@fredalvarez
El Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, Santiago Silva Retamales, publica un mea culpa a manera de editorial donde reflexiona en torno a la situación que viven en Chile después de los encuentros con el Papa Francisco en el Vaticano, y donde todos presentaron su renuncia....
Afirma que luego del encuentro del Episcopado chileno con el Papa Francisco, "nos quedó claro (...) que la vida de obispos y sacerdotes no siempre corre por los cauces del Evangelio. Nos apartamos de ellos por nuestros errores y, lo que es más grave, por la comisión de delitos como los abusos de menores".
Reitera de nuevo la petición de perdón, rogando con insistencia que los delitos se denuncien ante la justicia, afirmando que ¡La Iglesia no es lugar para delinquir!
Señala, que en esta etapa "el más importante de los valores es la reparación a las víctimas en justicia y misericordia", agrega que cuando han hablado de vergüenza lo hacen con sinceridad, "porque la Iglesia no fue constituida por Jesús para generar daño, y un daño de tal magnitud".
Como sabemos 34 obispos de Chile —31 ordinarios y auxiliares y tres eméritos— se reunieron durante tres días con el Papa Francisco, en la auletta del Aula Pablo VI, para abordar temas candentes de la iglesia chilena: la pederastia y su encubrimiento.
Tres días después, la sorpresa mundial los 34 prelados pusieron su renuncia a disposición del Papa Francisco....“Queremos anunciar que todos los obispos, por escrito, hemos puesto nuestros cargos en las manos del Santo Padre para que libremente decida con respecto a cada uno de nosotros”, señalaron en una declaración que hicieron en la Santa sede y que fue difundida por la Conferencia Episcopal Chilena
Y aunque las renuncias no han sido aceptadas el golpe ha sido ¡durísimo!..
El proceso de depuración en la Iglesia chilena no tiene un plazo fijo, pero Francisco advirtió en un documento que entregó a los prelados chilenos que en este caso la remoción de personas no es suficiente y hay que ir “más allá”.
Entre los 34 obispos están varios de los acusados de haber encubierto durante décadas los abusos cometidos por el sacerdote Fernando Karadima; se espera que el Papa de de baja al menos unos 10 prelados para abrir una nueva era en la Iglesia chilena.
Por cierto, nos enteramos que la reunión con Francisco y los obispos chilenos fue gélida, duro poco más de 30 minutos, sin diálogos; Francisco sólo les dijo que tenían que rezar y meditar. Y nada más.
El silencio fue profundo, lo único que vimos fue la fotografía... Escribe Carla Pía Ruiz Pereira en La Tercera.com de Chile .. que "podría ser una foto cualquiera, excepto por un detalle: en ella no se ve a ninguno de los prelados usando sotana, que es reglamentaria a la hora de entrevistarse con el Papa. Pero esa reunión no era una entrevista, era una reunión de trabajo."...
Y agrega ·el miércoles 16, un día después de la primera y breve reunión con Francisco y como cada miércoles, Francisco realizó una audiencia pública. Lo normal es que el Papa invite a quienes se encuentran en el Vaticano, en especial si son obispos. Ningún prelado chileno fue invitado. Menos se les ofreció celebrar, como es usual, una misa con Francisco. Además, y haciendo una gran diferencia con el trato que tuvo con los denunciantes de Fernando Karadima, tampoco se les invitó al Angelus del día domingo 13, cuando ya varios prelados se encontraban en Roma."..
Eso dice mucho...
Por otro lado, y como consecuencia de la reunión en Roma, según documenta el vaticanologo Andrea Tornielli en su web Vatican Insider citando “Il Sismografo”, el obispo chileno de Rancagua Alejandro Goic en su calidad de presidente de la Comisión episcopal para la prevención de abusos sexuales por parte del clero se vio obligado a suspender del ministerio a 15 de sus 68 sacerdotes (el 22% el clero diocesano), "porque se sospecha que están implicados en una red de abusos de menores y de intercambio de material pedopornográfico.".
Preguntamos
¿Por que actuar hasta después de que el papa les leyó lea cartilla?
¿Cuántos sacerdotes "pecadores" hay en la Iglesia Católica de Chile?
Cuántos en EU, en Italia, en Alemania, en Perú....?
¿Cuántos en México?
Seguramente en todas partes están siguiendo los hechos de Chile, acá en México hay más de 16 mil sacerdotes..., ¿cuán de ellos serán pederastas? ¿cuántos obispos encubridores?
Recomiendo leer completo el texto de Monseñor Silva a Retamales....
Tiempo de diálogo y renovaciónRegresamos a Chile luego de cuatro fructíferos encuentros con el Papa Francisco. Si algo nos quedó claro de aquellas francas conversaciones es que la vida de obispos y sacerdotes no siempre corre por los cauces del Evangelio. Nos apartamos de ellos por nuestros errores y, lo que es más grave, por la comisión de delitos como los abusos de menores. Una vez más pedimos perdón, rogando con insistencia que los delitos se denuncien ante la justicia. ¡La Iglesia no es lugar para delinquir! Pero también nos quedó claro que muchas son las vidas de creyentes que dan testimonio del Evangelio, para quienes Cristo es germen de nueva humanidad.
