8 dic 2023

Revictimizados por AMLO/Héctor De Mauleón

Revictimizados por AMLO/Héctor De Mauleón

El Universal, 8 de diciembre de 2023

La Guardia Nacional encontró los cadáveres la tarde del domingo, en un camino vecinal ubicado al sur de Celaya, Guanajuato. Los habían dejado a un lado del Mazda en que se transportaban. Eran cinco cuerpos, tenían tiro de gracia y signos de violencia.

A la mañana siguiente, en las inmediaciones del Libramiento Sur, apareció un cadáver más.

Las víctimas eran estudiantes de Medicina de la Universidad Latina de México. Estaban a punto de graduarse. Apenas sobrepasaban los 25 años. Tres de ellos eran familiares.

Con autorización de sus padres, habían pasado la noche del sábado en una fiesta, en Juriquilla, Querétaro. A la mañana siguiente se movieron hacia un balneario llamado “Albercas Don Cruz”, ubicado en Celaya.

Ese día ocurre en el lugar una gran concentración de bañistas y paseantes. Los vecinos lo describen como un lugar de fiesta.

El presidente López Obrador achacó el asesinato de los estudiantes a un asunto de “consumo de droga”. Aseguró en su “mañanera” que los estudiantes “le fueron a comprar a alguien que estaba vendiendo droga en un territorio que pertenecía a otra banda”. Dijo que los jóvenes “fueron a una fiesta en Querétaro y de regreso pasaron a Villagrán”.

Añadió:

“Pasaron a algún lugar, supuestamente para la adquisición de droga y ahí los asesinaron”.

López Obrador añadió también, después de criminalizar a las víctimas, que “esto todavía es hipotético”.

En las investigaciones llevadas a cabo hasta el momento no existe, sin embargo, registro alguno de que los estudiantes hubieran pasado a Villagrán, una región que controla el Cártel de Santa Rosa de Lima, que es al mismo tiempo el grupo que disputa al Cártel Jalisco Nueva Generación el dominio de actividades ilícitas en el municipio en donde ocurrió la desaparición.

Cientos de jóvenes con batas blancas reaccionaron a las declaraciones del Presidente de los 173 mil muertos.

Marcharon con claveles y globos blancos, del hospital del IMSS, en donde los jóvenes prestaban su servicio social, a las instalaciones del Palacio Municipal.

“¡No eran narcojuniors, eran estudiantes!”, coreaban.

El alcalde de Celaya, Javier Mendoza Manríquez, reveló que “no hay ningún indicio de que los jóvenes estuvieran involucrados con drogas”.

Agregó que el asesinato de los estudiantes era obra de la delincuencia organizada y pidió al gobierno de López Obrador “no evadir sus responsabilidades”: dejar de “meter cortinas de humo”.

Una de esas cortinas fue la declaración del Presidente de que en Guanajuato el consumo en jóvenes había crecido más que en Culiacán, Guadalajara, Oaxaca, Querétaro, Aguascalientes y Tuxtla, entre otros lugares.

Según López Obrador, en los lugares de mayor consumo es donde ocurre el mayor número de asesinatos.

Guanajuato está sumergido, en efecto, en un baño de sangre. Más de dos mil homicidios han ocurrido en lo que va del año. Pero de acuerdo con los datos del propio gobierno federal, entre enero y septiembre de 2023 las entidades donde más se dispararon los homicidios dolosos son, precisamente, las que el Presidente refirió, para contrastar, en su “mañanera”: Sinaloa, Oaxaca, Querétaro, Aguascalientes y Chiapas.

En todo caso, los datos con que se cuenta hasta el momento indican que los estudiantes acudieron al balneario “Albercas Don Cruz”, que un rato más tarde fueron abordados por desconocidos, y que tuvieron un altercado.

Testigos refieren que los sacaron de ahí a bordo de dos vehículos -cuyo seguimiento se está realizando a través de cámaras. La investigación señala a sicarios del Cártel de Santa Rosa de Lima como responsables de una masacre que ha vuelto a cimbrar al país entero.

El Presidente, mientras tanto, ya tiene a sus propios culpables.

En una nueva declaración irresponsable, y en el país de los 173 mil muertos bajo su sexenio… culpó a los estudiantes de su propia muerte.

