12 nov 2015

¿Eliminar el polígrafo de los controles de confianza?/Fred Alvarez Palafox

¿Eliminar el polígrafo de los controles de confianza?/Fred Alvarez Palafox
La Silla Rota, 12 de noviembre de 2015


  • El tema de los controles nos fue impuesto por EU y además fue mal implementado.

...Y aquello que ella me dijo
fue en un idioma del mundo
...con gramática e historia.
¡Tan de verdad!,
que parecía mentira: Pedro Salinas, poeta.

Esa semana se realizó en la Ciudad de México el  Cuarto Foro de Seguridad Sumemos Más Causas por la Seguridad, Ciudadanos + Policías,  de la organización  “Causa Común” que preside la doctora María Elena Morera; ahí el presidente Peña Nieto llamó a que se realice un debate sobre la legalización de la mariguana. Obviamente esa fue la nota de la semana. ¡Bienvenida la propuesta del jefe del Ejecutivo!

Un día después, el comisionado Renato Sales Heredia en el mismo foro urgió a replantear el modelo de control de confianza que se aplica a los policías y a toda la gente que trabaja en la procuración de justicia. Actualmente dijo es necesaria una reforma constitucional para dignificar la labor de los policías en el país, debido a que persiste cierta discriminación con las condiciones en las que ejercen su trabajo. Señaló el C. Comisionado que la reina de las pruebas de la certificación para entrar y permanecer en la policía debe ser el estudio socioeconómico y no el polígrafo, como lo es y ha sido hasta hoy; “Yo creo que tenemos que poner el acento en otro tipo de indicios, en otro tipo de pruebas para saber si las personas que estamos contratando son o no confiables”.

Además agregó que el artículo 123 apartado B, fracción 13 es profundamente discriminatorio contra policías, peritos y fiscales, pues “desde 2008 ancla el control de confianza con la posibilidad de expulsarlos de las Policías”.

Entre sus planteamientos, apuntó que dicha modificación deberá enfocarse a impedir que los policías sean despedidos injustificadamente; mientras aquellos que no acrediten los controles de permanencia, y además resulten con vínculos con el crimen organizado sean investigados y enviados a prisión, pues a la fecha, reconoció “no sabemos en dónde están, ni qué haciendo todos los policías depurados por control de confianza”.

¿Qué implica esto? Se pregunta y él mismo responde “que sólo fiscales, policías, peritos, pueden ser, dentro de la propia Constitución paradójicamente, víctimas de aplicación retroactiva en perjuicio de una ley”.

Pregunta Renato de acuerdo a la nota de Reforma del reportero Antonio Baranda.

“¿Sabemos cuántos policías han sido expulsados desde 1999 de las corporaciones policiacas? ¿Sabemos dónde están? ¿Sabemos qué están haciendo?”

"La respuesta es no, no sabemos dónde están, no sabemos qué están haciendo”, subrayó.

Es una declaración realista, es evidente que desde hace años está fallando la inteligencia en esa y otras materias.

Pero eliminar o descartar como determinante el polígrafo es una excelente noticia para los que trabajan en los sistemas de seguridad.

¡En serio!

Este es un tema añejo. En lo personal lo planteé en un texto en 2008, curiosamente el mismo año en que entró a apoyarnos con grandes recurso y tecnologías, la denominada Iniciativa Mérida.

(Véase Controles de confianza  en Código Topo que dirige Jorge Fernández Menéndez, suplemento de Excélsior, número 1, lunes 6 de octubre de 2008).

Retomo lo que dijo Mr. William H. Duncan, encargado de Negocios de la Embajada de EU en México en el foro mencionado que ellos y nosotros  “desde el año 2008, México y los Estados Unidos han venido trabajando de manera conjunta en el marco de la Iniciativa Mérida, con el fin de fortalecer las instituciones encargadas de vigilar por la seguridad y justicia”. Subrayó que “otras áreas de colaboración, incluyen el apoyo a las investigaciones del sistema de control de confianza y los esfuerzos realizados por organizaciones como Causa en Común, que buscan promover la participación ciudadana y consolidar la confianza pública en las instituciones…”.

Muy oportuna la declaración confirma mi hipótesis de hace tiempo.

¿Cuál es?

Que el tema de los controles nos fue impuesto por EU y además fue mal implementado, con equipo obsoleto que ellos dejaron de usar para emplear nuevas tecnologías como el lector de iris.
  
Sé de lo que estoy escribiendo. Lo he comentado con varios especialistas y funcionarios del más alto nivel tanto en la PGR como la extinta Secretaria de Seguridad Pública. Se van a equivocar, les dije personalmente al procurador y al secretario de seguridad pública.

Veámoslo en retrospectiva

Era el 21 de agosto de 2008. Se celebraba en Palacio Nacional la XXIII Sesión del Consejo Nacional de Seguridad Pública (CNSP), estaba todo el gabinete y toso los gobernadores del país; ahí se firmó un Acuerdo Nacional por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad, para a alcanzar los siguientes objetivos, a saber:

I. Depuración y fortalecimiento de instituciones de seguridad y procuración de justicia.
1.1 Crear un modelo nacional de evaluación y control de confianza; y
1.2 Impulsar la creación de centros estatales de control de confianza certificados.

Ello significaba que en un año se iba a evaluar al personal de las instituciones policiales, de procuración de justicia, de los centros de readaptación social de todo el país, con el “compromiso” también de "dar seguimiento a elementos dados de baja y a comunicar sus resultados a un observador ciudadano".

Antes de que concluyera el gobierno de Calderón se crearon 38 Centros de Control de Confianza, antes sólo había uno en el CISEN, y otro en la PGR.

Por cierto, el Observador Ciudadano fue Causa Común de la doctora Morera.

El punto 1.4 se refería a "establecer un sistema nacional de desarrollo policial. Para ello, la Secretaría de Seguridad Pública de entonces a cargo de Genaro García Luna, en coordinación con los gobernadores se comprometían a perfeccionar los mecanismos de reclutamiento, selección, capacitación, promoción y retiro de los elementos de las instituciones policiales del país.

Estamos hablando de que el entonces presidente Felipe Calderón apostaba que con ello acabaría con la corrupción en todo el sistema de procuración de justicia.

Había que aplicar el polígrafo a 500 mil policías, más otros tantos servidores públicos.

Se pensaba que con ello se acabaría la corrupción. Ilusos.

Lo que ha sucedido desde entonces es un tema que da risa, y coraje. ¡Los centros han sido un fracaso...!

La Doctora Morera le dijo esta semana al Presidente Peña Nieto que en su organización han identificado que “existen problemáticas compartidas por muchos de nuestros policías; carencias, mala capacitación y, en general, un gran desorden institucional. Las historias se repiten una y otra vez. Policías que ponen de su bolsillo para pagar uniformes, balas o gasolina, a los que  no se les pagan sus viáticos, a los que no se les respetan ni los sueldos ni los horarios de trabajo.

Policías que no conocen los resultados de su evaluación de confianza y viven en la incertidumbre, y además son extorsionados por sus mandos. Los que con más de 15 años de trabajo, nunca han visto un ascenso. Y así nos podríamos seguir con cientos y miles de historias que nos cuentan los policías”.

Y hasta ahí la dejo.

Ocurrió en 2013

Fui invitado por el gobierno federal al igual que muchos especialistas a la ciudad de Monterrey, Nuevo León para participar en las consultas para la realización del Plan Nacional de Desarrollo. (2013-2018), Curiosamente mi corta intervención forzada – no estaba en el programa que habláramos, sólo íbamos de mirones- fue justamente para hablar de los controles de confianza. Emití una opinión muy parecida curiosamente a la que da hoy Renato. Coordinaba la mesa el Comisionado Mondragón, seguramente por ahí debe andar la versión estenográfica si es que grabaron.

Sigamos con la retrospectiva en el gobierno de Calderón. Exactamente un mes después de que se firmó el Acuerdo Nacional  –el 22 de septiembre-, en el análisis de la glosa del II informe de gobierno el entonces senador Pedro Joaquín Coldwell, presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales criticó duramente el nuevo modelo Nacional de Evaluación y Control de Confianza, es tan inútil dijo, como "la carabina de Ambrosio", luego de recordar que varios policías modelo contaban con certificado de confianza y resultado de la evaluación del desempeño “muy buenos”.

Los cuestionamientos sobre la falta de controles policíacos, sobretodo en la SSP, también se registraron en la bancada del PAN en voz del entonces senador Federico Döring, quien dijo que "las evaluaciones de los centros de control de confianza (...) ha demostrado en los hechos que es por sí misma incompleta”!

El problema de las policías –dijo- es grande y no se va a resolver –como se cree- aplicando exámenes de control de confianza como si fuera una varita mágica. No. El asunto es más de fondo requiere inteligencia. Como bien lo dijo el entonces Senador –hoy presidente del PRI– Manlio Fabio Beltrones “hace falta mucha inteligencia, servicios de inteligencia e inteligencia en buena parte de los funcionarios".

Yo subrayé que en México debíamos voltear más la mirada al sur, hacer lo que hicieron los brasileños y además emplear a fondo el uso de la biométrica en el mismo nivel que se está aplicando en la agencia Nacional de Seguridad de EU.
No fue así.

Durante varios años han usado los “controles de confianza” de manera desmesurada, han corrido a mucho gente, y han dejado a otra que ha pasado exitosamente las 5 pruebas, sobre todo el polígrafo.

La verdad es que además de discriminatorio es poco serio, y ha habido muchos recursos para ello, sobre todo de Mérida.

¿Qué son los exámenes control de confianza?

Dejemos que lo diga el mismísimo director del Cisen Guillermo Valdez; "son una serie de exámenes para seleccionar y evaluar personal y según, permite “detectar vulnerabilidades para detectar riesgos de corrupción, impunidad y penetración del crimen organizado que puedan dañar el patrimonio y el cumplimiento de los objetivos de las instituciones”.

Se trata de cinco pruebas a saber i) evaluación médica; ii) evaluación toxicológica; iii) evaluación de aptitudes físicas; iv) evaluación psicológica; v) evaluación del entorno social y situación patrimonial; y v) evaluación poligráfica.

De todos los exámenes, el más polémico es el poligráfico.

Para Guillermo Valdés –en 2008– el polígrafo “permite en el caso del personal de nuevo ingreso, garantizar que este sea confiable, que este apegado, que sus hábitos personales, que sus valores y sus principios sean acorde a los que la institución requiere, y por tanto de esa manera, se previenen riesgos en la actuación del personal que puedan dañar a la institución y su funcionamiento”.
¡Increíble!

La mayoría de policías vinculadas al crimen organizado en los últimos años han aprobado con éxito todas las baterías de los controles de confianza...

Y por otro lado, muchos buenos policías y servidores públicos fueron corridos de sus trabajos y estigmatizados por haber reprobado la prueba de Dios como se le denomina al polígrafo.

Debo decir que todavía hoy para muchos servidores públicos de alto nivel lo que determine el detector de mentiras es contundente y por tanto infalible.

Incluso el mismo ex-procurador Jorge Carpizo le daba enorme credibilidad, sólo recordemos que se atrevió a retar hace años en la TV al ex nuncio Girolamo Prigione para someterse a la prueba del polígrafo. Y en 2001 hizo lo mismo con el Cardenal de Guadalajara, Juan Sandoval Iñiguez.

Otros políticos han pretendido usar el polígrafo como si fuera un espectáculo e incluso lo han llevado a la Televisión. Bueno hasta algunos dirigentes de partidos políticos pidieron su aplicación como prerrequisito para quienes quieran competir en un cargo de elección popular.

El caso es el de Chiapas. En 2011 el Congreso adicionó un artículo a la ley electoral publicada en el Periódico Oficial del estado el 24 de noviembre que decía...

“Además de los requisitos señalados en el párrafo precedente, los ciudadanos que pretendan ser candidatos, de manera previa al registro de su candidatura ante las autoridades competentes, podrán someterse y aprobar en su caso los controles o pruebas de confianza que resulten idóneos para los cargos de elección popular de que se trate. Dichos controles o pruebas de confianza serán pruebas psicológicas, toxicológicas y poligráficas, con las cuales serán susceptibles de medir con certeza, las condiciones físicas y mentales en que se encuentra un ciudadano que pretenda registrarse como candidato. Las pruebas a que se hace referencia en este párrafo deberán ser aplicadas por el Centro Estatal de Control de Confianza Certificado…”.

