2 nov 2014

Prisa (en México): medios al servicio de la política y el dinero

  • “Queremos mucho a México y queremos devolverle algo de lo que nos ha dado”…José Luis Cebrían.
  • Pero este acto también tuvo otro protagonista, el empresario predilecto del presidente Peña Nieto, Roberto Alcántara Rojas, quien se convirtió en la estrella.

Revista Proceso No. 1986, 1 de noviembre de 2014.
Prisa: medios al servicio de la política y el dinero/ALEJANDRO GUTIÉRREZ
Al trasladar sus prioridades a México, el grupo de medios español Prisa se transforma en una plataforma de lobbyng político y de negocios, con ambiciones de expandirse al resto de Latinoamérica. No obstante, su base en España es cuestionada por los efectos negativos de esas políticas en la práctica del periodismo, y para colmo las autoridades reguladoras de ese país examinan con lupa sus operaciones financieras.
 MADRID.- La noche del 24 de octubre, el Grupo Prisa, editor del diario El País, celebró su presencia en México. Sus directivos eligieron un salón del Palacio de Bellas Artes, en la capital mexicana, para el coctel en el que el presidente del grupo, Juan Luis Cebrián, declaró: “Queremos mucho a México y queremos devolverle algo de lo que nos ha dado”.
 Ante representantes de la clase política, la empresa, la cultura y de algunos medios mexicanos, Cebrián recordó al fallecido Jesús de Polanco, el viejo editor de El País, miembro de “una familia española, santanderina y mexicana”.

