¿Dinero oculto en el Vaticano?
Lo que
realmente dijo el Cardenal Pell/Andrea Gagliarducci
ROMA, 05 Dic. 14 / 05:04 pm (ACI).-
Diversos medios de prensa señalaron ayer que se habían descubierto millones de
euros “ocultos” en el Vaticano y atribuyeron esta “filtración” al Cardenal
George Pell, Prefecto de la Secretaría de Economía, tratando de llevar polémica
a la reforma financiera iniciada en el año 2010.
En un reciente artículo para el
Catholic Herald, el Cardenal George Pell, Prefecto dela Secretaría de Economía,
arrojó luz sobre el progreso hecho en las reformas de las finanzas del
Vaticano, en la cual el Purpurado se encuentra a la vanguardia.
“Es importante puntualizar que el
Vaticano no está quebrado”, escribió el Cardenal Pell. “Aparte de los fondos de
pensiones…la Santa Sede está pagando a su manera, mientras que posee
importantes bienes e inversiones”.
Añadió que “de hecho, hemos descubierto
que la situación es mucho más saludable de lo que parecía, porque algunos
cientos de millones de euros estaban metidos en cuentas seccionales
particulares y no aparecían en el balance general”.
Mientras algunos podría tomar esto como
una sugerencia de que las entidades vaticanas tenían “fondos negros”, el P.
Federico Lombardi, vocero de la Santa Sede, dijo a ACI Prensa el 5 de
diciembre, que “el Cardenal Pell no habló sobre ilegal, ilícito o fondos mal
manejados”, sino de “fondos que no estaban en el balance oficial general de la
Santa Sede o del Estado de la Ciudad del Vaticano”, del cual “la Secretaría de
Economía ha sido consciente en el curso del proceso de estudio y revisión de
las administraciones vaticanas”.
En la misma entrevista el Cardenal Pell
explicó que “tres principios básicos están en el corazón” del trabajo de la
reforma y estos principios “no son originales, y no es exactamente una ciencia
espacial”.
Primero, el Vaticano “debería adoptar
los estándares contemporáneos de las finanzas internacionales, tanto como el
resto del mundo lo hace”. Segundo, “el Vaticano y los procedimientos deberían
ser transparentes”, con reportes financieros similares a los otros países, y
“el estado financiero anual consolidado sería revisado por una de las cuatro
grandes firmas auditoras”. Y tercero, “dentro del Vaticano, debería haber algo
parecido a la separación de poderes y dentro del sector financiero habría
múltiples fuentes de autoridad”.
Estos principios han dado lugar a la
elaboración de un manual de gestión financiera, que racionaliza el
procedimiento contable de todas las oficinas del Vaticano.
La formación de los empleados para
llenar los nuevos procedimientos contables ha ya empezado, y se espera que los
nuevos procedimientos entrarán en vigor en enero de 2015.
El P. Lombardi añadió que “como era
sabido y se había explicado también públicamente por la Prefectura de Asuntos
Económicos, que los balances consolidados de la Santa Sede y del Estado de la
Ciudad del Vaticano entregados al Consejo de los quince cardenales, no
abarcaban de modo alguno al conjunto de las numerosas administraciones que
dependen del Vaticano, sino solamente a las instituciones principales de la
Curia y del Estado”.
Es probable que el Cardenal Pell se
refiriera a los tres balances independientes que no son incluidos en el balance
general del Vaticano: Aquellos de la Secretaría de Estado, de la Congregación
para la Evangelización de los Pueblos, y el de la Congregación para las
Iglesias Orientales.
El Cardenal Pell explicó que las
cuestiones de por qué las finanzas vaticanas habían estado en una pobre
situación por un tiempo es “una de las primeras cosas que vendrían a nuestras
mentes como angloparlantes…pero es algo que podría estar más abajo en la lista
(de prioridades) de la gente de otras culturas, como los italianos”, añadiendo
que en la Curia “estuvieron siguiendo patrones” largamente establecidos.
La normalización de las finanzas del
Vaticano comenzó en el 2010 con Benedicto XVI, recordó el Cardenal, con el
establecimiento de la Autoridad de Información Financiera, una agencia
“dedicada a prevenir y erradicar el lavado de dinero”.
Indicó que el Papa Francisco ha
continuado con este proceso de reformas y ya está bien encaminado, por lo que
ya se pasó “el punto donde sería posible regresar a los ‘antiguos días malos’.
Queda mucho por hacer, pero las reformas estructurales básicas están en su
lugar”.
En varias partes del artículo, el
Cardenal Pell señaló la importancia de los expertos financieros laicos en el
proceso de reforma, destacando su novedad y su ayuda en la transparencia. En
particular, un auditor general laico será nombrado el próximo año.
El Purpurado también destacó la
continuidad del Instituto para las Obras de Religión (IOR), indicando que
continuará siendo liderado “por un equipo de expertos laicos, creado por una
comisión cardenalicia, pero no será técnicamente el ‘Banco Vaticano’, ya que
trata con el dinero de las diócesis, órdenes religiosas y empleados vaticanos”.
La Administración del Patrimonio de la
Sede Apostólica, clarificó, será el tesoro del Vaticano, añadiendo que
“continuará vinculando y cooperando con los bancos centrales”.
Las inversiones, explicó, “serán hechas
a través de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica, controlada
por un comité de expertos, el cual ofrecerá una gama de opciones éticas para
invertir, con diferentes grados de riesgo y retorno, para ser seleccionados por
agencias individuales tal como Congregación. La prudencia será la primera prioridad,
más que altos riesgos y retornos, en orden de evitar pérdidas excesivas en
tiempos de turbulencia”.
“Los donantes esperan que sus
donaciones sean manejadas eficientemente y honestamente”, indicó, y así se
financien las obras de la Iglesia, especialmente aquellas cuyo objetivo es
proclamar el Evangelio y ayudar a las personas a superar la pobreza. “Una
Iglesia para los pobres no debería ser pobremente administrada”, señaló.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario