30 dic 2014

México en primer lugar mundial de sacerdotes asesinados en 2014

  • Según la agencia  Fides, órgano de las Pontificias Obras Misioneras, la zona del mundo en la que fueron asesinados más agentes pastorales católicos en 2014 no fue Medio Oriente, sino el subcontinente de América Latina. 
  • Y el país en donde mataron a más sacerdotes y seminaristas no fue  Paquistán o Arabia Saudita, tampoco Nigeria o Irak, sino Guerrero, México!
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  • Agentes pastorales asesinados; el año negro en México
La Agencia Fides publicó el informe anual sobre los agentes pastorales católicos asesinados en 2014. De las 26 víctimas, 5 vivían en el gran país latinoamericano
Texto de GIANNI VALENTE para Vatican Insider, 30 de diciembre de 2014
 La zona del planeta en la que fueron asesinados más agentes pastorales católicos no es Medio Oriente, atormentado por los yihadistas, sino la “católica” América Latina. El país en donde mataron a más sacerdotes y seminaristas no es Paquistán o Arabia Saudita, tampoco Nigeria o Irak, que afrontan la barbarie de las milicias sectarias, sino México, en donde viven más de 100 millones de católicos bautizados. Los datos anuales sobre los agentes pastorales asesinados, publicados con toda autoridad cada fin de año por la Agencia Fides, desmienten con los números algunos “clichés” que circulan en los medios de comunicación masivos sobre la violencia que sufren los cristianos en diferentes zonas del mundo.
En 2014, indica la Agencia Fides, órgano de las Pontificias Obras Misioneras, fueron asesinados en todo el planeta 26 agentes pastorales, tres más con respecto a 2013. En la lista de los agentes pastorales que perdieron la vida violentamente hay 17 sacerdotes, un religioso, 6 religiosas, un seminarista y un laico. Por sexto año consecutivo, el mayor número de agentes pastorales católicos asesinados se registró en el continente americano (14), seguido por África (7), Asia y Oceanía (2 respectivamente) y Europa (uno). Pero considerando en el detalle cada uno de los países, después del primer lugar que ocupa México (marcado por los homicidios de 4 sacerdotes y un seminarista), están Venezuela y Burundi, ambos con tres víctimas. La mayor parte de los agentes asesinados perdió la vida en intentos de robo o en agresiones feroces. «Ninguno de ellos», subraya la Fides, «llevó a cabo acciones o gestos clamorosos», sino que vivió humildemente el compromiso cotidiano de ofrecer testimonio de Cristo y su Evangelio en situaciones a menudo complejas y de degrado: «Algunos fueron asesinados por las mismas personas a las que ayudaban. Otros abrieron la puerta a quien pedía ayuda y fueron agredidos».