Afortunadamente el lunes 20 de febrero de 2012, el pleno de la SCJN -10 votos a favor uno en contra- invalidó el párrafo tercero del artículo 7  del Código de Elecciones del Estado de Chiapas.

Afortunadamente ya que se estaba poniendo de moda.

¿Qué es el polígrafo?

Es un instrumento que monitorea y registra cambios fisiológicos, tales como la presión arterial, el ritmo cardiaco, los niveles de respiración, la presión sanguínea, y la respuesta eléctrica o conductancia de la piel.

Debemos decir que las respuestas fisiológicas que mide, normalmente ritmo cardiaco y respiratorio, junto con la conductividad de la piel no son forzosamente signos de falta de honradez.

Se usa en muchos países como base para solicitar o permanecer en une empleo sobre todo en materia de procuración de justicia; pero su uso se extiende ya a empresas privadas; incluso en algunos se utiliza –o utilizó- como prueba judicial, como en Guatemala y Panamá.

Supuestamente el temor a ser descubierto genera cambios físicos en el momento en que responde una falsedad, cambia la respiración, la temperatura del cuerpo, y la presión sanguínea y el pulso cardiaco, y según un poligrafista profesional puede interpretar estos cambios y detectar la falta de honestidad.

Aparentemente se han realizado muchos estudios sobre su efectividad, en algunos casos se habla de que es capaz de determinar la veracidad de un testimonio con un nivel de confiabilidad entre el 80  y el 85% y en el mejor de los caso se habla del 95% y el 98 por ciento.

Otros especialistas señalan que el polígrafo detecta más el miedo que la mentira.

Hay un informe de 2003 de la Academia Nacional de Ciencias de los EU donde se afirma que el polígrafo no tiene validación científica alguna.  Incluso ese estudio (The Polygraph and Lie detection 2003, 416 págs., Committee to Review the Scientific Evidence on the Polygraph, National Research Council), estimó que de aplicarse a una muestra a 10,000 personas, de las cuales 10 fueran espías, en el resultado más probable es que sólo 8 de éstas serían identificados por el polígrafo como tales, a la vez que serían considerados probables espías y rechazados 1598 (casi un 16%) de los inocentes.

Según esto, sí de 10 mil personas sometidas a las pruebas, 1597 son considerados probables corruptos, imaginemos cuantos probables inocentes encontraremos en los casi 500 mil policías que existen en México. 

Para el sicólogo David Lykken, de la Universidad de Minnesota, y autor del libro Tremors of Blood: The Uses and Abuses of the Lie Detector, “una persona inocente que dice la verdad tiene una posibilidad de 50/50 de reprobar un polígrafo.

Hay otros casos, como la del agente doble Aldrich Ames, que superó sin problemas varios exámenes del polígrafo durante una década aplicados por expertos de la CIA mientras trabajaba para la ex KGB.

Hasta antes del 2001 los terroristas fundamentalista islámicos casi nunca fueron detectados por ese instrumento. ¿Por qué? Porque sencillamente se preparaban para ello. En noviembre del 2001, el ejército de EU se apoderó en Kabul de los papeles secretos de Al Qaeda, y entre otras cosas - manuales de fabricación de armas, programas informáticos de simulación de vuelo, correspondencia de Osama Bin Laden, cómo fabricar chalecos antibalas con materiales rudimentarios – encontraron un documento de cómo superar con éxito la prueba de un detector de mentiras.

Y es que según expertos, en 30 minutos se puede entrenar a alguien para engañar y pasar un examen poligráfico, es el caso de Drew C. Richardson, agente del FBI quien le enseñó a su hijo cómo engañar al detector de mentiras.

Para David Lykken, una vez que la persona entiende cómo funciona este sistema, no es difícil derrotarlo; el sicólogo de la universidad de Minnesota recomienda apretar el esfínter anal, pisar una tachuela previamente colocada dentro de su zapato, morderse la lengua o el labio, o concentrase en hacer aritmética mental tan pronto que uno responde que no. Dice que “el esfuerzo de esto último, o el dolor de morderse el labio o la lengua, produce el mismo tipo de espasmo de la aguja del polígrafo que la provocada por una respuesta emocional involuntaria, y el poligrafista no puede detectar la diferencia''.

