23 oct 2014

Bicentenario de la Promulgación de la Constitución de Apatzingán

  • Nuestra Constitución y las normas jurídicas que de ella emanan, reconocen los derechos humanos como la base de nuestro desarrollo en sociedad. En este sentido, señalan las obligaciones de las autoridades, al establecer el deber básico e irrenunciable de todo servidor público: el de cumplir y hacer cumplir la ley.

Palabras del Presidente Enrique Peña Nieto, durante la Ceremonia de Cancelación del Timbre Postal y Develación de la Placa Conmemorativa del Bicentenario de la Promulgación de la Constitución de Apatzingán
22 de octubre
Muchísimas gracias.
Muy buenas tardes.

Me da mucho gusto saludar, en este acto conmemorativo, a los Presidentes de las Mesas Directivas del Senado de la República y de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.
De igual manera me da mucho gusto saludar al señor Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Al señor Gobernador del Estado de Michoacán.
A los integrantes del Gabinete Legal del Gobierno de la República, entre quienes se distinguen al señor General Secretario de la Defensa Nacional, al señor Almirante Secretario, al señor Secretario de Gobernación, al señor Secretario de Hacienda, y demás Secretarios que están aquí presentes.
Me da mucho gusto saludar a los servidores públicos de los distintos órdenes de Gobierno.
Saludar a los señores Legisladores: a Senadoras y Senadores de la República; a Diputadas y a Diputados Federales, a Diputados Locales; y a presidentes municipales aquí presentes.

Muy distinguidos integrantes de la sociedad michoacana, y particularmente de este Municipio de Apatzingán.
Les saludo con mi mayor respeto, con mi afecto y con la gran satisfacción que me da regresar al Estado de Michoacán y de manera muy señalada, precisamente, a este municipio de Apatzingán, en esta Celebración del Bicentenario de la Promulgación de la Constitución de Apatzingán.
Hoy conmemoramos el Bicentenario de nuestro primer proyecto de Constitución. El 22 de octubre de 1814, en esta orgullosa ciudad, se promulgó el decreto constitucional para la libertad de la América Mexicana, conocido hoy como la Constitución de Apatzingán.
Este documento histórico, fundamental, resume el proyecto de Nación libre y soberana, por el cual lucharon nuestros Héroes de Independencia.
En la Constitución de Apatzingán se plasmó el ideario republicano y liberal de los Insurgentes, sentando así los cimientos jurídicos y políticos de nuestro país.
A dos siglos de distancia, hoy rendimos homenaje al ideólogo de esta Primera Ley Suprema, al visionario excepcional, don José María Morelos y Pavón.
En 1810, el Siervo de la Nación se había unido a don Miguel Hidalgo en su lucha por la Independencia. A partir de 25 hombres, mal armados, formó un ejército de hombres libres que habría de dar grandes victorias a la causa insurgente.
Morelos, además de ser un líder y un estratega nato, era un estadista. Sabía que para ser verdaderamente soberano, el naciente país requería de leyes e instituciones fuertes.
Por ello, en 1813 convocó a un Congreso Constituyente, que luego de un año de deliberaciones y en medio de una situación de guerra, promulgó aquí esta Ley fundamental.
La Constitución de Apatzingán estableció la independencia de la Nación y la soberanía popular, el régimen republicano, la división de poderes, la igualdad de los mexicanos ante la ley, y el derecho al sufragio, así como la ciudadanía para todos los mexicanos y su derecho a la seguridad, la propiedad, la instrucción y la libertad.
Estos principios que nos legó el Constituyente de 1814, se han mantenido vigentes. Nuestra transformación legal e institucional los ha mantenido como pilar de la vida colectiva en el país.
Nuestra Constitución y las normas jurídicas que de ella emanan, reconocen los derechos humanos como la base de nuestro desarrollo en sociedad.
En este sentido, señalan las obligaciones de las autoridades, al establecer el deber básico e irrenunciable de todo servidor público: el de cumplir y hacer cumplir la ley.
En el México de nuestros días, en esta Nación de instituciones, los servidores públicos debemos obedecer a la Constitución y las leyes.
Solamente debemos servir a los ciudadanos y a sus comunidades.
Quien quebranta estos preceptos fundamentales, defrauda la confianza de la ciudadanía.
Desde el primer día de esta Administración, el Gobierno de la República trabaja en la consolidación de un México de leyes, de un México en paz; de un Estado cuyo fin es, precisamente, el de promover, respetar y garantizar los derechos humanos reconocidos por la Constitución y los Tratados Internacionales que forman parte de nuestro orden jurídico.
Esa ha sido la diaria misión de nuestras Fuerzas Armadas, instituciones leales y al servicio de la Nación, lo mismo que de las dependencias Federales encargadas de la seguridad y procuración de justicia.
El compromiso del Gobierno de la República con la ley, también se refleja en los cambios estructurales que hemos impulsado. Las propias reformas aprobadas fortalecen el Estado de Derecho en México.
Ejemplo de ello, es el fortalecimiento de las normas constitucionales y legales, que garantizan el derecho de acceso a la información y la transparencia; o la Reforma Político-Electoral, que cuenta con innovadores mecanismos para fiscalizar los recursos que reciben candidatos y partidos políticos.
También destaca el Código Nacional de Procedimientos Penales, que cierra espacios a la impunidad y que permitirá acelerar la implementación de los juicios orales en todo el país.
Resultados como éstos demuestran claramente que el impulso a las reformas ha tenido siempre como objetivo primordial ampliar el reconocimiento de los derechos de todas las personas y garantizar la aplicación de la ley para hacerlos efectivos.
Estamos convencidos de que la vigencia del Estado de Derecho es indispensable para que los mexicanos gocen plenamente de sus libertades, y para que nuestro país sea más competitivo y capaz de ofrecer mayores oportunidades de realización personal a toda la población.
Señoras y señores:
Michoacán es un estado que ha dado gloria y grandes motivos de orgullo a la Nación mexicana.
En estas tierras, como expresara hace un momento doña Rebeca, en estas tierras fértiles se sembró la semilla de la libertad, incluso antes de que tuviera lugar el Grito de Independencia.
También en Valladolid, hoy Morelia, el Padre de la Patria, don Miguel Hidalgo, mandó publicar por primera vez la Abolición de la Esclavitud, el 19 de octubre de 1810.
Este gran estado es la cuna del Siervo de la Nación y aquí vio luz nuestra primera Constitución.
Michoacán ha sido puntal de nuestra historia nacional y bastión de nuestra preciada libertad, Apatzingán y Michoacán tienen todo el respaldo del Gobierno de la República para consolidar sus instituciones y el respeto a las leyes para recuperar la seguridad y el bienestar de su gente.
En todo el territorio nacional, en todas las entidades federativas, seguiremos trabajando con firmeza, con determinación para transformar positivamente la vida de todas las familias mexicanas.
Ese es el compromiso del Gobierno de la República y es, también, nuestra obligación.

Muchas gracias.

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