Sin duda que serán los valores evangélicos y eclesiales los que nos permitirán la anhelada y urgente renovación. Pero tenemos que poner en el centro a Cristo y, desde él, el servicio generoso a las personas, particularmente a los más vulnerables y pobres.
En este tiempo, el más importante de los valores es la reparación a las víctimas en justicia y misericordia. Les confieso que todos los obispos vivimos junto al Papa el fuerte impacto del daño causado a ellas, nada fácil de sanar. Cuando hablamos de «vergüenza» lo hacemos con sinceridad, porque la Iglesia no fue constituida por Jesús para generar daño, y un daño de tal magnitud. Comprendo que muchos no den crédito al perdón que pedimos y al dolor que expresamos, pues no recuperaremos la confianza de un día para otro. Lo tenemos que demostrar con concretas acciones reparatorias.
Para nosotros es imprescindible conocer a fondo aquello del informe del obispo (Charles Jude) Scicluna ( y de Jordi Bertomeu Farnós, oficial de la Congregación para la Doctrina de la Fe) que se refiere a documentos perdidos, a la calificación superficial de acusaciones, al retardo en la investigación, es decir, a todos los errores cometidos referidos a los abusos. Por la encarnación de Jesús sabemos «que sólo se redime lo que se asume». Pero para asumir, hay que conocer la realidad y aceptarla con humildad.
Qué importante es el valor de la contemplación serena de los hechos con el fin de no minusvalorar lo importante. A la contemplación debe seguir la penitencia por el mal causado. Luego, el don de la esperanza nos permitirá sumergirnos en la verdad, tanto en la propia como en la eclesial, gracias a la luz que arroja con fuerza la Palabra del Señor. La esperanza nos ayudará a no rumiar la desolación, sino a generar un empeño sostenido por hacer que todo sea nuevo. Asumir la realidad con esperanza nos permitirá un pastoreo desde nuestras flaquezas y pobrezas, no desde el poder y el elitismo. Así podremos construir vínculos que, animados por el Evangelio, cimenten una nueva cultura de ser Iglesia.¿Quién es Monseñor Santiago Silva Retamales?
¿De qué sirven las buenas intenciones si todo sigue igual? En virtud del valor de la conversión personal y pastoral, central en la predicación de Jesús, nos corresponde a todos, particularmente a los obispos, animar un proyecto intenso y extenso de renovación eclesial. Y hay que comenzar por el diálogo. La Iglesia no la construyen los grupos de elite, porque ella es «el santo, fiel y sufrido Pueblo de Dios» en expresión del Papa. Todo el Pueblo de Dios, por tanto, tiene algo que decir sobre los abusos de menores, de poder y de conciencia, y sobre la misión a la que el Espíritu nos llama como Iglesia en esta cultura postmoderna. Es tiempo de generar un diálogo donde nadie se sienta excluido. Todos nos necesitamos en este «nuevo pentecostés» que esperamos vivir. Y ojalá que este diálogo no sea sólo intraeclesial y, por supuesto, que no se quede sólo en buenas intenciones, sino que genere realmente un proceso de renovación, buscando el compromiso de todos. Sólo como Pueblo de Dios que nos escuchamos entre todos, podremos discernir lo que el Espíritu dice a la Iglesia.
Para que esta renovación eclesial sea realidad hemos puesto con total disponibilidad nuestros encargos pastorales en manos del Papa. No se trata de huir, sino de colaborar. El Papa nos escribió luego: «Les agradezco la plena disponibilidad que cada uno ha manifestado para adherir y colaborar en todos aquellos cambios y resoluciones que tendremos que implementar en el corto, mediano y largo plazo, necesarias para restablecer la justicia y la comunión eclesial». Y mientras realiza los cambios necesarios, nos pidió ser una Iglesia profética: «Después de estos días de oración y reflexión los envío a seguir construyendo una Iglesia profética, que sabe poner en el centro lo importante: el servicio a su Señor en el hambriento, en el preso, en el migrante, en el abusado» (Carta del Papa a los obispos de Chile, 17 Mayo 2018).
Todo es obra de Dios, pero también tiene que ser nuestra, para lo que es imprescindible forjar un «corazón de discípulo misionero» que acepte sus caminos y suscite palabras y acciones proféticas que sean signos de la liberación que el Padre nos regala por Jesucristo.
+ Santiago Silva Retamales
Obispo Castrense de Chile
Presidente de la Cech
Santiago, Lunes 21 de Mayo de 2018
Fuente: Prensa CECh
Tiene 62 años de edad, es obispo castrense de Chile y presidente de la Conferencia Episcopal de Chile.
Fue ordenado sacerdote el 24 de octubre de 1980 en la Iglesia Catedral de Valparaíso
Es desde noviembre de 2016 presidente de la Conferencia Episcopal de Chile; sucedió en el cargo al cardenal Ricardo Ezzati, que se mantuvo en el cago por dos períodos.
Se desempeñó Durante 6 años como párroco de Nuestra Señora de La Candelaria de Algarrobo.
Ha sido profesor, formador, vicerrector y rector del Pontificio Seminario Mayor San Rafael de Lo Vásquez.
Es profesor en la Facultad de Teología de la Universidad Católica de Chile.
Colaboró en la pastoral del Liceo José Cortés Brown y del Colegio Seminario San Rafael de Viña del Mar.
Antes de ser presidente de la CEI fue Secretario General del Episcopado..
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