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JAQUE MATE/Sergio Sarmiento / 

Reforma, 8 de diciembre

Culpar a las víctimas

"Errar es humano, pero más lo es culpar de ello a otros". Baltasar Gracián.

Al presidente López Obrador le gusta victimizar a las víctimas.

Lo hizo una vez más este 6 de diciembre al hablar sobre los cinco jóvenes universitarios torturados y asesinados que fueron encontrados en un vehículo cerca del campus de la Universidad de Guanajuato en Celaya. El cadáver de otro fue hallado posteriormente.

Andrés Manuel, quien siempre sabe todo de todo, afirmó que esta matanza de esas que ya no existen "tuvo que ver con consumo de droga, eso que estamos combatiendo allá y que no queremos que se extienda".

Procedió a perderse en unas de esas divagaciones que acostumbra en las mañaneras:

"O sea, no hay consumo de droga en Oaxaca, no hay consumo de droga en Chiapas. Incluso existe consumo, pero no es un problema. O sea, no existe consumo de drogas en Yucatán, no existe consumo de droga en Campeche, pero incluso en Sinaloa, en Jalisco, no hay ese consumo de drogas, es tráfico, pero no hay consumo de químicos. El problema en Guanajuato es que, por razones que deben de seguirse analizando, creció el consumo en jóvenes".

No hay, sin embargo, ninguna indicación de que los jóvenes asesinados hayan sido consumidores o traficantes de drogas.

Es una calumnia.

Se trataba de estudiantes de medicina de la Universidad Latina con buen comportamiento y sin ningún antecedente negativo.

Pero aun cuando hubieran consumido droga, esto no tendría por qué justificar su tortura y asesinato.

Los gobernantes prefieren con frecuencia culpar a las víctimas que aceptar sus responsabilidades.

Lo hizo Felipe Calderón cuando era presidente y comentó que los 15 jóvenes asesinados en Villas de Salvarcar, Ciudad Juárez, el 31 de enero de 2010, eran pandilleros.

La declaración era falsa y el presidente se vio obligado a ofrecer una disculpa.

Me pregunto si López Obrador se disculpará también, o si no lo hará porque esto podría manchar la investidura presidencial.

No hay respaldo, por otra parte, a la afirmación de que en Guanajuato se consumen más drogas que en otras entidades del país... ni entre la población en general ni entre los jóvenes.

No lo sabemos a ciencia cierta porque la última Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (Encodat) se hizo en 2016, pero después el gobierno la suspendió por supuestas razones de austeridad.

Por lo menos hace unas semanas ya se acaba de reanudar el ejercicio.

El consumo de drogas en Guanajuato entre la población joven de 12 a 25 años era inferior en 2016 al promedio nacional.

El estado registraba una incidencia acumulada de uso de drogas ilegales de 11.1 por ciento, mientras que el promedio nacional se encontraba en 12.2.

Campeche, donde dice el presidente que no se consumen drogas, tenía 13.9; y Jalisco, que afirma tiene tráfico, mas no consumo, registraba la cifra más alta del país: 19.5 por ciento.

La Ciudad de México, a propósito, tenía también un nivel muy elevado, de 15.8 por ciento, significativamente mayor al de Guanajuato (Encodat 2016-2017, p. 173).

El presidente dice que las cosas van muy bien en seguridad porque tiene una reunión del gabinete todas las mañanas a las 6 en Palacio Nacional.

Si a pesar de la información que recibe en esas juntas ofrece opiniones con datos tan equivocados habrá que preguntarse si realmente tiene sentido que se desmañane.

Ningún error de información, sin embargo, justifica culpar a las víctimas.

Ni los jóvenes de Celaya fueron ejecutados por consumir o traficar con drogas, ni se vale inventar supuestas causas de estos asesinatos en el afán de decir que todo va muy bien en el país.

MORIR EN CUERNA

Una maestra fue asesinada ayer en Cuernavaca por un delincuente que le robó su auto. El alcalde panista José Luis Urióstegui explicó: "Fue un robo y eso es circunstancial... Se estacionó para que su mamá... y su hija entraran a la escuela. Se acerca una persona, le intenta quitar el vehículo, hay oposición, le dispara y se lleva el vehículo... No podemos estar todo el tiempo en todos los lugares...". No, supongo que no.

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