Guardia Nacional Militarizada, breve comentario/ Por Alfonso Carlos Ontiveros Salas, abogado, especialista en seguridad pública...
Que lamentable observar como el Titular del Poder Ejecutivo Federal se obsesiona con tener en México una Guardia Nacional militarizada y no civil.
Que lamentable también, no tener el más alto sentido del respeto a nuestras instituciones y a sus respectivas jurisdicciones.
Las fuerzas armadas en un país, tienen su más alta misión de salvaguardar nuestra soberanía nacional así como la estabilidad de nuestras instituciones, imponiendo una calidad de respeto como entidad soberana y tratar como igual a todos los miembros de la colectividad de naciones en el ámbito del derecho internacional y demás disposiciones que rijan las relaciones entre los países, entre otras.
El compromiso inmediato y no mediático, es organizar la mejor de las estrategias para lograr que México se distinga como un país respetuoso de su democracia y que sustentado en ella, se consoliden las instituciones para darle vigencia a nuestro sistema constitucional.
He mencionado en otras ocasiones, que el gobernante al asumir su compromiso de respetar y hacer respetar la constitución y las leyes que de ella emanen, su misión no será otra que operar los mecanismos institucionales para consolidar lo que no ha funcionado y generar fortalezas donde sea necesario imponerlas, como es el caso de las instituciones policiales mexicanas.
Con las medidas que se han instrumentado como reformar la constitución federal y con motivo de ello reformar las constituciones políticas locales y otras leyes, para crear la Guardia Nacional, propicia irritación política en gobiernos locales y municipales, así como en los miembros de los partidos políticos nacionales.
Pero se advierte en ese malestar que no aflora con la fuerza que debe tener en respeto, sobre todo, de los gobernadores de los estados, en defensa de la soberanía interior de la que gozan las entidades federativas, pero parece con todo lo que se hace lo que menos se quiere es el respeto a las jurisdicciones de cada parte nacional como estados y municipios.
¿Qué objeto tiene entonces la soberanía de los estados y la autonomía de los municipios?
Los Gobernadores han dejado de ser los actores políticos para defender esa soberanía interior, para convertirse en los paleros de cada Presidente en turno para conseguir mejores tratos en los presupuestos de egresos de la federación para estados y municipios, pero no como una visión solidaria ara llevar los mejores servicios públicos que la oblación requiere, sino para aplicar esos presupuestos en programas que les reditúen a ellos, no a la sociedad, los mayores beneficios.
Ahí están los casos de grave corrupción de gobernadores, presidentes municipales y miembros de los partidos políticos, legisladores locales y federales, dirigentes sindicales en complicidad con altos miembros del gobierno, funcionarios públicos, y otros muchos que han propiciado la descomposición de las instituciones civiles de seguridad pública para proteger sus complicidades con miembros de la delincuencia organizada.
Ya basta que México se siga descomponiendo sin que se ejerzan as acciones legales que correspondan, porque muchos nos preguntamos y no hay respuestas, porque no se ha castigado a los corruptos que son muchos y mandar el mejor de los avisos a la sociedad que ya no se tolerará en el futuro más corrupción?
Qué importa que las cárceles se saturen?
Con los ahorros del combate a la corrupción habrá liquidez para comprar cuando menos petates para que duerman a los muchos sinvergüenzas que todavía permanecen libres y con un cinismo desmedido que los caracteriza.
Ojalá y los señores legisladores reflexionen y desaprueben esa iniciativa absurda y atentatoria a nuestro régimen federal y democrático.
Defendamos el régimen civil de nuestras instituciones.
Las fuerzas armadas que sean la razón y la esencia como estado soberano e independiente en la comunidad de naciones.
Recuperemos nuestras instituciones civiles de seguridad publica y dotarlas de todos los apoyos que sean necesarios para que sean dignas, honestas, capacitadas y profesionales; la sociedad mexicana lo reconocerá y lo aplaudirá.
Señor Presidente, voltee a las instituciones policiales y se dará cuenta que su atención será el inicio de algo que por muchos años estamos esperando, el respeto y reconocimiento a la función policial y difusión intensa de que la función policial será la premisa para recuperar la paz y la tranquilidad públicas.
¡Basta de seguir denostando a las policías calificándolas de corruptas y con ello justificar el uso de las fuerzas armadas para atacar las diversas manifestaciones de la delincuencia!
Basta ya Presidente de decir que los estados de fuerza policial son insuficientes para enfrentar en estos momentos la delincuencia, y que por ello es necesario la creación de la Guardia Nacional.
No señor Presidente, no es esa la solución, la solución está en atender de inmediato la recuperación de los estados de fuerza policiales para contar con la fuerza policial que requerimos. El país no se desangrará mas de lo que ya está por los pésimos gobiernos que hemos tenido y que no se ha hecho nada para imponer los castigos que la sociedad demanda y que no se le escucha.
Este tiempo, desde su elección, ya han transcurrido casi siete meses y se no se ha avanzado, tiempo en el que seguramente ya se estarían formando un número razonable de policías para fortalecer los estados de fuerza que requerimos, no hay que perder tiempo por cuestiones de tipo político y no avanzar, ese ha sido el cáncer de nuestra nación.
Pongo a su consideración estas reflexiones...
Ego sum qui sum; analista político, un soñador enamorado de la vida y aficionado a la poesía.
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