Primeras palabras de Francisco I.
Hasta hoy nombrado Jorge Margio Bergogl
"¡Hermanos
y hermanas, buenas noches!
Ustedes
saben que el deber del Cónclave es dar un Obispo a Roma. Parece que mis
hermanos cardenales han ido a buscarlo casi al fin del mundo… pero estamos
aquí… Les agradezco la acogida.
La
comunidad diocesana de Roma tiene a su Obispo. ¡Gracias! Y primero que nada,
quisiera hacer una oración por nuestro Obispo Emérito, Benedicto XVI. Recemos
todos juntos por él, para que el Señor lo bendiga y la Virgen lo
custodie".
Padre
Nuestro, Ave María y Gloria con los fieles en San Pedro
"Y
ahora, comenzamos nuestro camino: Obispo y pueblo. Este camino de la Iglesia de
Roma que es la que preside en la caridad a todas las Iglesias. Un camino de
hermandad, de amor, de confianza entre nosotros. Recemos siempre por nosotros:
el uno por el otro. Rezamos por todo el mundo, para que haya una gran
hermandad.
Auguro
que este camino de Iglesia, que hoy comenzamos y en el que me ayudará mi
Cardenal Vicario, aquí presente, sea fructífero para la evangelización de esta
ciudad tan bella.
Y
ahora quisiera darles la bendición, pero primero, os pido un favor: antes de
que el Obispo bendiga al pueblo, les pido que recen al Señor para que me
bendiga. La oración del pueblo que pide la bendición para su Obispo. Hagamos en
silencio esta oración de ustedes por mí".
"Ahora
daré la Bendición a vosotros y a todo el mundo, a todos los hombres y mujeres
de buena voluntad".
Y
concluyó: "Hermanos y hermanas, les dejo. Muchas gracias por vuestra
acogida. Rezad por mí y hasta pronto. Nos veremos pronto. Mañana quisiera ir a
rezar a la Virgen, para que proteja a toda Roma. Buenas noches y que descansen
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