La Oficina de Prensa de la Santa Sede difundió un mensaje de Francisco al Gran Ayatolá de los chiíes, Ali Al-Husayn Al-Sistani, con quien se reunió en Nayaf, Iraq, hace dos años.
Dos años después de aquella conversación, Francisco relanza la necesidad de colaboración entre los credos para una convivencia pacífica en un mundo marcado por numerosos conflictos
"Un hito en el camino del diálogo interreligioso y de la comprensión entre los pueblos".
Aquella fue una conversación privada y fraterna que, repite hoy el Papa, le "hizo bien al alma", una ocasión para compartir espiritualmente los grandes temas de la solidaridad, la paz y la defensa de los más débiles.
“Me edificó su compromiso con los que sufren persecución, preservando el carácter sagrado de la vida y la importancia de la unidad del pueblo iraquí. La colaboración y la amistad entre creyentes de distintas religiones es indispensable, para cultivar no sólo la estima mutua, sino sobre todo esa concordia que contribuye al bien de la humanidad, como nos enseña la historia reciente de Irak. Nuestras comunidades, por tanto, pueden y deben ser un lugar privilegiado de comunión y un símbolo de coexistencia pacífica, donde se invoque al Creador de todos, para un futuro de unidad en la tierra.”
“También a nosotros, líderes religiosos, nos corresponde animar a quienes tienen responsabilidades en la sociedad civil a trabajar para afirmar una cultura basada en la justicia y la paz, promoviendo acciones políticas que protejan los derechos fundamentales de todos. En efecto, es esencial que la familia humana redescubra el sentido de la fraternidad y de la acogida recíproca, como respuesta concreta a los desafíos actuales.”
La esperanza expresada por el Pontífice es que juntos, cristianos y musulmanes, podamos ser siempre testigos de verdad, amor y esperanza, "en un mundo marcado por numerosos conflictos y, por tanto, necesitado de compasión y sanación".
Vatican News.
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