El milagro 2.0 de Juan Pablo II; la canonización, en octubre
Floribeth
Mora, es la posible beneficiaria del milagro que de ser confirmado por la Santa
Sede permitiría la canonización del Papa polaco.
Según
informó el diario español La Razón, esta mujer que vive en la localidad de Tres
Ríos de Cartago (Costa Rica), “es la protagonista del milagro que podría llevar
a los altares al Papa polaco, después de que el pasado martes la comisión
teológica de la Congregación para la Causa de los Santos diera fe de lo
ocurrido, como ya lo hicieran en el mes de abril los médicos que reconocieron
que, de forma inexplicable, Flory –como la llaman sus familiares y
amigos–superó un aneurisma cuando ya estaba desahuciada por los médicos”.
Todo
comenzó el 8 de abril de 2011 al despertar. “Me dio un dolor de cabeza tan
fuerte que pensé que me reventaría la cabeza. Le pedí a mi esposo que me
llevara al hospital porque me sentía bastante mal. Cuando llegué me encontraba
muy mal por los vómitos y el dolor de cabeza”, relata Mora en un testimonio
escrito por ella misma hace un año, recogido ahora por La Razón y confirmado a
este diario por uno de los partícipes del milagro.
Aquella
vez se le diagnosticó estrés y presión alta. Sin embargo, su estado de salud no
mejoraba y tras un posterior análisis en un hospital en San José le dijeron
“que tenía un pequeño derrame de sangre en mi cerebro, luego me hicieron un TAC
y descubrieron que se trataba de un aneurisma cerebral en el lado derecho”. En
otro centro, tras varios intentos por cerrar el goteo de sangre que sufría en
su cerebro, el equipo médico que la atendió tuvo que desistir al encontrarse la
dilatación en un lugar de difícil acceso.
Luego
de unos días en observación, las limitaciones del sistema sanitario
costarricense impidió que fuera operada. “Se cerraban así mis posibilidad de
sobrevivir a tan fatal diagnóstico”, recuerda Mora, madre de cuatro hijos,
abuela de cuatro nietos y esposa de un ex oficial de la Policía.
Le
dijeron que le quedaba un mes de vida. Sin embargo, a pesar de la desesperación
que en un primer momento tuvieron en su familia, “nos llenamos de mucha fe,
pero no puedo negar el miedo tan grande que sentía al ver lo que me estaba
sucediendo”.
Cuando
aún no se cumplía un mes, se realizó en la Plaza de San Pedro la beatificación
de Juan Pablo II. Aquel 1 de mayo de 2011 Benedicto XVI destacaba de su
predecesor: “Durante 23 años pude estar cerca de él y venerar cada vez más su
persona. Su profundidad espiritual y la riqueza de sus intuiciones sostenían mi
servicio. El ejemplo de su oración siempre me ha impresionado y edificado: él
se sumergía en el encuentro con Dios, aun en medio de las múltiples ocupaciones
de su ministerio”.
Mientras,
como todos los domingos, la familia de Floribeth acudió a Misa a la parroquia.
Acudieron al centro del barrio porque se estaba celebrando una procesión. “En
ese momento estaba pasando una carroza con la imagen de Jesús Sacramentado y
sentí un frío en el cuerpo. Me bajé del coche y fui hasta allí”. Entonces, el
sacerdote que acompañaba a la procesión declamaba una oración: “¡Oh, Señor! Hay
una sanación”.
Floribeth
se detuvo para rezar
“Le
pedimos a nuestro Papa Juan Pablo que nos ayudara a pedirle a Dios que me
ayudara”. Y en ese preciso instante, algo empezó a cambiar. “Salí de ese parque
con la fe de que yo fui la sanada”, expresó.
Días
después fue al Santuario de la Virgen de Ujarrás para rezar, consciente de que
el templo había recibido un relicario con muestras de sangre del nuevo Beato.
“De nuevo, un milagro”, apostilla. Sin embargo, cuando llegó ya había terminado
la exposición. Sin embargo, el P. Dónald Solano hizo una excepción. “Me la
enseñó y la toqué. Seis meses después me hicieron otro examen en el cerebro y
me indicaron que el aneurisma había desaparecido para la honra y la gloria de
mi Dios”, afirmó Floribeth.
Según
publicó el diario “La Nación” de Costa Rica, el neurocirujano Alejandro Vargas
Román, que atendió a Floribeth Mora durante su enfermedad, confirmó que no
encontró explicación científica a la desaparición repentina del aneurisma que
padecía cuando analizaron exámenes posteriores a aquel 1 de mayo de 2011.
