20 jul 2008

La Voz a ti debida


LA VOZ A TI DEBIDA*
Versos 1449 a 1470
Perdóname por ir así buscándote
tan torpemente, dentro
de ti.
Perdóname el dolor, alguna vez.
Es que quiero sacar
de ti tu mejor tú.
Ése que no te viste y que yo veo,
nadador por tu fondo, preciosísimo.
Y cogerlo
y tenerlo yo en alto como tiene
el árbol la luz última
que le ha encontrado al sol.
Y entonces tú
en su busca vendrías, a lo alto.
Para llegar a él
subida sobre ti, como te quiero,
tocando ya tan sólo a tu pasado
con las puntas rosadas de tus pies,
en tensión todo el cuerpo, ya ascendiendo
de ti a ti misma.


Y que a mi amor entonces, le conteste
la nueva criatura que tú eras.

***
En La Voz a Ti Debida. Razón de Amor. Largo Lamento.
Eds. Cátedra, col. Letras Hispánicas
Madrid, 1997 [1933]
Ed. de Montserrat Escartín
*Pedro Salinas,
Madrid 1891-Boston 1951. Estudia Derecho y Filosofía y Letras en la Universidad Central de Madrid. Entre 1914 y 1917 fue profesor de español en la Sorbona y entre 1922 y 1923 en Cambridge.
En 1918 gana la Cátedra de Literatura de la Universidad de Sevilla, donde permaneció ocho años.
En 1926, de vuelta en Madrid, colabora con el Centro de Estudios Históricos, formado por un grupo de investigadores reunidos por Ramón Menéndez Pidal.
En 1932 fundó la revista “Índice Literario”.
Fue secretario de la Universidad Internacional de Santander, inaugurada en 1933, hasta 1936, fecha en la que, exiliado por la guerra, marcha a América como profesor visitante al Wellesley College, en Puerto Rico y en la John Hopkins University de Baltimore.
Ya no volverá a España, pero este período será fecundo en conferencias, trabajos y libros. Recorre múltiples universidades americanas; imparte clases en Baltimore y en la Universidad de Puerto Rico entre los años 1943-1946.
Está considerado el principal poeta del amor, uno de los grandes exponentes de la Generación del 27.
Su influjo en los jóvenes poetas andaluces es importante, según recuerda Cernuda: “Quien acude a él halla siempre, por lo menos, una palabra cordial, un gesto, un estimulo”.
Murio a la edad de 60 años, sus restos descansa en San Juan de Puerto Rico.

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