 Esta referencia contrasta con el papel que Cebrián le asigna a Polanco en los últimos tiempos. En sus actos parece minimizar el papel protagónico del editor en la historia del grupo y se coloca a sí mismo como el referente de las grandes decisiones. A esta actitud se sumó el nuevo director del mencionado periódico, Antonio Caño, quien llamó a Cebrián un “mito de la profesión” en España en el homenaje que el Tecnológico de Monterrey le rindió el 9 de octubre, según publicó el mencionado rotativo español.
 En septiembre pasado hizo algo parecido al inaugurar el Foro de la Nueva Economía en Madrid, cuando deslizó que la venta de Digital+ en 2006 “se retrasó por la culpa de la enfermedad y posterior fallecimiento del fundador del grupo, Jesús de Polanco”, hecho previo a la Oferta Pública de Adquisición (OPA) por la que obtuvo, con un crédito, el 100% de Sogecable, su plataforma de televisión por cable. Ésta fue el origen de las desgracias del grupo, ya que su deuda se disparó a 5 mil millones de euros en pleno arranque de la crisis española.
 Con urgencia por solventar sus dificultades económicas, Prisa se reorientó hacia el mercado latinoamericano y, en especial, a México; postura afín a la definición que Cebrián hizo en abril pasado, en una sesión del consejo de accionistas, donde aseguró que el grupo es “más iberoamericano que español” (Proceso 1960). “Más mexicano que español”, se atrevió a añadir el nuevo director de El País, Antonio Caño.
 En el Palacio de Bellas Artes, Cebrián prodigó más remembranzas sobre “los vínculos que ha mantenido la compañía con México a lo largo de casi medio siglo. Una que se ha mantenido a través de las editoriales, la radio, los medios: la comunicación”.
 Pero este acto también tuvo otro protagonista, el empresario predilecto del presidente Enrique Peña Nieto, Roberto Alcántara Rojas, quien se convirtió en la estrella.
 “Ser parte del consejo de Prisa es una ilusión porque siempre me había inquietado incursionar en los medios de comunicación (…) El mayor valor (de) esta inversión no sólo ha sido esta oportunidad, sino lo que significa, y sobre todo, el valor de su gente”, apuntó el nuevo accionista, según la nota informativa de El País.
 Alcántara aterrizó en el consejo de accionistas de Prisa con 100 millones de euros, con los que obtuvo poco más de 9% de las acciones, convirtiéndose en el principal inversor individual del grupo.
 En una reciente entrevista con Proceso, Alcántara se mostraba encantado de su participación en Prisa y reconocía su interés por concursar en diversas licitaciones relacionadas con la gestión de los trenes de alta velocidad, que el presidente Enrique Peña Nieto anunció como parte de su Plan Nacional de Infraestructura (Proceso 1980).
 Caminos y Puentes Federales (Capufe) ya había beneficiado a este empresario mexiquense con el contrato para operar el cobro electrónico de peaje mediante el sistema IAVE, pese a que hubo críticas por lo amañado del proceso (Proceso 1974).
 Entre los asistentes al coctel estuvieron el gobernador de Morelos, Graco Ramírez; los empresarios Luis y Annuar Maccise, quienes firmaron con Prisa un acuerdo de colaboración y participan en la puja por una cadena de televisión abierta que realizará el gobierno mexicano; el empresario Javier Pérez de Anda, del Grupo Radiorama, el cabildero Antonio Navalón y los comunicadores Abraham Zabludovsky y Leonardo Kourchenko, entre otros.
 Plataforma política y comercial
 El reforzamiento en la incursión de El País en México forma parte de su estrategia de expansión por América Latina, presentándose como diario de referencia en español en toda la región.
 Pero también busca convertirse en un lobby de influencia en la zona, con sus principales plataformas en México y Brasil. Así lo ve Pedro Ramiro, responsable del Observatorio de las Multinacionales en América Latina (OMAL), quien recordó que el interés del grupo de medios quedó claro en el foro organizado por El País en la reciente visita del presidente Enrique Peña Nieto a España en junio pasado, que congregó a los grandes grupos empresariales españoles y mexicanos para hacer negocios.
 El evento “México, reformar para crecer” se convirtió “en un foro donde confluyó el entramado de intereses de los capitales españoles que buscan abrirse paso para asegurarse nuevos contratos e invertir en México, donde el papel del medio es difundir los conceptos de progreso, marca país, crecimiento y acumulación, y en el que México es un ejemplo claro”.
 Autor del libro Marca España, ¿a quién beneficia? (Icaria, 2014), donde hace un examen de esa política que busca resaltar la buena imagen de su país como motor de la recuperación con la expansión internacional de los grandes consorcios, Ramiro explica que el interés por México se debe a que las políticas de liberalización de Peña Nieto lo convierten en un gran botín.
 “Países como México, Colombia, Chile y Perú, estoy hablando de los países de la Alianza del Pacífico, son ejemplo de la seguridad jurídica, entendida como el derecho para preservar todos los beneficios e intereses de la gran empresa. Pero si en México el tema de los derechos humanos formara parte de la seguridad jurídica, como debiera ser, en ese caso México no sería un ejemplo de seguridad jurídica, sino al contrario, por las violaciones constantes a los derechos fundamentales. Y en eso la Marca España y las grandes multinacionales son corresponsables”, explica.
 En opinión de Santiago Carcar, periodista durante 23 años en El País y un accionista crítico con la gestión del grupo, “Prisa se convirtió en un mecanismo de influencia y de apoyo a determinados mensajes y estrategias del Estado; nada que ver con lo que algunos entendemos que es el periodismo, que es analizar, contar, narrar la realidad y hacer de contrapeso del Estado; eso es lo que se abandonó en algún momento en El País y eso es lo que están pagando sus lectores y el diario con una notable pérdida de influencia”.