Vargas
reveló que funcionarios de la Santa Sede le consultaron sobre los detalles del
caso durante la fase diocesana del proceso de canonización. “Médicamente, en
teoría, nunca les va a desaparecer un aneurisma a las personas porque es una
dilatación. Científicamente yo no le tengo ninguna explicación del por qué
desapareció”, expresó el médico, que vivió en primera persona lo ocurrido en el
hospital Calderón Guardia.
**
El
milagro 2.0 de Juan Pablo II
El
Vaticano encontró a la mujer curada por intercesión del Papa a través de un
relato que ella misma escribió en una web creada por una parroquia de Costa
Rica
La Razón, 23
de junio de 2013.
Nota de Rubén
Cruz.
Madrid-
La iglesia de Nuestra Señora de la Limpia Concepción del Rescate de Ujarrás, en
Costa Rica, abrió un portal web con el objetivo de que los devotos relataran
allí sus experiencias, que bien podrían valer un milagro. Así fue como la Santa
Sede se topó con la historia de Floribeth Mora, la mujer costarricense que se
curó de un aneurisma cerebral gracias a su fe y a la ayuda del Papa Juan Pablo
II. Pero el caso de esta mujer, de 50 años y estudiante de Derecho, no es el
único en el que el Vaticano ha puesto su punto de mira. Esta iglesia también se
hizo eco de una curación de cáncer y del testimonio de una mujer infértil que
consiguió quedarse encinta, según ha podido confirmar LA RAZÓN.
Esta
semana, la Congregación para la Causa de los Santos aprobó el segundo milagro
que se produjo por intercesión del Papa Juan Pablo II. El primero fue el de
Marie Simon-Pierre, una monja francesa que se curó de párkinson tras rezarle
con fe al Papa. El milagro de Floribeth Mora data del 1 de mayo de 2011. Dos
meses después, la reliquia enviada por Stanislaw Dziwisz llegó a la parroquia,
y esta mujer se acercó para poder tocara y dar gracias a Juan Pablo II.
La
canonización, en octubre
La
vicealcaldesa de La Unión, localidad en la que vive la protagonista del
milagro, afirmó a este diario que «sería una enorme satisfacción para todos si
la historia se confirmara». Aunque es prudente, porque «respeta la
confidencialidad con la que la Santa Sede está llevando el proceso». Una vecina
relató a este periódico que «no para de venir gente de todas partes de Costa
Rica para sacar fotos del altar que hay en la puerta de su casa». Tal es la
cantidad de gente que se acerca a su domicilio que Floribeth ha decidido irse
«unos cuantos días a San José, a la casa de su mamá», dijo esta vecina. El
barrio es ahora lugar de culto para la comunidad católica. Otra vecina de
Floribeth comentó a Radio Monumental que «todo el barrio está muy feliz» porque
«siempre hemos creído en Juan Pablo II; se le ve la nobleza en la cara».
La
familia Arce Mora ha recuperado la fe que habían perdido tras la enfermedad de
Floribeth gracias al milagro que han vivido en primera persona y por el que
están agradecidos a Juan Pablo II. «La pusimos en las manos de Dios, porque
había que ir a Cuba para que se operara», explicó a la radio costarricense la
cuñada de la mujer curada, Pilar Arce. Además, añadió que «hay que creer en el
alma de Juan Pablo II, porque él es muy milagroso». Incluso una hija de esta
mujer se ha quedado embarazada después de que los médicos le dijeran que era
estéril, según indicó esa radio. Y es que, como señala otro conocido de la
familia, «todo es posible con fe».
Oración
con el Papa polaco
El
1 de julio de 2011 llegó a la parroquia costarricense de Nuestra Señora de la
Limpia Concepción del Rescate de Ujarrás una reliquia perteneciente al Papa
Juan Pablo II, que fue enviada por el cardenal Stanislaw Dziwisz. Siempre ha
tenido gran afluencia de público, pero con el milagro de su vecina, Floribeth
Mora, el santuario no para de recibir visitas. Costa Rica es un país que está
muy ligado a este Papa, ya que ha sido el único que les ha visitado. En marzo
de 1983 Karol Wojtyla aterrizó en San José. Durante su visita a América Latina,
Costa Rica fue su sede de residencia, y donde se reunió con los jóvenes y con
los obispos latinos.
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