En la noche del lunes pasado, día de Todos Santos-, la víspera de Día de Muertos, los cuerpos de 11 hombres aparecieron abandonados en una carretera rural del municipio de Tangamandapio, Michoacán, todos con el tiro de gracia.
Y lo más grave es que seis de los 11 eran menores de edad, cinco de 17 y uno de 15 años.
¡Muy lamentable!
La gente exige justicia!
La masacre pudo ser porque las víctimas se internaron en un territorio del crimen organizado, los confundieron. Las víctimas eran jornaleros eran cortadores de aguacate y al parecer no tenían vínculos con la delincuencia.
Habían terminado su jornada de trabajo de ese día (lunes 1 de noviembre) y se juntaron para ir al cerro a buscar panales de abeja, dado que ahí tienen la costumbre de colocar estos panales en las ofrendas de muertos”, detalló el fiscal de Michoacán en entrevista.
“Esa zona se ha ubicado como un lugar donde se refugian integrantes de bandas delincuenciales, por lo que posiblemente haya habido una célula de delincuentes que hayan sorprendido a estos habitantes y los hayan privado de la vida, dado que ellos no tienen registro, no tienen antecedentes de tipo penal, e incluso en el análisis para determinar la toxicidad no se encontró ninguna relación con ningún tipo de droga por lo que se trata de ciudadanos inocentes”, abundó.
“No podemos anticipar si hubo o no confusión” de parte de los sicarios, agregó.
El nuevo gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, dijo que Tangamandapio es un foco rojo del estado, por la última masacre de 11 personas y otros hechos delictivos previos.
“Nos solidarizamos con las familias que perdieron irreparablemente a sus seres queridos y que van a contar con el acompañamiento del estado de Michoacán para salir adelante”, se comprometió.
Mmm
En Michoacán hay ingobernabilidad..., ¿o alguien lo duda?
Y dónde está nuestra Gloriosa Guardia Nacional?
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Indigna masacre en Michoacán
Miembros de la Guardia Nacional y de la policía de Michoacán realizaron un operativo en el municipio de Tangamandapio.
Nota de Oscar Uscanga
Reforma, 4 de noviembre de 2021
Habitantes de la pequeña localidad de Tarecuato, en Michoacán, donde el pasado lunes asesinaron a 11 hombres, entre ellos seis menores de edad, quemaron ayer vehículos y bloquearon una carretera en protesta por la masacre y para exigir justicia.
En la comunidad se llevó a cabo una marcha fúnebre, se celebró una misa de cuerpo presente y un funeral con música pero también con gritos de justicia.
En el corazón del Municipio de Tangamandapio, cerca de los límites de Michoacán con Jalisco, los propios habitantes transmitieron videos donde mostraron su coraje y tristeza por el multihomicidio a balazos de los menores José Macario Custodio Arias, José Custodio Meza, Martín Matías Apolinar, Oscar Matías Apolinar, José Bryan Custodio Navarro y José Luis Manzo Amezcua.
Así como también, por los adultos Rodrigo Govea Melchor, Juan Fernando Gregorio Govea, Carlos Rodrigo Custodio Navarro, Juan Carlos Hernández Mateo y Víctor Salvador Mateo Valencia.
"Queremos justicia, queremos justicia", gritaron niñas que encabezaron la caravana fúnebre.
"Justicia para José Custodio", "Abrazos, no balazos. Justicia para Carlos" y "Vuela alto Macario. Queremos justicia", fueron algunas de las pancartas que se observaron junto a globos blancos.
Al llegar a una plaza en Tarecuato, un grupo de sacerdotes encabezó una misa para darle el último adiós a las 11 víctimas, las cuales se presume fueron confundidas por sicarios al ir a recoger miel de abeja en caminos de esta zona disputada por grupos criminales.
"El luto embarga a nuestra comunidad de Tarecuato por la muerte de estos hermanos nuestros. Que Dios, nuestro padre, abra para ellos la puerta del cielo", pidió el sacerdote.
A la par de las actividades fúnebres, en la misma localidad otro grupo de habitantes incendió por lo menos dos vehículos particulares y cruzó un camión de transporte público sobre la vía Jacona-Los Reyes.
El Fiscal Adrián López Solís afirmó que las víctimas eran agricultores y no tenían antecedentes penales, ni pruebas de toxicidad positiva en el cuerpo o indicios de ser parte de un grupo criminal.
"Todos ellos se dedicaban al corte del aguacate, y habían terminado su jornada de trabajo de ese día, se juntaron para ir al cerro a buscar panales de abeja, dado que ahí tienen la costumbre de colocar estos panales en las ofrendas de muertos, esa zona se ha ubicado como un lugar donde se refugian integrantes de bandas delincuenciales, por lo que, posiblemente, haya habido una célula de delincuentes que hayan sorprendido a estos habitantes y los hayan privado de la vida", narró.
El Gobernador morenista Alfredo Ramírez Bedolla dijo que las personas fueron atacadas por un células delictivas.
"Sabemos que la Fiscalía sigue diversas líneas, una de ellas es que las víctimas, habitantes de la comunidad, las 11 personas se internaron en un territorio con presencia de células delictivas y fueron atacados a mansalva, sabemos que esta zona de Tarecuato la disputan grupos criminales desde hace un año", precisó.
