Cómo regular la
marihuana cuando sea legal/David L. Nathan
CNN
| 28/08/2012
Se
ha vuelto un cliché: la corriente está cambiando en el debate sobre la
marihuana. Sanjay Gupta, corresponsal médico de CNN, modificó públicamente su
posición y hoy apoya el cannabis medicinal. El gobernador de Nueva Jersey, el
republicano Chris Christie, acaba de ampliar las leyes de marihuana medicinal
del estado. El mes pasado, Nuevo Hampshire e Illinois se convirtieron en los
estados 19 y 20 en aprobar su uso médico o terapéutico.
Pero
el debate sobre la marihuana médica tapa un asunto todavía más importante: el
fracaso de nuestra guerra sobre el cannabis y el camino a su legalización
inteligente.
Tuve
la posibilidad de explorar el amplio espectro de perspectivas en el debate
sobre la marihuana durante el Encuentro Anual de la Asociación Estadounidense
de Psiquiatría. Lo que aprendí puede sintetizarse así: la legalización a nivel
nacional del cannabis es inminente y la clave del éxito radica en una
regulación sensata.
Durante
la convención, realizada en San Francisco, escuché y hablé con los más
respetados opositores a la legalización del cannabis, en su mayoría personas
especializadas en el tratamiento de los trastornos asociados a su uso.
San
Francisco es una prueba patente de las leyes sobre la despenalización de la
marihuana. Amanda Reiman, directora de políticas de la rama californiana del
grupo pro-legalización Drug Policy Alliance, me llevó a recorrer los
dispensarios de marihuana de la ciudad. Y la Universidad Oaksterdam, la primera
universidad de marihuana medicinal, me invitó a conocer su nueva sede (la
anterior fue cerrada tras una redada de la DEA el año pasado).
Los
dispensarios suelen autorregularse y, aun así, sus instalaciones son
inmaculadas, la seguridad es alta y los miembros del personal están informados
en la ciencia del cannabis. Claro que todos los puntos de venta no están tan
bien administrados como estos dispensarios, pero podrían estarlo. Y esto solo
será posible con la legalización y la regulación.
La
mayoría de los defensores y opositores a la legalización comparten la
preocupación sobre el consumo de los menores de edad, una oposición a
criminalizar a los usuarios y un reconocimiento de que la marihuana es menos
dañina que el alcohol.
La
mayoría sostiene que la opinión pública ha cambiado a favor de la
despenalización, pese a que los dos grupos muestran diferentes posturas sobre
este cambio. Una minoría de los defensores convocan a que el país “libere la
marihuana” con pocas restricciones, mientras que aquellos que se oponen dentro
de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría temen que la legalización lleve
a “una nación de drogadictos” tras un aumento en el consumo adolescente de esta
y otras drogas.
La
comunidad que trata el abuso de sustancias posee preocupaciones legítimas y las
drogas recreativas no deberían ser legalizadas para los menores de edad.
Si
las encuestas nacionales son correctas, y prevalece la sabiduría, Estados
Unidos parece ir en dirección de despenalizar el cannabis para adultos.
Deberíamos terminar la discusión sobre el derecho que tiene un adulto de
consumir una droga relativamente segura y debatir cómo lograr que el gobierno
federal la regule correctamente.
En
primer lugar, es necesario considerar los cuatro pilares de la regulación de la
marihuana: evitar que llegue a las manos de los menores de edad; reducir el
daño en los consumidores adultos; prevenir el daño colateral para el resto del
público y obtener los máximos beneficios económicos de su legalización.
Nuestra
aproximación a la regulación federal debería sintetizar las perspectivas de
tanto los defensores como los opositores a la despenalización. Deberíamos
investigar las leyes que controlan el alcohol, el tabaco y el juego. También
podemos aprender de Colorado y Washington, estados que han desarrollado
regulaciones para el cannabis recreativo y otros 18 estados que han legalizado
la marihuana medicinal.
Podemos
lograr estos objetivos regulatorios si:
Requerimos
etiquetas apropiadas para los productos de cannabis, incluyendo las cantidades
de ingredientes clave como THC y CBD.
Analizamos
los productos de cannabis.
Exigimos
que el gobierno supervise todas las instalaciones involucradas en la
producción, distribución y comercialización del cannabis.
Limitamos
los anuncios, ventas y consumo público de estos productos como hacemos con el
alcohol y/o el tabaco.
Prohibimos
paquetes y anuncios que apunten o atraigan a usuarios menores de edad.
Requerimos
paquetes a prueba de niños para los productos de cannabis comestibles.
Imponemos
penas para los adultos que permitan que los niños obtengan marihuana.
Permitimos
que los adultos puedan crecer un pequeño número de plantas de cannabis para
consumo personal.
Castigamos
la conducción de vehículos bajo influencia del cannabis.
Continuamos
con las restricciones en el consumo de marihuana ante la evidencia científica.
Fortalecemos
las facultades estatales y municipales para restringir el tráfico de cannabis
entre las fronteras.
Financiamos
la educación para adultos sobre el uso y el abuso del cannabis.
Financiamos
la educación para jóvenes sobre los peligros del consumo en menores de edad.
Financiamos
el tratamiento de adultos y menores con trastornos asociados al consumo de
cannabis.
Colocar
altos impuestos a la venta de cannabis para financiar la regulación, la
educación y el tratamiento.
Tal
como los pescadores responsables apoyan la conservación de los ecosistemas
marinos, los entusiastas de la marihuana pueden ofrecer ideas inteligentes para
una despenalización exitosa. Los defensores y los opositores a la legalización
deben acercar posiciones para una discusión abierta sobre la regulación de la
marihuana en Estados Unidos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario