación positiva de sus familias y sus comunidades.
Los jóvenes, las universidades, los campesinos y pequeños productores agrícolas, obreros, el sector empresarial, la sociedad en su conjunto, tendrán amplias oportunidades para aportar y participar en el combate al hambre de México.
Aunque la Cruzada Nacional será un esfuerzo permanente de la Administración en los próximos seis años, cada año, en algún mes, se llevarán a cabo acciones para sensibilizar a la sociedad mexicana sobre esta cruda realidad.
Reitero mi convocatoria a todo aquel que quiera aportar tiempo y recursos para sumarse a esta gran causa, que es por todos los mexicanos que, hay que decirlo y reconocerlo, tienen hambre en nuestro país.
Es momento de mover a México para hacerle frente a la pobreza y al hambre.
Para asegurar que esta Cruzada sea eficaz, he instruido a la Secretaría de Desarrollo Social coordinar los esfuerzos de toda la Administración Pública para lo siguiente:
Primero. Lograr una amplia convocatoria social.
Segundo. Organizar los bancos de alimentos y de donaciones.
Tercero. Establecer, también, un fondo de trabajo solidario para aquellos que quieran destinar parte de su tiempo a esta gran Cruzada Nacional Contra el Hambre.
Y Cuarto. Trabajar con especialistas en alimentación, nutrición y pobreza, a fin de asegurar que esta Cruzada esté alineada, también, al Programa Hambre Cero, al que ha convocado las Naciones Unidas.
Como aquí ya se expresó, los indicadores de la Cruzada Nacional serán verificables, estarán dentro del sistema de evaluación de desempeño.
Queremos que tanto ciudadanos, como el propio Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, CONEVAL, participen activamente en la medición de los resultados.
Señoras y señores:
La gran protagonista de la Cruzada Nacional Contra el Hambre será la sociedad mexicana en movimiento. Las mujeres y los jóvenes serán el ejército que movilizará la Cruzada, con acciones enfocadas a la alimentación y nutrición, pero, también, con brigadas para mejorar viviendas y servicios en las localidades, con comités de alfabetización y trabajo comunitario.
Ésta es una Cruzada en la que pueden y deben involucrarse todos los mexicanos. Hoy venimos a sumar, a emprender una acción conjunta en favor de este gran objetivo. Sólo en unidad lograremos avanzar hacia un México incluyente, un México unido y en movimiento por la prosperidad de todos.
Todo México gana si hay menos pobreza. Todo México gana si más mexicanos se incorporan al desarrollo productivo de la Nación. Ésta es una gran Cruzada que está por encima de diferencias ideológicas. Es una causa que nos une y nos debe mover a todos por igual.
Así lo reconoce, incluso, el acuerdo que hemos suscrito del Pacto por México, que subraya que la erradicación de la pobreza extrema debe garantizar un mínimo fundamental: El de la alimentación.
Superar el hambre es prioridad del Gobierno de la República. Superar la pobreza extrema es nuestra mayor obligación ética. Emprendamos todos juntos este esfuerzo. Participemos en la Cruzada Nacional Contra el Hambre.
Por eso, hoy celebro que al estar aquí, en el Municipio de Las Margaritas, tengan, la oportunidad de encontrarme con esta gran representación del Estado de Chiapas, y que en ustedes se vean, también, reflejados millones de mexicanos de distintas regiones del país.
Hoy, quiero decirle a todo México de este Municipio de Las Margaritas, en el Estado de Chiapas, que ésta es una gran Cruzada que convoca a todos los mexicanos para hacerle frente a esta lacerante realidad, que a veces cuesta trabajo reconocer, que es el hambre en el que viven más de siete millones de mexicanos.
Vayamos unidos, todos juntos en favor de esta gran causa social, porque es, insisto, una obligación ética de manera especial para quienes tenemos responsabilidad pública.
Millones de mexicanos nos están esperando.
Muchas gracias.
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