23 ene 2014

Los texanos, Barbaros del Norte/FA


 Los texanos, Barbaros del Norte/Fred Alvarez 
Publicado en La Silla Rota, 22 de enero de 2014 en http://www.lasillarota.com
 Es Texas el estado de la Unión Americana donde más ejecuciones han existido; y la mayoría de ellas en el gobierno de los gobernadores republicanos George W. Bush y James R. Perry. 
Y Tal como estaba previsto- salvo que existiera un milagro- el mexicano Édgar Tamayo Arias fue ejecutado a través de una inyección letal en punto de las 21:02 horas de este miércoles 22 de enero en la Unidad Carcelaria Walls, en la comunidad de Huntsville, unos 250 kilómetros al sureste de Dallas.  
Los esfuerzos de México fueron vanos. La Cancillería Mexicana hizo uso de todos los recursos políticos, legales y administrativos disponibles para evitar la ejecución; entre muchas de las acciones legales se presentó –dice un comunicado oficial- fue un recurso judicial fundado en las determinaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, órgano que desde el 18 de enero de 2012 había pronunciado medidas cautelares ordenando la suspensión de la ejecución. De igual manera el pasado 14 de enero se presentó una demanda federal en Austin, solicitando que el Gobernador  Rick Perry , y la Junta de Perdones y Libertad Condicional de Texas, se abstengan proceder con la ejecución hasta que se establezca un procedimiento adecuado y transparente.
Todo fue inútil. 

Horas antes, una Corte de Distrito de Texas rechazó la petición de Édgar Tamayo de una orden de restricción temporal, informaron las abogadas Sandra Babcock y Maurie Levin en un comunicado, quienes; "estamos profundamente decepcionadas por la decisión de la Corte hoy, pero vamos a seguir luchando por el derecho de Édgar a la revisión de su caso", agregaron las juristas, que aún pueden apelar a que el gobernador Rick Perry frene la ejecución. Perry, sin embargo, rechazó dar el perdón.

