2 feb 2017

Boeselager: no se violó la soberanía de nuestra Orden

Boeselager: no se violó la soberanía de nuestra Orden
El Gran Canciller de los Caballeros de Malta: la crisis nació de una iniciativa «ilegal». El caso de los preservativos: «Tengo limpia la conciencia, soy fiel a la enseñanza de la Iglesia»
AP

Albrecht Boeselager, Gran Canciller alemán de la Orden de Malta
VATICAN INSIDER, 
Pubblicato il 02/02/2017
IACOPO SCARAMUZZI
Albrecht Boeselager, Gran Canciller alemán de la Orden de Malta destituido en diciembre por el Gran Maestro británico Matthew Festing y que ha vuelto a su cargo en enero, después de la renuncia de este último, se reunió hoy con la prensa internacional por primera vez después del enfrentamiento sin precedentes entre la Santa Sede y el plurisecular organismo comprometido en actividades caritativas y sanitarias en todo el mundo, para tranquilizar a los donadores y a los estados que tienen relaciones diplomáticas, para explicar que la Orden de Malta ha vuelto a la normalidad y para precisar que la Santa Sede no ha violado la soberanía de la Orden. También criticó (aunque precisó que la referencia no era específica para el nuevo presidente de los Estados Unidos Donald Trump) la tendencia a discriminar a los migrantes y a los refugiados según su etnia o nación e insistió en el compromiso de los Caballeros a favor de los más débiles de la sociedad. 

En una conferencia de prensa que se llevó a cabo en la Sala de Prensa extranjera, Boeselager expuso en seis puntos su posición. Expresó su agradecimiento a Festing por haber entregado su renuncia al Papa, subrayando el compromiso «para volver a la normalidad y tranquilizar a nuestros miembros». Insistió en la «lealtad» al Papa y en la disponibilidad para colaborar plenamente con el Delegado pontificio que será nombrado dentro de poco por la Santa Sede. Insistió en que la crisis nació de una iniciativa «ilegal» en su contra (Boeselager denunció, en particular, ciertas tensiones creadas por «personas llevadas por el Gran Maestro sin respeto de la Constitución»). Después agradeció tanto al Papa como al cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, por su «enorme ayuda», y también a la Comisión de investigación de cinco miembros nombrada por el Pontífice. El Gran Canciller dijo que eran «infundadas y sin base» las acusaciones de conflicto de interés que circularon en la prensa. 

El caballero alemán después insistió en la importancia del servicio que la Orden nunca ha dejado de ofrecer en zonas afectadas por crisis como el Medio Oriente y el Mediterráneo. Por ello, afirmó: «No permitiremos a las recientes distracciones en el gobierno de la Orden que ponga en peligro nuestro trabajo humanitario y socio-sanitario». Boeselager confirmó el compromiso del organismo en la cooperación con las organizaciones internacionales, empezando por la misión de la ONU en Libia, ACNUR y la Organización Mundial para los Migrantes. Afirmó que también continúa el trabajo a favor de los prófugos de Siria. 

Al final, sexto y último punto de su exposición, el número dos de la Orden de Malta afirmó: «Estamos alarmados y preocupados por la proliferación de posiciones discriminatorias hacia los inmigrantes, fundadas según su origen nacional. La historia ya nos ha ofrecido ejemplos que demuestran las consecuencias monstruosas y dramáticas de políticas basadas en el origen o en la raza». Después de esta afirmación, los periodistas le preguntaron si se refería a las políticas de Trump o del gobierno de Hungría; Boeselager respondió afirmando: «No ataco, hago afirmaciones de principios. Muchos países e instituciones están violando los derechos». Hungría, «en particular», tiene una especificidad. A pesar de ello, «no aceptamos que sean negados nuestros principios humanitarios». 

El Gran Canciller rechazó las acusaciones de que el Papa hubiera violado la «soberanía» de la Orden de Malta, afirmando que intervino en la dimensión religiosa, y no de los estatutos, de la Orden, relacionadas pero diferentes, y que la intención de Francisco fue permitir que la orden se reforzara para «sacar adelante nuestra misión, no el debilitamiento». En cuanto al cardenal Raymond Leo Burke, patrón de la Orden que habría jugado un papel en el apoyo a Festing, el Gran Canciller dijo que no podía prever «cuál será su papel en el futuro», mucho más ante la presencia de un Delegado pontificio («Tendrían que preguntárselo al Papa»), y se limitó a decir que su especificidad, con respecto a otros cardenales que durante el tiempo han tenido este encargo, ha sido una cierta insistencia en el magisterio.  

En cuanto a las reconstrucciones que ha hecho la prensa, es decir que Boeselager no habría vigilado el proyecto en Myanmar financiado por la orden en el que se distribuyeron preservativos, el Gran Canciller subrayó el carácter independiente de muchas iniciativas de los Caballeros de Malta e insistió: «Mi conciencia está limpia: no conocía esta iniciativa y cuando me enteré tomé las medidas para detenerla». «Son fiel a la enseñanza de la Iglesia, mis amigos me describirían como uno bastante conservador», añadió. 

El Gran Hospitalario de la Orden, Dominique Prince de la Rochefoucauld-Montbel, que también estaba presente en la conferencia de prensa, subrayó que «los principio deben ser seguidos, pero aplicarlos en ciertas situaciones es difícil, y, de tanto en tanto, surgen cuestiones para las cuales hay que encontrar situaciones dentro de la enseñanza de la Iglesia». 
  
Boeselager, cuyo hermano fue nombrado en noviembre como parte del Consejo de Superintendencia del IOR, precisó que «el nombramiento de mi hermano no tiene nada que ver» con la crisis en la Orden de Malta. El Recibidor del Común Tesoro, Janos Count Esterhazy de Galantha, dijo que no hay ningún «trust» que tenga relaciones con la Orden y especificó que son otras las relaciones financieras de los donadores. Con la crisis, admitió el Gran Canciller, hubo una disminución de las donaciones, pero «para nada significativo». 


También se negó que el Papa hubiera pedido que expulsaran a los masones de la Orden de Malta y se puntualizó que para ser admitidos no es posible ser masones (aunque sea difícil descubrir si las personas mienten). Se explicó que el Papa, pro el contrario, expresó su deseo de que quien no comparte la Iglesia no debería formar parte de la orden. Francisco, confirmó Boeselager, pidió a la Orden una reforma espiritual, que, según el Gran Canciller, «es el que cualquier cristiano debe constantemente hacer». La Orden afrontará «muy pronto» las incomprensibles que pueden nacer con otros Estados y dentro de poco habrá un encuentro con sus embajadores. 

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