9 mar 2021

La marcha de ayer

 @fredalvarez

¿Si son antidrones tipo Hikvision para evitar vuelos sobre Palacio, entonces por qué apuntar hacia el suelo donde hay miles de mujeres manifestándose? 

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Marchan miles y muro resiste

Alrededor de 20 mil mujeres -según Reforma-, marcharon del monumento a la Revolución al Zócalo, donde aunque lo intentaron, sólo pudieron derribar un fragmento del llamado "muro de la vergüenza”..


Policías las repelieron una y otra vez con gas pimienta, aunque en diversas ocasiones la Secretaría de Seguridad Ciudadana ((SCC) insistió en que se trataba de extintores.

Durante las manifestaciones de ayer hubo escaramuzas y enfrentamientos; conforme al reporte oficial, 62 policías resultaron lesionadas y 19 civiles heridos, de acuerdo con la dependencia.

Resistió muro; evitamos provocación, dice López Obrador..

El C. Presidente dijo que el muro que se colocó ayudó a detener la provocación durante las protestas y que no se cayó en la "trampa" de la violencia. 


"Afortunadamente se pudo evadir el acoso, no se cayó en la trampa de la violencia, el día de ayer, y se resistió frente a la provocación. Quiero agradecer mucho a los encargados de la seguridad de la Ciudad, especialmente a las mujeres policías que resistieron estoicamente a agresiones y que no cayeron en la provocación, que se puede decir que fueron agredidas y no se agredió a manifestantes.

"Celebro que haya ayudado el muro, porque fue evidente que querían vandalizar el Palacio Nacional. Si no se pone el muro, se hubiese puesto en riesgo a mucha gente, tanto a las que protestaron, y protestaron hombres también, como siempre, infiltrados, provocadores, y si se hubiesen puesto frente a frente con los policías, hubiese habido muchos riesgos, afortunadamente el muro ayudó a detener la provocación", señaló en conferencia.


Afirmó que no se registraron civiles ni policías heridos de gravedad, lo que muestra que su Gobierno es distinto y no es represor. 

"Aunque traían sopletes, marros y martillos, pero no hubieron sobre todo daños a las personas, sí hubo mujeres policías quemadas, no graves, afortunadamente. Ni civiles ni policías graves. Salimos bien.((Nota de Erika Hernández y Antonio Baranda/ Reforma).

Por cierto, las vallas fueron retiradas esta madrugada.

Durante la mañanera de ayer, afirmó que las vallas no sólo eran para proteger un recinto histórico, sino también a las propias manifestantes.

Tras el retiro de las vallas de más de dos metros de altura, cuadrillas de trabajadores llegaron para limpiar las pintas en el suelo.

Empero, aunque el muro frente a Palacio fue retirado, aún están las vallas que protegen la Suprema Corte de Justicia y la Catedral Metropolitana.

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Crónica de Amallely Morales para Reforma:

"Con manifestaciones discretas poco antes de las 13:00 horas y gritos de furia pasadas las 21:00 horas transcurrió la marcha del 8 de marzo por el Día Internacional de la Mujer con un objetivo: derribar las vallas metálicas del Zócalo y en cualquier otro punto de la CDMX como símbolos de los recuerdos de abusos y violaciones sufridas por miles de ellas.

La marcha del 8 de marzo por el Día Internacional de la Mujer empezó con ligeros roces con las policías del Grupo Atena, pero en un ambiente general tranquilo, hasta pacifico.

"Vengo a manifestarme porque me violaron a los cinco años", dijo Susana, quien empujaba una carriola con un bebé no mayor a 10 meses.

"Vengo para que a mi hija nunca le pase lo mismo, que no sufra violencia", y más que gritar suplica, entre el resto de manifestantes que forman el primer contingente que salió a las 14:00 horas del Monumento a la Revolución, integrado por mujeres con bebés en brazos y niñas agarradas de sus manos.

Con un muro se encontraron madres, hermanas, hijas que perdieron a otras mujeres por feminicidios o desapariciones, mujeres que han sufrido violaciones, abusos y acoso sexual en la marcha del #8M.

"Ese muro (frente a Palacio de Gobierno) significa que estamos solas, que son unos cobardes que no nos dan la cara", afirmó Isela Natali Zepeda, quien fue violada por su tío de los 12 a los 14 años.

Ni su abuela ni su papá, nadie le creyó, desde ese momento se desterró de su estado de origen, Guanajuato, contó.

"(La valla) me recuerda a mi papá, a mi familia que me decían -mentirosa, no está pasando nada, cállate- y ahora empiezan a echar gas (las autoridades) nos tiran cosas para dejarnos calladas", reclamó tras patear las vallas con furia.


Ella era una de las alrededor de 20 mil manifestantes que salieron del Monumento a la Revolución hacia el Zócalo para exigir alto a la violencia de género y justicia para aquellas cuyas vidas han sido trastocadas por la misma.

"No olvide sus nombres por favor, señor Presidente", es entonada "Canción sin Miedo" una y otra vez por las voces de la marea morada que se dirige al muro colocado días antes frente a Palacio Nacional.

Como un susurro, un golpe suena bajo, pero constante, de una manifestante que golpea la malla, a ella se suman, una a una, otras feministas.

Parece imposible que lo logren.

"¡No se va a caer, lo vamos a tirar!", gritan en una sola voz que resuena en todo el Zócalo, y ya no se sabe si se refieren al muro, al patriarcado, o a ambos.

Martillazos, patadas y golpes resuenan en el muro.

Empezó como una marcha pacífica, pero se transformó cuando el contingente logra tirar tres bloques del muro y elementos de la SSC lanzan el gas lacrimógeno para replegar la marea morada.

