20 jul 2008

Yo no te quiero así, disfrazada de otra


LA VOZ A TI DEBIDA/Pedro Salinas
Versos 494 a 521P
ara vivir no quiero
islas, palacios, torres.
¡Qué alegría más alta:
vivir en los pronombres!
Quítate ya los trajes,
las señas, los retratos;
yo no te quiero así,
disfrazada de otra,
hija siempre de algo.
Te quiero pura, libre,
irreductible: tú.
Sé que cuando te llame
entre todas las gentes
del mundo,
sólo tú serás tú.


Y cuando me preguntes
quién es el que te llama,
el que te quiere suya,
enterraré los nombres,
los rótulos, la historia.
Iré rompiendo todo
lo que encima me echaron
desde antes de nacer.
Y vuelto ya al anónimo
eterno del desnudo,
de la piedra, del mundo,
te diré:
«Yo te quiero, soy yo».

Pedro Salinas, 1933
(Madrid 1891-Boston 1951); estudia Derecho y Filosofía y Letras en la Universidad Central de Madrid. Entre 1914 y 1917 fue profesor de español en la Sorbona y entre 1922 y 1923 en Cambridge. En 1918 gana la Cátedra de Literatura de la Universidad de Sevilla, donde permaneció ocho años.
En 1926, de vuelta en Madrid, colabora con el Centro de Estudios Históricos, formado por un grupo de investigadores reunidos por Ramón Menéndez Pidal.
En 1932 fundó la revista “Índice Literario”, cuya finalidad era informar a los hispanistas de las novedades literarias españolas.
Fue secretario de la Universidad Internacional de Santander, inaugurada en 1933, hasta 1936, fecha en la que, exiliado por la guerra, marcha a América como profesor visitante al Wellesley College, en Puerto Rico y en la John Hopkins University de Baltimore.
Ya no volverá a España, en ese tiempo recorre múltiples universidades americanas; imparte clases en Baltimore y en la Universidad de Puerto Rico entre los años 1943-1946.
Está considerado el principal poeta del amor, uno de los grandes exponentes de la Generación del 27. Su influjo en los jóvenes poetas andaluces es importante, según recuerda Cernuda: “Quien acude a él halla siempre, por lo menos, una palabra cordial, un gesto, un estimulo”.
Los poemas más hermoso se los escribió a Katherine R. Whitmore (1897-1982), inspiradora de su trilogía poética: La Voz a ti debida, Razón de amor y Largo lamento.
El poeta murió. Tenía sólo 60 años de edad.
Sus restos descansan en San Juan de Puerto Rico.

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