Texas –que no EU- desacató por tercera vez, la resolución de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de la Haya, en su sentencia conocida como Fallo Avena, que resolvió que Estados Unidos está obligado a revisar y reconsiderar las sentencias de 51 mexicanos  que fueron condenados a la pena capital sin haber sido notificados de su derecho a recibir asistencia y protección por parte de las autoridades consulares mexicanas, tal y como establece el artículo 36 de la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares.
La ejecución tenía que haber sido en Texas quien tiene el “honroso” primer lugar de ejecuciones. Por cierto, de los nueve mexicanos que han recibido la pena de muerte, siete han sido ejecutados en Texas y sólo uno en Virginia.
La primera ejecución de un mexicano fue la de Ramón Montoya Facundo, registrada el 25 de marzo de 1993.¿En dónde?¡En Texas por supuesto!
Tres años después, Texas realizó la segunda ejecución de un compatriota l aplicar la pena de muerte a Irineo Tristán Montoya, el 18 de junio de 1996. La ejecución despertó igual indignación –que en el caso de Montoya- y causó protestas aisladas. Tan sólo meses después, el 17 de septiembre de 1996, fue ejecutado en el estado de Virginia, el mexicano Benjamín Mario Murphy; luego, el 9 de noviembre de 2000 en Texas –¡de nuevo!-, fue ejecutado Miguel Ángel Flores.
Las ejecuciones de Murphy y Flores provocaron protestas formales por parte de México, aunque no se presentó mayor controversia.
Sin embargo, la quinta ejecución, la de Javier Suárez Medina, efectuada en Texas el 14 de agosto de 2002, causó un revuelo mayor luego de que el entonces presidente mexicano Vicente Fox, suspendiera una visita a esa entidad en señal de reprobación.
El sexto compatriota fue Ángel Maturino Reséndiz, conocido como "El asesino de las vías", quien fuera ejecutado al recibir la inyección letal en Texas el 27 de junio de 2006. En este caso, la aplicación de la sentencia pasó casi desapercibida en los medios. Sin embargo, las autoridades mexicanas hicieron esfuerzos por salvar su vida, pero el acusado optó por hacer a un lado las apelaciones y someterse al castigo; argumentando que se lo merecía.
Tiempo después el estado de Texas desafió –por primera vez- el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya (la CIJ), que ordenó desde 2004 a EU revisar las sentencias de pena de muerte impuestas a 51 mexicanos, y ejecutó en mayo de 2008 a José Ernesto Medellín (el sexto), originario de Nuevo Laredo, Tamaulipas. Esa ejecución –como la de hoy- colocó a Texas en pleno desacato de los acuerdos internacionales firmados por EU.
Debemos decir que a raíz del fallo de la Corte Internacional, estados como Oklahoma, Arkansas y Nebraska tomaron acciones para asegurarse que las violaciones a los derechos consulares de los internos mexicanos reciban una completa y justa revisión. Empero, Texas, nunca ha permitido la revisión de las violaciones consulares en ninguno de los casos de los mexicanos sentenciados a muerte. 
De hecho, hace seis años en 2008, la Suprema Corte de Justicia de EU determinó que Texas no está obligado a acatar el dictamen de un tribunal internacional, al no existir una ley interna federal que lo obligue a ello. Sin embargo, el dictamen no impide que las entidades con mexicanos sentenciados al castigo capital puedan revisar sus casos en forma voluntaria, como se lo han solicitado a Texas el gobierno de México y otras instancias internacionales.
Sobra decir que es Texas el estado de la Unión Americana donde más ejecuciones han existido y la mayoría de ellas en el gobierno del ex gobernador Gerge W. Bush y del gobernador Perry. Muchas de ellas con un claro sesgo racial; a la mayoría se les aplicó inyección letal; en segundo lugar se uso la silla eléctrica, seguido por la cámara de gas, menos en la horca y muchos menos en el paredón.
Hay que decir que desde que el Tribunal Supremo de los Estados Unidos reinstauró la pena capital en 1976, se han cometido en ese país 1360 ejecuciones- incluyendo a Tamayo-; de las cuales 28 han sido extranjeros y nueve de ellos mexicanos. Casi 4000 están en la lista de espera a que les llegue su turno; que tarda alrededor de 15 años desde que se dicta la condena hasta que se les coloca la inyección letal en el brazo. 
Tan sólo en 2013 fueron ejecutados 39 personas; 16 personas en Texas; ocho de ellos eran afrodescendientes, tres latinos y cinco de blancos.  En Texas desde 1976, ha eliminado a casi 500 personas, 300 están hoy en el corredor de la muerte. Datos de la Red por una Moratoria en Texas indican que durante la gestión del gobernador  Perry, quien ocupa el cargo desde diciembre de 2009, han sido ejecutadas 269 personas.
Hoy esperan su turno en el corredor de la muerte en toda la Unión Americana poco más de 3000 personas, sobre todo en Texas, Oklahoma, Ohio, Florida, Virginia y California, entidad que tiene el mayor número, pero que no ha ejecutado a nadie desde enero de 2006  
En abril de 2014 se espera sea ejecutado Ramiro Hernández Llamas, acusado de muerte y violación;