En el lagrimeo constante y en los rostros rojos de las manifestantes es evidente que lo que lanzaron fue gas pimienta. 

El primer disparo de gas se lanzó poco después de las 16:00 horas, cuando mujeres intentaban pasar por un hueco que lograron abrir en la bautizada valla de la vergüenza, entre flores y pequeñas llamaradas, parecía que iban a lograrlo, hasta que una nube de gas cubrió a las manifestantes.

Gritos por ardor en ojos, garganta y piel provocados por un gas que impedía respirar. Niñas, adolescentes y mujeres tosiendo. 

Manifestantes y brigadistas se movían en sentido contrario a la valla que dividía el Zócalo de la residencia del Presidente Andrés Manuel López Obrador, el Palacio Nacional. 

Después, otra nube de gas lacrimógeno empezó a dibujar lo que, en dos horas, se volvería un Zócalo pintado de blanco, como si de una manta de nieve se tratara.

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l macho amurallado/Guadalupe Loaeza

en REFORMA, 09 Mar. 2021

Nunca me había sentido tan cerca de las mujeres como este 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres. Será porque nunca como ahora me he sentido tan dolida, especialmente, hacia el gobierno de la 4T, un gobierno insensible, ambiguo e hipócrita. Ayer 8 de marzo, desde que me desperté, me sentí agraviada, violada e ignorada por un Presidente que, cada día que pasa, se aleja más de las ciudadanas mexicanas. "Él no es mi Presidente", me dije sumamente desconsolada. Claro, este distanciamiento con el sector de mujeres, a él, lo deja sin cuidado. Tal vez la única que lo apoya en este sentido sea su esposa, la no-primera dama, a quien hace unos días le preguntó, López Obrador: "oye... qué es eso de 'rompe el pacto'?". Y ella le respondió: "rompe el pacto patriarcal, deja de estar apoyando a los hombres". ¿Por qué la doctora no le contestó de una forma más explícita: "...deja de estar apoyando a Félix Salgado Macedonio"? Ya me imagino el conflicto de pareja que hubiera provocado dicha propuesta. No. No, Beatriz Gutiérrez Müller no le transmitió la inquietud de centenas de mujeres, incluyendo las morenistas, respecto a la candidatura de un violador. ¿Por qué no lo hizo? Porque, a lo mejor, también ella está de acuerdo con el apoyo a Félix Salgado Macedonio. El caso es que la supuesta explicación de Gutiérrez Müller no sirvió de nada y quizá hasta confundió aún más al Presidente, y quizá entendió "...quiere decir rompe con las feministas", de otro modo, una no se explica por qué mandó amurallar El Palacio, nuestro palacio, el de todos los mexicanos. ¿Con qué derecho se apropió del edificio público más importante de México? ¿Quién le dijo que era suyo y que podía hacer con él lo que quisiese? Estoy segura, que Salgado Macedonio cuenta con una habitación, para cuando venga a México, ya como gobernador de Guerrero, y se pueda alojar en Palacio, sin problema.

Algo me dice que las mujeres que conforman el gobierno de la 4T le tienen pavor al macho autoritario y conservador que vive en Palacio. La secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, dijo: "El respeto irrestricto del derecho de las mujeres a vivir sin violencia es condición necesaria para un representante popular". ¿Por qué entonces no ha renunciado a su cargo ante la inminente candidatura de Félix Salgado Macedonio, a sabiendas que es un violador? ¿Dónde dejó sus convicciones como supuesta apoyadora de las mujeres? ¿Por qué cuando era ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Sánchez Cordero era mucho más echada para adelante y más contundente en sus posturas? No, ninguna secretaria de Estado osaría renunciarle a AMLO por motivos feministas. "No, no qué barbaridad, no se vaya a enojar, mejor no lo contradigo. De lo contrario me expongo a que me haga la ley del hielo. No, no me quiero exponer...", han de pensar como suelen hacerlo las esposas que llevan años casadas, gracias a que han optado por no hacer enojar al señor de la casa. "Ya ven en qué estado de furia se pone su papá si se le hace la mínima observación. Hay que llevar la fiesta en paz y decirle que sí a todo", le han de decir a sus hijos. Estas mujeres tan temerosas tienen razón porque saben que no se le puede contradecir, ni contrariar, ni poner en duda lo él dice o hace. El macho quiere tener siempre la razón, su palabra es la ley y detesta cualquier tipo de confrontación: "Tienes razón, Andrés Manuel. Tienes un colmillo político impresionante. ¿Cómo haber dudado de tu estrategia tan acertada? Por algo votaron por ti más de 30 millones de mexicanos. Manda a poner el muro, nosotras tus ministras te apoyamos cien por ciento".

Lo que ignoran estas secretarias de Estado es que con esa actitud tan sumisa frente al mandatario, se están desdibujando cada vez más. Se están quedando sin convicciones propias. Es evidente que su supuesto feminismo nada más es de dientes para afuera. Eso es exactamente lo que está sucediendo con Claudia Sheinbaum, la jefa de Gobierno, se está haciendo bolas cada vez que opina acerca del tema de feminicidios, desapariciones y violencia de género en la Ciudad de México. Terminaremos por no creerle y, lo que es peor aún, Claudia no se creerá a sí misma.

Qué solo se ha de sentir el macho amurallado, desenmascarado, en su Palacio, qué miedo ha de sentir a pesar de los militares que lo cuidan con sus equipos cazadrones y qué confundido ha de estar por los casi 200 mil muertos por Covid-19. "Y todo por culpa de los conservadores...", se repite una y otra vez mientras mira, a través de la ventana, un Zócalo cuyo "muro de la vergüenza" aparece totalmente destruido.

gloaezatovar@yahoo.com


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