Dejando la frialdad de los datos estadísticos, la Fides ofrece también breves perfiles sobre las vidas de cada uno de los nombres que aparecen en la lista. De esta manera, a lo largo de las páginas del informe de la Fides surgen detalles elocuentes que narran la ordinaria y oculta belleza de vidas destrozadas mientras se ofrecían cada día para servir a sus hermanos. Todo por amor a Cristo. Historias como las de Lazzaro Longobardi, el párroco de Síbari, único asesinado en Europa, asesinado por uno de los miles de migrantes a los que había oferecido ayuda con su incansable trabajo pastoral: un chico al que el sacerdote había regañado por «haber robado dinero incluso de la cajita para las limosnas, aunque nunca lo denunció, esperando que se arrepinetiera». En el elenco de la Fides se recuerda también la historia del jesuita holandés Frans van der Lugt, que vivía en la torturada ciudad siria de Homs y que se negó a abandonar su hogar, que se encontraba en una de las zonas que entonces controlaban los rebeldes anti-Assad bajo el asesio gubernamental. El religioso, asesinado en circunstancias poco claras por hombres armados que nunca fueron identificados, había puesto en marcha en la ciudad de Homs (desde la década de los 80 del siglo pasado) un centro de espiritualidad, a las afueras de la ciudad, que acogía a alrededor de 40 chicos con discapacidades de las aldeas de los alrededores.
Entre los agentes pastorales asesinados en África se recuerdan las tres misioneras javierianas italianas (sor Lucia Pulici, sor Olga Raschietti y sor Bernadetta Bogian), que habían ofrecido sus vidas para ayudar a la población de Burundi y que fueron masacradas en septiembre por un joven que las acusaba de habitar en un convento que había sido construido en un terreno que pertenecía a su familia.
Cierra cronológicamente la lista de los testimonios de la fe y de la caridad asesinados de forma brutal en 2014 el caso del sacerdote mexicano Gregorio “Goyito” López Gorostieta, secuestrado en el seminario de Ciudad Altamirano y cuyo cuerpo fue encontrado sin vida el 25 de diciembre cerca de la ciudad de Colonia Juárez, en la región de Tierra Caliente del estado de Guerrero, que debe soportar cotidianamente la violencia de las bandas de criminales vinculadas con el narcotráfico.
El informe de la Fides no dejó de indicar que algunos agentes pastorales fueron asesinados no por otros hombres, sino «por el virus del Ébola, que está provocando miles de víctimas en el África occidental». Se expresa, además, la constante preocupación por la «suerte de otros agentes pastorales secuestrados o desaparecidos y de quienes no se tienen noticias», como los tres sacerdotes congoleños agustinianos de la Asunción (secuestrados en el norte de Kivu en octubre de 2012), el jesuita italiano Paolo Dall’Oglio (secuestrado en Siria en julio de 2013) y el padre Alexis Prem Kumar (secuestrado el 2 de junio de 2014 en Herat, Afganistán).
El informe de la Fides
2014-12-30
VATICANO - Gli operatori pastorali uccisi nel 2014
Città del Vaticano (Agenzia Fides) – Secondo le informazioni raccolte dall’Agenzia Fides, nell’anno 2014 sono stati uccisi nel mondo 26 operatori pastorali, 3 in più rispetto al precedente anno 2013. Per il sesto anno consecutivo, il numero più elevato di operatori pastorali uccisi si registra in America. Negli ultimi dieci anni (2004-2013) sono stati uccisi nel mondo 230 operatori pastorali, di cui 3 Vescovi.
Nel 2014 sono morti in modo violento 17 sacerdoti, 1 religioso, 6 religiose, 1 seminarista, 1 laico. Secondo la ripartizione continentale, in America sono stati uccisi 14 operatori pastorali (12 sacerdoti, 1 religioso, 1 seminarista); in Africa sono stati uccisi 7 operatori pastorali (2 sacerdoti, 5 religiose); in Asia sono stati uccisi 2 operatori pastorali (1 sacerdote, 1 religiosa); in Oceania sono stati uccisi 2 operatori pastorali (1 sacerdote, 1 laico); in Europa è stato ucciso 1 sacerdote.
Non possiamo tralasciare di ricordare poi quanti sono stati uccisi non dalla mano di un malvivente ma dal virus ebola, che sta mietendo migliaia di vittime in Africa occidentale, dove le strutture cattoliche, e non solo sanitarie, si sono mobilitate fin dal primo insorgere dell’epidemia. La Famiglia religiosa dei Fatebenefratelli (Ordine ospedaliero di San Giovanni di Dio) ha perso in Liberia e Sierra Leone quattro confratelli, una religiosa e tredici collaboratori degli ospedali di Monrovia e Lunsar, per aver contratto il virus nel loro generoso impegno di assistenza ai malati. “I nostri Confratelli hanno donato la loro vita per gli altri, come Cristo, fino al punto di morire contagiati da questa epidemia” ha scritto Fra Jesús Etayo, Priore Generale. Analoga sorte toccò alle sei missionarie italiane delle Suore delle Poverelle di Bergamo, morte in Congo nel 1995 per aver contratto il virus ebola pur di non lasciare la popolazione priva di assistenza sanitaria. Per loro nel 2013 è stato aperto il processo di beatificazione.
Come avviene ormai da tempo, l’elenco di Fides non riguarda solo i missionari ad gentes in senso stretto, ma tutti gli operatori pastorali morti in modo violento. Non viene usato di proposito il termine “martiri”, se non nel suo significato etimologico di “testimoni”, per non entrare in merito al giudizio che la Chiesa potrà eventualmente dare su alcuni di loro, e anche per la scarsità di notizie che si riescono a raccogliere sulla loro vita e sulle circostanze della morte.
Ancora una volta la maggior parte degli operatori pastorali uccisi nel 2014 ha trovato la morte in seguito a tentativi di rapina o di furto, aggrediti anche con efferatezza e ferocia, segno del clima di degrado morale, di povertà economica e culturale, di intolleranza in cui vivevano. In questi contesti, simili a tutte le latitudini, la violenza e la mancanza del minimo rispetto per la vita umana, diventano regola di vita. Nessuno di loro ha compiuto azioni o gesti eclatanti, ma ha vissuto con perseveranza e umiltà l’impegno quotidiano di testimoniare Cristo e il suo Vangelo in tali complesse situazioni. Qualcuno è stato ucciso dalle stesse persone che aiutava, altri hanno aperto la porta a chi chiedeva soccorso e sono stati aggredito, altri ancora hanno perso la vita durante una rapina, mentre rimane incerto il movente per tante altre aggressioni e rapimenti conclusisi tragicamente, di cui forse non si conosceranno mai le vere cause.
Nel 2014 sono stati condannati i mandanti dell’omicidio del Vescovo di La Rioja (Argentina), Mons. Enrique Angelelli, 38 anni dopo l’assassinio del Presule, che fu camuffato da incidente stradale; sono stati anche condannati i mandanti e gli esecutori dell’assassinio di Mons. Luigi Locati, Vicario apostolico di Isiolo (Kenya), assassinato nel 2005; arrestati anche i responsabili della morte del Rettore del Seminario di Bangalore (India), p.Thomas, ucciso nel 2013.
Desta ancora preoccupazione la sorte di altri operatori pastorali sequestrati o scomparsi, di cui non si hanno più notizie, come i tre sacerdoti congolesi Agostiniani dell’Assunzione, sequestati nel nord Kivu, nella Repubblica democratica del Congo nell’ottobre 2012; del gesuita italiano p. Paolo Dall’Oglio, rapito in Siria nel 2013; o di p. Alexis Prem Kumar, rapito il 2 giugno scorso ad Herat, in Afghanistan.
Il 24 maggio sono stati beatificati il missionario del PIME (Pontificio Istituto Missioni Estere) padre Mario Vergara, ed il catechista laico Isidoro Ngei Ko Lat, uccisi in odio alla fede in Birmania, nel 1950. “La loro eroica fedeltà a Cristo possa essere di incoraggiamento e di esempio ai missionari e specialmente ai catechisti che nelle terre di missione svolgono una preziosa e insostituibile opera apostolica” ha detto Papa Francesco.
Agli elenchi provvisori stilati annualmente dall’Agenzia Fides, deve sempre essere aggiunta la lunga lista dei tanti, di cui forse non si avrà mai notizia o di cui non si conoscerà neppure il nome, che in ogni angolo del pianeta soffrono e pagano con la vita la loro fede in Gesù Cristo. (SL) (Fides 30/12/2014)


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