 En una sesión de accionistas celebrada en junio de 2013, Carcar hizo una dura crítica a la gestión de Cebrián, a quien le pidió que abandonara la presidencia de Prisa: “Hago un ruego: señor Cebrián, abandone, váyase. Y una pregunta: ¿por qué no lo ha hecho ya?”.
 Acusó a Cebrián de ser un mal gestor que “ha sido capaz de aplicar medidas de gestión brutales que han dañado al grupo y perjudicado a los accionistas, y no ha sabido al mismo tiempo ser coherente en el discurso que mantiene con sus actos”. Le reprochó el agravamiento de la crisis de Prisa y de El País y que al mismo tiempo se benefició: “Cobro como bombero y cobro como pirómano”, ironizó.
 En la entrevista, Santiago Carcar sostiene que en América Latina, México incluido, el mensaje del grupo de medios es: “Allí donde nos abran las puertas, tendrán nuestro apoyo”.
 Esto quedó demostrado con los editoriales e informaciones favorables a Enrique Peña Nieto y las críticas a sus opositores, como Andrés Manuel López Obrador. En una entrevista con corresponsales extranjeros –entre éstos el de Proceso–, Antonio Caño reconoció que apoyaban las reformas de Peña Nieto por considerar que eran “correctas”.
 No sólo El País cubrió la visita de Estado del mandatario a España con suplementos especiales sobre las bondades de las reformas en México; también, el Consejo de Administración de Prisa se prodigó en una reunión que tuvo en Madrid con la secretaria de Turismo mexicana, Claudia Ruiz Massieu, en enero pasado.
 Mientras la funcionaria ofreció un panorama del crecimiento de su sector, los banqueros integrantes del consejo aplaudieron al gobierno de Peña Nieto y se dijeron listos para invertir en México.
 Caída en España
 En su nuevo impulso en México, el holding español de medios explotó quizás uno de sus activos más preciados: la expansión de su escuela de periodismo. En un comunicado dio a conocer que el jueves 23 firmó un acuerdo de colaboración con la Universidad Iberoamericana para dar un paso a la internacionalización de la escuela de periodismo de El País, que ofrece en conjunto con la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).
 El convenio establece el intercambio y movilidad de profesores y alumnos entre ambas instituciones, así como la organización conjunta de clases magistrales, encuentros académicos, cursos y seminarios. Los estudiantes podrán realizar prácticas en los medios del grupo Prisa.
 En el evento, el rector de la universidad mexicana, David Fernández Dávalos, entregó a Cebrián la medalla de San Ignacio de Loyola. El presidente de Prisa reflexionó ante el auditorio repleto de estudiantes sobre la vertebración de la opinión pública en los vertiginosos tiempos de las redes sociales.
También, como se citó antes, Cebrián participó en la cátedra Alfonso Reyes del Tecnológico de Monterrey, en la que aseguró que “el periodismo tiene futuro, pero hay que reinventarlo. Es un reto que corresponde a los periodistas jóvenes”.
En ese homenaje a su carrera periodística, recurrió a la anécdota de la publicación de la portada sobre el intento de golpe de Estado del 23-F de 1981 en España, y alertó del peligro que corre el universo de libertades, laico y reformista, “nacido al calor de la Ilustración y que estuvo en la génesis de la democracia española y de El País”.
El presidente de Prisa encabezó en la Ciudad de México la sesión del consejo en la que se dieron a conocer los resultados de los tres trimestres del año, los cuales contrastan con el bombo con que llegan a México: los datos son demoledores, porque el Grupo acumuló pérdidas por 2 mil 84 millones de euros como consecuencia de un efecto contable extraordinario por la venta de Digital+ a Telefónica, según comunicó el lunes 27 a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Prisa arrastra todavía una deuda de 2 mil 600 millones de euros (de los 5 mil millones a los que llegó en años pasados).
En este contexto, el valor de sus acciones no remonta. El 16 de octubre último llegaron a 20 centavos por acción, casi la mitad de lo que se cotizaban en la misma fecha de 2013, año trágico porque el 24 de junio de 2013 apenas alcanzaron 17 centavos de euro, para una compañía que en los años de bonanza llegó a cotizar sus acciones hasta en 27 euros por unidad.
El desastre parece seguir la gestión de Cebrián. En diciembre de 2010 se anunció como un hito la entrada del holding hispano a la Bolsa de Nueva York, como una muestra de su supuesta recuperación. A principios de septiembre pasado, anunció a la CNMV su salida de dicha bolsa, porque su volumen de operaciones era “relativamente bajo”.
Su consejo de administración, dominado ahora por Banco Santander, CaixaBank y HSBC, las instituciones de crédito que capitalizaron su deuda (se estima en cerca de 16% del capital), continúa con su política de desinversión, con lo cual el grupo ha vendido importantes activos.
Esto les permitió iniciar diversas recompras de deuda financiera en tres operaciones, que en conjunto suman 705 millones de euros en sólo cuatro meses. Aun con este esfuerzo, la deuda oscila en alrededor de 2 mil 600 millones de euros.
De todas las operaciones de desinversión, la más importante es la venta de su plataforma de televisión de pago, Digital+, a Telefónica por 750 millones de euros, como lo anunció a la CNMV en junio pasado.
Sin embargo, esta operación es minuciosamente analizada por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). En octubre, mientras Prisa mostraba sus bondades en México, en España este organismo regulador hizo llegar un requerimiento en el que pide explicaciones al grupo por el bajo precio de venta de su plataforma de televisión de pago, que en diciembre de 2013 había tasado en mil 849 millones de euros.
De todo ello, Cebrián no pronunció ni una palabra en Bellas Artes.

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