Quizás sean esas recomendaciones de Lykken las mismas que confiscó a Al Qaeda la inteligencia norteamericana en Kabul en 2001.
Por cierto, en México el polígrafo evolucionó, hace años me dijeron que los técnicos colocaron justo donde la persona se sienta un detector para saber si apretaban el orificio anal.

De risa y discriminatorio

Con todo respeto señor Comisionado Renato Sales eso se dijo hace mucho tiempo.

Le recomiendo lea la recomendación 008/2003 de la CNDH, entonces el Ombudsman nacional José Luis Soberanes, le dice al Almirante Secretario de Marina: “resulta pertinente precisar que la práctica del examen poligráfico es una agresión al derecho a la privacidad y es inadmisible que un trabajador, dentro de una investigación administrativa, deba renunciar a este derecho y permita que terceros conozcan su vida privada (…) Es importante señalar que el uso del examen poligráfico no se encuentra autorizado en ley alguna para que pueda servirse de él alguna autoridad o servidor público durante la fase procedimental de cualquier investigación, Acuerdo Nacional por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad, ya sea de carácter administrativo o penal, por lo que utilizarlo implica que dejen de observarse las formalidades esenciales del procedimiento y que se vulnere el principio de legalidad y el derecho a la seguridad jurídica de las personas, contenidos en los artículos 14 y 16 de la Constitución”.

Por aquel tiempo, el Senado de la República aprobó un Punto de Acuerdo donde recomendó al Ejecutivo que no se aplicará el polígrafo por considerarlo violatorio a los derechos humanos y discriminatorio.

Pero quedó ahí, Conapred no emitió ninguna recomendación sobre el tema que yo sepa.

Sin duda muchas de las personas que han reprobado los exámenes de control de confianza han sido corruptos, y que bueno que los hayan detectado y obligado a abandonar las instituciones, pero lo preocupante y graves es muchos de los que no aprobaron hayan sido gente honesta y con buenos antecedentes

Muchos de los servidores públicos además de que se quedaron sin empleo quedaron estigmatizados, sin posibilidad de emplearse en otras partes, supuestamente por "ser corruptos".

Y por otro lado, debemos decir que hay personas inmunes al polígrafo, policías deshonestos –los caso son varios y evidentes-, donde la simulación forma parte de su cultura y suelen pasar inadvertidos. Muchos de ellos son mitómano, sicópata o sociópatas.

La prueba más contundente que no funciona los controles de confianza tal y como están diseñados es que el crimen organizado ha penetrado a las instituciones policías donde desde hace años.

Los casos son muchos...

Una alternativa es aplicar el lector de iris, o como lo dice Renato Sales buscarle la pista al dinero.

Pero bueno el polígrafo se mantenido,  ¡quizá porque ha sido un buen negocio, su uso ha sido indiscriminado y obviamente alguien cobra, y además bien!

La clave don Renato es aplicar la inteligencia como  dijo  Manlio

PD: La SCJN  y los controles de confianza. Esa es otra historia. Pero en más de una ocasión la Primera Sala ha dicho que los exámenes de control de no son violatorios de las garantías individuales que establece la Constitución; amparo en revisión 560/2008, hay otro argumento usado en 2006 al fallar un caso similar, y en marzo de 2014, la misma Sala resolvió el amparo en revisión 663/2013, a propuesta del Ministro José Ramón Cossío Díaz. En él negó el amparo a un ex policía federal ministerial que al ser separado de su cargo, por incumplimiento del requisito de aprobación de los procesos de evaluación y control de confianza.

Lo más interesante es que nuestros grandes árbitros declaran constitucional los Controles de Confianza pero ni los ministros, ni magistrados y jueces hacen esos exámenes, es decir “hágase tu voluntad en los bueyes de mi compadre”.

Un caso distinto fue invalidar una adición realizada a la ley electoral del Estado de Chiapas. En  febrero de 2012, el pleno de la SCJN -10 votos a favor uno en contra- invalidó el párrafo tercero del artículo 7  del Código de Elecciones del Estado de Chiapas.

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