Ramírez Bedolla urgió a sus homólogos de Jalisco, Guanajuato y Estado de México a coordinar una estrategia regional en estos límites donde en Michoacán, durante el último mes, se registraron más de la mitad de por lo menos 263 asesinatos, de acuerdo a cifras federales.
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Una nueva masacre en Michoacán ilustra la pugna sin fin del crimen en el Estado
Las autoridades ubican los cadáveres de 11 hombres, seis menores de edad, asesinados en la zona norte del Estado, región asediada por la delincuencia en los últimos meses
Nota de Pablo Ferri
El País, México - 02 NOV 2021;
La violencia golpea de nuevo a Michoacán, esta vez en la parte norte, en los límites con el Estado de Jalisco. En la noche del lunes, los cuerpos de 11 hombres aparecieron abandonados en una carretera rural del municipio de Tangamandapio, todos con el tiro de gracia, según ha informado la Fiscalía estatal. La policía ha divulgado este martes varias imágenes sobre el despliegue de efectivos en la zona. A última hora de la tarde, la fiscalía ha informado de que seis de los 11 eran menores de edad, cinco de 17 y uno de 15 años.
La prensa regional ha informado de que las autoridades ubicaron los cadáveres en un predio en las inmediaciones de la comunidad indígena de Tarecuato. A camino entre Los Reyes y Zamora, Tarecuato ha sido escenario de situaciones violentas este mismo año, entre ellas el ataque con bombas molotov a la comandancia de la policía comunitaria en julio y el posterior enfrentamiento de los atacantes con policías y militares. Antes, en febrero, sicarios habían asesinado a Juan Govea, tesorero del Comisariado de Bienes Comunales de la comunidad.
Más allá de sus nombres y edades, la Fiscalía estatal no ha dado más detalles sobre lo ocurrido, la posible afiliación de los asesinos o sus motivos. Tampoco ha trascendido si en el lugar de los hechos aparecieron mensajes en mantas o cartulinas, comunes en este tipo de masacres. Los investigadores solo han dicho que los cadáveres fueron trasladados a los servicios forenses de Zamora.
Desde hace meses, medios locales han informado de una pugna entre organizaciones criminales en esa región de Michoacán, mencionando indistintamente nombres asociados a la delincuencia en el Estado en los últimos años. Unas siglas se repiten sin embargo: CJNG, el Cartel Jalisco Nueva Generación. En pugna constante con una coalición más o menos estable y homogénea de mafias regionales, el CJNG lleva años protagonizando la ecuación criminal de Michoacán y los Estados circundantes. Ya sea en la región Sierra-Costa, en Tierra Caliente o en el límite meridional con Jalisco, el grupo criminal aparece siempre, bien por ataques y masacres, bien por extraños desfiles paramilitares.
Hace un par de años trascendió un vídeo en el que dos decenas de camionetas rotuladas con las siglas del cartel Jalisco marchaban por un camino rural. Ya fuera un desafío al Estado o una simple operación propagandística, un mensaje de poderío permeó a escala nacional. El cartel Jalisco no era solo un grupo de mercenarios empeñado en controlar carreteras, pueblos y ciudades medianas en geografías serranas. Tenían también un sentido estratégico de la comunicación. Luego se vio que el grupo, o células asociadas al grupo, no tuvieron problema alguno en organizar un atentado contra el jefe de policía de Ciudad de México, Omar García, antiguo policía federal y encargado de la agencia investigadora de la extinta Procuraduría General de la República.
En 2019, cuando apareció el vídeo del desfile, la prensa especuló con que se había grabado en Zamora y alrededores. La región aparecía así como uno de los puntos más calientes de la pugna en el CJNG y la coalición de mafias locales del Estado. Con el tiempo, Aguililla y los límites de la región Sierra Costa con Tierra Caliente configurarían el otro punto caliente.
En una entrevista con EL PAÍS hace tres meses, el investigador Trevor Stack, que ha abordado las dinámicas criminales en la zona norte de Michoacán, señalaba que esos lugares han fungido de escenarios para las peleas de los grupos criminales desde hace años. “En 2005, 2006 y 2007, hubo una serie de asesinatos que causaron escándalo en la ciudad, no estaban acostumbrados. Era cosa de Los Zetas y La Familia Michoacana, para sacar a [la familia de] los Valencia, que después se fueron a Guadalajara y una parte de ellos acabó siendo del CJNG”, explicaba.
Stack señalaba igualmente que con el paso de los años y la fragmentación de los grupos criminales, “al menos diez organizaciones funcionaban en la zona con ciertas alianzas entre sí y hacia fuera, según el ramo de negocio en el que estén. Hay grupos que solo extorsionan y ni siquiera trafican drogas”.
Para el investigador, autor de Actores cívicos y márgenes ilícitos en las políticas públicas: el caso Zamora, la violencia en la zona no podía entenderse si la mediación de la Administración. “Hasta los años 80 o 90, el Estado organizaba el crimen. Desde entonces para acá, la relación se complica, pero siento que sigue existiendo. Se dice a veces que los grupos delictivos se independizaron del Gobierno, pero no creo que sea el caso”, explica. Para Stack, “el Gobierno sigue siendo importante para estos grupos y siento que los grupos siguen siendo importantes para ciertos actores políticos. La relación desde luego es más compleja que en los años 80 pero no menos esencial”.
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