En EU se estima que un 60% de la población aprueba la pena de muerte, sin embargo, cada vez son más los estados que prohíben su práctica,  abolida ya en 18 entidades y el Distrito de Columbia. De hecho la pena de muerte se ha reducido a su punto más bajo en los últimos 40 años: El sondeo de la compañía especializada Gallup difundido recientemente muestra que el apoyo a la pena de muerte ha caído de un 80%  -su punto más alto en 1994- al 60% actualmente, el más bajo nivel desde 1972. 
Incluso en los últimos años algunos estados han quitado de su legislación la brutal practica de la pena capital; son los caso de Illinois, Nuevo México, Nueva Jersey, Nueva York y Maryland.
Hace unos meses -Connecticut, gobernado por los demócratas se convirtió en el estado número 17 que habría abolido la pena de muerte de sus ordenamientos jurídicos. La máxima pena fue sustituida por la cadena perpetua.  Se espera se apruebe la abolición en Colorado y New Hampshire.
Como vemos cada vez son menos los barbaros del norte. Pero Texas sigue firme. Parece que el tema da votos. Lástima
Por cierto el presidente Obama, sostiene que la pena de muerte es apropiada en ciertos casos y circunstancias, como asesinatos horrendos y despiadados, terrorismo y cuando las víctimas son niños. 
PD: Pena de Muerte en México.
Recordemos que por muchos años la pena de muerte en México estuvo latente, aunque no se aplicara. Era un fantasma que rondaba permanentemente. El artículo 22 de la Constitución señalaba hasta hace pocos años que la pena de muerte “sólo podrá imponerse al traidor a la patria en guerra extranjera, al parricida, al homicida con alevosía, premeditación y ventaja, al incendiario, al plagiario, al salteador de caminos, al pirata y a los reos de delitos graves del orden militar”
¡Es decir a mucha gente!
Si algo hizo bueno el presidente Vicente Fox – la idea fue del Guero Castañeda- fue enviar una iniciativa de ley en materia de Derechos Humanos, donde de entrada se pedía se suprimiera de manera definitiva la pena de muerte.
¡Para que dejarla latente!
Y déjenme decir que tardó en aprobarse. Curiosamente la iniciativa estuvo varios meses en comisiones del Senado de la República.
México es un país democrático. Y una democracia que se precie de serlo debe rechazar contundentemente la pena de muerte. ¡Punto!
Ante el incremento de los índices delictivos en México un partido político intentó hace pocos años reabrir el debate de la pena de muerte . El PVEM, presentó el pasado 20 de agosto de 2009. ante la Comisión Permanente del honorable Congreso de la Unión iniciativa para reformar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos así como diversas leyes secundarias, con el objeto, entre otros, de reinstaurar la pena de muerte en nuestro país para sancionar única y exclusivamente a
• Los secuestradores que priven de la vida o mutilen a sus víctimas; y
• A los miembros o ex miembros del Ejército, Mariana, Policías y Ministerios Públicos Federales que participen en algún secuestro.
La iniciativa presentada fue turnada a las Comisiones Unidas de Puntos Constitucionales, y de Justicia para su dictamen.
En el mismo sentido, el pasado 11 de diciembre del año 2009, la LVII Legislatura del Congreso del Estado Libre y Soberano de Coahuila presentó ante esta Cámara de Diputados iniciativa para reformar los artículos 14 y 22 de la Constitución, con el objeto de que las entidades federativas estén facultadas para prever en sus respectivos códigos penales la pena de muerte para sancionar a los secuestradores que priven de la vida a sus víctimas.
Los legisladores de Coahuila al igual que los verdes- ya no tan niños- deben saber que el paso que México ha dado es irreversible y  no debe tener retorno. La abolición de la pena de muerte fue un enorme paso, quizá comparable en grandeza con la abolición de la esclavitud.
Permitir la pena de muerte en un sistema democrático es tanto como retroceder en la historia.
¿O todavía lo dudan?
¿Pena de muerte a los secuestradores?-, le pregunta el reportero a Diego Fernández de Ceballos recién liberado de un largo secuestro y de la que se pago una fuerte suma de dinero.
¡No señor. Esa es una brutalidad que no sirve para nada!, respondió categórico
Coincido con Diego.
 El ejecutado en Texas.
Edgar Tamayo, Arias.
Delito: Homicidio del oficial de la policía de Houston Guy P. Gaddis.
Fecha del homicidio: 31 de enero de 1994; meses después, el1 de noviembre fue sentenciado a pena capital en la unidad carcelera Polunsky, en Livingston, Texas.
Edad: 47 años.
Estatura: 1.75 metros.
Ojos: Café.
Tez: Blanca.
Fecha de nacimiento: 22 de julio de 1967.
Lugar de nacimiento: Miacatlán, Morelos.
Estado de salud: Discapacidad mental. En 2008, un psicólogo diagnosticó a Tamayo una “discapacidad mental leve” que certificó una deficiencia mental y un daño cerebral que sufre desde su adolescencia, tras un accidente en un rodeo.
Fecha de ejecución: 18 horas del miércoles 22 de enero de 2014.
Método: Inyección letal.

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