Rescatando
al Comisionado Castillo/Hemenegildo Castro.
La Silla Rota/ 14 de febrero de 2014;
Como
en una película de Steven Spielberg, en los últimos dos días, el gobierno federal ha montado un
operativo mediático y político de proporciones respetables para rescatar ...¡al
Comisionado Alfredo Castillo!
El
mismo parece ser el Rambo mexiquense, al que mandan siempre a la zona de
conflicto, el enamorado de las cámaras de televisión y de los micrófonos, tanto
que los metió a una reunión privada, para que fueran testigos de sus hazañas
incluso a puertas cerradas.
El objetivo, claro, no es regresarlo con su
familia, sino recuperar la autoridad moral perdida para que siga ejerciendo
como gobernador de facto de Michoacán, porque Fausto Vallejo, a pesar de rendir
mañana su informe, no convoca ni a sus nietos, como diría el clásico.
Pero, ¿por qué rescatarlo? ¿Por qué exponer el
prestigio de algunos funcionarios y del gobierno por Castillo, incluido el
propio Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong? Dos razones
posibles:
Una: porque Alfredo Castillo parece tener mayor
peso que cualquiera en la balanza de los afectos del presidente Enrique Peña
Nieto.
Así lo sugiere el despliegue en medios, el
peso de los legisladores y el nivel de los funcionarios que han salido a
defenderlo después de que se reunió con
el supuesto lugarteniente del cártel de los Valencia, Juan José Álvarez El
Abuelo, vinculado también al chino Zhenli Ye Gon y a Nemesio Oseguera, “El
Mencho”, capo del cártel Nueva Generación de Jalisco.
Dos: porque es el único al que verdaderamente
le tiene confianza.
Como usted recuerda, Castillo parece ser el
Rambo de Peña Nieto. ¿El procurador mexiquense Alberto Baz Baz se enreda con la
misteriosa muerte de la niña Paullete? Peña envía a Castillo a resolver el
problema,
¿Qué
Peña le quiere ajustar cuentas a Elba Esther? Ahí tiene a Castillo para
integrar el expediente.
¿Qué
Lady Profeco provoca la renuncia de su padre? Peña envía a Castilllo para
montar una campaña de recuperación de imagen.
¿Qué
Michoacán se desborda a pesar de la política de silencio y el gobernador no
puede? Peña envía a Castillo con poderes de gobernador para nombrar Procurador
y Secretario de Seguridad Pública.
De
alguna manera eso explica el amor de Castillo a los reflectores. Pero resulta
que Michoacán no es lo mismo que clausurar hoteles en Paseo de la Reforma o
restaurantes de lujo en la zona residencial de Polanco.
¿O,
permítame la duda; será que Peña Nieto no tiene otros operadores?
Las
declaraciones de Alfredo Castillo sugieren que él es un tan buen operador que,
además de su trabajo, lo mismo oficia como jefe de información de la periodista
Denise Maerker y le sugiere entrevistar a El Abuelo, que como asesor
corporativo de imagen para el Consejo de Autodefensas de Michoacán para
desconocer al vocero oficial, José Manuel Mireles, quien había revelado al
diario El País los acuerdos secretos que ya existían con el gobierno desde
antes de su accidente.
Pero
también resultó bueno para unificar a la oposición. Desde todos los frentes
surgieron voces pidiendo al gobierno una explicación. Después, de plano
pidieron su renuncia como Comisionado para la Seguridad y el Desarrollo
Integral de Michoacán.
En
respuesta, el gobierno monto una operación mediática de grandes proporciones,
con la participación de los más altos funcionarios. Castillo por su parte, sin
refrenar un ápice su protagonismo, tuiteó una imagen donde aparece comiendo
carnitas en Cherán.
En
la operación de rescate, como en la película Escándalo en la Casa Blanca,
parece haberse montado una cortina de humo, con la detención del supuesto
secuestrador de El Jefe Diego Fernández de Cevallos, un presunto delincuente
acusado por otro presunto delincuente, sin más pruebas que su dicho.
En
fin, tenemos un Comisionado de película y una operación política también de
película. La realidad, otra vez, supera a la ficción.
Twitter:
@castroherme
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